domingo, 30 de enero de 2022

DBSNL // Capítulo 234: Peligro inminente

DBSNL // Capítulo 234: Peligro inminente

“Esta técnica que usas te está drenado por completo.”



En el laboratorio de Raichi, en las pantallas pueden ver a Reitan insistirle a Onisen para que lo lleve hasta allí, pero el androide le ignora.


- “¡¡Tenemos que proteger la Dragon Ball!!” – insiste el herajín.


Raichi no hace caso.


- “Señor Raichi…” – dice Bon Para. – “No deberíamos…”

- “Me interesa ese demonio.” – dice el doctor. – “Quiero saber más de él…”


Shido llega hasta Reitan y Onisen.


- “Demasiado tarde…” – murmura Reitan mientras una gota de sudor recorre su frente. – “Maldita sea…”


El diablo aterriza espada en mano.


- “Creo que debo insistir en esa esfera…” – sonríe Shido.


Reitan se pone en guardia.


- “¿Con quién está peleando Trunks…?” – se pregunta el herajín, que puede oír el estruendo de la batalla a lo lejos.


Shido enfunda su arma, sorprendiendo a Reitan.


- “Negociemos.” – dice el demonio.

- “¿Eh?” – se extraña el herajín.


Raichi frunce el ceño.


- “Hmm…” – murmura el tsufur.


Reitan se transforma.


- “¡Ni hablar!” – exclama, listo para atacar.


Pero Onisen da un paso al frente, deteniendo al herajín.


Mientras tanto, Trunks, transformado en Súper Saiyajín 3, embiste a Shiras. El tiempo se detiene a su alrededor. Los dos intercambian golpes. 



Dibujado por Ipocorito



Trunks retrocede y lanza su espada hacia el enemigo, que la esquiva. El mestizo propina una patada giratoria a Shiras, pero éste la detiene con su vara y después la hace girar, propinando un golpe en la barbilla de Trunks.


El mestizo da una pirueta hacia atrás y reclama su arma, que vuela hacia él, obligando a Shiras a agacharse para evadirla y cerca está de perder un tentáculo de su cabellera.


Trunks se pone en guardia y Shiras lo imita.


- “Has mejorado más de lo que esperaba…” – dice el patrullero.


El ojo angelical de Shiras brilla.


- “Creo que empiezo a comprender lo que mi hermano vio en ti.” – añade el patrullero.


Trunks nota la presencia de sus dos enemigos; Shiras y Mojito.


- “Su salto temporal es superior al mío… incluso al de Hit… y tiene la experiencia y sabiduría de un ángel…” – piensa Trunks. – “¿Cómo puedo derrotar a un enemigo así?”


Shiras sonríe.


- “No puedes.” – dice el patrullero, que le ha leído la mente. – “Vas a morir aquí.”


Shiras avanza y es como si desapareciera. Un centenar de golpes de vara se precipitan sobre Trunks, que repele los que puede con su espada antes de verse superado y encajar varias decenas, siendo repelido.


Shiras aparece tras él y lo batea con su vara en el costado. Trunks sale repelido contra unos edificios.


En Makyo, Piccolo y Gohan están intercambiando golpes en el cielo.


En las puertas del castillo, Shula ha usado su poder mental para inmovilizar a Hinoyagi, a quién el disparo de Mai ha quedado marcado en su rostro.


- “¿Puedes retenerla?” – se preocupa Mai, asombrada.

- “Está débil.” – dice Shula. – “Por ahora no será un problema.”


Krilín, con la cabeza de Pino bajo el brazo, observa el devastador combate que está teniendo lugar.


- “Tenemos que hacer algo…” – sufre el terrícola. – “O se matarán entre ellos…”


El terrícola se da cuenta de que, cerca de allí, la esfera de una estrella espera en el suelo.


Krilín la recoge.


- “Shenron…” – murmura el terrícola. – “De verdad te necesitamos…” – llora.


Piccolo propina un puñetazo a Gohan en la cara. El mestizo retrocede levemente. 


El namekiano dispara sus láseres oculares, haciendo que Gohan se cubra la cara con el brazo mientras avanza hacia su enemigo.


Piccolo aprovecha la distracción para alargar su brazo y rodearlo en la pierna de Gohan para luego lanzarlo contra la superficie de Makyo.


El namekiano concentra energía en todo su cuerpo


- “Con esto acabaré el combate de una vez por todas…” – murmura Piccolo.


Las nubes se arremolinan alrededor del namekiano, que parece convertirse en el epicentro de una tormenta.


Krilín observa al namekiano.


- “Esa técnica…” – se preocupa el terrícola. – “La he visto antes…”

- “Piccolo usó esa técnica en el 23º Torneo Mundial de Artes Marciales.” – confirma Pino.

- “¡Lo recuerdo!” – se da cuenta Krilín. – “Goku la contrarrestó con un Kamehameha especial...”


Piccolo apunta a Gohan con ambas manos.


- “¡¡MUEREEE!!” – exclama Piccolo al disparar.


Gohan espera impertérrito el ataque del namekiano, que aumenta de tamaño a medida que se precipita sobre Makyo.


En el Makai, Dabra materializa su clásica espada. La vista de Vegeta está borrosa.


- “Siento como tu energía disminuye…” – dice Dabra. – “Esta técnica que usas te está drenado por completo.”


Vegeta aprieta sus puños. 


- “Esto no ha terminado…” – gruñe el saiyajín. – “Esta técnica no fallará… ¡Por que tengo un propósito!” – exclama, avivando su aura.


Dabra no parece alarmarse.


- “Tu cuerpo es mortal.” – dice el demonio. – “Deja de fanfarronear. Tu orgullo no te salvará esta vez.”


El diablo embiste, empuñando su arma en la mano derecha.


Vegeta se pone en guardia.


- “Maldito…” – gruñe el saiyajín.


Dabra dispara una bola de fuego al suelo con su mano izquierda, levantando una gran nube de polvo.


Vegeta se cubre el rostro.


Una lanza surge de entre la polvareda y Vegeta la esquiva, sufriendo un corte en la mejilla.


- “Tsk…” – protesta el saiyajín.


Otra lanza aparece y se clava en el muslo izquierdo del saiyajín.


- “¡AH!” – exclama Vegeta.


Otra bola de fuego cae sobre Vegeta, que la esquiva saltando hacia un lado, dando una voltereta en el suelo. El humo cobre la zona.


De repente, entre las llamas aparece Dabra, dispuesto a decapitar al saiyajín de un sablazo.


Pero algo sorprende al Rey de los Demonios. Algo lo golpea y lo lanza a varios metros de distancia, rebotando sobre el suelo varias veces antes de estrellarse contra una montaña de fría roja oscura.


Alguien ha aparecido y se sitúa frente al saiyajín.


- “¿Quién…? ¿Quién eres tú?” – le pregunta Vegeta al recién llegado.


En el castillo del Makai, un gran surco ha quedado esculpido en el suelo del planeta. En el suelo, inmóvil, Son Goten, que ha perdido la parte superior de su gi.


Trunks, agotado, desciende frente a él.


Goten tose. Está vivo.


El hijo de Goku abre los ojos, que vuelven a ser negros, como es habitual


- “No te contuviste…” – sonríe Goten.

- “Tú tampoco…” – dice Trunks.

- “Gracias.” – responde Goten.


Los gemelos diabólicos aterrizan a espaldas de Trunks.


- “Ha sido entretenido.” – dice el tipo.

- “Pero se acabó…” – añade la mujer.


Trunks, sin energías, se pone en guardia. Son Goten a duras penas puede incorporarse.

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