Red World / Parte IV: Ultimátum a la Tierra
“Eres un joven muy prometedor.”
Guanai y Ten Shin Han se encuentran cara a cara.
- “Puede que me hayas engañado con tu fuerza de combate…” – dice el mixxileo. – “Claramente superas las unidades que revelaste. Puedo sentirlo ahora mismo en mi propio cuerpo.”
- “¿En tu cuerpo?” – se extraña Ten.
- “Parece que me has estado ocultando algunas habilidades, asesino…” – sonríe Guanai con picardía. – “No me vas a culpar por lo mismo, ¿verdad?”
- “¿De qué estás hablando?” – insiste Ten.
- “Mi raza tiene la capacidad de copiar temporalmente las habilidades genéticas de cualquier otra raza a partir de su sangre.” – revela Guanai.
- “¿La sangre?” – Ten recuerda el corte en su pierna. – “Así que fue eso…” – recuerda a Guanai lamiéndose la mano.
Guanai sonríe de nuevo con prepotencia, pero se da cuenta de que el cadáver de su compañero yace en el suelo.
- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende el mixxileo. – “¡¿KAIZO?!”
Ten esboza una media sonrisa.
- “Lo han derrotado unos simples humanos.” – dice el asesino. – “Pero yo mismo he podido darle el golpe de gracia.”
- “Grrrr…” – gruñe Guanai. – “Voy a matarte… ¡Calculo que mi poder ahora mismo supera las 500 unidades! ¡NO ERES RIVAL PARA MÍ!”
El lagarto aprieta los puños.
- “¡¡¡GRRRHAAAAAAH!!!” – brama mientras dos bultos sobresalen de su espalda.
Ten frunce el ceño.
Dos brazos extra brotan de la espalda del enemigo.
- “¡¡YAAAAAAH!!” – exclama Guanai.
Ten Shin Han se pone en guardia.
El mixxileo se abalanza sobre Ten con sus cuatro brazos listos. Ten lo espera.
El lagarto lanza una tormenta de puñetazos, pero Ten se defiende con habilidad.
- “Je…” – sonríe el lagarto.
De repente, Guanai agarra los brazos de Ten con dos de sus brazos y lo golpea en el abdomen varias veces con los otros dos libres.
- “¡¡JAJAJA!!” – ríe el mixxileo.
Ten recibe un duro castigo hasta que Guanai le agarra la cabeza y le propina un rodillazo que lo lanza hacia atrás, con la nariz sangrando.
Ten cae al suelo, pero no tarda en levantarse de un salto, impulsándose con las manos.
Guanai sonríe.
- “Veo que no vas a rendirte…” – se mofa el mixxileo.
Ten se limpia la sangre y se pone en guardia.
Guanai carga sobre Ten, pero lo atraviesa, dándose cuenta de que era un espejismo.
- “¡Esta vez no te va a funcionar!” – exclama Guanai dando una patada hacia un lado y cazando a Ten.
El asesino recibe un golpe en la barbilla y da unas cuantas volteretas hacia atrás.
- “¡Ahora tengo tu infalible vista, ¿recuerdas?!” – se mofa el mixxileo, que carga de nuevo contra él.
Ten Shin Han levanta el dedo índice y concentra su ki en la punta.
- “¡¡DONDONPAAA!!” – exclama al proyectar su técnica.
El lagarto detiene el ataque con sus cuatro manos, retrocediendo varios metros sobre el pavimento.
- “Je…” – sonríe Guanai.
Ten Shin Han se pone de nuevo en guardia.
- “Ganar usando las habilidades de otro…” – dice el asesino. – “¿No te parece patético?”
Guanai se relame.
- “Mi fuerza es superior a la tuya.” – responde Guanai. – “Usar tus habilidades solo lo hace más divertido.”
- “Pues veamos quién las utiliza mejor.” – advierte Ten.
- “Hmm…” – frunce el ceño Guanai.
Ten Shin Han se prepara. Su cuerpo se divide hasta convertirse en cuatro clones.
Guanai se pone en guardia.
Los cuatro asesinos se abalanzan sobre el lagarto, que con cada brazo detiene los ataques de uno de los clones. Su tercer ojo va de un lado a otro, captando cada movimiento de cada Ten Shin Han.
Poco a poco, el mixxileo se siente presionado ante la tormenta de golpes.
- “Tsk…” – protesta Guanai.
Los cuatro asesinos retroceden repentinamente, confundiendo al lagarto.
Los cuatro lanzan una onda de ki con su mano derecha, atacando al enemigo desde todos los cuatro lados, obligándolo a huir saltando por los aires.
En el cielo, el lagarto sobrevuela la explosión generada.
- “Je…” – sonríe satisfecho.
Pero los cuatro Ten lanzan un ataque de ki simultáneo con su tercer ojo que sorprende al lagarto, que solo puede intentar cubrirse con sus cuatro brazos.
Tras la explosión en el cielo, el lagarto cae agachado, teniendo que apoyarse en el suelo con todas sus extremidades para amortiguar su caída.
- “Maldición…” – gruñe Guanai.
- “Je…” – sonríe Ten, mientras los clones se reúnen con él.
El lagarto aprieta los dientes.
- “Eres un idiota…” – dice Guanai. – “¡Puedo hacer lo mismo que tú!”
El lagarto se prepara y cuadruplica su cuerpo.
Los cuatro Guanai sonríen.
- “¡Ahora vuelve a ser justo!” – exclama el lagarto.
Pero se da cuenta de Ten está reclamando sus clones, uniéndose de nuevo en un solo cuerpo.
- “¿EH?” – se sorprende Guanai. – “¿Qué pretendes…?”
Ten Shin Han sonríe.
- “Puede que tengas mis habilidades.” – dice el asesino. – “Pero no has tenido mi entrenamiento.”
- “¿Qué?” – se pone serio el mixxileo.
- “El señor Tao Pai Pai es muy severo señalando mis puntos débiles.” – añade Ten.
- “¡DÉJATE DE PAMPLINAS!” – exclama Guanai, frustrado.
Los cuatro mixxileo saltan sobre Ten.
El asesino coloca sus manos frente a su rostro.
- “¡¡TAIYOKEN!!” – exclama emitiendo un estallido de luz que coge desprevenido a sus adversarios.
- “¡¡YAAAAAAAH!!” – gritan de dolor los cuatro enemigos.
Ciegos, los Guanai solo puede oír los pasos de Ten.
- “¡¿Dónde estás?!” – golpean al aire.
- “Mi increíble vista me hace muy sensible a la luz.” – dice Ten.
- “Maldito…” – intentan seguir la voz de Ten y acaban golpeándose unos a otros.
- “Y una cosa más…” – advierte el asesino. – “Al dividir mi cuerpo, mi fuerza también se divide.”
- “¡¿EH?!” – se sorprende Guanai. – “¡¡MALDITO!! ¡¡ME HAS ENGAÑADO!!” – comprende.
Ten Shin Han se abalanza sobre cada uno de los clones y los golpea con todas sus fuerzas, noqueándolos unos sobre otros.
Guanai reabsorbe sus copias y vuele a ser un único guerrero.
Malherido, el mixxileo abre los ojos con dificultad.
- “Maldición…” – refunfuña el enemigo.
- “Se ha acabado.” – sentencia Ten. – “Vuestra invasión ha fracasado.”
- “Idiotas…” – sonríe Guanai. – “¿Creéis que esto se acaba aquí?” – tose. – “Vendrá alguien más… Alguien a quien no podéis detener…”
- “¿Otra vez hablas de tu jefe?” – pregunta Ten.
- “Siete años…” – tose de nuevo Guanai. – “Calculo que os quedan unos siete años de vida… hasta que lleguen refuerzos…” – sonríe.
Ten se harta de las amenazas y asesina al mixxileo de un golpe certero en la nuez, que hace que el enemigo se asfixie.
El asesino se aparta del cadáver de Guanai y se fija de nuevo en el Coronel Green, que pese a estar herido intenta levantar al pesadísimo Número 8.
Ten Shin Han se queda mirando al pobre Pino, pero algo en el cielo llama su atención. Una alfombra voladora desciende hasta el suelo y un anciano calvo con barba blanca se apea de un salto. Va vestido con una bata blanca y lleva un viejo bastón en la mano.
- “¿Quién…?” – se sorprende Ten.
El símbolo de su ropa lo delata.
- “Es… ¡¿Kamisama…?!” – se sorprende el asesino.
- “Y tú debes de ser Ten Shin Han.” – responde el anciano.
Ten frunce el ceño.
- “Mi viejo maestro me ha hablado de usted.” – dice el asesino con rencor.
- “Veo que ese cascarrabias aún no ha pasado página…” – lamenta el anciano sacudiendo la cabeza.
- “Lo sé todo.” – insiste Ten.
- “Eres un joven muy prometedor.” – dice Kamisama. – “Creo que aún no es tarde para ti.”
- “¡No intente embaucarme con sus palabras vacías!” – explota Ten. – “¡Soy el asesino más famoso de todos los tiempos y el hombre más fuerte del mundo! ¡¿Qué cree que puede enseñarme usted?!”
- “Puede que nada…” – responde Kami. – “Soy solo un viejo… y la gente como yo ha crecido en un mundo que ya no existe… Sería mucho mejor si nos quedáramos todos callados…”
Ten Shin Han parece confuso frente a las intenciones de Kamisama.
- “Si algún día necesitas ayuda, la Tierra Sagrada de Karín es un buen lugar.” – dice el viejo dándose la vuelta y saltando de nuevo sobre la alfombra mágica.
El viejo se fija en el Coronel Green.
- “Siento tu lucha interior, muchacho.” – le dice Kamisama a Ten. – “Todos la tenemos.”
Ten mira de reojo a Pino, que a duras penas puede arrastrar a Octavio.
- “¿Valió la pena tu elección?” – pregunta Kamsiama.
Ten se sorprende al oír las palabras del anciano, pero cuando lo mira de nuevo la alfombra voladora ya vuela hacia el cielo para desaparecer en un instante.
Hola muy buena historia te felicito , aver mmm este kamisama es el maestro roshi?? Eso significa que en los U1 Y U2 el namek sin nombre no llego a la tierra no recuerdo la historia de estas dos lineas temporales pero supongo que se separan de las otras 5 mucho antes de dragon ball clasico
ResponderEliminar¡Hola! Te respondí ahora en la web nueva. Perdona que no viera el comentario de esta, pero no me llegan notificaciones de aquí. Cualquier otra cosa, escríbeme en dbsnl.com y así no se me escapa :)
ResponderEliminarPego aquí mi respuesta:
¡Gracias! 😀
Sí, es Roshi. Como bien dices, en esta Tierra nunca llegó Piccolo (Kami/Daimaoh). (Y tampoco Goku).
En el U1 se establece una tiranía gobernada por el Hakaishin, y en el U2 se “corrige” con una gobernada por el Dai Kaioshin. Esos cambios tardan en llegar a planetas insignificantes como la Tierra, pero afectan a otros más importantes como Namek o a los demonios del frío.