domingo, 16 de abril de 2023

DBSNL // Capítulo 294: Tío Piccolo

DBSNL // Capítulo 294: Tío Piccolo

“Son mi familia.”



Frente a las pantallas holográficas, Shido se coloca las gafas con un dedo, mientras nuestros amigos siguen atentos a las interferencias.


- “Bueno…” – dice el científico. – “Mientras esperamos a que se reestablezca la conexión, ¿qué tal si empezamos a organizar el próximo evento?”


Gohan aprieta los puños, preocupado.


En la zona de combate, Marron, Baicha, Ikose y Piccolo rodean a Granola, que parece tranquilo.


- “No tendré piedad si intentáis defender a las saiyajín.” – advierte el cereliano.

- “Son nuestras amigas.” – dice Marron.

- “No les pondrás un dedo encima.” – añade Baicha.


Granola esboza una media sonrisa.


En un instante, el cereliano apunta a Ikose con su dedo índice y dispara, empujándolo con un rayo de ki.


- “¡YAAH!” – ataca Baicha, colmillos de lobo preparados.


Granola se revuelve y le propina una patada en el abdomen, repeliéndolo.


Marron ha preparado un Kienzan que lanza contra el enemigo.


El cereliano salta por encima del disco dando una pirueta.


Piccolo se abalanza sobre Granola, intentando sorprenderlo, pero éste le agarra del brazo y lo proyecta contra el suelo con una técnica de judo.


Marron intenta atacar de nuevo, pero Granola la empuja con una onda de ki invisible, pues su atención está puesta en el namekiano.


Piccolo, incrustado en el suelo bocarriba, se reincorpora y lanza una onda de ki su boca que Granola esquiva gracias a su perspicaz ojo rojo.


El cereliano cae sobre Piccolo propinándole un fuerte puñetazo en el abdomen que lo hunde aún más en el suelo.


El namekiano escupe sangre por la boca.


- “Se acabó.” – advierte Granola.


Pero Piccolo no se rinde. El namekiano agarra el puño de Granola para limitar sus movimientos mientras reactiva su Kaioken y con un disparo de ki proyectado con sus ojos intenta alcanzarle el ojo.


Granola se aparta lo necesario para evitar el certero impacto, pero recibe una quemadura en la ceja y parte de la frente.


El cereliano retrocede y se toca la herida para comprobar que es solo superficial.


- “Maldito seas…” – protesta Granola.


Piccolo se pone en pie. Su cuerpo emite vapor y brilla de color verde lima.


El cereliano observa la determinación en la mirada de su contrincante.


- “¿Por qué…?” – gruñe Granola. – “¿Por qué proteges a esos sucios saiyajín…?”

- “Son mi familia.” – responde Piccolo. – “Cuando era un niño fui enviado a la Tierra para sobrevivir a una catástrofe en mi planeta natal.” – narra. – “Estuve solo en el mundo… El odio y el rencor en mi corazón crecieron hasta el punto de convertirme en el mismísimo diablo.” – continúa. – “Pero un día… un muchacho se cruzó en mi camino. Él y su familia me trataron como a un igual. Intentaron comprenderme. Me sentí parte de algo.”

- “¡No vas a convencerme con una historia melodramática!” – replica el cereliano. – “¡Atacaron mi planeta! ¡Exterminaron a mi raza! ¡Mataron a mi familia!”


Durante un instante, Granola parece darse cuenta de su error, pero sacude su cabeza con rabia para olvidarlo.


- “¡Juré venganza!” – insiste el cereliano.

- “Yo también tengo una promesa que cumplir.” – responde Piccolo.


Granola apunta al namekiano. Piccolo ataca.


El cereliano dispara, pero Piccolo desvía el rayo de energía con el brazo, perdiéndolo con el impacto.


- “¡¿EH?!” – se sorprende Granola.


Piccolo propina un puñetazo al cereliano en la cara, lanzándolo contra el suelo.


El namekiano salta sobre Granola y éste rueda para evitar que éste caiga con las rodillas sobre su espalda.


Granola se pone en pie y dispara a discreción contra Piccolo, como si fuera un pistolero con dos armas, pero el namekiano se mueve con la endiablada velocidad y bruscos cambios de sentido típicos del Kaioken, poniéndoselo difícil.


De repente, un Dodonpa de Ikose se aproxima rápidamente por su espalda, pero el cereliano se revuelve y lo intercepta con un disparo.


Piccolo aprovecha la distracción para propinarle una patada en la cara que lo lanza contra varios edificios de la ciudad.


Granola se levanta furioso. Su ki hace que las rocas que le cayeron encima salgan propulsadas en todas direcciones.


- “¡¡OS MATARÉ A TODOS!!” – grita el cereliano.


Un Kamehameha de Marron y una Shokidan de Baicha se acercan a él de frente. Granola dispara de nuevo a ambos ataques. La técnica de la escuela Tortuga se disipa al ser alcanzada, pero la técnica de Yamcha gira haciendo un “barrel-roll” que evade el disparo.


El movimiento sorprende al cereliano, que se ve obligado a repeler el ataque con el canto de su mano.


- “¡IDIOTAS!” – protesta Granola, al hacerlo sin problemas.


Pero de repente, Piccolo cae sobre él por la espalda, propinándole una patada en la nuca. El cereliano es estampado de cara contra el pavimento, sobre el que se desliza varios metros, dejando un surco en el suelo.


Piccolo, que aún no ha regenerado su brazo, se posa en el suelo.


- “Por favor… Pon fin a este combate.” – dice el namekiano. – “No tenemos que pelear.”


Piccolo está visiblemente cansado.


Granola se pone en pie, más furioso que antes.


- “No descansaré hasta ver a todos los saiyajín muertos…” – replica el cereliano. – “¡MUERTOS!”


Marron, Baicha e Ikose se preparan para atacar, pero cada uno es sorprendido por la espalda e inmovilizados. Yuzun agarra a Marron, Botamo a Ikose, Soshiru a Baicha. Todos magullados y con mal aspecto, siguen ayudando a Granola.


El cereliano los ve de reojo y sonríe.


Hermila le habla por radio.


- “Nos encargaremos de ellos.” – anuncia su compañero. – “Tienes vía libre para enfrentarte al namekiano.”


Piccolo parece preocupado.


- “Granola…” – dice el namekiano.


Pero antes de que pueda decir nada más, Piccolo recibe un disparo del cereliano en la rodilla.


El namekiano hinca la rodilla, y pronto recibe un disparo en la otra, obligándole a quedar arrodillado.


- “Iluso…” – refunfuña Piccolo.


Piccolo pierde su transformación.


Granola dispara a discreción contra el namekiano, que grita con cada impacto.


- “¡PICCOLO!” – sufre Marron.

- “¡Granola, bastardo!” – exclama Baicha.


Piccolo se derrumba contra el suelo. La parte superior de su gi, hecha trizas. Su consciencia viene y va con cada parpadeo. Está agotado.


Granola une sus dos dedos índices frente a él y genera una gigantesca esfera de ki.


- “Pronto se reunirán contigo los saiyajín.” – sentencia el cereliano.

- “Lo siento, Son Gohan… Te he fallado.” – piensa el namekiano. – “Pan… se fuerte.”


Pan abre los ojos al sentir el eco del pensamiento de su tío.


Granola está listo para disparar.


Shansua, que vigilaba a la mestiza saiyajín, es apartado de un golpe.


De repente, Pan se coloca frente a Piccolo, con los brazos en cruz, justo en el instante en que Granola libera su técnica.


El namekiano nota la sombra de su pupila sobre él y abre los ojos.


- “Pan…” – murmura Piccolo.


El namekiano intenta ponerse de rodillas y extiende su brazo hacia delante para intentar alcanzarla.


- “Rey de los Demonios…” – oye la voz de Mutaito.

- “Kamisama…” – la voz de Mr. Popo.

- “¡Ma Junior!” – anuncia el comentarista del Torneo Mundial.

- “Piccolo” – Son Goku.

- “Hijo de Katatsu…” – la voz de Nail.

- “¡Señor Piccolo!” – Gohan.


Pan lo mira por encima del hombro y esboza una media sonrisa. El ataque de Granola está a pocos metros de distancia.


- “No te preocupes…” – dice ella. – “…tío Piccolo.”


De repente, la mano de Piccolo alcanza el cuello del gi de la muchacha. 


Con sorpresa para la ella, es lanzada hacia atrás.


- “¡¿AH?!” – exclama ella.


Piccolo se ha puesto en pie y regenera su otro brazo.


El namekiano intercepta el ataque con sus manos, intentando frenarlo.


El impacto hace que los pies del namekiano se incrusten en el suelo.


- “¡TÍO PICCOLO!” – exclama Pan, preocupada.


Piccolo reactiva su Kaioken. Su cuerpo brilla mientras emana vapor. El namekiano sufre ante el titánico esfuerzo.


- “¡YAAAAAAAAH!” – grita Piccolo.


El cuerpo del namekiano se quema. Capas de piel se evaporan en el aire, dejando franjas moradas en su cuerpo, incapaz de regenerarse a la velocidad que se destruye.


- “Esta es la penitencia por todos mis errores.” – piensa el namekiano, que empieza a desistir, cerrando los ojos. 


Recuerdos compartiendo una sonrisa cómplice con Goku al enfrentarse a Raditz pasan por su mente, el pequeño Gohan sonriendo tras recibir una paliza en uno de sus primeros entrenamientos, la emoción de ver a Gotenks transformándose en Súper Saiyajín en la Sala del Espíritu y el tiempo. El orgullo de ver a Gohan vivo regresar de su entrenamiento con los Kaioshin. 


- “No…” – murmura Piccolo.


En la boda de Gohan y Videl, la pequeña Pan tirándole del dedo para que salga a la pista de baile. Goku Jr surcando el cielo en Kinton.


El namekiano abre los ojos de nuevo y empuja de nuevo con todas sus fuerzas.


- “¡NO HE TERMINADO!” – exclama en su interior. – “¡Esto es por lo que lucho! ¡Este soy YO! ¡PICCOLO!”


El ataque de Granola brilla intensamente.


- “¡¡TÍO PICCOLO!!” – exclama Pan, asustada.


El ataque estalla. Pan y los demás, aliados y enemigos, son empujados por la onda expansiva.


Tras unos instantes de luz, fuego y destrucción, un gran cráter queda en en mitad de la ciudad, envuelto por gigantesca nube de polvo.


Granola sonríe satisfecho.


Bra, que seguía atrapada antes de la explosión, es la que ha quedado más próxima al cráter, y ahora mira a la oscuridad de su interior, apenada.


Pan no tarda en salir de entre los escombros. Se queda sin palabras al ver la destrucción resultante de la explosión.


- “No… Piccolo…” – llora ella.


De repente, Bra cree ver algo a través del polvo. Un pequeño brillo se intuye en lo más profundo del abismo.


Pan golpea el suelo con rabia.


- “Piccolo…” – llora ella. – “¡¡TÍO PICCOLO!!” – clama al cielo.


Su voz retumba en el interior del cráter.


El cielo se nubla de repente, haciéndose de noche.


- “¿Eh?” – se extraña Granola, alzando la mirada.


Pan mira al cielo.


- “¿Qué…?” – se sorprende ella. – “El cielo…”


De repente, un rayo de energía eléctrica brota del cráter y atraviesa las nubes, acompañado de un rugido que no es extraño para nuestros amigos.


- “¡¿Eso es…?!” – se sorprende Marron.

- “¡¿Shenron?!” – murmura Pan.


El dragón de luz cose las nubes, revelándose y ocultándose siete veces.


- “¿Qué es… qué es eso…?” – se asustan los hombres de Granola.


De repente, el dragón desaparece por completo entre las nubes para caer un instante después sobre el cráter como si de un rayo se tratara, regresando a su origen. Un estallido de luz nace del abismo.


Bra sonríe.


Piccolo, que parece más grande y fuerte, con su piel anaranjada, emanando un aura de ki del mismo color, se eleva lentamente desde el interior de la oscuridad. Su cuerpo emana calor, incluso parece estar envuelto en llamas.


Pan se emociona al ver a su querido tío con vida.


Granola se sorprende al ver al namekiano e intenta analizarlo con su ojo.


- “¿Qué ocurre…?” – se pregunta el cereliano. – “¿Por qué no puedo detectarlo?”


Piccolo clava su mirada en su adversario. Su presencia hace que Granola retroceda un paso.


- “Tsk…” – se preocupa el cereliano. – “No es posible… ¡¿Qué extraño poder es este?!”

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