miércoles, 17 de noviembre de 2021

ESPECIAL DBSNL /// Los dos grandes Súper Saiyajín // Universos 3, 5, 6 y 7 / Parte XII: La banda de Granola

Los dos grandes Súper Saiyajín / Parte XII: La banda de Granola

“¿Qué clase de burla es esta…?”



Granola y sus hombres esperan frente a la nave de Vegeta.


De repente, la compuerta del vehículo se abre lentamente, revelando al saiyajín.


Vegeta se apea vestido con una armadura nueva tipo coraza sobre un mono azul y botas y guantes blancos. El saiyajín se golpea el pecho para comprobar la dureza del equipo mientras baja por las escoleras. Una media sonrisa se le escapa.


Granola frunce el ceño.


- “Sus heridas se han curado…” – piensa el cereliano. – “¿Por qué? ¿Cómo lo ha hecho?”


Soshiru parece confuso.


- “Granola…” – dice el zalt.

- “Ya me he dado cuenta.” – responde el cereliano.


Vegeta se cruza de brazos y mira a los cinco hombres.


- “Granola, ¿eh?” – dice el saiyajín. – “Veo que has traído refuerzos.” – se mofa. – “¿Es que tenías miedo de enfrentarte a mí tú solo?”


Granola sonríe.


- “¿Miedo?” – replica Granola. – “Ni siquiera tienes cola… Y a penas escapaste de Dorakiya con vida…”

- “Aquí me tienes.” – dice Vegeta.

- “Je…” – dice el cereliano. – “Tu orgullo será tu perdición, Príncipe saiyajín.”


Granola apunta a Vegeta con su dedo índice. El saiyajín está listo.


El cereliano dispara y Vegeta esquiva el ataque.


De repente, como propulsado por un cañón de humo a presión, Shansua embiste a Vegeta, que se cubre con ambos brazos cruzados para recibir el impacto.


El saiyajín retrocede unos metros hasta impactar contra algo, deteniéndose así; es Botamo.


Vegeta se revuelve y golpea al kumotoko, pero parece que el golpe no le causa ningún daño.


En ese instante, el saiyajín siente una mano en su espalda.


- “¿Eh?” – mira por encima del hombro; es Soshiru.


El zalt libera una potente descarga eléctrica que sacude a Vegeta.


- “¡KYAAAH!” – grita el saiyajín.


Antes de poder reaccionar, Vegeta recibe un puñetazo en el rostro del haanshurui Yuzun, que ya se ha transformado.


- “Je…” – sonríe Yuzun.


Pero Vegeta ha encajado el golpe en la mejilla sin moverse.


- “¿Eh?” – se sorprenden todos.


Vegeta agarra la cara del repitiliano lo estampa de cabeza contra el suelo.


- “Je…” – sonríe el saiyajín.


Un disparo de Granola obliga al saiyajín a retroceder, poniendo cierta distancia entre él y sus enemigos, que se reagrupan.


- “Idiotas…” – murmura Vegeta. – “Habéis revelado todos vuestros trucos demasiado pronto…”


Granola se fija en Vegeta usando su extraño visor.


- “Malditos saiyajín y sus zenkai…” – protesta el cereliano.

- “Veo que sabes bastante de nosotros…” – dice Vegeta.

- “Para poder derrotar a tu enemigo debes conocerlo.” – responde Granola.


El cereliano le hace una señal a Shansua, que asiente.


El pequeño gufu empieza a emitir un extraño humo denso y oscuro desde unas chimeneas que protruyen en su espalda.


- “¿Va a embestir?” – se pregunta Vegeta. – “No…” – recapacita. – “Esto es distinto…”


El humo llena la zona de combate.


El saiyajín se queda a ciegas.


- “Es una buena táctica…” – sonríe Vegeta. – “Pero deberías actualizar tu información. ¡Puedo sentir vuestro ki!”


El saiyajín se da la vuelta rápidamente y propina una patada al zalt, que estaba acercándose a él con sigilo y lo lanza a través del humo.


- “Además, ya os tengo calados…” – presume Vegeta. – “El zalt necesita tocarme para poder emitir sus descargas más fuertes.”


Vegeta apunta a la nada y dispara. Su ataque atraviesa la densa cortina de humo hasta impactar en la barriga de Botamo, sin hacerle ningún daño. Tras él se encuentra Shansua, emitiendo humo.


- “El pequeño es la base de la técnica, así que está protegido por el grandullón…” – dice Vegeta.


Yuzun aparece de entre la humareda e intenta abrazar a Vegeta por la espalda. El saiyajín se agacha y lo evita.


- “Contáis con la fuerza bruta del haanshurui para intentan inmovilizarme…” – dice el saiyajín, que se revuelve y propina un puñetazo ascendente bajo la barbilla del lagarto, haciéndole saltar varios dientes.


Yuzun cae al suelo de espaldas.


- “Pero el verdadero peligro…” – dice Vegeta, que clava su mirada en un punto lejano a través de la gran nube negra. – “Eres tú.”


Granola puede ver la silueta de Vegeta en su visor.


Un disparo del cereliano se dirige a toda velocidad hacia Vegeta, y éste mueve su cabeza lo necesario para evitar el golpe. Un corte resulta en su mejilla.


- “Je, je…” – sonríe el saiyajín.


Granola parece frustrado.


- “Maldito…” – gruñe el cereliano. – “¡¡TE MATARÉ, SAIYAJÍN!!” – grita.


Vegeta empieza a disparar a Granola a discreción, una esfera de ki tras otra, obligando a retroceder al cereliano y sobreestimulando su visor.


- “Maldición…” – piensa Granola. – “Así no puedo verlo…”


Raudo y veloz, Vegeta aparece detrás de Shansua y Botamo y le propina un violento golpe al gufu sobre la cabeza con ambos puños enlazados, deformándole el cráneo y haciendo que se deshinche y deje de emitir humo.


Botamo se da la vuelta e intenta propinar un puñetazo a Vegeta, pero el saiyajín es más rápido y ágil y salta por encima del kumotoko.


En el aire, el saiyajín lanza dos esferas de ki a los pies del enemigo, una con cada mano, haciendo que el suelo estalle y el gran oso quede suspendido en el aire un instante sobre el hoyo creado.


Cuando Vegeta regresa al suelo se impulsa hacia el enemigo y le propina una patada, empujándolo lejos de allí.


En ese instante, Yuzun se abalanza sobre Vegeta por la espalda, que se da la vuelta, pero es abrazado por el haanschurui.


- “¡LO TENGO!” – exclama Yuzun. – “¡SOSHIRU!”


El zalt, con sus manos envueltas en electricidad, se acerca a Vegeta.



- “¡ESTOY LISTO!” – dice Soshiru.

- “¡HAZLO AHORA!” – insiste Yuzun.

- “Pero tú…” – se preocupa el zalt.

- “¡PUEDO SOPORTARLO!” – replica el haanshurui. – “¡HAZLO YA!”


Soshiru agarra la cabeza de Vegeta y libera todo su voltaje.


- “¡¡GRRRR!!” – gruñe el saiyajín.

- “¡¡GGRRAAAAAAH!!” – brama Yuzun.


Tras una intensa descarga, el zalt suelta al enemigo. Está agotado.


Yuzun deja caer a Vegeta al suelo y después se desploma él de espaldas al suelo.


- “Ah… ah…” – respira Soshiru con dificultad.

- “Grraah…” – gruñe Yuzun que, también cansado, pierde su transformación – “Aah…”


De repente, Vegeta se levanta de un brinco.


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprenden los dos enemigos.


El saiyajín se sacude el polvo de la armadura, aún humeante.


- “Cómo… cómo es posible…” – se pregunta Yuzun, titubeante, mientras empieza a levantarse.

- “Tú mismo dijiste que podías soportarlo…” – le dice el saiyajín al haanschurui. – “¿Qué te hizo pensar que yo no?”


Soshiru, frustrado, intenta dar un puñetazo cargado de electricidad a Vegeta, pero el saiyajín esquiva el golpe y obliga al zalt a atizar a su compañero haanschurui.


Yuzun sufre una terrible descarga y cae inconsciente al suelo.


- “Sin transformar no eres tan duro…” – se burla el saiyajín.


El zalt, furioso, embiste de nuevo.


- “¡MALDITOOOO!” – grita Soshiru.


Granola está volando hacia ellos.


- “¡¡ESPERA!!” – advierte el cereliano.


Soshiru propina un puñetazo eléctrico a Vegeta, que detiene el golpe con la mano. La electricidad envuelve al saiyajín, pero no parece causarle ningún efecto.


- “Je…” – sonríe Vegeta. 


El saiyajín propina un puñetazo en el abdomen del zalt, que se pliega sobre sí mismo y cae de rodillas al suelo, inconsciente.


Granola dispara una ráfaga de proyectiles de ki a Vegeta, obligándole a retroceder y apartarse de sus aliados. El cereliano aterriza frente a ellos.


Vegeta y Granola se miran fijamente. La mirada del cereliano es airada; la del saiyajín es prepotente.


- “Eres un monstruo…” – dice Granola. – “No has cambiado…”

- “Todos tus amigos siguen vivos…” – dice Vegeta.

- “¿Eh?” – se extraña el cereliano. – “¿Ahora finges compasión?”

- “Ja, ja, ja…” – ríe Vegeta. – “De eso nada.”


El saiyajín aprieta su puño derecho y apunta con él al cereliano, desafiante.


- “¡Dame un buen combate!” – exclama Vegeta. – “¡Llévame al límite y puede que los deje vivir!”

- “¿Qué clase de burla es esta…?” – gruñe Granola, ofendido.

- “Vamos, cereliano…” – sonríe Vegeta. – “¿Recuerdas como gritaba tu gente el día que mis hombres y yo arrasamos tu planeta?”


Granola aprieta los dientes con ira.


- “Yo lo recuerdo perfectamente…” – dice Vegeta. – “Disfruté matando a cada uno de los tuyos…”

- “Bastardo salvaje…” – gruñe el cereliano.


Granola toca su visor, que parece recalibrarse sobre Vegeta y enfocarle.


Sobre Vegeta, en el cielo, un pequeño brillo. Algo se acerca.


- “Cinco minutos…” – murmura el cereliano. – “Es todo el tiempo que te queda… monstruo…”

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