domingo, 2 de julio de 2023

DBSNL // Capítulo 305: Noche de descanso

DBSNL // Capítulo 305: Noche de descanso

“Mi hijo me ha hablado de ti.”



En la Corporación Cápsula, Bulma le ha dado la habitación de Trunks a Punch, que está tumbado mirando fijamente al techo, sin poder dormir. Goku Jr duerme en la habitación de Bra. Gohan Jr duerme en la de su padre; en la estantería hay una fotografía sacada en la boda de Gohan y Videl, en la que Mirai Trunks posa con el novio, los dos sonriendo alegremente, y al lado hay otra fotografía de Bulma sosteniendo al propio Gohan Jr. 


En el campo de batalla, Cado abre los ojos. Aturdido y confuso, se incorpora y mira a su alrededor. Su hermano Avo está sentado a su lado, sujetándose la cabeza con ambas manos. Frente a ellos, Goten y Trunks, de pie y sonrientes; contentos de que todo haya salido bien.


Gohan y Vegeta parecen orgullosos de que los muchachos hayan logrado salvar a los nahuatl. 


- “Je…” – sonríe Vegeta.


Shido no pierde su mueca amable.


- “¿He perdido?” – se hace el sorprendido. – “Vaya…” – suspira.


Gohan lo mira con recelo.


Mientras tanto, en la arena de combate donde tuvo lugar el enfrentamiento de nuestros amigos con la banda de Granola, Mirai Trunks y los demás caminan por una zona rocosa cercana a la metrópolis.


- “¿A dónde vamos?” – pregunta Bra.

- “Tiene que haber una salida…” – dice Pan.

- “Estamos todos agotados…” – suspira Soshiru.

- “¿No podemos descansar?” – se queja Botamo.

- “No seáis quejicas…” – responde Ikose.

- “Para ti es fácil…” – replica Baicha.

- “No empecéis a discutir…” – dice Marron.


Piccolo suspira.


- “Hay que seguir.” – dice el namekiano.


Piccolo se acerca a Trunks, que va en cabeza.


- “¿Crees que hay una forma de salir de aquí?” – pregunta el namekiano. – “Puede que si encontramos el límite… Podamos forzar una grieta como la que usé yo.”

- “Entiendo…” – murmura Piccolo.


Shido sonríe mientras las pantallas se desactivan.


- “¿No vas a traer a Goten y Trunks de vuelta?” – pregunta Gohan.

- “No os preocupéis.” – responde Shido. – “Os encontraréis en la siguiente fase.”

- “¿Otra fase?” – frunce el ceño Reitan.


Dabra da un paso al frente.


- “Shido…” – murmura el diablo. – “No sabía que la curiosidad de un demonio podía llegar tan lejos.”

- “¿Crees que eso es lo que me mueve?” – sonríe Shido. – “Creo que si soy un demonio por ese pecado.”

- “Hmm…” – gruñe Dabra. 

- “Puede que los Dioses consideren la curiosidad de un mortal como un defecto, pero yo la considero su mayor virtud.” – sonríe Shido con cierto orgullo.

- “Hablas como Moro.” – refunfuña Vegeta.

- “Vamos, Vegeta…” – replica Shido. – “Los saiyajín deberíais entenderme mejor que nadie.” – sonríe. – “¿No es eso a lo que has dedicado tu vida? ¿A superar tus límites? ¿A preguntarte qué hay más allá?”

- “Si tu forma de pensar se parece tanto a la de Moro, ¿por qué lo traicionaste?” – pregunta Dabra.

- “¿Traición, decís?” – responde Shido. – “La búsqueda de la verdad no es su monopolio.”


Shido reactiva las pantallas holográficas.


En la Corporación Cápsula, Punch camina a oscuras por los pasillos.


- “¿A dónde vas?” – le sorprende Bulma, vestida con su bata de laboratorio.

- “Eh…” – se excusa Punch. – “Solo salía a tomar el aire…”


Bulma enciende la luz del corredor. Punch va completamente vestido con su armadura y su abrigo.


- “Claro…” – dice Bulma. – “Pues te acompaño.” – sonríe.


Los dos salen al balcón. Ella se enciende un cigarrillo.


- “No sé cuántas veces habré dejado de fumar…” – suspira. – “Pero la Tierra siempre está a punto de ser destruida… Cuando no es por un ataque extraterrestre, es por un androide que viene del futuro o por el despertar de un mago milenario o de un Dios dormido…” – da una calada y saca el humo. – “El estrés…”


Punch no dice nada, solo mira las estrellas.


- “Mi hijo me ha hablado de ti.” – dice Bulma, sorprendiendo al hijo de Hit. – “Dice que eres un joven muy talentoso.”

- “Supongo que lo heredé de mi padre.” – dice Punch, con cierta timidez.

- “También me ha hablado de él.” – añade Bulma. – “Creo que ambos cargaban con un peso que pocos entenderíamos… por eso se entendían.”

- “¿Un peso?” – pregunta Punch.

- “Sacrificarlo todo para que los demás tengan una segunda oportunidad.” – dice Bulma.


Punch aprieta los puños con rabia y tristeza.


- “No te pediré que no te marches.” – dice Bulma. – “Si algo he aprendido con los hombres de esta familia es que son todos unos cabezotas… y tú eres como de la familia.” – sonríe, sorprendiendo a Punch. – “Pero permíteme darte un consejo.”


Punch asiente.


- “No intentes hacerlo solo.” – sonríe Bulma. – “Estás rodeado de gente que quiere ayudarte.”

- “No quiero poner a nadie en peligro…” – dice Punch.

- “Esos dos pequeñajos te ven como un hermano mayor, sobre todo Gohan.” – dice Bulma. – “Si te marchas, nadie los detendrá. Saldrán en tu búsqueda y se meterán en líos. ¿No es mejor que estés a su lado para protegerlos?”


Punch suspira, recapacitando.


- “Aprovecha la noche para descansar.” – Bulma le pone la mano en el hombro.

- “Es un buen consejo.” – interviene Ogilvie.


La voz sobresalta a Bulma.


- “¡AAAAH!” – se asusta ella.


Bulma mira a su alrededor, aún con el corazón en la boca. Finalmente se da cuenta de que el erizo está de pie en mitad del jardín.


- “¡¿ES QUE QUIERES MATARME?!” – exclama Bulma.

- “Lo siento, es que yo suelo dormir de día.” – se disculpa con una reverencia.


A Punch se le escapa una media sonrisa.

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