miércoles, 28 de abril de 2021

DBZ/S – SAGA BLACK REIMAGINED / Capítulo 8: Kaioshin

DBZ/S – Saga Black Reimagined / Capítulo 8: Kaioshin



En la Atalaya de Kamisama, el avión de Videl aterriza. Mr. Popo y Dende los reciben.


Gyuma, con la Número 18, es el primero en apearse, seguido de Chichi, que lleva a la pequeña Marron de la mano. Bulma, que ya ha despertado, Oolong y Umigame van después. La hija de Satán es la última en bajar.


- “¡Necesitamos ayuda!” – dice el padre de Chichi.

- “¡Ponedla en el suelo!” – responde Dende.


Gyuma coloca a la androide en el pavimento y el namekiano coloca sus manos sobre ella; una tenue pero cálida luz nace de las manos de Dende. La Número 18 no tarde en despertar.


- “¿Dónde estoy?” – pregunta ella. – “¡MARRON!” – se incorpora sobresaltada, asustando a Dende, que cae al suelo sentado

- “Tranquila” – dice Videl. – “Estas a salvo.”

- “Marron está aquí” – añade Chichi.


La pequeña se acerca a su madre y las dos se funden en un tierno abrazo.


Mientras tanto, Mr. Bu y Trunks han tomado tierra en una isla cercana; el lugar donde Goku y Krilín entrenaron con Roshi hace ya tantos años.


Bu ha curado a Trunks. El chico mira al cielo con preocupación.


- “¿Seguirá vivo?” – se pregunta el mestizo.

- “Le hemos dado de lleno…” – dice Bu.

- “Eso creo…” – responde Trunks.


Mr. Bu sonríe.


- “Vayamos a la Atalaya con los demás.” – dice el amigo de Satán. – “Seguro que nos esperan.”


Trunks asiente.


Mientras tanto, en el futuro, Son Gohan ha aterrizado en la descuidada Atalaya de Kamisama y camina por el corredor central delimitado por palmeras muertas.


El hijo de Goku mira a su alrededor con pena de ver un lugar tan precioso en ese estado.


De repente, a su espalda, dos personajes aterrizan. Gohan se da la vuelta y se sorprende al ver a los visitantes.


En el otro futuro, Trunks ha despertado de su reparadora siesta en el salón de la Corporación Cápsula. Las luces están apagadas.


El hijo de Vegeta está un poco desorientado, pero pronto oye ruido en el taller.


En penumbra, Trunks camina por los pasillos de la Corporación, guiándose por la tenue luz que emana de la puerta entreabierta del taller.


El mestizo llega a su destino y abre la puerta.


- “Mamá…. ¿Qué estás…?” – dice el muchacho.


En ese momento, el chico se queda pasmado.


- “¡Eso…! ¡Eso es…!” – dice emocionado.


Bulma, con su mono de trabajo y una llave inglesa en la mano, sonríe con seguridad.


- “Una nueva máquina del tiempo” – dice ella.

- “Pero… ¡¿Cómo…?!” – se sorprende Trunks. – “¡¿Porqué…?!”

- “Habías muerto… y la máquina había desaparecido…” – dice Bulma. – “No pensaba quedarme de brazos cruzados…” – sonríe melancólicamente.

- “Mamá…” – suspira Trunks, conmovido.


Bulma se acerca a su hijo y le acaricia el rostro.


- “Úsala.” – dice ella.

- “¿Qué?” – se sorprende el mestizo. – “Pero… tu querías…”

- “Quería saber que mi hijo seguía vivo, aunque fuera en otro mundo... y eso ahora ya lo sé.” – dice Bulma.


Trunks sonríe.


- “Muchas gracias, mamá.” – dice el mestizo.


En ese instante, tocan al timbre e interrumpen el tierno momento.


- “¿Eh?” – se sorprende Bulma.


La mujer saca una PDA del bolsillo de su bata.


Bulma usa el dispositivo para ver a través de la mirilla electrónica.


- “¿Quiénes son esos?” – se pregunta ella.


En el presente, en el planeta de los Kaioshin, dos gigantescos ozaru rugen al cielo. Los Kaioshin miran asombrados a los simios.


- “¡Son aterradores!” – dice Shin.

- “Salvajes…” – refunfuña Kibito.


Vegeta sonríe. Son Goku gruñe.


- “Bien…” – dice el saiyajín. – “Ahora deberíamos…”


Un puñetazo sacude a Vegeta y hace retroceder.


- “¡Kakarotto!” – protesta Vegeta. – “¡¿Es que…?!”


Un segundo golpe hace que Vegeta caída de espaldas al suelo.


Los Dioses se asustan.


- “¡¿QUÉ HACEN?!” – se asusta Shin.

- “Son Goku no puede controlarse en esta forma…” – murmura el anciano.


Goku ruge desafiando a Vegeta.


- “¡¡GRRRRRRRAAAAAHH!!” – brama Goku.

- “¿Ahora quieres pelear?” – dice Vegeta con retintín.

- “Grrrr…” – gruñe el ozaru terrícola.


Vegeta sonríe mientras recuerda una conversación con Bulma.


Bulma está tumbada en la cama, leyendo un libro en su PDA. Vegeta ha salido de la ducha, en su espalda ha desaparecido el muñón de su cola. Sobre la estantería, la armadura rota que el saiyajín usó en Namek.


- “Es mejor así…” – dice Bulma. – “No querrás transformarte una noche de luna llena y destruir la ciudad, ¿no?”

- “¿Y porqué iba a destruir la ciudad?” – protesta Vegeta.

- “Son Goku era un salvaje cuando se convertía en mono gigante.” – dice Bulma.

- “¡¿Por quién me tomas?!” – protesta el saiyajín. – “¡Yo soy el Príncipe de los saiyajín! ¡No pierdo los estribos tan fácilmente!”


Goku abre sus fauces y una esfera de ki rojo como la sangre empieza a generarse, pero Vegeta le cierra el hocico con la mano izquierda.


Kakarotto intenta propinarle un puñetazo a su compañero, pero Vegeta intercepta el golpe con su mano derecha.


Vegeta realiza una llave de judo, cargando a Goku sobre su espalda y haciéndolo volar antes de estrellarlo contra el suelo.


El planeta de los Dioses se estremece.


Goku se revuelve y, desde el suelo, dispara una esfera de ki con la boca. Vegeta lo esquiva y el ataque desaparece en el cielo.


Vegeta propina un puñetazo en la cara a su compañero, que sigue forcejeando, así que le golpea de nuevo.


Kibito está aterrado.


- “Son compañeros… y… y no dudan en…” – titubea el ayudante del Kaioshin del Este.

- “Son saiyajín…” – dice el anciano. – “Así es como se relacionan…”


Goku agarra el brazo de Vegeta y lo muerde.


- “¡GGRAAH!” – se queja Vegeta, que lo aparta.


Kakarotto aprovecha el momento para disparar a su adversario, esta vez alcanzándole en el hombro, desequilibrándolo y haciéndole caer al suelo.


Son Goku se levanta y salta sobre Vegeta, pero éste lo detiene en el aire, empujándolo con las dos piernas y alejándolo de nuevo.


Los dos guerreros se levantan. Kakarotto no parece dispuesto a rendirse, pero Vegeta ya está harto.


- “¡A la porra!” – levanta su mano derecha Vegeta. – “¡BIG BANG ATTACK!”


Una inmensa esfera de ki amarrillo es proyectada e impacta contra Goku de lleno. Una gran explosión tiene lugar.


- “¡VEGETA!” – exclama Shin, preocupado. – “¡LO VAS A MATAR!”

- “Je…” – sonríe Vegeta con picardía. – “No subestiméis la resistencia de los ozaru…”


La polvareda se disipa lentamente. Lo que revela sorprende al mismísimo Príncipe. Un brillo dorado parpadeante ilumina la escena.


- “¿Eh?” – se extraña Vegeta.


De repente, Kakarotto ruge y su ki estala, disipando el polvo por completo y tiñendo el pelaje del simio de oro.


Goku se golpea el pecho en señal de dominancia.


Muy lejos de allí, en el espacio exterior, Black está suspendido en el cielo, con la parte superior de su gi hecha trizas.


- “Bastardos…” – gruñe el Dios caído. – “Como osan… Usar el poder de los Dioses contra mí… Dos mortales…”


Black se cruza de brazos, pensativo, flotando en el espacio.


- “Dejaré la Tierra por ahora…” – refunfuña el Dios.


Una sonrisa se dibuja en su rostro.


- “Ya sé…” – dice Black. – “Me desquitaré con ellos…”


En Namek, los habitantes del planeta viven en paz. En una aldea, varios aran el campo. Moori está de pie frente a su casa, mirando al cielo. 


Un joven se le acerca.


- “¿Qué ocurre, Gran Patriarca?” – pregunta el muchacho.

- “Un gran mal ha azotado la Tierra…” – responde el anciano. – “Un poder que no había sentido jamás…”


De repente, en el centro de la aldea, Black aparece con una apariencia que aterra a todos.


- “¡¡FREEZER!!” – grita un aldeano.

- “¡¡ES FREEZER!!” – grita otro.


Los namekianos huyen rápidamente.


El joven se pone en guardia.


Moori mira al recién llegado fijamente. Una gota de sudor frío recorre su frente.


- “¿Quién eres?” – pregunta el namekiano. – “¿Qué quieres de nosotros?”


Freezer sonríe.


- “Antes de la creación, viene la destrucción.” – sentencia el Dios.


En el futuro, Gohan, se ha encontrado en la Atalaya con dos personajes que enseguida reconoce; son Shin y Kibito.


- “¡Kaioshin!” – saluda Gohan, contento de ver un rostro conocido.


Los dos Dioses están muy serios.


- “¿Cómo te atreves a pisar un lugar sagrado?” – gruñe Kibito.

- “¿Eh?” – se sorprende Gohan.


El ayudante de Shin alza su mano y empuja a Gohan con su ki.


Son Gohan se protege mientras retrocede unos centímetros; algunas baldosas salen volando.


- “¡Kibito!” – exclama el mestizo. – “¡No soy…!”


El Dios no escucha y embiste a Gohan, dispuesto a darle un golpe con el canto de la mano derecha.


El mestizo detiene el golpe sin dificultad.


- “¡Detente, Kibito!” – insiste Gohan.

- “¡MUERE!” – grita el Dios, que prepara un puñetazo con su mano libre.

- “¡BASTA!” – interviene Shin.


Con el grito del Kaioshin del Este, Kibito se detiene.


- “Él no es nuestro enemigo.” – dice Shin.

- “¿Eh?” – se sorprende Kibito.


Gohan suelta a Kibito, que retrocede.


- “¿Qué haces aquí, Son Gohan?” – pregunta Shin.

- “Así que me has leído la mente…” – sonríe el mestizo.


Shin también sonríe de forma cómplice.


En el otro futuro, Trunks y Bulma han acudido a recibir a los extraños que tocaron al timbre. Bulma se ha quedado en el pasillo, mirando desde la esquina. Trunks abre la puerta.


Al ver a los extraños, Trunks palidece.


- “V… vosotros…” – titubea el hijo de Vegeta. – “¡¡ESTÁIS CON ÉL!!”


Un gran estallido tiene lugar frente al recibidor de la Corporación Cápsula.


Trunks sale de su casa y camina entre la polvareda.


En el cielo, el mestizo divisa dos figuras de estatura dispar que sobrevuelan la zona. Parecen intactos.


- “Bastardos…” – gruñe el mestizo. – “¡¡NO DEJARÉ QUE LE HAGÁIS DAÑO OTRA VEZ!!”


Trunks, furioso, se transforma en Súper Saiyajín y alza el vuelo hacia sus enemigos.


De repente, el mestizo siente que lo han inmovilizado. La figura pequeña ha extendido su mano derecha hacia él. 


- “¿Qué?” – sufre el saiyajín. – “Malditos…”

- “Cálmate, Trunks.” – dice el pequeño extraño. – “No tienes que…”

- “¡CÁLLATE!” – grita el hijo de Vegeta. – “No dejaré que la toquéis… ¡¿Me habéis oído?!”


Trunks lucha por liberarse, obligando al extraño a usar las dos manos para retenerle.


- “Malditos…” – gruñe Trunks, que no se rinde.


Bulma sale de la casa y mira al cielo, donde puede ver a su hijo sufriendo.


- “¡¡TRUNKS!!” – exclama ella.


Trunks, al oír la voz de su madre, recuerda a Black asesinando a Bulma.


- “¡¡YAAAAAAAAAAH!!” – grita el mestizo desesperadamente, liberándose del ataque.


Su aura se ha avivado y su energía ha provocado un vendaval que sacude la zona, haciendo que las figuras retrocedan y deban cubrir sus rostros.      


El cabello de Trunks se ha encrespado aún más y relámpagos de ki chasquean a su alrededor.


- “Pagaréis lo que hicisteis…” – gruñe el mestizo.


Trunks embiste a sus enemigos.


El grandullón se coloca frente al pequeño, en actitud protectora; Trunks lo despacha un golpe en la barriga que lo dobla de dolor, pare después rematarlo con un codazo en la espalda que lo lanza contra el suelo.


Trunks carga contra el segundo enemigo y lo agarra por el cuello con la mano derecha. El pequeño lucha por aflojar el agarre del mestizo, pero al no lograrlo, extiende su mano hacia el rostro de Trunks hasta que, finalmente, logra tocar su frente con el dedo índice.


En ese instante, Trunks libera al extraño y retrocede, traspuesto.


- “Sois… sois Kaioshin…” – dice el mestizo, asombrado, mientras regresa a su estado base.


El muchacho se frota el cuello, libre pero dolorido.


- “Me llamo Shin.” – se presenta el Dios. – “Y él es Kibito.” – señala a su compañero, que se está levantando magullado de entre los escombros. – “No esperábamos este recibimiento… pero es comprensible, visto lo visto…”

- “Él es… es uno de los vuestros…” – dice Trunks.

- “Lo desconocía…” – sufre Shin. – “Pero eso parece…”


En el presente, en el Planeta de los Kaioshin, ahora es Son Goku, transformado en ozaru dorado es quien está propinando una paliza a Vegeta, que intenta protegerse, pero la brutalidad de su compañero lo hace imposible.


Los dos se agarran de los hombros.


- “¡¡KAKAROTTO!!” – grita Vegeta, intentando hacer entrar en sí a su compañero.


Vegeta propina un cabezazo a Goku, pero éste ni se inmuta.


- “GRRRR…” – gruñe el simio enloquecido.


Goku cabecea a Vegeta, haciéndole sangrar. El Príncipe retrocede, aturdido, lo que Kakarotto aprovecha para propinarle un puñetazo que lo derriba.


Goku salta sobre Vegeta y empieza a propinarle violentos golpes salvajes que incrustan al gigantesco ozaru marrón en el pavimento.


- “¡GRA! ¡GRA! ¡GRAAAA!” – grita Kakarotto con cada golpe.


Los Dioses observan terrados la escena.


- “¡A ESTE PASO LO MATARÁ!” – exclama Shin.

- “¿Quién lo iba a decir…?” – murmura el anciano. – “Que alguien como Son Goku albergaba tanta violencia en su interior…”


Vegeta deja de defenderse.


Goku, viéndose victorioso, se aparta y brama al cielo.


El simio no tarde en fijarse en los Dioses que le observan.


- “Es el fin…” – teme Kibito.


De repente, Vegeta, con la mano izquierda, agarra la cola dorada de Goku, que se sorprende al ver que su enemigo sigue vivo.


- “¿Crees que hemos terminado, Kakarotto?” – sonríe el simio marrón.

- “Grrr…” – gruñe Goku.

- “No dejaré que me derrote un guerrero de clase baja…” – dice Vegeta, recordando su enfrentamiento en la Tierra hace tantos años. – “¿Lo has oído, Kakarotto?”


El pelaje alrededor de la mano que sujeta la cola de Goku se torna dorado; la transformación avanza hacia el torso.


- “Estamos luchamos como saiyajín…” – dice Vegeta.


La transformación cubre a Vegeta y termina en su mano derecha, que se cierra en un puño.


- “¡Y YO SOY EL PRÍNCIPE!” – exclama al propinar un tremendo puñetazo en la cara de Kakarotto que lo noquea.


Ahora, Vegeta, transformado en ozaru dorado, golpea sus puños entre sí.


Los Dioses están asombrados.


- “Vegeta es impresionante…” – dice Shin.


El cuerpo de Vegeta empieza a brillar y a encoger hasta tener el tamaño de un humano.


- “¡¿Qué significa esto?!” – se pregunta Kibito.


Mientras tanto, Son Goku se ha levantado y sacude su cabeza para despejarse.


- “GRRR…” – gruñe el simio, buscando a su adversario.


El brillo de Vegeta llama su atención y, sin dudarlo, se abalanza contra la luz.


De repente, tras un estallido sonoro que ensordece a los presentes, Kakarotto sale disparado a más de un kilómetro de distancia y el simio cae al suelo inconsciente.

10 comentarios:

  1. pq esta obsesión a si esta desnudo o no. pues claro que lo esta las ropas de goku no estan hechas para adaptarse al tamaño del ozaru, mientras que las de vegeta, que fueron hechas por bulma de la misma forma que las que usaba como soldado de freezer si que se adaptan a la transformación de ozaru.
    pd: guay, ya tenemos a vegeta en ssj3 completo, ahora solo falta goku.
    si goku pierde la cordura es porque a diferencia de vegeta no recibio el entrenamiento para mantener la consciencia en el ozaru.

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  2. XD Sí, lo está, pero al menos sigue en ozaru.

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  3. Cómo no,Goku mordiendo a sus enemigos,siento lastima por cell,por favor,danos el gustazo de verle morderle a el también

    Es curioso,los kaioshin de cada línea temporal,esto se va a poner interesante

    Me dan lastima los namekianos,otra vez se enfrentan al exterminio :-(

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    1. XD
      Espero que os guste lo que viene :)

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    2. De momento si, haber que pasará con goku, que haran en la tierra y saber sobre la verdadera identidad de black ¿será un zamasu que no llego a librarse de su odio a los mortales? haber que pasara...

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  4. Esto está relacionado con DBSNL?O es algo totalmente aparte?Vegeta es ahora un ssj3 completo como Gohan o es un ssj4?

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    1. Nada que ver con DBSNL. Esto es la continuación de "DBZ - Saga Bu Rewrite".
      Sobre la transformación, pues lo sabremos pronto ;)

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