domingo, 6 de diciembre de 2020

ESPECIAL DBSNL /// El que vio // Universos 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 / Parte I: El brujo y su monstruo

El que vio // Parte I: El brujo y su monstruo

“Vuestros sacrificios liberarán este mundo.” 



Esta historia ocurrió hace mucho tiempo; antes de que el primer ángel naciera.


En el planeta Konats, un gigantesco monstruo con una larga cola destruye todo lo que encuentra a su paso. Su aliento de fuego inunda las calles de la ciudad, aniquilando a sus habitantes, que corren despavoridos buscando cobijo.


En el Planeta Sagrado, los Kaioshin observan lo ocurrido con sus ojos divinos.


- “¿Eso es una creación de los mortales?” – pregunta el Kaioshin del Norte.

- “Es una magia poderosa…” – murmura el Dai Kaioshin.

- “¿Deberíamos intervenir?” – se pregunta el Kaioshin del Este.


Mientras tanto, el Hakaishin Ramushi y su discípulo, el gotokoneko Kawa, también están atentos a lo que sucede.


- “¿Qué está pasando, maestro?” – pregunta Kawa.


En Konats, el monstruo al que llaman Hildegarn sigue sembrando el caos. Varios guerreros konatsianos intentan detenerle, pero sus espadas no son capaces de dañar ni lo más mínimo al demonio.


Un niño corre por las calles, huyendo de la muerte personificada, pero el monstruo se fija en él y proyecta su terrible aliento de fuego contra el chico, bañando la calle en llamas.


En un instante, Kawa aparece en la azotea de un edificio, a varios kilómetros de distancia, con el niño en brazos. Lo ha salvado. El chico se asusta aún más al ver al gotokoneko, que enseguida lo deja en el suelo.


- “Largo.” – le dice el aprendiz de Hakaishin, haciendo que el niño eche a correr.


Cerca de allí, el vigente Dios de la Destrucción observa al monstruo, que sigue avanzando por las calles de Konats.


Kawa se acerca al Hakaishin.


- “¿Qué debemos hacer, maestro?” – pregunta el gotokoneko.

- “Yo me encargaré de eliminar esta abominación.” – dice Ramushi. – “Tú investiga su origen.”

- “Sí, señor.” – responde Kawa.


El monstruo sigue incendiando la ciudad, pero de repente, Ramushi aparece frente a él, flotando a la altura de su rostro.


- “Se acabó, criatura.” – dice el elefante en tono severo, mientras apunta con la palma de su mano al enemigo. – “Hakai.” – sentencia.


Pero nada ocurre.


- “¿Qué?” – se sorprende Ramushi.


En ese instante, el monstruo propina un fuerte manotazo al Dios y lo estampa contra un edificio cercano.


- “¡¡¡GRRRAAAAAAAHHH!!!” – ruge Hildegarn, antes de proyectar una fuerte llamarada contra el Hakaishin.


Ramushi apunta con su mano a la llama, que se aproxima rápidamente.


- “¡Hakai!” – vuelve a probar suerte el Dios, con estéril resultado.


El fuego baña el edificio, que se derrite como una vela.


Lejos de allí, a una distancia segura, el Dai Kaioshin aparece acompañado por Ramushi.


- “Gracias, Dai Kaioshin.” – dice el Hakaishin

- “Un placer.” – sonríe el Dios.


Los cuatro Kaioshin cardinales se encuentran a su lado y observan el desastre.


- “Ese fuego parece extraño.” – dice el Kaioshin del Norte.

- “Si esa criatura es inmune al poder del Dios de la Destrucción, no sé que podemos hacer nosotros para detenerlo…” – murmura el Kaioshin del Sur.


El Dai Kaioshin y el Hakaishin se unen a ellos.


- “No podemos actuar sin un plan.” – dice Ramushi.

- “Debemos ser cautelosos.” – sugiere el Dai Kaioshin.


Los Kaioshin escuchan a sus superiores atentamente, pero de repente, el Kaioshin del Norte interrumpe alarmado.


- “¡Ha desaparecido!” – exclama el Dios.

- “¡¿Qué?!” – se sorprenden todos.

- “¡El monstruo ya no está!” – insiste el Kaioshin.

- “¿Cómo es posible?” – se pregunta el Dai Kaioshin.


Todos los Dioses buscan al monstruo en el horizonte, pero pronto se dan cuenta de que un extraño humo está cobrando forma a sus espaldas.


- “Pero, ¿qué demonios…?” – murmura el Hakaishin.


Hildegarn se materializa a partir del torbellino de humo e intenta golpear a los Dioses, que se ven obligados a dispersarse para esquivarlo. 


Mientras tanto, Kawa sigue el rastro de destrucción que ha dejado el monstruo hasta su posible origen, en las afueras de la ciudad, atravesando un gran bosque incinerado.


El gotokoneko encuentra un gran socavón en el suelo y se adentra en él. Al llegar a lo más profundo del abismo, el aprendiz de Hakaishin encuentra que éste conecta con una red de túneles.


- “¿Qué es todo esto?” – se pregunta Kawa.


Las paredes de la gruta se encuentran repletas de jeroglíficos antiguos que describen un mundo desconocido para el aprendiz de Dios.


En la ciudad, los Dioses se preparan para luchar. Los cuatro Kaioshin se colocan junto a sus superiores.


- “¡¿Qué hacemos, señor?!” – se preguntan los Kaioshin cardinales.

- “Dejádnoslo a nosotros.” – dice el Dai Kaioshin.

- “Buscad a mi aprendiz y ayudadle.” – ordena Ramushi.


Los cuatro Kaioshin asienten y enseguida se marchan, dejando al los dos Dioses supremos frente al monstruo.


- “Debemos ser precavidos, Ramushi.” – sugiere el Dai Kaioshin.

- “Debe tener un punto débil.” – dice el Hakaishin. – “Tenemos que averiguarlo.”


Mientras tanto, Kawa investiga la gruta y avanza por sus túneles hasta llegar a una gran sala con una extraña estructura central que consta de tres pilares. Las dos columnas laterales son más cortas que la columna central, cuya cima termina en un gran círculo, como el ojo de una aguja.


Kawa contempla la gran estructura, cuyo origen y función desconoce.


De repente, una voz le sorprende.


- “Bienvenido, joven Dios.” – dice una voz ronca.


Kawa se da la vuelta alarmado.


- “¿Quién eres?” – pregunta el aprendiz de Hakaishin.


Entre las sombras, Kawa puede ver a un personaje encapuchado, envuelto en una larga túnica negra.


- “Alguien que busca respuestas.” – responde el personaje.

- “Supongo que eres el responsable de todo esto…” – dice Kawa. – “¡Tú has creado ese monstruo!”

- “Solo soy un mortal.” – sonríe el misterioso personaje.

- “¡Estás jugando con fuerzas que no comprendes!” – exclama Kawa.

- “Las comprendo muy bien.” – responde el individuo.

- “¡¿Por qué lo has hecho?!” – insiste el aprendiz de Hakaishin.

- “Quería poner a prueba mis habilidades.” – responde el personaje.

- “Estás loco.” – dice Kawa.

- “¡¿Loco?!” – se ofende el individuo. – “¡Sé que hay un poder por encima de mí y de vosotros! ¡Alguien que ha decidido jugar con mi destino y el de todos los mortales! ¡Para él solo somos un terrario al que observar para entretenerse!”

- “¿Conoces la existencia del señor Zeno?” – se sorprende Kawa. – “¿Cómo es posible?”

- “Zeno…” – sonríe la sombra. – “No sabía su nombre…”


De repente, una luz aparece en el centro del gran ojo de la columna central.


- “¿Qué es eso?” – se pregunta Kawa.

- “Hildegarn está cosechando energía.” – dice la sombra. – “¡Gracias a él podré salir de este plano existencial y tocar la realidad con mis dedos! ¡Podré ver más allá!”


En la ciudad, Hildegarn destruye todo lo que encuentra a su paso, acabando con la vida de cientos de personas. El Dai Kaioshin y el Hakaishin intentan detenerle.


Ramushi se envuelve en ki morado y se agacha, colocando sus manos en el suelo como si fuera a empezar una carrera, y embiste a Hildegarn con todas sus fuerzas, pero el monstruo se convierte en humo y deja que el Dios pase a través de él.


- “Maldito…” – murmura el Hakaishin.


El humo se condensa de nuevo y ahora es el Dia Kaioshin quien intenta interceptarlo lanzándole un centenar de cascotes con su poder mental, pero el monstruo se vuelve intangible de nuevo.


- “Esto es muy frustrante…” – lamenta el Dios.


En la gruta, Kawa y la sombra continúan hablando.


- “No permitiré que lleves a cabo tu plan” – dice el aprendiz de Dios, poniéndose en guardia y envolviéndose en un aura morada.


Kawa se abalanza sobre el enemigo, dispuesto a propinarle un puñetazo, pero la sombra extiende su brazo y detiene el golpe del aprendiz, cuya aura de desvanece al instante.


El rostro de Kawa muestra una mezcla de sorpresa, confusión y miedo al ver que ese mortal ha podido detenerle.


De repente, el aprendiz de Hakaishin sale repelido al otro lado de la sala y se estrella contra la pared.


- “No deberías considerarme un enemigo.” – dice la sombra. – “Estás atrapado en este mundo como el resto de mortales.”


Kawa se pone en pie, magullado y con un corte sobre su ojo derecho.


- “Mi deber como futuro Hakaishin es mantener el orden en el universo.” – dice Kawa. – “Y eliminar a los agentes del caos como tú.”

- “Una voluntad fuerte.” – dice la sombra. – “Pero ya te habrás dado cuenta de que la mía también lo es.”


En la metrópolis, el Hakaishin apunta al enemigo con su trompa y sopla con fuerza, emitiendo un ruido ensordecedor que arrasa con todo a su paso, como si fuera un gran cañón de aire emitido por una trompeta.


El invisible ataque logra sorprender a Hildegarn, que parece quedar aturdido.


Al ver que el ataque ha tenido efecto, Ramushi sigue insistiendo en su ofensiva.


El Dai Kaioshin junta sus manos delante de su rostro y concentra su ki de color verde mientras recita una oración en la lengua de los Dioses.


Finalmente, el Dios separa sus manos, que brillan con intensidad.


- “Espero que esto funcione…” – piensa el Dios.


El Dai Kaioshin apunta al monstruo, emitiendo un rayo de energía que envuelve a Hildegarn tras el impacto. El Dios abre sus brazos hasta colocarlos en cruz, y eso hace que una oscura presencia salga del monstruo y viaje a través del rayo de energía hasta el Dai Kaioshin, introduciéndose en su cuerpo.


De repente, la figura de Hildegarn empieza a convertirse en piedra, transformándose en una inmensa estatua.


El Dai Kaioshin, agotado, desciende hasta el suelo y cae de rodillas. Ramushi enseguida se acerca a él.


- “Lo hemos logrado.” – suspira el Dai Kaioshin.

- “Eso parece.” – sonríe el Hakaishin. – “¿Cómo te encuentras?”

- “No podré retener su presencia eternamente.” – dice el Dios. – “Será mejor que nos demos prisa.”


Mientras tanto, en la gruta, Kawa y la sombra siguen cara a cara. De forma repentina, la luz de la estructura empieza a atenuarse.


- “Parece que has fracasado.” – sonríe Kawa.


En ese instante, los cuatro Kaioshin llegan al lugar y se colocan junto al aprendiz de Hakaishin.


- “¿Quién es ese tipo?” – pregunta uno de ellos.

- “¿Es el causante de todo esto?” – añade otro.


La sombra esboza una terrorífica sonrisa.


- “Justo lo que necesitaba.” – murmura el enemigo.


En ese momento, los cuatro Kaioshin y Kawa sienten que una fuerza poderosa es ejercida sobre ellos, como si la gravedad hubiera aumentado exageradamente, forzándoles a ponerse de rodillas.


- “¡¿Qué ocurre?!” – se pregunta sorprendido uno de los Dioses.


La sombra se acerca a ellos lentamente.


- “Vuestros sacrificios liberarán este mundo.” – dice la sombra.


De repente, un extraño fuego negro envuelve al primer Kaioshin, y con su muerte la luz de la columna brilla con más intensidad. Lo mismo ocurre con el segundo y el tercero, ante la aterrada mirada de sus compañeros. Con la muerte del cuarto Kaioshin, la luz estalla y se genera un portal en el interior del círculo de piedra.


- “Bien…” – sonríe satisfecha la sombra, que mira al aprendiz de Hakaishin. – “Has tenido suerte. Parece que no necesito tu sacrificio.”


Kawa alza su mirada y puede ver por primera vez el rostro del misterioso individuo encapuchado; un ser con aspecto de carnero, con pelaje azul, ojos rojos y cuernos curvados.


El individuo da la espalda al aprendiz de Hakaishin y se acerca al portal.


- “Ha llegado el momento.” – sonríe antes de cruzarlo.


Un instante después, el portal se apaga y Kawa queda libre de la fuerza que lo retenía.


El joven aprendiz de Hakaishin se queda de rodillas, en estado de shock, con su rostro desencajado. Jamás había imaginado la posibilidad de que pudiera existir alguien así; un mortal capaz de doblegar a los Dioses.

16 comentarios:

  1. Increíble!!!!
    Así me gusta Moro!!! Demuestra que con entrenamiento, los mortales llegan a superar a los dioses!!!
    El plan de Moro es venir a nuestro mundo? Romper la cuarta pared?
    Supongo que está es la razón de porque Kawa mayo a su aprendiz en el universo 2
    De donde proviene la magia de Moro que neutraliza al lo divino?
    Porque Zeno sama lo encerró en un vacío y la magia corrupta de Moro creo el Makai

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    1. Espero tener lista la "Parte II" pronto, que resolverá alguna de esas preguntas ;)

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  2. Capitulazo
    Aunque me hace preguntar cómo podría existir alguien que selló a Moro en ese hielo del Makai

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  3. Increíble. Sin palabras, con ganas de mucho mas.
    Me esperare a que acabe el especial para emitir un juicio de valor del mismo, no quiero hacer teorías, quiero sorprenderme xD.
    Mis felicitaciones Batosai, nuevamente (y como siempre) me tienes al borde del asiento.

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  4. Este Ramushi cuenta con los "los pulmos más fuertes del universo" como en Super? Más que nada porque me esperaba una referencia al Cell VS Tapion de Multiverse xD (Asumo que si por el viento que lanzó a Hildegarn)

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    1. Cierto XD
      Pero ya vimos que a Cell no le salió bien... XD

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    2. Por eso, pense que Ramushi la palmaba, supongo que te lo guardas para una traición de Kawa.

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  5. Puede ser que esto ocurra luego de que Moro y Raichi se conozcan? Estoy en lo correcto?
    O sea que el Planeta Kudan ya no existe para estos eventos

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  6. Mmm... Cuando Toshisei viajó al U3 creandolo, que vio a ramushi... Fue antes o después de estos acontecimientos? O "ya veremos"?

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  7. Oye batosai y el capítulo de la trama principal de hoy donde esta, ¿no te dio la vida para subirlo? Si es así no pasa nada cuando puedas

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