domingo, 30 de julio de 2023

DBSNL // Capítulo 308: Canibalismo

DBSNL // Capítulo 308: Canibalismo

“¡Es repugnante!”



En el campo de batalla, Piccolo, Pan, Bra, Baicha, Marron, Ikose, Granola y su banda pelean contra el ejército dorobochi.


- “¡Evitad sufrir heridas!” – advierte Piccolo, conocedor de las características de sus contrincantes. – “¡Pueden copiar las habilidades de su adversario probando su sangre!”


Marron patea a un dorobochi, pero otro se abalanza sobre ella por la espalda. La muchacha se da la vuelta rápidamente y lo corta por la mitad lanzándole un kienzan.


Ikose empuja a una docena de dorobochi con una Kiko-ho, pero pronto se abalanzan el doble sobre él.


Poco a poco logran reducirlo, pero Ikose activa la barrera protectora y los empuja a todos.


Ikose respira aliviado, pero se da cuenta de que ha sufrido un corte en el brazo.


Uno de sus enemigos sonríe y lame su zarpa ensangrentada… pero pronto escupe asqueado.


- “¡¿Qué es esto?!” – protesta el monstruo. – “¡Es repugnante!”

- “Je, je…” – sonríe Ikose. – “Conmigo no vais a tener suerte.”


Mientras tanto, Piccolo repele a un dorobochi de un puñetazo en el abdomen, pero este se torna amarillo como el de Botamo y lo encaja sin inmutarse.


- “¿Qué?” – se sorprende Piccolo.


El dorobochi alza su puño y éste se torna azulado y escamoso como el de Yuzun y se electrifica como el de Soshiru.


El dorobochi golpea a Piccolo y lo hace retroceder varios metros, aturdido ligeramente por el electroshock.


- “Maldita sea…” – protesta el namekiano. – “Ya tienen sus habilidades…”


El enemigo sonríe y lentamente alza la mano haciendo una pistola con los dedos.


- “¡¿EH?!” – se asusta Piccolo.


Un disparo como los de Granola atraviesa al namekiano.


- “¡PICCOLO!” – se alarma Pan.


Piccolo cae de espaldas al suelo con un agujero en el pecho.


- “Maldición…” – protesta el namekiano. – “He gastado demasiada energía en mi combate con Granola…”


Mirai Trunks observa de reojo lo sucedido.


- “¡PICCOLO!” – exclama el hijo de Vegeta.

- “No pierdas la concentración, Trunks.” – dice Onisen con la voz de Vegeta antes de golpearlo a traición y lanzarlo a varios metros de distancia.


El dorobochi camina hacia Piccolo cuando ve una mancha de sangre del namekiano en el suelo y se agacha para mancharse la mano.


- “Je, je…” – ríe mientras se prepara para lamerla.


En ese instante, Pan se abalanza sobre él y le propina una patada en la cara que lo lanza contra el suelo.


- “¡¿Estás bien?!” – pregunta ella, colocándose en guardia frente a su tío.

- “Sobreviviré.” – responde el namekiano mientras regenera su herida.


El dorobochi se levanta con la mandíbula rota, pero pasa su mano manchada por su lengua.


- “Demonios…” – refunfuña Pan.


La mandíbula del enemigo se regenera.


- “Tiene mi regeneración…” – frunce el ceño el namekiano.


El dorobochi sonríe.


De repente, varias docenas de enemigos se abalanzan sobre su compañero y comienzan a desmembrarlo y devorarlo.


- “¡¿Qué…?!” – tituba Pan, aterrada. – “¿Qué está pasando…?”

- “No…” – se alarma Piccolo. – “Esto es… es peligroso…”

- “¿Qué significa?” – pregunta Pan.

- “Están compartiendo su nueva habilidad…” – dice Piccolo asustado.


Varios dorobochi mutilados durante la batalla regeneran sus extremidades.


Mientras tanto, Reitan, Liquir, Turles, Ub y Dabra han aparecido en mitad de una frondosa jungla.


- “¿Dónde estamos?” – pregunta Ub.

- “Cuanta humedad…” – se queja Reitan.



Dibujado por Ipocrito


Turles mira a su alrededor.


- “Esto parece un terreno de caza.” – dice el saiyajín.

- “¿Y qué papel hacemos nosotros?” – se pregunta Liquir.


Dabra arruga la nariz e inhala dos veces.


- “No estamos solos.” – advierte el demonio.


Las orejas de Liquir reaccionan.


- “Tienes razón.” – asevera el kurama.


Algo se mueve entre la maleza.


El grupo variopinto de luchadores mira en la dirección del ruido, pero pronto se oye de nuevo en el lado opuesto.


- “¿Cuántos son?” – se pregunta Ub.


Reitan mira a su alrededor mientras desenfunda su espada, pero pronto se da cuenta de que alguien lo observa a lontananza desde la copa de un árbol.


- “Okure…” – murmura el herajín.


El guerrero sale volando hacia ella.


- “¡Reitan!” – se preocupa Liquir.


El kurama sale en persecución de su compañero, pero pronto es golpeado y derribado por una fuerza invisible.


De repente, Turles siente como algo le agarra la pierna y lo derriba, arrastrándolo al interior de la jungla.


Dabra y Ub se quedan solos.


- “Atento, muchacho.” – advierte el demonio. – “No bajes la guardia.”



Dibujado por Ipocrito


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