DBSNL // Capítulo 226: Fuego
“Para él es un juego…”
En Jinko, Onisen y el diablo siguen luchando. La creación de Raichi demuestra tener una fuerza descomunal, pero el enemigo es ágil e inteligente. La ciudad está quedando reducida a escombros por el combate.
El diablo evita de nuevo un envite del androide y salta por encima de él.
Onisen, usando el salto temporal de Trunk y Hit, reacciona rápidamente y agarra la pierna del demonio para estamparlo violentamente contra el suelo.
A través de la pantalla, Raichi y los demás observan el combate.
- “Conserva mis habilidades…” – murmura Trunks.
El demonio se revuelve y dispara a bocajarro una onda de ki que no surte ningún efecto contra su adversario.
- “Qué resistente…” – se molesta el diablo.
Onisen alarga su brazo, que se enrolla en el cuello el demonio.
El diablo corta el brazo del androide con su espada.
La extremidad cae al suelo.
La piedra del brazo brilla y éste rápidamente repta de regreso a Onisen, pero el demonio ensarta su espada en la gema, que se apaga. La extremidad queda inerte.
Onisen y el diablo se miran fijamente. El primero furioso; el segundo con una media sonrisa.
En el refugio de Raichi, el tsufur se impacienta.
- “Ese diablo es más listo de lo que parece…” – dice Reitan.
- “Ha comprendido el origen del poder de su adversario en unos pocos compases.” – dice Shula.
- “Hay más…” – añade Trunks. – “Parece que se está divirtiendo… Aún no ha revelado todo su poder.”
En el rostro de Raichi se reflejan las dudas que empiezan a brotar.
En Makyo, Gohan mantiene a la diablesa incrustada en el suelo, agarrando su rostro. De repente, el mestizo siente como el suelo aumenta de temperatura rápidamente hasta empezar a derretirse. Una columna de lava brota del piso y engulle a la diablesa mientras se proyecta hacia el cielo; Gohan se ve obligado a retroceder.
Tras un instante, la columna retrocede y la mujer aparece ilesa sobre el cráter de lava.
- “Tu fuerza y tu ferocidad son dignas del Rey de los Demonios…” – concede ella.
- “Luché contra Dabra hace tiempo.” – responde Gohan. – “No me impresionó.”
- “Deberías verlo ahora…” – sonríe la diablesa.
- “¿Eh?” – se extraña Gohan.
Mientras tanto, en el Makai, Dabra y sus tres secuaces aterrizan frente a la entrada de una gran cueva que parece hundirse pajo la rocosa superficie.
- “Es por aquí…” – dice el demonio.
De repente, Vegeta aterriza tras el grupo de diablos.
Sin tener que darse la vuelta, Dabra esboza una media sonrisa.
- “Vegeta…” – murmura el demonio.
- “¡Pero si es el Rey de los criados…!” – se burla el saiyajín.
Vegeta echa un vistazo a los secuaces.
- “¿Hay que ser feo para pertenecer al grupo?” – los provoca.
Los enemigos se preparan para atacar, pero Dabra se da la vuelta y eso los detiene.
- “Vegeta…” – suspira Dabra, con desprecio. – “Estás herido… puedo oler tu sangre… Y las condiciones de este lugar son exigentes incluso para un guerrero como tú… ¿Qué pretendes?”
- “La última ve que nos encontramos me robaron la oportunidad de enfrentarme a ti.” – dice Vegeta. – “Pero esta vez no te escaparás.”
- “Han cambiado muchas cosas desde la última vez.” – sonríe Dabra con prepotencia. – “Mi poder se ha multiplicado.”
- “Bien…” – sonríe Vegeta de la misma forma. – “Porque el mío también.”
Vegeta aprieta los puños. Los secuaces de Dabra interpretan que va a atacar se abalanzan sobre él.
- “Je” – ríe Vegeta.
En Jinko, el combate continúa. Onisen carga contra el diablo, que de nuevo se ha puesto a la defensiva.
- “Para él es un juego…” – murmura Shula.
- “¿Tienes un plan B, tsufur?” – pregunta Reitan con cierto retintín.
- “Ganará…” – reitera Raichi, con voz algo temblorosa.
En Makyo, la diablesa extiende sus brazos en cruz y alza su mirada hacia el cielo; sus ojos arden. Una gran llama la envuelve y toma forma mientras aumenta de tamaño, revelando finalmente un gran fénix de puro fuego.
Mientras tanto, Krilín, Ten Shin Han, Pino, Mai y Baicha miran el combate en el horizonte.
- “¿Deberíamos ayudar?” – se pregunta Mai.
- “¿Acaso podemos?” – dice Pino.
- “Me siento inútil…” – refunfuña Ten.
Krilín parece preocupado por Gohan.
De repente, Baicha cree ver algo en el horizonte. Una edificación de roca negra.
- “¿Qué es eso?” – pregunta el pequeño. – “¿Es donde vive la señora?”
Ten Shin Han centra sus tres ojos en el paisaje.
- “Parece un castillo…” – dice el terrícola.
El fénix alza el vuelo para luego precipitarse en picado sobre Gohan, que se cubre con ambas manos pare recibir el impacto.
Un estallido de fuego inunda la zona, provocando llamas que se levantan por encima de los cien metros.
Hinoyagi sonríe viendo el incendio.
Dibujado por Ipocrito |
Entre la fogata, la figura de Gohan puede intuirse, aún en pie. El mestizo alza su mirada y la clava en el enemigo.
- “¿Eh?” – se sorprende ella.
El suelo bajo Gohan se resquebraja antes de que él salga a toda velocidad hacia el enemigo. Un túnel de vacío se crea entre las llamas a su paso.
Gohan se presenta frente a Hinoyagi y le propina un puñetazo en la cara que la lanza hacia el horizonte. El golpe retumba por Makyo como si de un trueno se tratara.
Los ojos de Gohan están en blanco, sus colmillos afilados, y su musculatura ha aumentado.
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