domingo, 4 de febrero de 2024

DBSNL // Capítulo 334: Núcleo integrado

DBSNL // Capítulo 334: Núcleo integrado

“¡El poder de la semilla está bajo mi control!”



Ahms anuncia su progreso.


- “Integración del núcleo al 99%”. – informa.


Ub está agotado tras su enorme esfuerzo para derrotar a Janemba.


Onisen está en el suelo, con su tamaño de cuerpo original, abatido tras el ataque combinado de Freezer y Trunks.


Una pequeña porción de Janemba repta por el suelo, intentando esconderse… cuando Mirai Trunks la pisa, retorciendo su pie sobre el pavimento.


- “Esto es por Hit…” – murmura el mestizo.


Nuestros amigos disfrutan de un momento de respiro.


De repente, Gowas, Cell, Son Gohan y Zahha aparecen en el planeta oscuro.


La primera pareja ha aparecido entre los guerreros que observaban la batalla.


Gowas, abrumado al verse rodeado de tantos enemigos, extiende los brazos hacia los lados, generando una onda expansiva de ki invisible que hace retroceder a todos los que lo rodean.


Zamas puede sentir una presencia que no había sentido desde hace milenios, pero que no concuerda con el aspecto de la figura vampírica que tiene delante.


La segunda pareja ha aparecido entre los luchadores.


Zahha reclama sus armas y las hace girar a su alrededor, con las puntas de sus espadas apuntando hacia fuera, para asegurarse su espacio en caso de ser atacado, a los guerreros responden poniéndose en guardia.


Cell sonríe al ver que han regresado con los demás.


- “Vaya…” – murmura el insecto. – “¿Qué nos hemos perdido?”


Gowas mira a cada uno de sus enemigos, desconfiado, hasta que se fija en el Dai Kaioshin.


- “Za… Zamas…” – titubea el ira-aru al reconocer a su antiguo pupilo.


El Dai Kaioshin, que estaba curando a Cooler, se pone en pie y da un paso hacia el ira-aru. La herida en el pecho del demonio del frío se ha cerrado, pero sigue débil. 


- “¿Gowas?” – pregunta Zamas, que al ser reconocido confirma sus sospechas. – “¿Cómo…?”


Gowas frunce el ceño.


- “No…” – dice el ira-aru. – “Tú no eres el Zamas del que he oído hablar…”

- “¿Qué?” – se extraña el Dios.

- “El Zamas que puso en jaque al mismísimo Zeno y le robó su poder…” – explica Gowas. – “No eres tú… Tú eres solo otro cordero…”

- “Señor Gowas…” – dice Zamas, dando otro paso hacia él.


El viejo ira-aru se tensa, listo para combatir.


- “Han pasado muchas cosas desde que fuiste encerrado.” – dice Zamas. – “Yo mismo llegué a estar cerca de pensar como él… pero las cosas han cambiado. Los mortales…”

- “Deja de perder el tiempo…” – interrumpe Cell con un suspiro. – “Voy a acabar con él de una vez.” – añade apuntándole con la mano derecha.


Zamas extiende la mano hacia Cell, pidiendo con su gesto que se detenga.


Cell suspira de nuevo y baja la mano.


- “Los mortales te han corrompido…” – murmura el anciano ira-aru dirigiéndose a Zamas. – “Sigues siendo un aprendiz…”


Piccolo aterriza detrás de Gowas.


- “Cuida tus palabras, anciano.” – dice Piccolo, cuyas pupilas se tornan rojas. – “Estás hablando con el Dai Kaioshin.”

- “Tsk…” – protesta el viejo.


Mientras tanto, Son Gohan sonríe al ver a sus amigos.


- “¡Chicos!” – exclama contento. – “¡Pan!” – saluda a su hija.

- “¡¡ABUELO!!” – saluda el pequeño Goku.

- “¡¿Goku?!” – se sorprende Gohan. – “¡¿Qué haces tú aquí?!” 


Zahha mira a su alrededor con desconfianza y un poco molesto con la actitud desenfadada de su contrincante.


De repente, Mirai Trunks aterriza al lado de su viejo amigo.


- “¡Son Gohan!” – saluda Trunks. – “¿Estás bien?”

- “¡Trunks!” – sonríe Gohan. – “Me alegro de verte.”


El hijo de Vegeta mira a Zahha con desconfianza y desenfunda su espada.


- “¿Es nuestro enemigo?” – pregunta el mestizo.

- “No estoy seguro…” – responde Gohan.


El ojo gris de Trunks y los ojos del espadachín se miran fijamente.


- “¿Qué demonios…?” – murmura el mestizo.


La cara de Trunks palidece como si hubiera visto a un fantasma.


Mientras tanto, aprovechando la distracción, Onisen se arrastra hacia el cráter que da lugar al núcleo.


- “Integración del núcleo completada.” – informa Ahms.


Todos se dan la vuelta para escuchar con horror el anuncio, sin entender lo que significa, pero con el claro augurio de que son malas noticias.


El rostro de Raichi se ilumina con emoción.


- “¡JAJAJAJA!” – ríe nervioso como un niño frente a su regalo el día de navidad. – “Al fin… ¡El poder de la semilla está bajo mi control!”


La masa oscura que rodeaba el núcleo toma forma y se transforma en Ahms, que guarda el núcleo en su abdomen, brillando más intensamente que nunca de color azul.


Mirai Trunks, al oír el anuncio, sale de su trance y vuela a toda velocidad hacia el núcleo.


- “Maldita sea…” – protesta el mestizo, que carga una esfera de ki en su mano mientras avanza.


Trunks se eleva sobre la cámara y lanza su ataque de energía.


- “¡¡SE ACABÓ!!” – exclama.


El ataque avanza rápidamente hacia Ahms, pero alguien se interpone en la trayectoria y recibe el impacto.


La polvareda se disipa para revelar a un malherido Onisen.


- “¡¿Aún sigues con vida?!” – protesta el mestizo.


Trunks realiza los gestos que preceden a su Ataque Ardiente.


- “¡¡DESAPARECE DE UNA VEZ!!” – exclama el mestizo al lanzar el ataque.


Onsien intenta cubrirse, pero está tan malherido que recibe el impacto directo y es empujado hacia Ahms.


- “¡¿AH?!” – se asusta el pequeño androide.


Onisen choca contra Ahms y el Ataque Ardiente estalla, generando una gigantesca explosión que inunda la cámara del núcleo antes de ser canalizada hacia el cielo.


Gowas se fija en Mirai Trunks, pues puede sentir en él la presencia de un ángel.


- “¿Cómo es posible…?” – murmura el ira-aru.

- “Los mortales no son el enemigo.” – insiste Zamas. – “Ni los Dioses.”

- “Todos intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible.” – dice Piccolo.

- “El Universo trabajó unido para detener a mi otro yo. Dioses y mortales.” – dice el Dai Kaioshin. – “Y también para detener Moro.”

- “Los mortales no pueden ser gobernados.” – dice Piccolo. – “Pero sí guiados.”


Champa se une a la conversación, cargando con la placa de metal que ha desenterrado en su mano.


- “Acompañados y bien aconsejados…” – añade el Hakaishin. – “Su potencial es infinito.”

- “Potencial infinito…” – protesta Gowas. – “¡¿Y lo decís como si no fuera algo terrible?!”


Champa tira la plancha de metal al suelo.


- “No.” – sentencia el Hakaishin.


Piccolo mira confuso el texto desgastado en el metal.


- “¿Qué es esto?” – pregunta el namekiano.


Zamas lo observa detenidamente.


- “Está escrito en tsufur…” – dice el Dai Kaioshin.

- “Tsufur antiguo.” – añade Gowas.


Gowas y Zamas extrañados al Hakaishin.


- “Esta es una muestra del peligro que conlleva nuestra decisión…” – sentencia Champa. – “Estamos en el viejo planeta Kudan.”


Los ira-aru se sorprenden ante la revelación.


Mientras tanto, la polvareda se disipa en la cámara del núcleo. 


El ojo gris de Trunks puede identificar una silueta entre el humo.


Champa frunce el ceño.


- “Pero los guerreros que están luchando para detener a Raichi también son mortales.” – dice el Hakaishin.


Champa sonríe melancólico al recordar a su hermano despidiéndose de Son Goku en el torneo y dejando en sus manos el futuro del Universo.


- “Su mortalidad les da perspectiva.” – dice el gotokoneko. – “Puede que sus motivos parezcan egoístas, pero sus convicciones son reales.”


Onisen no solo ha sobrevivido, si no que ha sufrido una extraña transformación. Su piel se ha vuelto oscura y en el centro de su pecho brilla el núcleo azul.


El Hakaishin, al igual que todos los presentes, miran hacia el cráter al sentir una extraña presencia nacer en su interior.


- “Y necesitaremos esa convicción si queremos sobrevivir a este combate.” – sentencia el Dios.

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