viernes, 9 de octubre de 2020

ESPECIAL DBSNL /// La Bella Durmiente // Universos 3, 5, 6 y 7 / Parte I: Makyo

La Bella Durmiente / Parte I: Makyo

“Este es mi salvoconducto.”


En un planeta remoto y oscuro, cuyo cielo está cubierto por tinieblas y el suelo es de roca y arena rojiza, tres monjes caminan por el desierto.


El primero de ellos, el que lidera la expedición, es un humanoide de piel lila, orejas puntiagudas, y cabello largo, lacio y blanco, viste botas negras, pantalón azul y un gi rojo y naranja. Una cinta negra cubre su frente.


El segundo es una mujer de piel rosada y cabello largo de color fucsia con flequillo, viste un mono azul y botas del mismo color. En su cinturón lleva un kunai adornado con una cinta roja enrollada en el mango.


El tercero es un ser de gran envergadura y piel gris, alto como una montaña, que viste con pantalón azul, un gi verde oscuro en la parte superior, y un casco vikingo. Un gran sable cuelga de su cinturón rojo.


- “¿Falta mucho, Shula?” – pregunta el hombre gris.

- “Paciencia, Gola” – responde el monje al frente. – “Estamos cerca.”

- “Espero que valga la pena…” – suspira la mujer.

- “Se nos ha encomendado esta tarea” – insiste Shula. – “Debemos cumplirla.”

- “Este lugar me da mala espina…” – dice Gola.

- “Tan grande y tan cobarde…” – se burla Melee.


El comentario no es bien recibido por Gola, que gruñe a su compañera.


Shula interviene antes de que la discusión escale.


- “No perdáis el tiempo peleando entre vosotros.” – dice el monje. – “No malgastéis fuerzas.”


De repente, en el horizonte, Shula identifica un gigantesco templo rocambolesco construido con roca negra.


- “Es… es allí…” – dice el monje, sorprendido ante tan extraordinaria pero terrorífica vista.

- “El Templo Makyo…” – dice Melee.

- “Es real…” – añade Gola.


Los tres personajes se acercan a la ominosa estructura.


- “¿Quién pudo construir algo así?” – pregunta Melee.

- “Mi gente” – responde Shula. – “El pueblo de Ira-aru.”

- “Es impresionante…” – sigue fascinado Gola.


Los monjes se topan con la gigantesca puerta de entrada. Gola intenta empujar las puertas fútilmente.


- “¿Y qué hacemos ahora?” – pregunta Melee. – “¿Alguna idea?”

- “Se requiere magia.” – dice Shula. – “Puede que él nos habrá.”

- “¿Quién?” – pregunta Gola.


De repente, un personaje aparece a sus espaldas. Es un hombre de aspecto demoníaco, de tez celeste, ojos rojos y cabello puntiagudo morado; viste muy elegante, con pantalón blanco, chaqueta a juego con su pelo, y una pajarita roja. En su frente luce una "W" roja tatuada. Se apoya en un bastón blanco adornado con una pequeña mola de cristal en su pomo.


- “Bienvenidos al Templo Makyo” – les recibe el extraño huésped. – “Me llamo Kerubero y estoy a cargo de este santuario. ¿En qué puedo servirles?”


Gola y Melee se ponen en guardia, nerviosos, pero Shula los calma con un gesto y da un paso al frente.


- “Me llamo Shula” – dice el monje. – “Y ellos son Melee y Gola.” – presenta a sus compañeros. – “He venido aquí para reclamar un sirviente.

- “Me temo que eso no es posible, señor.” – responde Kerubero. – “No tiene las credenciales necesarias. Solo una bruja con el salvoconducto del Rey Enma puede acceder al templo.”


Shula busca bajo sus ropas y revela una gran gema tallada de color rojo sangre.


- “Este es mi salvoconducto.” – dice el monje.

- “Una Bella Durmiente…” – se sorprende Kerubero. – “¿Cómo es posible? Solo las brujas del Más Allá tienen permiso para usarlas en su iniciación.”

- “Muchas muertes han sido necesarias para alimentar esta piedra.” – explica Shula. – “No dejes que sean en vano…” – fanfarronea.

- “Finges agallas…” – responde Kerubero. – “Es una lástima quete ocultes tras tus marionetas, hechicero.” – dice calvando sus ojos en las pupilas de Shula.


A millones de kilómetros de distancia, observando a través de una bola de cristal, Babidí frunce el ceño.


- “Vaya…” – protesta el brujo. – “Creo que lo he subestimado…”


Una "M" negra oculta tras la cinta de Shula brilla intensamente de color rojo y hace arder la prenda, revelándose. Los ojos del monje se ponen en blanco y la voz de Babidí sale de su boca.


- “Déjame pasar” – dice el brujo. – “La piedra está lista. ¡Quiero mi demonio!”


Kerubero no responde y sigue desafiando al brujo con su mirada.


- “Ji, ji, ji…” – ríe el brujo. – “Eres un demonio… Tu corazón es oscuro… ¡¡Vas a obedecerme!!” – amenaza. – “¡¡PAPARAPPA!!” – conjura.


El brujo intenta penetrar en la mente de Kerubero, pero el tatuaje de su frente se ilumina y expulsa a Babidí.


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende el brujo.


Kerubero sonríe.


- “Una magia más poderosa que la tuya me ata mi deber desde hace eones.” – revela el guardián.

- “Eso ya lo veremos…” – gruñe Babidí.


Gola desenfunda su espada y la levanta sobre su cabeza para luego propinar un espadazo a Kerubero, pero éste lo esquiva dando un simple paso a la izquierda.


Melee agarra su kunai, atado por una cinta a su dedo corazón, y salta por encima de la espada de su compañero para lanzar el cuchillo a su adversario, pero éste lo esquiva agachándose.


Melee usa la cuerda para reclamar el kunai y obliga a Kerubero a evitarlo de nuevo, saltando por los aires y dando una pirueta, escalando así hasta una gárgola de la fachada.


Shula se pone en guardia. Babidí le ha devuelto el control.


El monje usa su poder mental para hacer levitar una columna del templo, arrancándola de la estructura, y la lanza a su enemigo, pero Kerubero la detiene con la punta de su bastón. La columna estalla en mil pedazos.


El guardián desciende, y al aterrizar clava su bastón en el suelo, provocando una onda expansiva destructora que repele a los tres hombres de Babidí.


Kerubero mira desafiante a sus enemigos. La esfera de su bastón se ilumina durante unos segundos.


- “No podréis derrotarme.” – dice el guardián. – “Y ya he avisado a mi Señor.”


Shula, Gola y Melee se levantan de nuevo y se ponen en guardia.


- “Nadie puede detener a nuestro Amo” – dice Shula. – “No siquiera los Kaioshin.”


Kerubero frunce el ceño al oír esas palabras.


- “Si lo que decís es cierto… Lo mejor será que os mate.” – dice el guardián.


Los tres monjes se abalanzan sobre el guardián, que con su vara detiene los golpes de Shula, los espadazos de Gola y repele el kunai volador de Melee.


- “Es inútil.” – dice Kerubero. – “No lograréis pasar.”


De repente, el rostro del guardián se torna diabólico y en su mano derecha se forma una esfera de ki rojo.


- “¡Bombardeo sangriento!” – exclama al disparar a sus adversarios.


Cristales de ki son proyectados contra los hombres de Babidí, provocándoles un centenar de cortes profundos a cada uno.


- “Os lo he advertido.” – dice Kerubero, con voz de ultratumba.


La resistencia de los hombres de Babidí es extraordinaria y logran ponerse de nuevo en pie.


- “Admito que la magia de vuestro señor es fuerte…” – dice el guardián.


Gola gruñe mientras carga contra Kerubero.


- “¡GRRAAAAH!” – grita el grandullón.


El guardián se anticipa a Gola y le golpea con la punta de la vara en el abdomen, provocando que el monje estalle en mil pedazos.


Shula y Melee se quedan boquiabiertos ante el poder de su adversario.


La mujer lanza su kunai y lo enrolla en la vara de Kerubero.


- “¡AHORA!” – exclama ella, tirando con fuerza de la cinta y desarmando al demonio.


Shula ataca al guardián, pero éste detiene el derechazo del monje con su mano izquierda.


- “Puedo canalizar mi energía a través del bastón... pero la técnica es mía.” – sonríe Kerubero.


El guardián golpea el pectoral derecho de Shula con la yema de los dedos índice y corazón de la mano derecha. El hombro del monje estalla, cercenándole el brazo y dejándole moribundo en el suelo.


Melee retrocede asustada, pero Kerubero no está dispuesto a dejarla huir.


El guardián alza su mano y prepara un ataque de energía.


- “Empalador sangriento” – murmura Kerubero, mientras una estaca de energía brota de su mano y atraviesa a la mujer.


El rostro de Kerubero regresa a la normalidad. El guardián reclama su bastón, que vuela hasta su mano.


De repente, un rayo cae sobre el templo Makyo. Las puertas han sido abiertas.


- “¡¿Qué?!” – se sorprende el guardián.


El guardián se acerca al malherido Shula y busca en su gi, pero no encuentra la piedra roja.


- “Maldición…” – gruñe el demonio.


Babidí ha usado su magia para teletransportarse al planeta y se ha colado en el templo. Ha llegado a una gran sala con un pilar central en el que se apresura en colocar la Bella Durmiente, proporcionando energía al santuario.


- “¡QUIERO MI DEMONIO!” – exclama el brujo, contento al ver que el templo responde a su llamada.


Una extraña niebla inunda el lugar. Durante un breve instante, el brujo puede ver el Makai ante sus ojos. Un lugar lleno de odio, dolor y muerte.


Kerubero persigue al brujo hasta la sala y se adentra en la niebla, que empieza a desvanecerse, revelando una silueta en el centro de la sala.


Un ser de piel rosada, cuernos pequeños en la frente y ojos amarillos rasgados, vestido con un mono azul, botas y capa blancas.


- “No… No es posible… ¡¿Dabra?!” – tartamudea Kerubero. – “¿Cuánta energía tenía ese cristal…?”


Babidí celebra su deseo cumplido.


- “¡Bienvenido, demonio!” – dice el brujo.


El recién llegado mira a su alrededor con recelo y luego se fija en el brujo.


- “¿Quién eres tú?” – pregunta Dabra.

- “Soy tu Señor…” – responde el hechicero. – “Babidí.”

- “Un brujo…” – murmura Dabra. – “Ju, ju… ¿Es una broma?”

- “¿Cómo dices?” – se sorprende Babidí.

- “Soy Dabra, el Rey de los Demonios.” – se presenta el diablo. – “No me arrodillaré ante ti.”

- “Cuida tus palabras, Dabra…” – protesta Babidí. – “Debes tu existencia a mi Maestro…”


Esas palabras llaman la atención del demonio.


- “¿Tú? ¿Eres un…?” – responde Dabra.


Pero Kerubero interrumpe la conversación.


- “Bienvenido, señor Dabra” – dice el guardián.

- “Kerubero…” – sonríe Dabra. – “Han pasado miles de años…”

- “¿Cómo está su padre?” – pregunta el huésped.

- “Viejo.” – responde el Rey.

- “Me alegro de verle, señor…” – sonríe Kerubero. – “Pero debo pedirle que regrese a su hogar.”


Dabra se fija en la marca de la frente del guardián.


- “Veo que tienes un nuevo dueño…” – dice el Rey de los Demonios.

- “Es mas bien un trabajo.” – responde Kerubero.


Babidí aprovecha la oportunidad para meter cizaña.


- “¡Mátale, Dabra!” – dice el brujo. – “¡Quiere encerrarte de nuevo!”


Dabra mira con desprecio al hechicero.


- “Cállate.” – le responde.


Babidí aprieta sus puños.


- “Te arrepentirás de esto, demonio…” – protesta el hechicero.


Kerubero sonríe.


- “Por favor, señor Dabra…” – dice el guardián. – “Regrese a su reino.”

- “Un reino de dolor…” – sonríe Dabra. – “Es aburrido… Nadie muere durante mucho tiempo…  Creo que antes de regresar, daré una vuelta entre los mortales…”


Kerubero sonríe con ironía.


- “No puedo permitirlo, señor.” – dice el guardián, transformando su rostro de nuevo.


Dabra abre su mano derecha y materializa una espada.


- “Esto va a ser divertido…” – sonríe el diablo.


El Rey se abalanza sobre Kerubero e intenta propinarle un espadazo, pero el guardián lo detiene con su vara.


- “Muy bien…” – sonríe Dabra.


El Rey de los Demonios insiste con varios ataques rápidos con su arma, pero Kerubero los detiene todos.


Dabra aparta al guardián de una patada.


- “No decepcionas…” – le felicita el Rey. – “Tu forma de pelear sigue siendo elegante y eficiente…”

- “Se ha vuelto muy fuerte, señor.” – responde Kerubero.

- “He seguido tus consejos.” – responde Dabra con cierta nostalgia.

- “Eso me enorgullece…” – sonríe Kerubero. – “Siento tener que matarle.”

- “No te preocupes.” – responde el Rey. – “Eso no va a ocurrir.”


Kerubero alza su mano y dispara un "Bombardeo sangriento" a Dabra, que resulta ser un espejismo.


- “¡Estoy aquí!” – exclama el demonio, que aparece detrás del guardián y le escupe una llamarada.


El guardián también resulta ser un espejismo.


Las llamas incendian la sala. Babidí tiene que refugiarse en una burbuja mágica que él mismo invoca.


Kerubero sorprende a Dabra por la espalda y le golpea con la punta de su bastón, repeliéndole y estrellándole contra el suelo.


- “¡AH!” – sufre el brujo.


El Rey cae en las llamas de rodillas y vomita sangre. Sus órganos internos han quedado hechos papilla.


- “Ah… ah…” – intenta respirar el diablo.


Kerubero desciende frente al Rey de los Demonios.


- “Lo siento, Dabra.” – dice el guardián. – “Aún no has superado a tu viejo maestro.”


El Rey de los Demonios se siente impotente. La ira le embarga.


Una sonrisa se dibuja en el rostro de Babidí.


- “Acepta mi poder…” – habla telepáticamente con Dabra. – “Acéptalo y nada podrá detenerte…”


De repente, una “M” negra se dibuja en la frente de Dabra. Su herida ha dejado de doler.


El demonio se levanta. Kerubero retrocede con recelo.


- “No… señor Dabra…” – sufre el guardián al ver que su viejo pupilo ha sucumbido.


Dabra agarra del cuello a Kerubero.


- “No perderé ante un viejo mayordomo.” – dice Dabra.

- “El Rey Abraca estará muy decepcionado…” – susurra Kerubero.

- “¡Yo soy el Rey ahora!” – replica el demonio.


Dabra lanza a Kerubero al fondo de la sala.


Babidí entra en escena.


- “Muy bien, Dabra… Muy bien…” – le felicita el brujo. – “¡Mátalo!”

- “A sus órdenes, amo Babidí.” – responde el demonio.


Dabra invoca una bola de fuego y hace arder al guardián del templo.


Babidí y Dabra salen del templo en llamas. El brujo guarda la Bella Durmiente en su túnica.


- “Vamos a lograr grandes cosas juntos, Dabra…” – sonríe Babidí.

- “Por supuesto, señor” – responde el demonio.


De repente, un moribundo Shula agarra la túnica del brujo.


- “Amo… Amo Babidí…” – dice el monje de Ira-aru. – “Por favor… ayúdeme…”


El brujo da una patada a Shula para que le suelte.


- “Ya no me sirves de nada…” – protesta el hechicero. – “¿Para qué te quiero?”


Dabra se acerca al monje y lo mira con desprecio.


- “Por favor…” – suplica Shula.


El demonio escupe al monje y éste se convierte en una estatua de piedra.


- “¡Buen trabajo!” – celebra Babidí. – “Con tu ayuda, lograré mis objetivos en un periquete.”


- “Le ayudaré en todo lo que pueda, señor.” – responde Dabra.


En unos instantes, el brujo y su demonio han desaparecido.


Un moribundo Kerubero, con su cuerpo quemado, se arrastra por el suelo hasta llegar hasta la estatua de Shula.


El demonio pone todas sus fuerzas en replicar la marca de su frente en la de Shula, sobre la "M" de Babidí.


- “Serás el testimonio de mi voluntad…” – dice el demonio. – “Te transmito mi juramento…” – añade antes de exhalar su último aliento.

14 comentarios:

  1. ¡Tenemos Especial!
    ¡Espero que os guste!

    Kerubero (Cerbero) es Lucifer, de "La Bella Durmiente en el Castillo del Mal", pero le he cambiado el nombre y su historia.
    Shula, Gola y Melee son del relleno del anime de DB. Les he cambiado la historia.

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  2. M=Majin. W=Wajin
    Es como Mario y Wario
    :v

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  3. Le pasó el juramento a una estatua que ya sabemos llev 20 años reconvertida. Qué ganas de que todos estos personajes de especiales hagan su aparición (si cuadra) en la historia principal.

    Siempre me imaginé a babidi visitando el makai... Sobretodo en dbnsl por el comentario de garlick, que da a entender que sabe que dabra "hincó la rodilla" ante un bruji

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    1. Por cierto... Como que Shira, que es un demonio (o al menos de aspecto no-kaio shin) es de ira-aru?

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    2. He modificado el color del cabello de Shula para que encaje mejor (aquí es blanco). El color de piel ya coincidía con Shin y sus ojos también son rasgados.

      Solo hay una forma de salir del Makai ("oficial") y es este templo. Un punto donde la distancia entre dimensiones es más delgado. Las brujas (como Baba) tienen permiso para invocar a un demonio a sus órdenes (Akkuman en su caso).

      En cuando a la aparición de personajes en la trama principal... Llegará el momento ;)

      Por cierto, Vegetto, Whis y compañía viajaron al Makai desde este punto.

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  4. W de Wukong, Sun Wukong.
    El que vió es El rey mono xd

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  5. Hace falta el poder de los dos "monos" más poderosos para resucitarlo.

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    1. Pronto sabremos más. Los kashvar están más cerca que nunca.

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  6. Shula, me sono como a alguien de la galaxia del norti si ñor!

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    1. No se de donde eres jeje, pero en el norte de Mexico dicen shula en lugar de chula, para referirse a una mujer guapa, y algunls dicen norti, bueno asi se escucha por su acento. Y dicen "si ñor" en lugar de si señor, la cual es una expresion de afirmacion.

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    2. Ah, vaya XD No lo sabía.
      Yo soy de España.

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