domingo, 5 de noviembre de 2023

DBSNL // Capítulo 322: El Número 1

DBSNL // Capítulo 322: El Número 1

“Mis principios son un sacrifico doloroso pero necesario.”



Cell, con el corte en su abdomen por la espada de ki de su adversario, retrocede lentamente.


El anciano demacrado alza su mano y apunta al insecto.


- “Los mortales desafiáis continuamente las leyes de los Dioses.” – murmura. – “Abominaciones como tú no son tan distintas de Majin Bu.”


Con una fuerza invisible Cell es lanzado contra las dunas de arena.


El viejo, levitando a pocos centímetros del suelo, avanza hacia él.


Cell se levanta. La herida de su abdomen se cierra lentamente.


- “¿Es que no sabes por quién luchas?” – sonríe Cell. – “Ese Raichi es…”


De nuevo, el anciano usa su poder mental para agarrar a distancia al insecto del cuello y lo levanta del suelo.


- “Silencio, criatura…” – gruñe la decrépita figura. – “Mis principios son un sacrifico doloroso pero necesario.”


Cell eleva su ki.


- “¡¡AAAAAAH!!” – estalla su aura amarilla.


El insecto logra liberarse del agarre psíquico de su contrincante.


- “Hmm…” – murmura la vampírica figura con hastío.


Cell apunta a su adversario con su mano derecha, con ánimo de revancha.


- “¡HA!” – dispara una onda de ki.


El ataque es repelido como si rebotara contra una barrera de energía invisible.


- “Tsk…” – protesta Cell. – “Qué molesto…”


El anciano sonríe.


- “Tu fuerza no es nada comparada con mi fortaleza mental.” – sentencia el viejo.


Cell esboza una media sonrisa prepotente.


- “Un nuevo reto es siempre bienvenido.” – dice el insecto.

- “¿Un reto?” – frunce el ceño el viejo. – “¿Eso es todo?” – gruñe entre dientes mientras aprieta los puños. – “¡El destino del Universo está en juego!”


Cell no puede evitar reír.


- “¡Ja… jaja…!” – arranca el insecto. – “¡JAJAJAJAJA!” – estalla en una carcajada.

- “¿Qué es tan gracioso?” – protesta el enemigo.

- “¿Crees que me importa lo que le pase al Universo? – replica Cell. – “Ya hay otros que se preocupan por eso.” – sonríe. – “Yo tengo mis propias metas. Además, tengo que derrotarte a ti de todas formas, ¿no?”


El anciano aprieta sus puños con rabia. Sus largas uñas se clavan en su propia carne, sangrando.


- “Lo sabía… Sabía que hice lo correcto… Mi sacrificio…” – gruñe. – “Y aun así, el Dios del Todo decidió apostarlo en un estúpido juego… Mi vida no ha significado nada…”

- “¿Ahora vas a contarme tus miserias?” – se burla Cell. 


La arena del desierto se levanta y forma cientos de remolinos que pronto se convierten en verdaderos tornados de arena.


- “El mundo necesita Dioses.” – sentencia el viejo. – “Adorarlos o temerlos… lo decide cada mortal.”


En la fábrica de Godgardons, Son Gohan observa detenidamente a su contrincante, que levita frente a él con sus dos espadones orbitando a su alrededor.


- “¿Quién eres?” – pregunta el mestizo.


Las espadas empiezan a girar alrededor del enemigo.


- “Me llamo Zahha.” – responde usando la lengua de los Dioses.


Gohan frunce el ceño.


- “Tu forma de pelear…” – dice Gohan, mirando las espadas flotantes. – “¿Quién te ha entrenado?”


Zahha no responde y lanza la espada morada a su contrincante.


Gohan la evita inclinándose a un lado y sale volando hacia Zahha dispuesto a propinarle un puñetazo, pero éste hace girar la espada verde a su alrededor, haciendo que Gohan deba detenerse en el último instante para que su brazo no sea cercenado.


Gohan retrocede y dispara un blast de ki que impacta en el arma.


Al reaparecer, el arma sigue en su lugar, pero Zahha ha desaparecido.


- “¡¿EH?!” – se alarma Gohan.


El enemigo parece sobre el mestizo y le propina un codazo en la cabeza que lo lanza contra el suelo.


Tras estamparse en el pavimento, el mestizo se levanta mientras se frota la cabeza.


- “Ay… ay, ay…” – se queja Gohan.


Zahha desciende lentamente hasta el suelo mientras sus espadas vuelven a él.


- “No debería sorprenderme…” – sonríe el espadachín. – “Al fin y al cabo, eres el orgullo de los Kaioshin de este Universo.”


Gohan se pone en guardia.


- “¿Qué te parece si nos ponemos serios?” – dice el mestizo.


Zahha sonríe.


En la zona volcánica, Kamo carga contra Vegeta.


El saiyajín se defiende con ambos brazos frente a su pecho mientras reaviva su aura.


Pero Kamo gira sobre sí mismo para propinarle una coz que lo empuja.


Kamo apunta con su mano derecha al saiyajín mientras éste intenta recuperar la estabilidad.


- “¡¡HA!!” – dispara una esfera de energía fucsia que recuerda al “Big Bang Attack” de Vegeta.


El saiyajín extiende las manos hacia delante y frena el ataque de Kamo para después desviarlo hacia el cielo.


Pero Kamo aprovecha ese instante en el que Vegeta alza los brazos para sorprenderle con un fuerte puñetazo en el abdomen.


- “¡Ghaaagh!” – encaja el golpe el saiyajín, doblándose sobre sí mismo y perdiendo su transformación.


Kamo remata a Vegeta con un codazo en la espalda que lo lanza hacia el suelo.


Mientras cae, Vegeta se revuelve y lanza varios blasts de energía que Kamo encaja cruzando los brazos frente a su rostro.


Al disiparse la humareda, Vegeta ha desaparecido.


- “Hmm…” – murmura Kamo. 

- “¡¡FINAL…!!” – la voz del saiyajín retumba entre rugidos del volcán.


Kamo mira a su alrededor, pero no lo encuentra.


Finalmente, un destello de luz se cuela entre las nubes negras del cielo.


- “¿Eh?” – el tsufur se da la vuelta.

- “¡¡…FLASH!!” – grita Vegeta.


Un rayo concentrado de ki amarillo perfora el cielo y cae sobre un sorprendido Kamo.


Pero el rostro del tsufur pierde la sorpresa para transformarse en una media sonrisa pícara.


Kamo extiende los brazos hacia el torrente de ki con la intención de detenerlo.


El ataque choca contra las manos del tsufur, haciéndolo retroceder lentamente.


- “Je…” – se burla Kamo. – “¿Eso es todo? Esperaba más de ti, Príncipe…”


Pero de repente, el Final Flash se desvanece y Vegeta aparece frente a Kamo, transformado en Súper Siayajín Blue.


- “¿Eh?” – se sorprende el tsfuru.

- “¡¡KYAAAA!!” – grita Vegeta mientras propina un violento puñetazo en el abdomen del tsufur.

- “¡Ghaaagh!” – se queja Kamo.

- “¡¡HAAAAA!!” – grita de nuevo el saiyajín, abriendo la mano con la que lo ha golpeado y emitiendo un disparo de ki que empuja a su adversario de contra el suelo, hundiéndolo una vez más en el mar de lava.


La respiración del saiyajín es pesada.


- “Ah… ah…” – intenta recuperar el aliento.


De repente, el mar de fuego parece estar en ebullición. Varias columnas de lava se elevan ante la sorpresa de Vegeta, hasta que revelan varias ondas de energía fucsia que se dirigen directamente hacia él.


El saiyajín se apresura en extender su mano hacia los proyectiles y emitir un empujón de ki invisible que le sirve de escudo, pues hace estallar los ataques enemigos.


Pero al disiparse la humareda resultante, Vegeta puede ver como una cúpula de lava se eleva sobre el mar hasta que es perforada por un torrente de ki fucsia que asciende hacia él.


Vegeta, sorprendido, se apresura en cruzar los brazos frente a su rostro para protegerse.


El saiyajín es engullido por el ataque enemigo.


Tras el impacto, Vegeta ha perdido los guantes y la parte superior de su vestimenta, sus pantalones también han sufrido daños. Su cuerpo humeante. Su cabello cian se apaga.


El saiyajín no puede evitar descender lentamente. Su vista se torna borrosa. Su descenso acelera.


Pero Kamo lo agarra del pelo.


- “¿Crees que ya hemos terminado?” – se burla el tsufur. – “Esto acabará cuando yo lo diga.”


Kamo lanza a Vegeta contra una pequeña isla de roca y el saiyajín cae de cara contra el suelo, deslizándose unos pocos metros.


El tsufur aterriza en la misma plataforma.


- “Príncipe Vegeta…” – sonríe Kamo. – “Tu cuerpo y tu mente te traicionan.”


Vegeta sigue tirado en el suelo, inmóvil.


- “Tus fuerzas te fallan.” – continúa el tsufur. – “La era de los saiyajín se acaba.”


Vegeta se intenta levantar. Su cuerpo tiembla.


- “La era…” – habla con dificultad. – “La era de los saiyajín… acabó hace mucho tiempo…”

- “¿Hmm?” – frunce el ceño el tsufur.

- “Tú y yo…” – continúa Vegeta. – “Somos reliquias de una era pasada… Ya no importamos… El futuro es de otros.”


Kamo camina hacia Vegeta hasta colocarse frente a él.


- “¿Futuro?” – protesta el tsufur.


Kamo propina un fuerte cabezazo a Vegeta.


El saiyajín cae de rodillas. El golpe en la cabeza ha sido tan violento que la sangre que brota de la herida se desliza por su rostro.


- “Esta vez, tú raza es la que se arrodilla ante la mía.” – sentencia Kamo.


Vegeta parece aturdido, su cabeza se tambalea ligeramente. La sangre llega a su barbilla y gotea en el suelo.


Kamo apunta al saiyajín con su mano.


La mirada de Vegeta se nubla. El estruendo del volcán se torna tan confuso que se convierte en silencio.


Una esfera de ki fucsia se concentra a pocos centímetros de su rostro.


En la mente del saiyajín retumban las palabras que su padre le dedicó tras ser humillado por Dodoria frente a su propio trono.


- “Tú eres el Príncipe de una raza de guerreros extraordinaria.” – dice la voz del Rey Vegeta. – “Y vamos a trabajar duro para que se den cuenta de eso. Para poder decir con orgullo que somos saiyajín. Lucharemos para que, en el futuro, nadie se atreva a hablarte así.”


Kamo sonríe.


- “Hasta nunca, Príncipe.” – sentencia el tsufur.


Pero de repente, el saiyajín agarra el antebrazo de Kamo.


- “¿EH?” – se sorprende el tsufur.

- “¿Crees… que voy a permitir… que me derrotes…?” – gruñe Vegeta mientras le aprieta el brazo hasta que se disipa la esfera de energía. – “¿Con un cuerpo robado…?”


Vegeta se levanta. Sus pupilas son grises.


- “Presumes de un poder que no es tuyo…” – dice Vegeta. – “Puedes haberme robado el cuerpo, pero no es tuyo… No lo has trabajado…”

- “Tsk…” – protesta el tsufur, que con dificultad logra liberarse del agarre de Vegeta.

- “Este cuerpo… ha sido forjado en cientos de batallas.” – continúa el saiyajín. – “La Tierra, Namek… Me he enfrentado a Freezer, a Majin Bu… al Dios de la Destrucción… a los ángeles… a Dios y al mismísimo Diablo.”


Vegeta da un paso hacia delante mientras su aura magenta lo envuelve desde los pies hasta el cabello, como si el cuerpo del saiyajín se prendiera fuego.


Kamo retrocede instintivamente.


- “Eres… eres un monstruo…” – titubea el tsufur.

- “Mi orgullo saiyajín… Mi vida en la Tierra…” – continúa Vegeta. – “¿Crees que puedes aprender todo eso robándome el cuerpo?”


Vegeta da otro paso. Kamo retrocede de nuevo.


- “Y sobre todo… Hay algo más que debes comprender…” – dice el saiyajín. – “Ahora que Son Goku no está…” – esboza una media sonrisa con orgullo y melancolía. – “…yo soy el Número 1.”

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