DBSNL // Capítulo 255: La determinación de Trunks
“¿Cómo se puede albergar un odio así…?”
Moro y Trunks se encuentran cara a cara.
- “Tomar el cuerpo de tu pupilo no está bien, ángel…” – se mofa el brujo. – “Pero supongo que no debería sorprenderme, pues sois todos el mismo.”
En el interior de la mente de Trunks, Whis aparece a su lado.
- “Whis…” – se sorprende el mestizo.
- “Hola de nuevo, Trunks.” – saluda el ángel.
- “¿Qué haces aquí…?” – se pregunta el hijo de Vegeta.
Champa y Zamas se quedan boquiabiertos.
- “Whis…” – dice el Hakaishin, sorprendido.
El ojo gris de Trunks se clava en Moro.
- “Este joven tiene mucho talento.” – dice Whis. – “Hacía tiempo que no me encontraba con alguien tan prometedor.” – sonríe.
En el interior de su mente, Whis pone la mano sobre el hombro de Trunks y sonríe.
- “El poder que me has cedido…” – dice el mestizo. – “No ha sido suficiente.” – agacha la cabeza. – “Lo siento.”
- “Toda la vida has sentido que tu poder era insuficiente…” – dice Whis.
- “Hmm…” – lamenta el mestizo.
- “Pero esta vez aún estás a tiempo.” – añade el ángel.
- “¿Eh?” – se sorprende Trunks.
- “Mira a tu alrededor.” – dice Whis. – “Tus compañeros esperan.”
El mestizo puede sentir a Toppo y a Jaco peleando, a Champa y a Zamas observándole, a los guerreros Z celebrando la victoria de Roshi, a Bra volando a través del campo de batalla, y a Cheelai, con el corazón en un puño al ver a los diablos avasallando a la patrulla.
- “¿Qué vas a hacer?” – pregunta Whis.
En el exterior, Trunks extiende su mano y reclama su espada, que acude al instante a su llamada.
Una suave brisa hace ondear su cabello suavemente durante un instante antes de que un remolino de ki reavive su aura incolora y genere una poderosa ventisca.
- “¿Mmm…?” – se sorprende Moro.
El ojo gris de Trunks refleja al brujo.
- “Voy a protegerlos.” – dice el mestizo. – “Voy protegerlos a todos.”
Mientras tanto, la diablesa de piel verde menta embiste a Toppo, que intenta atraparla con sus grandes manos, pero ella salta rápidamente dando una pirueta y casi logra dejarlo ciego de una cuchillada. Por suerte, el corte no es más profundo que el párpado.
- “Tsk…” – protesta Toppo. – “Maldita…”
Ella aprovecha para atacar de nuevo y salta sobre Toppo para empujarlo con ambas piernas, lanzándolo lejos.
Jaco dispara y la diablesa retrocede desviando los disparos con sus dagas.
- “¡¡JAJAJA!!” – ríe ella, que ágilmente corre por el campo de batalla intentando flanquear al patrullero.
- “Qué rápida es…” – se preocupa Jaco, sin dejar de disparar.
La diablesa recorta distancias rápidamente hasta que se abalanza sobre el patrullero, dagas en alto.
Pero en ese instante, un arpón de ki atraviesa su espalda y ella se desploma contra el suelo, obligando a Jaco a dar un paso a un lado para que no se le caiga encima.
- “¿Eh?” – se extraña el patrullero.
Spade ha sido el lanzador.
- “¿Ahora ayudas a la Patrulla Galáctica?” – se mofa Klub de su compañero.
- “Ese demonio parecía una presa interesante…” – se excusa Spade.
Jaco saluda desde la distancia.
- “¡GRACIAS, SPADE!” – dice el patrullero.
- “¡OOH!” – exclama Hart. – “¡Si hasta sois amigos!” – se burla.
- “¡¡NO LO CONOZCO DE NADA!!” – protesta Spade. – “Será que aparecemos en sus archivos…”
- “Claro…” – se burla Dmond.
Pero de repente, la diablesa se pone en pie.
- “¡¿AH?!” – se asusta Jaco, que con sus botas se propulsa hasta los cazadores.
- “¿Sigue viva?” – se extraña Spade.
- “Estos diablos son resistentes…” – protesta Jaco. – “Spade y yo la distraeremos. Dmond, Klub y Hart, preparad una jaula de ki.”
Los cazadores se miran entre ellos.
- “¿Se sabe también nuestros nombres?” – se preguntan.
La diablesa, ahora enfurecida, ataca de nuevo.
- “¡AHÍ VIENE!” – exclama Jaco.
No muy lejos de allí, Freezer está enfrentándose a la diablesa con aspecto marino, cuyos tentáculos de pulpo intentan atrapar al tirano.
Freezer usa los láseres de sus ojos para cortarlos, pero parece que otros nuevos aparezcan sin cesar.
- “Tenéis unas habilidades muy convenientes…” – protesta el tirano.
Freezer usa el Rayo Mortal con ambos dedos, disparando continuamente como hizo en Namek para castigar a Piccolo, y sigue destruyendo los tentáculos eternos de su enemiga.
De repente, la diablesa proyecta un chorro de tinta negra desde su boca que baña a Freezer.
- “¿Qué diablos es esto?”- se pregunta Freezer.
Pero antes de que pueda dar con una respuesta, el demonio del frío se encuentra rodeado de oscuridad.
Lentamente, frente a él aparece Son Goku transformado en Súper Saiyajín, con su gi destruido por la batalla de Namek.
- “¿Qué?” – se asusta el tirano.
- “No tiene sentido seguir luchando contra alguien que está atemorizado…” – dice Goku. – “Vivirás con una herida en tu orgullo que jamás se curará…”
- “Tsk…” – aprieta el puño Freezer, reviviendo su momento más bajo.
La voz de la diablesa retumba en la oscuridad.
- “No fuiste capaz de derrotar a un simple saiyajín…” – dice ella. – “¿Y te haces llamar Emperador?”
El cuerpo del tirano tiembla… pero ese temblor se convierte poco a poco en risa.
- “Ju, ju, ju…” – ríe Freezer. – “¿En serio? ¿Esto es lo mejor que tienes?”
La diablesa frunce el ceño y aparece frente al tirano. Goku se desvanece.
- “¿Qué insinúas?” – pregunta ella.
- “Si quieres saber lo que de verdad me saca de mis casillas, vas a tener que profundizar más.” – se mofa Freezer.
El tirano cierra los ojos y se concentra. La mente de la diablesa se llena de imágenes que le transmiten las emociones del tirano.
- “Este… odio…” – se asusta ella.
De repente, un rayo mortal la atraviesa.
- “Ju, ju, ju…” – ríe el tirano.
La diablesa tose sangre.
- “¿Cómo se puede albergar un odio así…?” – se pregunta ella. – “No es posible… Ningún mortal…”
El tirano carga su dedo de nuevo y sonríe de forma pícara antes de disparar.
Lejos de allí, Broly ha llevado a Tapion hasta el gigante Ba, que está pisando demonios indiscriminadamente. Broly ha volado hasta ponerse frente a su cara.
- “¡BA!” – exclama Broly. – “¡Necesita ayuda!”
El gigante, al verlos, extiende su mano, y Broly y Tapion descienden sobre ella.
- “Ba…” – murmura el gigante.
- “¡¿Puedes hacer algo?!” – pregunta el saiyajín.
El gigante examina detenidamente a Tapion, que de repente se deja caer de rodillas y se sujeta la cabeza, atormentado por el diablo que alberga en su interior.
Ba se aleja un poco instintivamente.
- “¡Por favor!” – insiste Broly.
El gigante busca en su cinturón una cantimplora, la destapa y rocía al konatsiano.
Cuando el agua entra en contacto con la piel de Tapion, el muchacho grita de dolor.
- “¡AAAAAAAAAH!” – sufre el konatsiano.
- “¡¡Aguanta!!” – lo anima Broly.
- “¡ES INÚTIL!” – insiste Tapion. – “Su poder es mayor que nunca…” – añade. – “Solo la vieja caja de música podría contener un poder como este…”
Broly se queda perplejo. Se siente impotente por no poder ayudar a alguien que sufre de una forma tan familiar a su propio tormento.
- “Tienes que hacerlo…” – pide Tapion. – “Por favor…”
El saiyajín mira la espada del konatsiano con horror.
- “No quiero que me utilicen… Para hacer daño a nadie…” – llora Tapion. – “Por favor… ¡MÁTAME!”
Broly, con lágrimas en los ojos, empuña la espada y la levanta.
- “Gracias…” – dice Tapion. – “Pronto estaré contigo, Minosha…” – murmura.
El saiyajín baja la espada… pero alguien le agarra el brazo repentinamente.
- “¿EH?” – se sorprende Broly.
Madas ha intervenido en el último instante.
- “¡¿Qué?!” – miran Tapion y Broly al ira-aru.
- “Hay otra forma…” – dice el joven anciano.
En otro punto del campo de batalla, Spade usa una lanza de ki para detener los ataques de la diablesa.
Jaco flanquea a su enemiga y dispara, pero ella se revuelve rápidamente y repele los disparos.
Spade aprovecha para propinarle un puñetazo que la hace retroceder, y Jaco asciende usando sus botas propulsoras y dispara mientras dibuja un arco sobre ella, logrando alcanzarla varias veces.
Pero lejos de detener al enemigo, ella se alimenta de ese dolor y muestra los colmillos.
- “¡AHORA!” – exclama Spade.
Los otros tres cazadores proyectan su jaula de ki y encierran a la mujer, que al verse atrapada no duda en embestir contra los barrotes a la desesperada, sin éxito.
- “¡Bien hecho!” – celebra Jaco.
La diablesa está rabiosa.
- “¡¡BASTARDOS!!” – grita ella, lanzando una de sus dagas hacia Jaco.
- “¡¿AH?!” – se cubre el patrullero.
Pero la daga se ensarta en la palma de la mano de Toppo, que ha intervenido para proteger a su compañero.
Toppo se arranca el cuchillo y lo lanza a un lado.
- “Gracias” – suspira Jaco, aliviado.
Toppo apunta a la mujer con su brazo derecho extendido, agarrándolo con la mano izquierda.
- “¡JUSTICE BANG!” – dispara el guerrero.
Una esfera de ki rojo impacta contra el enemigo y estalla, causando un gran estruendo.
En otro punto del campo de batalla, un diablo de piel marrón, uñas negras, descalzo, con pantalón bombacho gris, y cabello blanco que parece engominado hacia atrás, cae por sorpresa a Ub, que cruzaba volando el campo de batalla junto a Bra.
- “¡UB!” – se preocupa ella.
El diablo mira a la mestiza y vomita una telaraña que la pilla desprevenida.
- “¡AH!” – se queja ella, que cae al suelo envuelta en esa sustancia viscosa.
Ub ha quedado fuera de combate. El enemigo camina hacia Bra, que lucha por liberarse.
- “Es inútil…” – dice el demonio.
Un punzón nace de la cara anterior de su antebrazo y lo ensarta en el costado de la muchacha.
- “¡AAAAH!” – grita ella.
Una filigrana en el pecho del demonio se ilumina de color granate.
- “Mm…” – disfruta el diablo. – “Tienes una energía muy sabrosa…”
De repente, alguien propina una patada en la cara al demonio y lo hace retroceder.
- “¡PAN!” – se sorprende Bra.
- “¿Creías que dejaría que te divirtieras sola?” – sonríe la hija de Gohan.
En ese instante, alguien desgarra la red que atrapaba a Bra, liberándola.
- “¡¡MARAIKOH!” – se alegra la hija de Vegeta al ver al dragón humanoide.
- “Me alegro de veros.” – sonríe el ryujín.
Bra se pone en pie.
- “Me ha pillado desprevenida…” – se excusa ella.
- “¿Le damos una lección?” – sonríe Pan.
- “Je… jeje…” – responde Bra, con una risa cómplice.
El demonio se levanta frustrado.
- “¡¿Creéis que podéis derrotarme?!” – dice el enemigo.
Pan y Bra lo ignoran y realizan la danza metamor.
El destello hace retroceder al diablo y cubrirse los ojos, y al abrirlos se encuentra con la guerrera definitiva frente a él, transformada en Súper Saiyajín 2.
- “¡¿EH?!” – se asusta al sentir el poder de la fusión.
Aterrado, agarra a Ub del pelo y lo levanta del suelo.
- “¡¿Creéis que os saldréis con la vuestra, así como así?!” – exclama el enemigo. – “¡¡SI OS MOVÉIS MATARÉ A VUESTRO AMIGO!!”
La fusión sonríe y apunta al enemigo con ambas manos, generando en cada una de ellas una esfera de ki.
- “¡¿AH?!” – se asusta de nuevo el diablo. – “No… ¡NO OS ATREVERÉIS!” – exclama, desesperado.
- “Je…” – sonríe la guerrera.
La fusión extiende los brazos hacia atrás y dispara contra el suelo, usando el blast para proyectarse a una velocidad de vértigo y propinar un rodillazo en la cara del enemigo, que suelta a Ub y sale proyectado a través del campo de batalla, chocando con otros diablos y rocas a su paso.
La fusión agarra a Ub antes de que caiga al suelo.
- “Son… fascinantes…” – se queda boquiabierto Maraikoh.
Moro y Trunks se han enzarzado de nuevo en un violento combate.
El brujo levanta una gran cantidad de pequeñas piedras del suelo y éstas empiezan a derretirse antes de ser lanzadas hacia el mestizo, que las esquiva ágilmente mientras avanza.
El mestizo intenta ensartar a Moro con su espada, pero se torna intangible.
Zamas y Champa miran asombrados.
- “¿Le ayudamos?” – se pregunta Champa.
- “¿Crees que podemos?” – responde Zamas.
- “Qué rabia…” – protesta el gotokoneko. – “Sin nuestros poderes divinos…”
Moro y Trunks usan el salto temporal y desaparecen, solo haciéndose visibles en el momento de intercambiar golpes.
En el Más Allá, Baba apremia al joven ogro.
- “¡¿Y los androides?!” – dice ella. – “¡Esos dos podrían ayudar!”
- “¿Me ve con cara de mecánico?” – refunfuña él.
- “¿A quién más podemos enviar?” – se pregunta ella.
En ese instante, alguien llega al Puesto Fronterizo.
- “¿Eh?” – se sorprende Baba.
- “¿Ustedes?” – se poner nervioso el joven.
El ogro se levanta y hace una gran reverencia.
El portal al Makai sigue abierto y los diablos que emergen continuamente causan estragos.
- “¡No os rindáis!” – exclama Cheelai a sus compañeros.
Shisami agarra a un diablo por la cara y lo estrella contra el suelo.
- “¡No retrocedáis!” – ordena el akaburu a los suyos.
De repente, alguien imbuido por un aura flamígera roja cruza el campo de batalla y crea una separación entre el ejército universal y los diablos.
Un instante después, se forma una barrera azul entre los dos bandos.
- “¿Eh?” – se sorprende Cheelai.
Los demonios embisten contra la barrera y se amontonan sobre ella.
Al frente del ejército universal descienden cinco individuos vestidos con túnicas negras adornadas con el kanji “Kaio”.
- “Esta vez nos toca actuar…” – dice el barbudo Dai Kaioshin.
- “Hay que ponernos puños a la obra…” – dice el Kaio del Norte, que no puede aguantarse la risa ante su propio chascarrillo.
Los otros tres Kaios sienten vergüenza ajena.
- “Siempre igual…” – protesta el Kaio del Oeste.
- “Qué poca clase…” – añade la Kaio del Este.
- “Esto no es serio…” – refunfuña el Kaio del Sur.
- “A mí me ha hecho un poco de gracia.” – sonríe el Dai Kaioshin.
Freezer observa a lo lejos la barrera protectora.
- “Solo un poco más…” – murmura el tirano, preocupado.