DBZ/S – Saga Black Reimagined / Capítulo 9: Un guerrero de leyenda
En Namek, el planeta está en llamas. Terremotos sacuden el planeta, torres de lava brotan del suelo, el mar bravo ruge y una tormenta eléctrica cubre el cielo.
El Dios caído, en su forma original, aterriza sobre una colina de roca candente.
- “Permitiros las esferas fue un error.” – sentencia Black.
En la Tierra, Trunks y Bu han llegado a la Atalaya de Kamisama. Sus amigos les reciben con los brazos abiertos.
- “¡Trunks!” – lo abraza su madre.
Videl se acerca a Bu.
- “Señor Bu…” – dice Videl, apenada al ver que no está junto a su padre.
Gyuma se acerca a los guerreros.
- “¿Y el Maestro?” – pregunta el padre de Chichi, preocupado.
- “Aquí” – dice Bu, señalándose la panza.
- “¿Eh?” – se extrañan todos.
En el futuro, en la Atalaya, Gohan y los Kaioshin se han puesto al día.
- “Así que Majin Bu despertó…” – murmura Shin, asustado. – “Y lo derrotasteis…”
- “No fue nada fácil, pero lo logramos.” – dice Gohan.
- “¿Tú empuñaste la Espada Z?” – se sorprende Kibito. – “¿Un mortal?”
- “El Kaioshin de hace quince generaciones atrapado en ella me otorgó este poder…” – dice Gohan.
- “Pero las líneas temporales…” – se preocupa Shin. – “Ese podría ser el desencadenante…”
- “Preguntémosle al anciano.” – sugiere Gohan, con una pícara media sonrisa.
En el otro futuro, los Kaioshin hablan con Bulma y Trunks.
- “Bulma…” – dice Shin. – “Todo esto lo provocó tu máquina… No se puede jugar con la integridad del espacio-tiempo…”
- “¿Yo?” – se asusta la madre de Trunks.
- “Mi madre solo quería ayudar.” – la excusa el mestizo.
- “No lo dudo, Trunks.” – dice Shin. – “Pero eso no cambia el resultado.”
Trunks agacha la cabeza, mirando al suelo, con rabia.
- “Él es uno de los vuestros…” – protesta el mestizo. – “Lo vi con mis propios ojos…”
- “Un Kaioshin…” – murmura el Dios del Este. – “Eso no me lo esperaba…” – frunce el ceño.
De repente, el Dios esboza una media sonrisa.
- “Tengo una idea.” – dice el Dios. – “Creo que ha llegado el momento de usar la Espada Z.”
- “¡¿LA ESPADA LEGENDARIA DEL PLANETA SAGRADO?!” – se sorprende Kibito.
- “¿Eh?” – el mestizo no comprende nada.
- “Trunks ha demostrado tener un poder excepcional…” – dice Shin. – “Es, sin duda, mucho más fuerte que tú y que yo…”
- “Pero…” – duda Kibito. – “Él es un mortal…”
En el presente, en el planeta de los Kaioshin, Son Goku descansa en el suelo, vestido con su gi habitual que le ha fabricado Kibito. El mono azul de Vegeta también ha sido restaurado.
- “No está preparado…” – murmura el anciano, preocupado.
- “El primero en transformarse en Súper Saiyajín, pero incapaz de controlar el ozaru…” – fanfarronea Vegeta. – “Es que eres raro para todo, Kakarotto…” – sonríe.
- “¿Qué haremos ahora?” – pregunta Shin.
- “Yo derrotaré al Dios.” – dice Vegeta.
El anciano interviene.
- “No seas imprudente, Vegeta.” – dice el viejo Kaioshin, nervioso. – “¡No lo subestimes! ¡No subestimes el poder de ese monstruo!”
- “Kakarotto no dominará este poder a tiempo.” – replica Vegeta. – “Puede que jamás lo haga.”
Los Dioses se miran entre ellos con dudas.
- “Son Gohan ha muerto. Trunks es fuerte, pero por ahora, esto le supera.” – dice el saiyajín. – “Solo puedo encargarme yo.”
De repente, una terrible sensación inunda el lugar. Vegeta es el único que no se da cuenta.
- “¡¿EH?!” – se sorprenden los Dioses.
- “¿Qué ocurre?” – pregunta el saiyajín.
- “Es terrible…” – dice Shin.
Los tres Dioses miran en a un mismo punto lejano en el cielo.
- “¡¿Me lo vais a decir o tengo que adivinarlo?!” – se impacienta Vegeta.
- “Namek…” – dice Kibito.
- “Ha sido…” – continúa Shin. – “…ha sido arrasado.”
- “¡¿QUÉ?!” – exclama Vegeta, sorprendido.
- “Ha sido él… no hay duda…” – dice el anciano. – “Ha castigado a los namekianos por usar las esferas sin cuidado…”
El anciano aprieta los puños, impotente.
- “¡Os lo advertí!” – exclama el viejo, enfadado. – “¡Os dije que usar las Dragon Balls de esa forma traería consecuencias!”
- “Venerable antepasado…” – se sorprende Shin ante la actitud derrotista del Dios.
- “Ahora ya es demasiado tarde…” – se resigna el viejo. – “Estamos perdidos…”
Shin aprieta los dientes con rabia.
- “¡ME VOY A NAMEK!” – exclama el Dios, de repente.
- “¿EH?” – se sorprenden todos.
- “¡Como único Kaioshin, esto ha sido culpa mía!” – dice el Dios del Este. – “¡Debo asumir las consecuencias!”
- “¡NO DIGAS IDIOTECES!” – exclama el anciano. – “¡NO PUEDES…!”
Shin extiende la mano a Vegeta. El anciano se queda sin palabras.
- “¡Te necesito, Vegeta!” – dice el Dios.
- “Te han crecido agallas…” – sonríe el saiyajín.
- “¡NO SEÁIS IMPRUDENTES!” – grita el viejo. – “¡ESTO ES UNA LOCURA!”
Vegeta parece que va a estrechar la mano de Shin, pero en el último instante se la aparta de un revés.
- “La muerte del último Kaioshin no pesará en mi conciencia.” – dice el saiyajín.
- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende Shin.
El anciano suspira aliviado.
- “Vaya…” – dice el Kaioshin de hace quince generaciones. – “¿Quién iba a pensar que el sensato sería Vegeta…”
- “¡Kibito!” – dice Vegeta. – “¿Puedes llevarme?”
Los Dioses se sorprenden.
Kibito frunce el ceño.
- “Porque yo soy prescindible, ¿no?” – dice el ayudante de Shin.
Vegeta sonríe, fanfarrón.
- “Exacto.” – responde el saiyajín.
- “¡VEGETA!” – exclama Shin.
El ayudante del Kaioshin sonríe.
- “Está bien.” – dice Kibito. – “Te llevaré a Namek.”
- “¡¿CÓMO DICES?!” – protesta Shin.
Kibito, sin perder su sonrisa, mira al Dios.
- “Proteger al Kaioshin del Este es mi misión.” – dice Kibito. – “Y también lo es cumplir sus deseos.”
- “Pero… yo no quiero que vayas…” – dice Shin.
- “Usted quiere proteger Namek y yo debo protegerle a usted” – dice su compañero. – “Llevando a Vegeta hasta allí cumplo ambos objetivos.”
- “Kibito…” – se preocupa Shin.
El ayudante del Kaioshin pone la mano en el hombro de Vegeta.
- “¿Estás seguro de que puedes lograrlo?” – pregunta Kibito.
- “Si seguimos de cháchara se va a escapar” – protesta Vegeta. – “Vámonos ya.”
- “¡VEGETA! ¡KIBITO!” – les recrimina el anciano. – “¡DETENEOS!”
Kibito alza su mano para despedirse y así los dos desaparecen.
- “Idiotas…” – gruñe el Ro Kaioshin. – “¡Son unos idiotas!”
En el futuro, Gohan, vestido con la ropa de los Kaioshin, sopla desesperadamente sus manos rojas.
- “No lo entiendo…” – dice el mestizo. – “¡¿Por qué no puedo sacar la espada?!”
La Espada Z está incrustada en su lugar, en la cima de una montaña del Planeta Sagrado.
- “¡La arranqué sin problemas cuando era mucho más débil!” – dice un incrédulo Gohan.
- “Quizá… quizá solo pueda arrancarse una vez…” – dice Shin.
- “O quizá ya no te considere digno…” – protesta Kibito. – “La espada ha recapacitado.”
- “Digno…” – repite Gohan. – “¡Puede ser eso!”
- “¿Qué?” – dicen los Dioses, confusos.
Gohan se cruza de brazos.
- “Yo no pertenezco a esta línea temporal.” – dice el mestizo. – “Así que esta espada no está destinada a mí…”
- “¿Tú crees?” – dice Shin, asombrado por las rápidas deducciones del mestizo. – “¿Y a quién está destinada?”
Gohan recapacita un instante y de repente tiene una idea.
- “¡AH!” – exclama el mestizo. – “¡¡PODRÍA SER…!!”
En el otro futuro, Trunks, vestido como los Dioses, intenta arrancar la Espada Z, transformado en Súper Saiyajín, pero no lo consigue.
- “Maldición…” – protesta el mestizo. – “No hay manera…”
- “Pensé que funcionaría…” – dice Shin.
- “Ya decía yo que un mortal jamás podrá arrancar la Espada Sagrada.” – le recuerda Kibito.
Trunks se sienta en el suelo, enfurruñado.
- “¿Y qué hacemos ahora?” – protesta el mestizo.
El Dios del Este se cruza de brazos, cavilando.
- “Eso nos deja sin alternativas…” – murmura el Dios. – “Con espada o sin ella, Trunks sigue siendo nuestra mejor baza…”
- “No dudo de sus habilidades…” – dice Kibito, poco convencido. – “Pero un humano…”
- “A lo mejor deberíamos pedir consejo a guerreros más expertos.” – sonríe Shin. – “Alguien que pueda ayudarle a alcanzar su máximo potencial.”
- “¿Guerreros expertos?” – repite Trunks, un poco desconcertado.
En el presente, en Namek, Vegeta y Kibito llegan al planeta. El lugar ha sido arrasado por Black.
- “Qué visión tan terrible…” – murmura Kibito, acongojado.
Una voz les sobresalta.
- “Un Kaioshin…” – dice Black con la voz de Goku.
Vegeta y Kibito se dan la vuelta para encontrarse con la versión oscura de su compañero.
- “No…” – rectifica Black. – “No eres un Dios… solo uno de sus peleles.” – se burla.
Kibito aprieta los dientes, enfadado pero asustado.
- “Miserable…” – protesta el ayudante de Kaioshin.
- “Será mejor que te vayas, Kibito.” – le interrumpe Vegeta.
- “¿Eh?” – sale de su trance Kibito. – “Sí, de acuerdo…” – recapacita.
Black alza su mano y apunta a nuestro amigo.
- “No tan rápido” – sonríe el enemigo.
Black dispara, pero el ataque sale repelido hacia el horizonte, donde cae para estallar y hacer que todo el planeta se estremezca. Vegeta se ha interpuesto en la trayectoria y ha repelido el ataque con el canto de su mano, transformado en Súper Saiyajín 2.
- “Los Kaioshin tienen trabajo.” – dice Vegeta. – “No pueden perder el tiempo con gente como tú. Ya deberías saberlo.”
Kibito desaparece con la teletransportación kai-kai.
Black aprieta los dientes, frustrado, pero pronto sonríe de nuevo.
- “Parece que te han contado mi historia…” – dice el Goku oscuro.
- “Un Dios con ansias de destrucción…” – responde Vegeta.
Black niega con la cabeza. El comentario de Vegeta le ha hecho gracia.
- “Tsk…” – niega el Dios con desprecio, sin perder la sonrisa. – “Primero me encargaré de ti… Espero que los Kaioshin presten atención, porque pronto llegará su turno.” – dice mirando al cielo.
En el Planeta Sagrado, el viejo Dios, Shin y el recién llegado Kibito siente como la mirada aterradora de Black se clava en sus almas a través de la esfera del anciano. Una gota de sudor frío recorre la sien del Ro Kaioshin.
Vegeta sonríe.
- “Esta vez será distinto” – dice el saiyajín, que menea su cola.
- “¿Eh?” – se fija Black en el nuevo apéndice del guerrero.
El saiyajín aprieta sus puños con fuerza y aprieta los dientes.
- “Grrrr…” – gruñe Vegeta. – “¡GRRRR…!” – cada vez más fuerte.
El aura de Súper Saiyajín se torna esférica y cada vez más luminosa.
En la mente del Príncipe, la visión de la luna llena.
- “¡¡GRRRRAAAAAAAAHHH!!!” – grita a pleno pulmón.
El grito desgarrador se convierte en el rugido del ozaru.
La energía contenida en la esfera de luz estalla, sacudiendo Namek. Black tiene que cerrar ligeramente los ojos para no quedar cegado.
Tras el estallido, el planeta vuelve a la calma y Black puede ver al guerrero que tiene enfrente.
El cabello de Vegeta es parecido al del Súper Saiyajín 3, pero cubre parcialmente sus hombros. Sus ojos son verdes y están rodeados por ojeras del mismo color rojo que los ojos del ozaru. Sus colmillos han crecido ligeramente. La ropa del saiyajín sigue intacta.
Black observa con atención a su enemigo, con rostro inexpresivo.
Vegeta sonríe.
En el planeta de los Kaioshin, los Kibito y Shin celebran.
- “¡LO HA LOGRADO!” – exclama Shin. – “¡LA TRANSFORMACIÓN HA SIDO UN ÉXITO!”
El anciano sufre.
Black sonríe a modo de mofa.
- “¿Esto es todo?” – fanfarronea el Dios, que alza su mano apuntando al saiyajín. – “¡No me impresionas!”
Black dispara un poderoso ataque de ki morado que impacta en Vegeta y provoca una gran explosión.
Las celebraciones cesan en el Planeta Sagrado.
Cuando la humareda se disipa, revela que Vegeta no se ha movido y ha encajado el impacto directo. La parte superior de su uniforme se ha desintegrado, revelando el pelaje amarillo que cubre su cuerpo, pero él no ha sufrido ningún daño.
Black parece sorprendido por la resistencia de su adversario.
Shin y Kibito celebran de nuevo.
Vegeta no ha perdido su media sonrisa fanfarrona.
- “Este es tu final, Dios de pacotilla…” – dice el saiyajín, que se apunta a sí mismo con el pulgar. – “…porque vas a enfrentarte al máximo exponente de la raza saiyajín... ¡El verdadero Súper Saiyajín de la leyenda! ¡El Rey Vegeta!”
¡Espero que os guste! :D
ResponderEliminarNo sé si lo sabes,pero en dbz shin Budokai 2(juego de PSP),Gohan va al mundo Kaioshin a sacar la espada Z y no puede al no ser de esa línea temporal,es el Gohan del futuro quien la saca.Me ha gustado ese guiño no se xd
ResponderEliminar¡Me alegro de que te guste! :D
EliminarDe momento no sabemos nada :)
ResponderEliminarHa hecho la pose de Super Vegeta, va a perder.
ResponderEliminarXDD
EliminarBua, pose de pulgar, más discurso grandilocuente? Vaya palizón que se va a llevar el pobre Vegeta jajajaja
ResponderEliminarXDD
EliminarHombres de poca fe.