DBSNL // Capítulo 259: Voluntades enfrentadas
“¿Creéis que puede ganar?”
Moro y Son Goku se miran a través del Universo. Uno en Makyo y el otro en Konats.
De repente, Son Goku desaparece del planeta maldito.
Moro siente una presencia a su espalda y se da la vuelta lentamente para confrontar al saiyajín.
- “Son Goku…” – murmura el brujo.
Goku se encuentra sobre otro pilar de roca y mira a su alrededor, contemplando la destrucción que ha sufrido el planeta.
Moro sonríe.
- “Creo que llegas tarde…” – dice el brujo. – “Tus amigos no han podido detenerme. Nadie puede.”
- “Subestimas la voluntad del Universo.” – dice Goku. – “Luchas para conquistarlo, sin comprenderlo.”
- “¿Comprenderlo?” – sonríe Moro, mofándose. – “Lo tengo bajo mi control.”
Los ojos de Goku se iluminan de color celeste, como si de dos minúsculas Genkidamas se trataran.
Como un pulso de energía, su presencia se extiende por el planeta. Los temblores en Makyo disminuyen, el magma se calma lentamente y las columnas de fuego desaparecen, la tormenta eléctrica se disipa, dando lugar a un gran claro en el cielo que deja pasar una luz clara que ilumina el planeta.
- “¿Eh?” – se extraña Moro. – “¿Qué crees que estás haciendo?”
El sol brilla en ese punto de Makyo como nunca antes.
Pan puede ver a su abuelo a lo lejos.
- “Abuelo…” – sonríe emocionada.
Desde otro punto del planeta más alejado, Krilín se emociona al intuir la silueta de su amigo a lontananza.
- “Goku…” – dice el terrícola, con lágrimas en los ojos. – “Has vuelto…”
Moro mira a su alrededor y se da cuenta de que su influencia en Makyo ha disminuido.
- “Grrr…” – aprieta los dientes.
El brujo alza su mano, furioso, apuntando a Goku.
- “¡¡BASTARDO!!” – dispara un cañonazo de ki invisible.
La columna sobre la que estaba Goku estalla.
Goku aparece detrás de Moro e intenta propinarle un puñetazo, pero el brujo se revuelve y se cubre con ambos brazos frente al pecho, deteniendo el golpe.
La onda expansiva destruye varios pilares de roca a su alrededor.
- “Tsk…” – lo mira Moro.
Goku abre la mano con la que había golpeado al brujo y le sorprende con un empujón de ki que lo lanza a través del desierto páramo, chocando con masas de roca a su paso.
Ten Shin Han observa la escena con sus tres ojos.
- “El combate ha empezado.” – advierte a sus compañeros.
En el horizonte, Moro hace levitar escombros para ponerse en pie y poco a poco éstos arden al rojo vivo.
El brujo los lanza a través del planeta como si fueran meteoritos.
Las rocas se aproximan rápidamente a Goku, que levanta la mano hacia ellas.
Las piedras estallan al acercarse al saiyajín, convirtiéndose en gravilla que pierde fuerza y cae al suelo.
Pero una gran sombra cubre a Goku de repente y llama su atención. El saiyajín mira al cielo e identifica sobre su cabeza un meteorito gigantesco invocado por Moro que está cayendo sobre el planeta.
En la superficie, todos observan aterrados el evento.
Pero Goku no duda. Sus ojos se iluminan mientras reúne en su mano el sinuoso ki de la Genkidama y pronto lo lanza contra el peligro.
La esfera celeste choca contra el meteorito y lo hace estallar en mil pedazos diminutos que llueven sobre el planeta, ardiendo con un fuego celeste y dejando una estela plateada.
En ese instante, Moro aparece como una centella y propina una patada en el abdomen a Goku, lanzándole lejos.
- “¡Maestro!” – se preocupa Ub, viendo el combate.
Goku da varias volteretas en el aire hasta tocar tierra de pie y deslizarse unos metros sobre la superficie.
Moro desciende frente a él.
- “Son Goku…” – murmura el brujo. – “¿Qué te hace pensar que esta vez será distinto?”
- “Te mueves por venganza y odio…” – dice Goku. – “Tu corazón es tan oscuro que ni el poder de Zeno-sama pudo frenarte.”
- “¿Y no es eso lo que te ha traído aquí?” – sonríe Moro. – “¿No has venido a detenerme? ¿A vengar la muerte de tus amigos?” – le provoca.
- “Jamás he luchado porque odie a quien tengo enfrente.” – responde Goku.
- “¿Vas a darme un discurso sobre proteger a tus amigos?” – se burla el brujo.
Goku embiste con una fuerte patada, pero Moro la detiene con su antebrazo.
- “¿Eh?” – se sorprende Goku ante la facilidad del brujo.
Moro agarra la pierna de Goku y lo hace girar antes de lanzarlo por los aires.
Son Goku sigue cielo arriba y cada vez está más oscuro a medida que se aleja de la superficie, hasta llegar a la estratosfera.
Moro carga contra él a toda velocidad y le propina un cabezazo, empujando a Goku hacia el espacio exterior.
El saiyajín avanza varios kilómetros antes de poder estabilizarse.
Goku intenta aguantar la respiración, pero pronto Moro carga de nuevo contra él y le propina un puñetazo en el estómago.
- “¡AGH!” – abre la boca Goku.
Moro le agarra del cabello y vuela de nuevo hacia Makyo, contra el que el brujo parece decidido a estampar a Goku.
En la superficie, todos miran al cielo, asombrados ante el poder demostrado por ambos guerreros.
El saiyajín logra revolverse, doblando el brazo de Moro, poniéndose sobre su espalda y agarrándole la cabeza, cambiando así sus posiciones; y en un abrir y cerrar de ojos, Goku realiza el Shunkanido… y los dos aparecen en el planeta de Kaiosama, sobre el que se estrellan, formando un gran cráter.
- “¡¡UH-AH-AH!!” – se queja Bubbles, alarmado.
Goku, sobre Moro, que está incrustado en el suelo, sonríe al ver a su viejo compañero de entrenamiento.
- “Lo siento…” – se excusa el saiyajín. – “No se lo digas a Kaiosasma, ¿vale?”
Moro reaviva su aura.
- “¡¡YAAAH!!” – grita el brujo.
Goku se pone serio y realiza el Shunkanido de nuevo.
En ese instante reaparecen en el planeta del Hakaishin, y Moro se levanta y empuja a Goku, que recupera la distancia con unas volteretas.
- “¿Qué crees que estás haciendo?” – gruñe Moro. – “¿Intentas alejarme de tus amigos?”
- “Este combate es ahora entre tú y yo.” – dice Goku.
- “Je, je, je…” – sonríe Moro.
En Makyo, Pan se sorprende dejar de sentir el ki de los dos.
- “¿Dónde están?” – se pregunta su nieta.
- “Habrá usado el Shunkanido…” – dice Piccolo.
- “¿Y a dónde han ido?” – pregunta Bra.
- “Están en el planeta del Hakaishin.” – dice Trunks, mirando al cielo con su ojo gris.
- “¿Eh?” – se extraña Gohan. – “¿Cómo ha llegado papá hasta ahí? No debería haber nadie, ¿no?”
Madas se une al grupo.
- “Ahora Son Goku puede sentir la energía vital de todo el Universo…” – dice el joven anciano. – “Puede ir a cualquier parte…”
- “Como la teletransportación divina…” – se asombra Gohan.
Piccolo sonríe nervioso mientras alza la mirada al cielo.
- “Son Goku…” – dice el namekiano. – “Eres increíble.”
En el planeta del Hakaishin, Moro carga contra Goku con sus garras listas, y persigue al saiyajín mientras éste retrocede esquivando los ataques.
Poco a poco el viento se alza alrededor de los dos guerreros formando un tornado gigantesco que se va cerrando sobre ellos.
Goku usa el Shunkanido para aparecer fuera del fenómeno, en la copa del gigantesco árbol seco que preside el planeta.
De repente, el brujo aparece sobrevolando el árbol y hace llover fuego negro sobre la zona, incendiando el gigantesco ente.
Goku desaparece de nuevo y reaparece en el Planeta Sagrado, cerca del lago.
- “Tsk…” – protesta Goku, un poco agobiado. – “Tiene mil recursos…”
Moro aparece sobre una colina cercana, a espaldas de Goku.
- “¿Intentas huir?” – se burla el brujo.
El saiyajín se da la vuelta, listo para lanzarle una onda de ki, pero antes de que pueda reaccionar, Moro aparece frente a él, le agarra el brazo con una mano y la cara con la otra y lo estampa de espaldas contra el suelo, pillando a Goku por sorpresa.
- “Je…” – sonríe el brujo, fanfarrón.
Los ojos de Goku se iluminan de nuevo y un torrente de ki nace de su cuerpo y hace levitar a Moro lentamente, que se queda sorprendido ante un poder que parece surgido de la nada. Las pequeñas heridas sufridas por Goku se curan lentamente.
El saiyajín se impulsa con las manos y propina una doble patada en el abdomen del brujo y lo lanza por los aires.
Moro aprieta los dientes mientras intenta recuperar la estabilidad en el aire.
- “¿De dónde sale este poder?” – se pregunta el brujo.
En Makyo, Jiren se reúne con nuestros amigos.
- “¿Creéis que puede ganar?” – pregunta el haiirotoko.
- “Su poder ha ido en aumento desde que ha empezado el combate…” – dice Piccolo.
- “¿Eh?” – se extraña Pan.
- “¡Es cierto!” – dice Ub. – “¡Puedo sentirlo! Un gran flujo de energía vital está acudiendo a la llamada de Goku…”
Goku vuela hacia Moro, que le espera en la estratosfera.
El brujo apunta al saiyajín con la mano e invoca una gran bola de fuego.
- “¡¡YAAAH!!” – dispara.
Goku apunta con su mano a Moro y lo teletransporta frente él, haciendo que su propio ataque choque contra su espalda.
- “¡¿EH?!” – se sorprende el brujo.
Goku apunta con sus dos manos al brujo y lanza una esfera de ki parecida a una pequeña genkidama.
El brujo queda atrapado entre los dos ataques, que estallan iluminando el planeta.
En el puesto fronterizo, Baba, Bulma y el joven ogro observan atentos el combate en el televisor sobre la mesa del Rey Enma.
La explosión se convierte en un torbellino de humo y fuego que Moro inspira.
Goku parece sorprendido ante la habilidad del brujo.
Tras un instante, Moro abre su enorme boca y proyecta el poder destructivo absorbido, que engulle a Son Goku.
- “¡¡KyAAAH!!” – grita Goku, mientras es empujado por el torrente de energía.
El saiyajín cae al lago, generando una gran explosión bajo el agua que lo deja seco.
Moro espera en el aire con una sonrisa prepotente en su rostro.
El brujo levanta la mano hacia el cielo y genera una enorme esfera de ki rojo.
- “¡JAJAJA!” – ríe Moro.
Son Goku, empapado, aparece con el Shunkanido y le agarra el brazo.
- “Je…” – sonríe el saiyajín.
Los dos desaparecen, dejando atrás la esfera de ki, que mientras disminuye de tamaño va cayendo, tambaleándose como una hoja, sobre el Planeta Sagrado, acabando con una fuerte explosión.
En Makyo, todos miran al cielo boquiabiertos ante el poder demostrado por los dos contrincantes
- “No puedo… No puedo seguirlos…” – murmura Piccolo.
- “Asombroso…” – dice Gohan.
Entre rocas, cerca de la lava, Freezer intenta volver a la superficie.
- “Tsk…” – protesta el tirano. – “Son Goku…” – fuerza una sonrisa. – “Nunca te rindes, ¿no?”
De repente, Goku y Moro aparecen en Konats. El brujo clava sus garras en la espalda de Goku y lo lanza lejos.
El saiyajín se desliza sobre el suelo varios metros.
- “Tsk…” – protesta Goku.
La espalda del saiyajín sangra por cinco puntos, pero las heridas se cierran lentamente… hasta que la sangre roja que brota se vuele más oscura y el proceso se detiene.
- “Deberías hacerte una manicura…” – dice Goku.
Moro sonríe.
El brujo embiste y Goku se cubre, pero Moro se convierte en humo negro que baña la zona.
- “¿Eh?” – se sorprende Goku.
La voz del brujo retumba entre las tinieblas.
- “Mi poder es mayor que cualquier otro que puedas invocar…” – dice Moro. – “Doblegaré la voluntad del Universo si es necesario… Los Dioses pagarán sus crímenes… ¡Pagarán su indiferencia!”
Goku busca con la mirada entre las sombras.
- “No puedes volcar tus miedos en los demás…” – dice el saiyajín. – “Con tu poder podrías traer mucho bien al mundo.
- “El mundo está corrupto desde su origen.” – replica Moro.
- “En lugar de imponer tus creencias a los demás…” – insiste Goku.
- “¡Los demás están ciegos!” – exclama Moro, alterado.
Los ojos de Goku se iluminan y clava su mirada en un punto en la oscuridad.
- “¡Pues ofréceles tu guía!” – responde Goku.
Goku sale volando en esa dirección.
- “¡Moro! ¡El que vio!” – exclama Goku, extendiendo su mano hacia delante mientras avanza. – “¡¡PRÉSTAME TU MIRADA!!”
De repente, Goku pone su mano en la frente del brujo, al que ha cogido desprevenido, y las sombras se desvanecen.
En ese instante, Goku se encuentra en mitad de una pequeña aldea onírica con pequeñas cabañas de paja situada en el claro de un bosque. Los pájaros pían.
En el centro de la aldea, un montón de gente con aspecto cabrío está reunida.
Son Goku es adelantado por un niño cornudo que tras chocar con él atraviesa la multitud intentando llegar a primera fila.
Dibujado por Ipocrito |
Frente a todo el mundo, un anciano que, por un instante, Goku confunde con Moro, pero éste tiene los cuernos mucho más retorcidos, se arrodilla frente a una niña tumbada en el suelo. La pequeña casi no puede respirar y se agarra el pecho con la mano. La madre de la niña llora y suplica ayuda al anciano.
El viejo coloca su mano sobre el pecho de la pequeña y ésta es imbuida por un resplandor morado.
De repente, la niña abre los ojos y se pone en pie como si nada.
Hablando en un idioma antiguo, la renacida celebra con su madre que se encuentra bien, y ésta besa la mano del brujo, que sonríe complacido con el éxito de su buena obra.
El niño que se topó con Goku se abalanza sobre el brujo y lo abraza. El anciano le hace un mimo cariñoso.
- “Moro…” – murmura Goku, asombrado, mirando al niño.
De repente, un individuo con ropajes de Hakaishin, con aspecto leonino, pelaje rosado, melena magenta y orejas puntiagudas, aparece caminando entre la multitud.
- “Un poder muy interesante…” – dice el Dios. – “¿Puedes hacerlo de nuevo?”
La cabra anciana y todos los presentes se ponen nerviosos, como si nunca hubieran visto a un extraño.
- “Tranquilo, anciano…” – dice el Hakaishin. – “Solo me pareció una habilidad muy curiosa…”
El anciano niega con la cabeza.
- “¿No?” – frunce el ceño el Dios. – “Está bien…”
El Dios alza su dedo índice y apunta al pequeño Moro…
- “¡ESPERA!” – exclama Goku.
Pero antes de que nadie pueda reaccionar, el Dios atraviesa el pecho del niño con un rayo de ki.
El anciano se queda aterrado viendo al pequeño desplomarse contra el suelo, y con horror mira al Dios.
- “Hazlo de nuevo.” – insiste el Hakaishin, muy serio.
El anciano se agacha sobre el niño y mediante imposición de manos, empieza a curarlo.
El Hakaishin observa atentamente la magia del brujo.
- “Brujería…” – murmura el Dios.
Tres rayos de energía atraviesan a la vieja cabra, que cae sin vida sobre el pequeño Moro antes de que el conjuro hiciera efecto.
- “Cobarde…” – gruñe Goku ante la despiadada acción del Hakaishin. – “¿Cómo pudiste…?”
El Dios mira a su alrededor. El resto de aldeanos corren despavoridos.
- “Corromper la creación con brujería es peligroso…” – dice el Hakaishin. – “Lo siento… No es nada personal.” – murmura mientras se agacha y coloca su mano sobre el suelo.
- “¡¡NO!!” – exclama Goku.
- “Hakai.” – susurra el Dios de la Destrucción.
Un destello morado ciega a Goku y baña el lugar.
El planeta ahora está cubierto completamente de arena proveniente de la desaparición de toda muestra de vida en la superficie.
El Hakaishin mira a su alrededor un momento para comprobar el resultado y pronto desaparece.
Un instante después, el anciano sale de la arena, pero pronto queda claro que es Moro quien lo empuja para poder apartarlo y salir a la superficie.
Moro está cubierto de sangre del anciano, que apenas sigue con vida.
El pequeño llora mientras lo sacude, intentando hacerlo reaccionar.
Pero el anciano, casi sin fuerzas, pone todo su ímpetu en acariciar el antebrazo de Moro, rasgándolo con sus uñas de arriba abajo, antes de perecer.
De repente, Goku es expulsado de la mente del brujo, que lo golpea en el rostro y le obliga a retroceder.
- “Como osas hurgar en mi mente…” – gruñe Moro.
Goku se frota la mejilla donde ha recibido el golpe.
- “Moro…” – murmura Goku, con cierta ternura. – “Entiendo por lo que pasaste…”
- “Tú no entiendes nada…” – gruñe el brujo.
En ese instante, Goku se sorprende. Una lágrima recorre el rostro de Moro.
- “Los Dioses tienen que desaparecer…” – gruñe el brujo. – “Cueste lo que cueste.”
- “Tsk…” – se preocupa Goku, que se da cuenta de que no podrá convencer al brujo.
Moro embiste y, con el salto temporal, sorprende a Goku e intenta atravesarlo con su mano, de una estocada, pero el saiyajín reacciona rápidamente y le detiene el golpe agarrándole el antebrazo con las dos manos. Las uñas del brujo se le clavan levemente en el pecho.
Moro simula una pistola con esa mano y una bala de aire comprimido impacta en el pecho de Goku, lanzándolo lejos mientras gira sobre sí mismo.
El brujo le sigue con el dedo y sonríe; un rayo cae sobre el saiyajín.
- “¡¡KYAAAAAAAAH!!” – grita Goku de dolor.
Moro hace el gesto de agarrar a Goku desde la distancia y un gran brazo de roca brota del suelo y aprisiona al saiyajín en su garra.
Moro sonríe.
- “Esta es mi voluntad…” – dice el brujo. – “¡¡HÁGASE!!”
La mano de roca se cierra cada vez con más fuerza… pero un destello celeste se filtra entre los dedos de piedra hasta que la mano finalmente estalla y Son Goku se libera.
- “¿Eh?” – se sorprende el brujo. – “¿Ha vuelto a aumentar su fuerza?”
En Makyo, Gohan, Piccolo, Goten, Trunks, Pan, Bra, Ub y todos los guerreros Z levantan las manos hacia al cielo.
- “Papá…” – dice Gohan. – “¡Toma nuestra fuerza!”
- “¡Adelante, Son Goku!” – exclama Piccolo.
- “¡Abuelo!” – dice Pan.
- “¡Maestro!” – exclama Ub.
- “¡Vamos, Goku!” – anima Krilín.
Los ojos de Goku brillan de nuevo mientras desciende hasta el suelo
- “No subestimes la voluntad de los demás…” – advierte Goku.
Moro propina un puñetazo al aire y un puño de piedra brota del suelo, a su lado, e imita su movimiento, golpeando a Goku, que detiene el golpe con sus manos.
- “Tsk…” – se esfuerza el saiyajín.
Moro frunce el ceño y chasquea los dedos; un rayo cae sobre Goku, pero el saiyajín desaparece y reaparece detrás de Moro, intentando propinarle una patada que el brujo detiene con el antebrazo.
En Makyo, los miembros de la Patrulla Galáctica levantan las manos
- “¿Así?” – le pregunta Jaco a Gohan.
Goku retrocede para coger impulso y se abalanza sobre Moro. Con una combinación de puñetazos y patadas hace retroceder al brujo, que por primera vez parece apurado para mantenerle el ritmo al saiyajín.
En Makyo, Zamas, Champa, los bandidos, Reitan, los saiyajín, Broly, y soldados de diferentes planetas colaboran con su energía.
Los soldados imperiales, en cambio, se miran entre ellos, dudando si participar.
Goku propina un cabezazo a Moro en la cara y lo hace retroceder.
Moro no tarda en recuperar la estabilidad e invoca una sierpe de lava que nace del interior del planeta, saliendo por el túnel formado y abalanzándose sobre Goku por la espalda.
Ahora Jiren levanta su mano.
Goku se da la vuelta y apunta a la sierpe con su mano derecha, haciendo que ésta se estrelle contra su ki invisible hasta desaparecer por completo.
Moro ataca de nuevo por la espalda y le propina una fuerte patada que Goku logra detener con ambos brazos, pero a pesar de eso es empujado a varios metros de distancia.
Goku pronto recupera la estabilidad y se pone en guardia.
Moro frunce el ceño.
- “Nadie me detendrá…” – gruñe el brujo. – “Quien esté del lado de los Dioses, ¡perecerá con ellos!” – exclama.
El brujo concentra una enrome cantidad de ki oscuro en sus manos. El planeta se tiñe de blanco y negro. Solo Son Goku mantiene el color, gracias a la energía Genki.
Son Goku prepara su mejor técnica.
- “Ka… Me…” – un torbellino de motas de ki blancas y azuladas se reúne entre sus manos.
En Makyo, Freezer llega a la superficie y se pone en pie. Sus hombres le miran, preguntándose qué hacer.
Moro proyecta sus manos hacia Goku y lanza su ataque; un torrente de ki rojo arremolinado, envuelto en llamas negras, se dirige hacia nuestro amigo.
Son Goku sale corriendo hacia el ataque del brujo, mientras sigue concentrando energía.
Freezer levanta la mano y sus hombres le imitan sin dudar.
- “Ha… Me…” – una esfera de ki celeste se materializa en las manos de Goku.
El ataque está a punto de alcanzarle cuando Goku decide saltar hacia él, usando la esfera de ki que estaba preparando para deslizarse sobre el ataque enemigo mientras da una voltereta.
Moro no esperaba tal movimiento y se topa con Goku sobre él, que proyecta el Kamehameha a escasos centímetros de su cara.
- “¡¡¡HAAAAA!!!” – dispara Goku.
La esfera Genki que tenía Goku en sus manos se torna gigantesca y engulle a Moro antes de estallar y proyectarse la onda Kamehameha a través del planeta, atravesándolo por completo y saliendo hacia el espacio.
Tras el resplandor celeste, el planeta recupera su color y se libra de la oscuridad que lo rodea y, después de milenios, sale el sol en Konats.
La explosión de energía vital ha podido sentirse en todo el Universo.
- “¿Lo ha logrado?” – se pregunta Madas, en Makyo.
Goku, de pie, mira el oscuro túnel sin fin que ha quedado frente a él. Una gota de sudor recorre su sien. Parece preocupado.
- “Aún puedo sentir su presencia…” – murmura el saiyajín. – “¿Es que sigue vivo?” – se pregunta.
Una tromba de humo negro sale del agujero; Goku retrocede instintivamente.
El torbellino de tinieblas parece revelar el rostro de Moro.
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