DBSNL // Capítulo 225: Onisen
“No pareces del tipo altruista…”
En el planeta Jinko, la creación de Raichi se enfrenta al diablo.
El joven demonio apunta al enemigo con su espada.
- “Voy a acabar esto rápido…” – dice el diablo.
Pero de repente, el hombre de Raichi se desvanece en pequeñas piezas.
- “¿Eh?” – se sorprende el diablo, confuso.
A su espalda se reconstruye la criatura.
El demonio siente el peligro y se agacha justo a tiempo para evitar un puñetazo.
- “¡Ha estado cerca!” – parece divertirse el diablo. – “¿Qué más sabes hacer?”
El demonio recupera la distancia con el enemigo y cruza los brazos frente a su pecho. Las piedras shintai empiezan a brillar intensamente.
- “¿Vas a atacar?” – se burla el demonio.
Un cañonazo de ki rojo es emitido por la criatura.
El diablo usa su arma para cortar el torrente de energía por la mitad. La ciudad queda arrasada completamente a lo largo de la bifurcación creada por el demonio.
- “Eso ha sido peligroso…” – sonríe el diablo. – “Tienes un poder devastador… ¿Eres artificial? Siento parte del Makai en ti, pero hay algo más…”
En el refugio de Raichi, Trunks y los demás observan el combate.
- “Son… son aterradores…” – tartamudea Shula.
- “Tu criatura es impresionante…” – dice Trunks. – “Pero el enemigo parece seguro de sí mismo…”
- “Onisen ganará.” – dice Raichi. – “He corregido todos los errores de Hatchiyack. Es una creación superior.”
- “¿Y qué piensas hacer después?” – pregunta Reitan. – “No pareces del tipo altruista…”
- “Podré ver, al fin.” – responde Raichi.
- “¿Ver?” – se extraña Trunks.
En un planeta cubierto por tinieblas, Son Gohan y los demás aterrizan.
- “¿La atmosfera es respirable?” – pregunta Mai.
- “Está en el límite.” – dice Pino.
- “Tengamos cuidado.” – dice Ten. – “Intentemos no hacer esfuerzos innecesarios…”
- “Eso no depende de nosotros.” – suda Krilín, preocupado.
Gohan es el primero en bajar de la nave.
- “¿Dónde estamos?” – se pregunta el mestizo.
En la cima de una roca, una mujer les recibe.
- “Bienvenidos a Makyo.” – saluda ella, con una pícara sonrisa. – “Soy Hinoyagi.”
Nuestros amigos se ponen en guardia.
- “Es un demonio…” – dice Ten.
- “No hay duda…” – confirma Krilín.
La mujer de larga cabellera blanca, viste con ropajes parecidos a los de Dabra y tiene una vara en su mano.
- “Tú…” – dice ella mirando a Gohan. – “Sin duda eres el que mató a los otros…”
El mestizo se transforma en Súper Saiyajín 3 completo repentinamente, emitiendo una fuerte corriente de aire y sorprendiendo a sus amigos.
- “Gohan…” – se preocupa Krilín.
La diablesa sonríe.
- “Eres un tipo de pocas palabras, ¿eh?” – dice ella. – “Veamos de qué eres cap…”
Gohan aparece frente a ella y le propina un puñetazo en la cara que la lanza a través del frío y oscuro páramo. Luego sale volando tras ella.
Los demás se miran entre ellos, un poco asustados.
La diablesa se detiene en el aire.
- “Maldito…” – protesta ella. – “¡No dejaré que me trates así en mi territorio!”
Gohan se dirige hacia la diablesa cuando ella sopla y genera una gran llamarada que engulle al mestizo.
Pero, lejos de achantarse, Gohan atraviesa el fuego y propina un puñetazo en el abdomen de la diablesa.
- “Necesitarás hacerlo mejor…” – sonríe el mestizo, que agarra el rostro de la diablesa y desciende a toda velocidad.
El mestizo incrusta el enemigo en el suelo.
Mientras tanto, en el Makai, Dabra alza el vuelo desde la torre del castillo, escoltado por tres demonios. Los cuatro ponen rumbo al sur, liderados por el hijo de Abraca.
El primero de los escoltas es un diablo alto de piel verde-agua y cabello blanco erizado; viste una armadura rosada cubierta por una túnica blanca. El segundo es alto y musculoso, su tez es gris, no tiene cabello, pero sí dos largas patillas lacias de color rosado; viste una armadura negra y una capa granate. El tercero es el de menor estatura del grupo, y su piel es de color verde oliva, sin cabello, su cara recuerda a un murciélago; su armadura es marrón y lleva una capa amaranto a juego con sus muñequeras.
Vegeta, Goten y Trunks pueden ver a los demonios pasando sobre ellos.
- “¡Se mueven!” – exclama Goten.
- “¿Los seguimos?” – pregunta Trunks.
Vegeta se pone en pie.
- “Necesito que confiéis en mí…” – dice el saiyajín.
- “Papá…” – duda Trunks.
- “No sabemos a qué están esperando esos demonios…” – dice Vegeta, refiriéndose a la multitud que aguarda a los pies del castillo. – “Ni tampoco a dónde se dirige Dabra…”
- “Necesitamos respuestas.” – se cruza de brazos Goten.
- “Sí…” – dice Vegeta, mientras una gota de sudor recorre su frente. – “Y tiempo…”
En el planeta de Kaiosama, el Dios del Norte se ha preparado un té y se sienta en su mesita de jardín. Da un sorbo a su bebida caliente y suspira.
- “¿Seguro que no quieres nada?” – pregunta a su acompañante.
Frente a él, de pie, con los brazos cruzados y cara de pocos amigos, Piccolo Daimaoh.
- “Me envía el señor Moro” – dice el namekiano.
- “Señor, ¿eh?” – sonríe Kaiosama con retintín.
- “Tsk...” – protesta Piccolo.