domingo, 26 de marzo de 2023

DBSNL // Capítulo 291: Sed de venganza

DBSNL // Capítulo 291: Sed de venganza

“Esto no va bien… nada bien…”



Granola embiste a Piccolo. El cereliano tiene su mano extendida como un estoque con intención de ensartar a su adversario. El namekiano activa su Kaioken y logra esquivar el ataque por los pelos.


- “Tsk…” – protesta Piccolo.


Granola usa el mismo brazo extendido como si fuera una espada e intenta sorprender al namekiano, pero éste se inclina hacia atrás para evadirlo.


Piccolo retrocede con varias volteretas, intentando recuperar la distancia, pero Granola lo persigue.


El cereliano propina un puñetazo al namekiano, que lo detiene cruzando ambos brazos frente a su pecho.


Piccolo se desliza sobre el suelo varios metros por la fuerza del impacto.


Mientras tanto, Yuzun cae al suelo tras recibir una tormenta de ataques de ki de Marron. Su cuerpo humeante rompe el pavimento al caer con una rodilla hincada.


- “Grrr…” – gruñe el lagarto.


Marron se pone en guardia, preparada para continuar el combate.


Yuzun clava su mirada en la hija de Krilín y le muestra los dientes de hierro Katchin.


El hanschurui embiste como un animal, trotando a cuatro patas y con sus fauces abiertas de par en par, salivando.


La muchacha corre a recibirlo, pero cuando el lagarto se abalanza sobre ella, Marron se agacha, deslizándose entre sus piernas.


La luchadora terrícola extiende sus manos a cada lado y crea un kienzan de poco más de 25 centímetros de diámetro en cada una de sus palmas y ahora es ella quien ataca.


El hanschurui retrocede ante los insistentes ataques de Marron, que se mueve con agilidad, con movimientos gráciles que buscan cortar al enemigo.


Poco a poco, pequeños cortes se van sucediendo. Ninguno fatal, pero cada uno provoca que el enemigo cometa más errores y sufra más heridas.


Marron acaba saltando por encima del lagarto y propinándole una doble patada en la espalda que ella aprovecha para impulsarse y recuperar la distancia, y que hace que Yuzun caiga de boca al suelo.


La guerrera terrícola desvanece los Kienzan, pero sigue en guardia.


Yuzun, sangrando por sus varias docenas de cortes, se levanta, pero se da cuenta de que tiene un corte en la rodilla que le impide mantenerse en pie y cae de nuevo al suelo. Por encima del hombro, mira a la muchacha con miedo.


- “Pagarás por esto…” – dice el lagarto. – “Debí imaginar que, si ibas con saiyajín, también serías un monstruo…”

- “Mi padre me ha enseñado a tener piedad de mis enemigos…” – dice Marron. – “Pero mi madre tiene otro punto de vista.”


La escena es vista por los demás en pantalla. Goten traga saliva un poco asustado del carácter de su pareja. Vegeta esboza una media sonrisa.


Marron se prepara para realizar la técnica de la Escuela Tortuga.


- “Ka… me… ha… me…” – se prepara. – “¡HAAA!” – dispara.


El ataque impacta en la espalda del hanschurui y lo empuja hasta un edificio cercano que estalla en mil pedazos.


No muy lejos de allí, Botamo se levanta de entre los escombros mientras tose humo negro.


- “Maldición… *coff*” – murmura el úrsido. – “Ese chico…”


Ikose lo mira con sorpresa.


- “Parece que por dentro es tan resistente como por fuera…” – dice mientras una gota de sudor recorre su sien. – “Qué pereza me está dando este combate… ¿Es que no acabaremos nunca?”


De repente, el androide tiene una idea.


- “¡CLARO!” – exclama Ikose.


Botamo ya corre hacia él con los brazos hacia los lados, cargando con todo su peso hacia delante.


- “¡¡BASTARDO!!” – grita el kumotoko.


Ikose extiende su mano hacia el enemigo, que sigue corriendo con tanta inercia que ya parece incapaz de detenerse.


Ikose sonríe, lo que enfurece aún más a su enemigo.


Pero de repente, Botamo choca contra una barrera invisible y cae de espaldas al suelo.


- “¿EH?” – se sorprende el úrsido


Botamo se pone en pie y se da cuenta de que se encuentra dentro de una barrera esférica de energía azulada.


- “¿Qué es esto?” – toca las paredes extrañado.

- “Je, je…” – sonríe Ikose. – “Ventajas de ser un androide.”

- “¿Un… un qué?” – se sorprende Botamo.


Ikose introduce sus manos a través de la barrera.


- “Dime, ¿tu resistencia es ilimitada?” – pregunta el androide, ante el miedo de su adversario.


Las manos de Ikose forman un triángulo.


- “¡¡MUGEN KIKO-HO!!” – exclama el discípulo de Ten Shin Han.

 

Un torrente de ki emana de las manos del muchacho e inunda la esfera de energía, que ilumina la zona como si de un nuevo sol se tratara.


A través de la pantalla, los demás pueden verlo. Goten parece sorprendido ante la nueva técnica de Ikose.


- “Parece que tengo que tomármelo más en serio…” – dice el hijo de Goku.

- “Sorprendente…” – murmura Gohan.


Hermila observa desde una azotea.


- “Esto no va bien… nada bien…” – se preocupa el tirador.


Granola intercambia golpes con Piccolo. El cuerpo del namekiano humea mientras intenta mantener el ritmo del cereliano. Los movimientos del segundo son milimétricos, haciendo que Granola esté fresco a pesar del prolongado combate, mientras que Piccolo tiene que esforzarse para defenderse y reaccionar a tiempo.


- “¡NO TE INTERPONDRÁS EN MI CAMINO!” – exclama Granola.


El cereliano empuja al namekiano golpeándole con la mano en el pecho y le apunta con el dedo índice de la otra, a la que sujeta enseguida para ganar estabilidad.


Una gran esfera de ki verde se materializa frente al cereliano. Piccolo mira con miedo la cantidad de energía que ha acumulado su adversario en tan solo un instante.


De repente, un látigo de ki se enrolla en la pierna del cereliano.


- “¿EH?” – se extraña Granola.


Con un tirón, el cereliano se cae de cara contra el suelo y es arrastrado durante varios metros para después ser lanzado contra un edificio. Su ataque se disipa.


Piccolo sonríe.


- “No podéis manteneros al margen, ¿eh?” – dice el namekiano con complicidad.

- “Nos toca a nosotras.” – dice la fusión metamor de Pan y Bra, transformada en Súper Saiyajín.


Ikose deja de emitir su Kiko-ho y desvanece la barrera. El pobre Botamo aparece humeante, pero aún en pie.


- “Pagarás… por esto…” – gruñe Botamo.

- “¿Estás de broma?” – murmura Ikose, asombrado.


Pero de repente, el úrsido se desmaya.


- “Buff…” – suspira el androide.


Marron se acerca.


- “Se acabó…” – dice ella.

- “Ese está fuera de nuestro alcance.” – suspira Ikose, mirando hacia donde sus compañeros se están enfrentando a Granola.

- “¿Y Baicha?” – pregunta Marron.


Ikose recuerda al pobre muchacho malherido y corre hacia donde se encontraba. Marron lo sigue.


Hermila sigue a Marron con la mirada desde un balcón, mientras le apunta con el cañón de su antebrazo.


- “Te tengo…” – murmura el tirador.


Pero en ese instante, una esfera de ki amarillo destruye el balcón y continúa su camino hacia el cielo.


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende Hermila.


El tirador intenta esconderse corriendo rápidamente hacia el pasillo del edificio, a oscuras, para poder buscar una nueva posición.


Pero al dar unos pasos entre las sombras, siente una presencia. Como si un depredador le estuviera acechando.


Hermila se detiene y mira a su alrededor, nervioso.


Al oír un ruido, Hermila dispara a la nada.


- “¡No te escondas!” – exclama el tirador.

- “Mientas nos mirabas desde las alturas, yo he seguido tu rastro.” – dice la voz de Baicha, que retumba entre los pasillos vacíos del edificio.

- “Muchacho…” – se sorprende Hermila.

- “Nunca des a un lobo por muerto.” – dice el hijo de Yamcha.


De repente, la Shokidan cae sobre Hermila rompiendo el techo y haciéndole atravesar el suelo, cayendo al piso inferior. La Shokidan continúa hacia pisos inferiores.


Hermila se pone en pie mientras se sujeta la cabeza, dolorido.


- “Maldita sea…” – protesta el tirador.


Una pisada detrás de él lo alarma. Hermila se queda quieto instintivamente, como si por un segundo esperara que así su adversario no podría ver.


Lentamente gira la cabeza y mira por encima del hombro, pero ya es demasiado tarde.


- “¡¡COLMILLOS DE LOBO!!” – exclama Baicha, abalanzándose sobre Hermila como si del mismísimo animal se tratara.


Mientras tanto, Granola sale de entre los escombros que le habían soterrado.


Piccolo ha desactivado su versión del Kaioken.


- “Necesito recuperarme.” – dice el namekiano. – “¿Crees que puedes aguantar hasta que mi cuerpo se haya regenerado? Después podré ayudarte.”

- “¿Recuperarte?” – dice la fusión metamor. – “Vamos a derrotarlo nosotras.”


 Granola mira extrañado a su nueva adversaria.


- “¿Quién eres tú?” – se sorprende el cereliano.


La fusión metamor no responde, pero su mirada seria se clava en Granola.


Por un instante, dos recuerdos cruzan la mente del cereliano. Dos miradas saiyajín. Una es la de Vegeta durante su enfrentamiento. La segunda es un recuerdo vago, casi como un sueño; el mundo estalla a su alrededor mientras un saiyajín extiende su mano para agarrarlo del brazo.


- “Tsk…” – protesta Granola, sacudiendo su cabeza para aclarar su mente. 


Granola eleva su ki, que azota la ciudad como una fuerte corriente de aire.


La fusión siente la presencia de su adversario y aprieta los puños.


- “Este tipo va en serio…” – murmura la guerrera.


El cabello de la fusión se eriza aún más y su poder estalla, transformándose en Súper Saiyajín 2.


En el ojo rojo de Granola se refleja su adversaria.

domingo, 19 de marzo de 2023

DBSNL // Capítulo 290: Granola

DBSNL // Capítulo 290: Granola

“¿Tuviste una epifanía?”



Pan y Bra se han transformado en Súper Saiyajín, lo que ha dejado perplejos a todos los presentes.


- “Ellas son…” – murmura Soshiru, asombrado.

- “…son…” – murmura Shansua.


Tumbado en el suelo sobre una azotea, viendo las dos columnas de luz dorada, Hermila frunce el ceño con cierta preocupación.


Piccolo esboza una media sonrisa al ver a las muchachas ponerse serias.


Soshiru y Shansua dan un paso atrás al sentir la violencia presente en el cambio de sus adversarias.


En la azotea de un edificio cercano, un guerrero de cabello aquamarina se posa sobre la cornisa.


- “Saiyajín…” – murmura Granola.


Piccolo se da cuenta de su llegada y lo mira con recelo.


Granola se deja caer desde la azotea y aterriza frenando en el último instante, posándose sobre el suelo con gracia.


- “¡Soshiru! ¡Shansua!” – advierte el cereliano.


Los dos guerreros lo miran. Granola les hace un sutil gesto con la cabeza para que se aparten.


Shoshiru y Shansua obedecen.


Pan y Bra se dan cuenta de que el recién llegado es quien manda. Las dos se miran de reojo y deciden reunirse frente a él. Ellas y su adversario se encuentran en los dos extremos de la plaza.


Las dos guerreras y Granola se miran fijamente.


En el monitor holográfico, Vegeta observa con preocupación la escena.


- “Es él…” – murmura el saiyajín.

- “¿El cereliano?” – pregunta Turles.


De repente, Pan y Bra se ponen en guardia… pero en menos de un parpadeo, Granola ya se encuentra frente a ellas, listo para propinarles un puñetazo en el abdomen a las dos a la vez.


Pero algo lo sorprende. Granola intenta darse la vuelta.


Un estallido sacude la plaza. Algo parecido a una bola de fuego ha caído sobre el cereliano.


Pan y Bra retroceden mientras se cubren de los escombros que salen propulsados en todas direcciones.


- “Piccolo…” – murmura Pan, sorprendida.


El namekiano, envuelto en violento ki rojizo ha caído sobre el enemigo, propinándole una fuerte patada en la espalda que lo ha incrustado en el suelo. 


La piel del namekiano es amarillenta y un ligero vapor emana de ella.


Piccolo retrocede y se pone en guardia.


- “Yo me encargaré de él.” – advierte el namekiano a las chicas.


Las chicas miran al cráter formado, asombradas por la fuerza de Piccolo.


Pero como si nada, Granola se pone en pie y se sacude el polvo.


- “Namekiano…” – murmura el cereliano. – “¿Por qué ayudas a los saiyajín? He oído que el ejército de Freezer destruyó vuestro planeta…”

- “Pues habrás oído también quién lo derrotó…” – sonríe Piccolo con picardía.

- “¿Acaso importa?” – responde Granola. – “No cambia nada.”

- “Eres tú, ¿verdad?” – pregunta Piccolo. – “Eres el tipo que se enfrentó a Vegeta hace años.”

- “¿Nos espiabas?” – sonríe Granola con chulería.

- “Los saiyajín han cambiado con los años.” – explica Piccolo. – “Ya son varias generaciones las que se han criado en la Tierra. No son la raza bárbara de antes.”

- “La naturaleza de la gente no cambia tan fácilmente…” – Granola se pone serio.

- “Yo pensaba como tú.” – responde Piccolo. – “Era considerado un demonio en la Tierra y disfrutaba causando el terror y el caos.” – explica. – “Ahora lucho a su lado e incluso considero a algunos humanos mis amigos.”

- “¿Tuviste una epifanía?” – se burla Granola.

- “Conocer a alguien me cambió. Él y su familia me enseñaron que no tenía por qué seguir la senda de mi padre.” – sonríe Piccolo. – “Su nombre era Son Goku. Y era un saiyajín.”


Granola frunce el ceño, furioso de repente.


- “¡MIENTES!” – exclama mientras se pone en guardia.


Piccolo responde de la misma forma.


Granola ataca. Piccolo activa su poder y esquiva la embestida volando hacia un lado.


El cereliano lo sigue con su pupila roja y dispara con el dedo índice a la aparente nada, pero es justo hacia donde se dirigía Piccolo, obligándolo a detenerse de repente para no ser impactado por el ataque.


- “Tsk…” – frena Piccolo. 


Granola se abalanza sobre el namekiano, que alarga sus dos brazos y los entierra en el suelo.


El cereliano ve interrumpido su avance cuando los brazos de Piccolo brotan del suelo e intentan agarrarlo.


Granola esquiva los brazos y luego los dispara con su dedo índice, desintegrándolos.


El cereliano carga de nuevo contra Piccolo, pero éste abre su boca y emite un gran torrente de ki que sorprende a Granola.


Instintivamente, el cereliano extiende su dedo índice hacia el ataque.


Un gran estallido sacude la ciudad.


Mientras tanto, Yuzun carga de nuevo contra Marron e intenta agarrarla, pero ella aprovecha la embestida del hanschurui para proyectarlo con una técnica de judo y lanzarlo al suelo.


- “Grrr…” – gruñe el lagarto.


Marron retrocede y apunta haca ambos lados con las manos, emitiendo dos rayos de ki que rodean a Yuzun.


- “No vas a sorprenderme con una técnica tan simple…” – sonríe el lagarto, viendo como los dos ataques se aproximan uno por cada lado.


Yuzun salta por los aires, dejando que los dos ataques choquen el uno contra el otro… Pero en lugar de estallar, generan una esfera de ki mayor que, tras un instante, se fragmenta en una veintena de ataques de energía que ascienden hacia el hanschurui. 


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende antes de intentar cubrirse como puede para recibir los impactos.


Los ataques estallan sucesivamente en el cielo como una traca.


Cerca de allí, Botamo se ha sentado sobre Ikose y le propina puñetazos en la cara.


- “Qué dura tienes la cabeza…” – refunfuña el úrsido sin dejar de golpearlo.


Ikose sonríe, sorprendiendo a Botamo.


- “No eres tan fuerte como crees…” – dice el androide. – “Tu única ventaja es la resistencia, ¿no es así?”

- “¿Eh?” – se sorprende el kumotoko.


Ikose extiende su mano hacia Botamo y le mete el dedo índice por la nariz.


- “¡DODONPA!” – exclama el muchacho.


El interior del oso se ilumina y la luz amarilla sale por su boca y orejas antes de estallar como si de un estornudo se tratara, saliendo propulsado como un globo que se deshincha.


Mientras tanto, Shansua intenta de nuevo atacar a Pan con su vapor ardiente, pero esta vez la muchacha ni se inmuta.


- “Eso ya no te va a funcionar…” – sonríe Pan con chulería. – “Yo misma puedo hacerlo mejor.”


La muchacha aprieta los puños y su aura de Súper Saiyajín se aviva, generando un sorprendente calor.


- “Ah… los saiyajín… son monstruos…” – se asusta el pequeño enemigo.


En un parpadeo, Pan aparece frente a él y le propina un puñetazo en el abdomen que lo vacía por completo, y luego le propina un golpe con ambos puños unidos que lo lanza contra el suelo, donde se estrella.


No muy lejos, Soshiru ataca a Bra con sus espadas envueltas en electricidad, pero la saiyajín las detiene al vuelo con los dedos.


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende el zalt.


Bra sonríe y un pulso de ki emitido por su aura hace retroceder a Soshiru, que suelta sus espadas.


Bra deja caer las armas al suelo y después le apunta con una mano.


- “E… espera…” – titubea Soshiru. – “¡ESPERA!” – suplica.

- “¡BIG BANG ATTACK!” – exclama Bra.


Un disparo de ki empuja al zalt hasta un edificio cercano y luego estalla, derrumbándolo.


Mientras tanto, Hermila corre entre los oscuros pasillos de un edificio, buscando una nueva posición.


- “Esto se complica…” – piensa el tirador. – “Granola es mucho más fuerte que ellos, pero…” 


Granola aparece entre la polvareda alzada por el ataque de Piccolo. El cereliano se encuentra con su dedo extendido hacia delante y parece casi intacto.


Piccolo ya ha regenerado sus extremidades y observa a su contrincante con cierta admiración.


- “Has usado tu técnica para cambiar el flujo de ki de mi ataque y evitarlo…” – dice Piccolo. – “Has sido muy preciso…”

- “No hay punto débil que mi ojo no pueda ver.” – sonríe Granola.


Piccolo sonríe.


- “Esto va a ser interesante.” – dice el namekiano.


Granola se pone en guardia.


- “No desperdiciaré esta oportunidad de vengarme.” – dice el cereliano. – “Acabaré con los saiyajín.”

- “La venganza no te aportará nada.” – dice Piccolo. – “No cambiará el pasado.”

- “Es todo lo que me queda.” – refunfuña Granola.

- “Hmm…” – cavila Piccolo.

domingo, 12 de marzo de 2023

DBSNL // Capítulo 289: Guerrilla

DBSNL // Capítulo 289: Guerrilla

“¿Quiénes son esos?”



Los voluntarios para la primera prueba aparecen en mitad de una ciudad extraterrestre desolada.


- “¿Dónde estamos?” – se pregunta Baicha.

- “Nos ha teletransportado.” – dice Bra.

- “Siento cuatro energías acercándose…” – dice Marron, con los ojos cerrados.

- “Nos están rodeando.” – añade Pan.


Piccolo echa un vistazo alrededor. Nuestros amigos se encuentran rodeados de edificios de unos pocos pisos de alto.


- “No podemos quedarnos aquí.” – advierte el namekiano.

- “¿Qué hacemos?” – pregunta Ikose.

- “Hay que reconocer el terreno.” – dice Piccolo.


El namekiano se eleva lentamente hasta superar los edificios. La ciudad consiste en una gran extensión de edificios casi idénticos excepto una zona de rascacielos a lontananza.


Piccolo puede ver un fugaz destello en uno de ellos.


- “¿EH?” – se sorprende el namekiano.


Antes de que pueda reaccionar, el pecho de Piccolo es atravesado por un disparo de ki amarillo.


- “¡¡PICCOLO!!” – se preocupa Pan al ver a su mentor herido.


La hija de Gohan sale volando hacia él, pero es interceptada por un pequeño ser azulado propulsado por vapor a presión, que le propina un cabezazo y la lanza contra un edificio.


- “Maldita sea…” – gruñe Bra.


De repente, la puerta de un edificio estalla y aparece un hombre de aspecto reptiliano que se abalanza sobre Marron y la empuja hasta estamparla contra una pared.


- “¡¡AH!!” – grita ella.

- “¡MARRON!” – exclama Bra.



Dibujado por Ipocrito



Pero una tapa de alcantarilla salta por los aires al lado de la hija de Vegeta. Del chorro de agua sale un guerrero zaltiano, espada en mano, e intenta partir en dos a la joven.


Bra retrocede, empapada, y se pone en guardia.


- “Tsk…” – protesta ella.


El zaltiano sonríe.


- “¿Eh?” – se extraña Bra.


Un chispazo rodea el cuerpo del zaltiano y recorre un reguero de agua hasta la muchacha, que es sacudida con un gran voltaje.


- “¡¡AAAAH!!” – sufre ella.


Ikose intenta socorrerla y arremete contra el zalt, dispuesto a propinarle un puñetazo, pero alguien se interpone por sorpresa en su camino y encaja el golpe sin inmutarse.


- “¿Qué?” – se extraña el androide.


Un orondo kumotoko de piel amarilla se encuentra frente a él.


Baicha de repente se da cuenta de que en un momento todo se ha desmadrado y que se encuentra de pie en mitad del conflicto, pues todos sus compañeros están siendo avasallados por los enemigos.


Pero antes de que pueda reaccionar se da cuenta de que varios orbes cristalinos están suspendidos en el aire cerca de él.


- “¿Qué es eso…?” – se pregunta el muchacho.


De repente, un disparo de ki azul golpea una de las esferas y rebota hasta otra, y después otra, hasta que finalmente se dirige hacia Baicha.


- “¡AAH!” – se asusta el chico, que intenta reaccionar… pero recibe el disparo cerca del ojo y cae de espaldas al suelo.


El resto de participantes al evento de Raichi observan lo ocurrido a través de una pantalla proyectada en un holograma.


- “¿Quiénes son esos?” – se pregunta Goten.

- “Han caído en la trampa.” – dice Cell, con cierto desprecio.


Vegeta parece preocupado.


- “Los conozco…” – murmura Vegeta.

- “¿Eh?” – se extraña Trunks.

- “Me enfrenté a ellos hace mucho tiempo…” – explica el saiyajín. – “Y si el cereliano está con ellos, pueden tener problemas serios…”

- “¿Un cereliano?” – se sorprende Freezer.


Bra sigue envuelta en el ki eléctrico de Soshiru.


- “Tsk…” – sufre la chica, apretando los dientes, intentando aguantar sin perder el conocimiento.

- “¡Ríndete!” – exclama el zalt. – “¡No puedes resistir eternamente!”



Dibujado por Ipocrito



Pan se encuentra en mitad de una planta de un edificio que parece de oficinas, a la que ha llegado atravesando la fachada.


- “Maldita sea…” – protesta ella, poniéndose en pie. – “Me ha cogido desprevenida…”


De repente, ella se da cuenta de que la zona se está llenando de lo que parece humo.


- “¿Qué es esto…?” – se pregunta extendiendo la mano para tocarlo.


Al hacer contacto con la nube, se quema los dedos.


- “Tsk…” – protesta ella. – “Es vapor…”


Pan echa un vistazo a su alrededor y se da cuenta de que casi no puede ver nada con tanto vapor. 


- “Si no salgo de aquí, voy a morir escaldada…” – se preocupa ella, sudando.


Mientras tanto, Marron lucha contra Yuzun, que se encuentra sobre ella e intenta darle un bocado, pero ella le mantiene las fauces abiertas con ambas manos y lo mantiene a raya empujándolo con los pies.


El hanschurui le agarra una pierna y tira de ella para estamparla contra una pared.


- “¡AH!!” – se queja ella.


Ikose propina múltiples puñetazos a Botamo, pero el kumotoko ni se inmuta.


- “¡¿Pero de qué estás hecho?!” – se pregunta el androide, frustrado.


De repente, el oso da una palmada en la cabeza de Ikose que lo aturde y luego lo remata con un fuerte cabezazo.


- “Je, je, je…” – ríe el kumotoko, viéndose victorioso.

- “Ay…” – se queja Ikose, reincorporándose, quedándose sentado en el suelo.

- “¿Cómo?” – se sorprende Botamo.


Ikose se frota la cabeza.


- “No eres el único duro de pelar…” – sonríe el androide.

- “¿De qué estás hecho tú?” – se pregunta Botamo, estupefacto.


Ikose le apunta con el dedo índice.


- “Me toca a mí.” – anuncia. – “¡DODONPA!”


El ataque característico de la Escuela Grulla impacta en el abdomen de Botamo y hunde su barriga unos pocos centímetros… pero en pocos segundos se disipa el ataque sin causarle ningún daño.


- “Creo que esto va para largo…” – murmura Ikose, desanimado.

- “No te preocupes.” – sonríe Botamo. – “Yo pienso acabar rápido.” – añade chocando sus puños con chulería.


Pero de repente, dos manos verdes brotan del suelo y agarran sus piernas.


- “¡¿AH?!” – se sorprende y asusta el úrsido.


De un tirón, Botamo queda enterrado en el suelo hasta el cuello.


Piccolo, con su herida cerrada gracias a su regeneración, camina hasta ellos mientras sus brazos vuelven a la normalidad.


- “Piccolo…” – dice Ikose. – “Gracias.” – añade mientras se levanta.

- “El verdadero combate empezará pronto.” – dice Piccolo, quitándose la capa y el turbante.

- “¿El verdadero combate?” – se extraña Ikose.


De repente, el namekiano se da cuenta de que están rodeados por una decena de orbes cristalinos.


- “Yo me encargo de esto.” – dice el namekiano, contando las esferas con la mirada. – “Ayuda a los demás.”

- “De acuerdo.” – asiente Ikose.


El androide sale corriendo.


En ese instante, un rayo de ki azul impacta en uno de los orbes y rebota en el siguiente, después en otro, tal y como sucedió cuando atacaron a Baicha. Piccolo lo sigue con la mirada.


De repente, el namkiano dispara sus rayos oculares hacia un orbe cercano a Ikose.


El orbe brilla con la luz roja del ataque de Piccolo y un instante después recibe el impacto del disparo azulado, sobrecargándose así y estallando.  


- “Je…” – sonríe el namekiano. 


Ikose sigue su camino.


El namekiano mira a su alrededor y cuenta de nuevo los orbes.


- “Bien…” – sonríe de nuevo. – “Entiendo el juego…”


Mientras tanto, Yuzun agarra a Marron del pelo y la levanta. El hanschurui se relame antes de abrir su enorme boca.


- “¡¡TAIYOKEN!!” – reacciona Marron.


Un intenso resplandor ciega a Yuzun.


- “¡¡AAAYY!!” – se queja el hanschurui.


Marron recupera la distancia mientras genera dos esferas, una en cada mano, y se las lanza al enemigo, que retrocede con cada impacto.


La muchacha levanta el brazo hacia el cielo.


- “¡KIENZAN!” – exclama mientras un disco cortante de energía se materializa sobre su mano.


Marron lo lanza y éste se dirige directo a Yuzun, que ya tiene los ojos medio abiertos.


Por sorpresa y de un bocado, el hanschurui destruye el Kienzan.


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende ella.


Yuzun sonríe y se relame. Sus dientes son de algún tipo de aleación metálica.


Mirando la pantalla, todos se sorprenden al ver fallar la clásica técnica de Krilín.


- “Lo mordió… Mordió el Kienzan…” – dice Goten, preocupado.

- “Sus dientes…” – murmura Trunks.

- “Solo se me ocurre un metal capaz de algo así…” – dice Reitan.

- “Hierro Katchin” – sentencia Gohan.


En el interior del edifico de oficinas, Pan extiende sus brazos a cada lado y emite una onda expansiva de ki invisible que limpia la zona de vapor… pero enseguida vuelve a llenarse de éste.


- “Es inútil…” – protesta ella.


Una sombra entre el vapor.


- “¡¿EH?!” – se sorprende Pan.


El pequeño Shansua aparece como una bala da cañón y golpea la espalda de Pan, tirándola al suelo y desapareciendo de nuevo entre la humareda.


- “Es rápido…” – murmura ella, dolorida.


La sombra atraviesa la humareda de un lado para otro…


- “Ji, ji, ji…” – ríe el enemigo.


Pan cierra los ojos y se concentra.


Shansua ataca de nuevo. Esta vez, ella lo esquiva.


El enemigo se pierde de nuevo entre el vapor.


- “Se me está acabando la paciencia…” – gruñe Pan, apretando los puños.


Mientras tanto, Bra sigue sometida a la electricidad de Soshiru, que camina hacia ella.


- “Grrrr…” – sufre ella.


El zalt extiende sus manos hacia ella, dispuesto a agarrarla.


- “Desiste de una vez.” – sonríe Soshiru, que aumenta el voltaje.


En ese momento, Bra puede ver a Ikose corriendo por detrás de Soshiru, y se da cuenta de que va hacia Baicha, tirado en el suelo.


- “Baicha…” – piensa ella. – “Tsk…”


Bra cierra sus puños con fuerza. Sus ojos se tornan verdes.


- “¡¿EH?!” – se sorprende el zalt.


Ikose está a punto de alcanzar al hijo de Yamcha, pero en ese momento Botamo se lanza contra él con un golpe de barriga, apartándolo del hijo de Yamcha.


Piccolo asciende entre orbes que rebotan disparos de ki de un lado a otro, intentando golpearlo. El namekiano esquiva los disparos, pero éstos rebotan de nuevo y retornan a él una y otra vez.


Un destello dorado en mitad de la ciudad y otro en el interior de un edificio colindante llaman la atención del namekiano y de todos los demás.


- “Je…” – sonríe Piccolo.


Los edificios de los alrededores se derrumban. Dos columnas de ki se alzan como dos focos en la ciudad. Pan y Bra se han transformado en Súper Saiyajín.