domingo, 12 de noviembre de 2023

DBSNL // Capítulo 323: Ingenio heredado

DBSNL // Capítulo 323: Ingenio heredado

“Un guerrero es la unión de su cuerpo, su mente y su espíritu.”



En la fábrica de Godgardons, Son Gohan y Zahha se encuentran listos para un nuevo asalto. El mestizo ha manifestado su intención de pelear con todas sus fuerzas, a lo que Zahha responde reclamando sus armas, que orbitan de nuevo a su alrededor.



Dibujado por Ipocrito



En un parpadeo, Son Gohan desparece.


El mestizo reaparece detrás de Zahha, pero el espadachín ya ha movilizado una de sus armas para interceptar al hijo de Goku.


La espada verde corta al mestizo por la cintura, pero resulta ser solo un espejismo.


Pronto una docena de imágenes de Son Gohan danzan alrededor del espadachín.


Zahha suspira con decepción.


- “Un truco muy burdo para alguien con tu caché…” – refunfuña el espadachín.


Los espejismos poco a poco se acercan a Zahha.


El espadachín lanza su espada morada contra los espejismos, que gira sobre sí misma y los corta a todos por la mitad.


De repente, Zahha siente como algo se aproxima rápidamente por su espalda, y sin dudarlo hace que la espada verde lo intercepte.


- “¡¿EH?!” – se sorprende el espadachín al ver que ha cortado por la mitad una cabeza de Godgardon.


Zahha se revuelve rápidamente, suponiendo una trampa de Gohan, esperando que el mestizo intente sorprenderle de nuevo por la espalda.


Pero no hay nadie. Ni rastro de Son Gohan.


Zahha mira a cada lado.


- “¿Dónde se ha metido?” – se pregunta. – “¿Qué trama?”


Zahha desciende hasta posarse en el suelo. Sus espadas regresan a su órbita habitual.


- “¿Te escondes de nuevo?” – refunfuña el espadachín.


De repente, un blast de ki se eleva entre la maquinaria de la fábrica y estalla contra el techo, haciendo que se derrumbe sobre el espadachín.


Pero Zahha alza su mano derecha y, sin inmutarse, detiene los cascotes, dejándolos suspendidos en el aire.


El espadachín, con un elegante gesto los lanza hacia el origen del blast de ki, bombardeando esa parte de la fábrica con la intención de que alguna roca golpee al mestizo.


En ese instante, Son Gohan sale de su escondite y salta por encima de la lluvia de cascotes, con una esfera de energía azul entre sus manos.


- “¡Kamehame…!” – recita rápidamente. – “¡¡HAAAAA!!” – dispara.


El espadachín hace que sus armas vuelen a interceptar el ataque, colocándose en cruz en su camino.


- “Je…” – sonríe el mestizo.


Gohan cierra sus manos alrededor del Kamehameha como si se cerraran las fauces de un dragón, estrujando la fuente de la técnica y haciendo que el ki tenga que filtrarse entre sus dedos, dividiendo el torrente de energía en múltiples proyecciones menores.


Las porciones del Kamehameha evaden las espadas por encima y por debajo, sorprendiendo a Zahha, que se ve obligando a protegerse personalmente del ataque.


El espadachín se cubre cruzando los brazos frente a su rostro y recibe los impactos del Kamehameha, que estallan casi a la vez contra Zahha.


Mientras el espadachín está envuelto en una nube de humo, Son Gohan se abalanza sobre él, volando a toda velocidad, descendiendo a medida que avanza.


Al sobrevolar las espadas, el mestizo da una voltereta antes de pisar el suelo y extender sus manos hacia atrás para lanzar una onda de energía con cada una para, no solo propulsarse hacia el enemigo, si no para lanzar sus espadas lo más lejos posible.


Gohan avanza disparado a una velocidad vertiginosa y entra en la nube de humo.


Gohan sale por el otro lado de la nube. Ha golpeado a Zahha con ambos puños en su abdomen y éste escupe sangre mientras se dobla sobre la espalda del mestizo.


Zahha abre sus manos y reclama sus espadas, que acuden a su llamada, pero se encuentran a una considerable distancia gracias a la estrategia del mestizo.


De repente, el aura incolora de Gohan se torna amarilla y toma forma esférica, envolviéndolo.


- “¡¿EH?!” – se asusta Zahha.

- “¡¡¡HAAAAAAAAA!!!” – grita Gohan.


De su aura es proyectada una onda de energía que empuja a Zahha a través de la fábrica, rompiendo la barrera del sonido.


Gohan se detiene en el aire mientras ve alejarse a su enemigo, que rompe la pared de la fábrica para continuar hasta perderse en el horizonte.


Las espadas se aproximan a Gohan por la espalda, pero el mestizo, sin mirar, se aparta ligeramente hacia la izquierda para dejar pasar la morada, y luego hacia la derecha para dejar pasar la verde… pero con un rápido movimiento la agarra por el mango.


Una explosión sacude la zona, pues el ataque ha estallado en el horizonte.


En la zona desértica, los torbellinos creados por el demacrado anciano invaden el terreno de combate. 


Cell ve como su contrincante desparece entre la tormenta de arena.


- “Tsk…” – protesta el insecto. – “¿Intentas huir de nuevo?” 


Detrás de él, una silueta surge del suelo.


Sin dudarlo, Cell se revuelve y corta su cabeza.


Pero la figura decapitada propina un puñetazo ascendente al insecto, cogiéndolo desprevenido y haciéndole retroceder.


- “¿Hmm…?” – murmura Cell.


La figura resulta estar hecha de arena.


Alrededor del insecto, una docena de adversarios nacen de la tormenta, todos con un aspecto rejuvenecido de su contrincante, con una cresta de cabello, vestidos con ropajes que Cell ha visto antes, pero que le es difícil concretar entre la arena.


Los clones rodean a Cell, que se pone en guardia imitando la pose con la que hace tantos años su homónimo del Universo 7 se enfrentó a Súper Vegeta.


Un clon de arena se abalanza sobre Cell por su derecha, pero el insecto lo intercepta con un rápido movimiento, destruyéndole la cabeza con un golpe con el dorso del puño.


Los demás lo siguen y pronto están todos sobre el insecto.


Cell dispara a uno, atravesándole el pecho, dejándole un agujero de cristal.


El insecto se revuelve y corta a otro por la mitad con el canto de su mano, aunque las dos mitades se unen de nuevo para golpear a Cell, que encaja el golpe sin dolerse.


Pronto dos hombres de arena agarran los brazos del insecto, y un tercero se prepara para golpearle en el abdomen, pero Cell lo sorprende abriendo su boca y emanando un ataque de ki amarillo que desintegra a su adversario.


En la zona volcánica, Kamo, sintiéndose humillado ante el despertar de Vegeta, le embiste con todo su odio.


- “¡YAAH!” – grita el tsufur, intentando golpear al saiyajín.


Vegeta evade el primer puñetazo con facilidad, moviendo la cabeza hacia un lado.


El tsufur lo intenta de nuevo con un gancho ascendente, pero Vegeta lo esquiva inclinando ligeramente la cabeza hacia atrás.


Kamo, desesperado, lo intenta de nuevo, cargando un fuerte puñetazo que lanza contra la cara de Vegeta con todas sus fuerzas.


Esta vez, el golpe impacta directo en la mejilla del saiyajín, haciendo que éste retroceda dos pasos, girando sobre sí mismo antes de recuperar la estabilidad.


- “Ja… jaja…” – ríe un victorioso Kamo.


Vegeta mira al tsufur con el labio sangrando y una media sonrisa pícara en su rostro.


- “¿Eso es todo?” – se burla el saiyajín. – “Hace un momento presumías de la superioridad de tu cuerpo…”

- “Maldito seas…” – gruñe Kamo. – “¡¡MALDITO SEAS, SAIYAJÍN!!”


Kamo aviva su aura y carga contra Vegeta, pero al dar el primer paso se topa con la mano del saiyajín a pocos centímetros de su cara.


- “Un guerrero es la unión de su cuerpo, su mente y su espíritu.” – sentencia Vegeta.


Con un empujón de ki invisible, Kamo sale repelido violentamente.


En la fábrica, Gohan empuña el sable verde de su adversario y presume sus habilidades aprendidas con la Espada Z.


Zahha, empuñando la espada morada, camina hacia el mestizo. Su ropa ha sufrido daños con el ataque de Gohan, pero no tarda en repararse mágicamente.


- “Insolente…” – gruñe Zahha, que alza su mano libre para reclamar su arma verde.


El arma que empuña el mestizo intenta escapar de sus manos, pero este la agarra con fuerza, clavando los pies en el suelo.


- “No… tan… rápido…” – protesta Gohan, esforzándose por retenerla. – “Yo… no quiero… pelear…”


Zahha detiene su reclamo repentinamente y Gohan casi se cae de espaldas, pero tras dar varios pasos atrás se estabiliza.


- “No es cualquiera que puede empuñar mis espadas…” – concede Zahha.


Gohan clava el espadón en el suelo.


- “Tu forma de usar luchar…” – dice el mestizo. – “Se parece a la de mi amigo Trunks.”

- “Hmm…” – murmura Zahha.

- “Y tu forma de moverte…” – continúa Gohan. – “No es la primera vez que me enfrento a tu soberbio estilo de lucha.”


Zahha frunce el ceño. Gohan sonríe al ver la reacción del espadachín.


- “¿Quién eres?” – pregunta el mestizo, usando la lengua de los Dioses.

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