DBSNL // Capítulo 236: Hold my hand
“Papá…”
En Jinko, Cell y Shiras caminan el uno hacia el otro. Trunks, aún incrédulo ante la aparición del insecto, contempla la escena.
Cell y el patrullero se quedan frente a frente a pocos centímetros el uno del otro
- “Criatura artificial…” – dice el ángel. – “Como osas presentarte ante mí… Eres solo una burda imitación…”
- “¿Imitación?” – sonríe Cell. – “Te enseñaré lo real que es mi poder…”
El insecto propina un codazo ascendente directo a la barbilla del ángel, haciéndolo salir volando varios metros.
Shiras recupera la estabilidad en el aire, pero Cell se ha teletransportado detrás de él y le propina un golpe con ambos puños unidos que lo remite al suelo.
El patrullero da una voltereta y cae de pie, pero en ese instante se da cuenta de que cuatro clones de Cell lo rodean.
- “¡¿Eh?!” – se sorprende Shiras.
Los insectos disparan un Masenko y el patrullero salta para evadirlo.
En el cielo, otro Cell espera.
- “¡¡SHIN KIKO-HO!!” – dispara el insecto.
Shiras recibe un impacto directo y es remitido al suelo de nuevo, incrustándose en la superficie de Jinko.
Trunks contempla boquiabierto lo que sucede.
- “El poder de Cell… es… es impresionante…” – dice el mestizo. – “¿Cuándo ha obtenido tanta fuerza? ¿Y cómo?”
Shiras intenta volver a la superficie, pero Cell dispara de nuevo para intentar retenerlo.
El patrullero usa el salto temporal para evadir el ataque y presentarse ante Cell
- “¡¿EH?!” – se sorprende el insecto.
Shiras atraviesa el abdomen del insecto con su vara.
- “Tu poder es insignificante.” – sonríe el patrullero. – “Jamás lograrás derrotarme.”
Cell agarra la vara del ángel.
- “No me subestimes…” – gruñe el insecto.
Cell escupe a Shiras, dándole en el pecho.
- “Je…” – sonríe el insecto.
La transformación en piedra se extiende por el cuerpo del enemigo, pero éste no parece preocupado.
El cuerpo de Shiras brilla con luz verde y el tiempo retrocede para él, liberándose así de la maldición.
- “Eso no funcionará…” – se mofa Shiras.
La cola del insecto se abre y libera múltiples Cell Junior de aspecto diabólico que embisten al patrullero mientras ríen.
Shiras se ve obligado a retroceder, sacando el arma del cuerpo de Cell.
El patrullero masacra a todos los enemigos con suma facilidad, haciendo que cada uno estalle de un golpe.
En el suelo, Trunks camina tambaleándose hacia el combate
- “No es suficiente…” – murmura Trunks. – “Ese poder devastador… y no es suficiente…”
El mestizo pisa algo que llama su atención. Es la empuñadura de su arma, con una pequeña porción de la hoja rota en diagonal.
Trunks se queda mirando su reflejo la espada, distorsionado y resquebrajado.
Cell regenera su abdomen. Shiras ha acabado con todos los Cell Jr.
- “Castigaré tu osadía, abominación.” – gruñe Shiras.
Una gota de sudor recorre la frente de Cell.
- “Amo los retos…” – responde el insecto.
En Makyo, el ozaru Son Gohan sigue enzarzado en una violenta pelea con Piccolo. Los dos personajes se golpean con todas sus fuerzas. Los dos sangran.
Pan sufre al ver a su padre y a su querido tío en ese estado.
- “¡¡PAPÁ!!” – clama ella. – “¡¡TÍO PICCOLO!!”
Krilín la agarra del brazo.
- “Es inútil, Pan…” – niega el terrícola. – “No podemos detenerlos.”
Ub deja a Baicha en el suelo y éste corre a abrazar a Mai.
Al chico de Isla Papaya le cuesta mirar a la mujer a los ojos, sabiendo todo el daño que ha causado.
- “Gracias, Ub.” – dice ella.
El muchacho mira ahora a Mai con sorpresa que se convierte en alivio.
- “Vosotros otra vez…” – interrumpe Shula. – “¿Y el Kaioshin?”
- “Pues…” – responde Ub, algo avergonzado.
En la Tierra, Madas protesta airado frente a Brief y Oli.
- “¡¡Y me han dejado tirado!!” – lamenta el ira-aru. – “¡¡Esos mocosos!! ¡Se han ido de repente y sin decir nada!”
Baba mira al cielo, preocupada.
- “Mi magia ya no puede guiar a nadie…” – piensa la bruja. – “El destino del Universo se decidirá hoy…”
- “¡¡Tú, jovencita!!” – le recrimina Madas. – “¡¡Explícame qué tramas!!”
- “¡¿Yo?!” – dice Baba, haciéndose la inocente. – “¡No sé de qué me habla!”
- “¡Puedo leer tu mente!” – insiste el ira-aru. – “¡Sé lo de la Bella Durmiente!”
- “¡AH!” – exclama Baba. – “Eso…”
En Makyo sigue el duelo. Gohan intenta morder a Piccolo, pero el namekiano agarra sus mandíbulas, deteniendo así su avance.
Piccolo encoje rápidamente y se introduce en la boca del ozaru, que cierra sus fauces.
El simio se relame antes de bramar al cielo, victorioso.
- “¡¿Se acabó?!” – se pregunta Bra.
- “No…” – dice Krilín. – “Creo que no…”
De repente, Gohan empieza a gruñir. El ozaru se sujeta la barriga como si sufriera alguna extraña dolencia. Su barriga deja entrever destellos amarillos en su interior.
- “¡¡GRAAAAH!!” – grita de dolor el simio.
Krilín está preocupado.
- “Piccolo le está atacando desde dentro…” – dice el terrícola, asombrado.
Gohan parece prepararse para regurgitar. Su interior se ilumina de color rojo y, de repente, el ozaru mira al cielo y abre su enorme boca, emanando de ella una columna de ki que se pierde en el espacio.
Piccolo sale disparado de la boca del simio y cae al suelo, humeante.
- “Ja… jaja…” – ríe Daimaoh, malherido.
Gohan busca a su ahora diminuto enemigo hasta encontrarlo y clava una aterradora mirada en él.
- “¡¡GRRRAAAAAH!!” – grita el saiyajín, furioso.
Pan sale volando a toda velocidad y se interpone entre los dos rivales con los brazos y las piernas en cruz, frente al rostro del mono.
- “¡¡BASTA!!” – exclama ella. – “¡¡PAPÁ!!”
El simio mira a la minúscula terrícola.
- “Grrr…” – gruñe el ozaru.
- “Papá…” – dice Pan. – “¡Soy yo! ¡Soy tu hija! ¡Soy Pan!”
En el suelo, Piccolo se pone en pie, cansado.
Pan insiste.
- “Eres mi padre… ¡Eres un héroe!” – llora ella. – “¡Proteges la Tierra! ¡Eres el Gran Saiyaman!”
El simio no parece reaccionar a esas palabras y ruge con fuerza, haciendo retroceder a la muchacha, que tarda en recuperar la estabilidad.
- “¡¡PAN!!” – sufre Bra.
El ozaru alza su mano, dispuesto a dar un manotazo a la muchacha, pero de repente, algo extraño sucede. De la tierra alrededor de Gohan emana una serpiente de roca que se enrolla en el mestizo hasta su brazo y lo aprisiona, restringiendo su movimiento.
La cabeza de la serpiente revela sobre su frente la silueta de una mujer; Asa-Gao.
Krilín se sorprende al volver a ver a esa extraña mujer.
- “Es la mujer de Jung…” – dice el terrícola, asombrado.
- “No siento ningún ki…” – anuncia Pino. – “Esto debe ser magia…
- “¿Hechizó a Gohan?” – se pregunta Krilín.
Pan, lejos de aprovechar el momento para huir, avanza hasta el hocico del ozaru.
- “Papá…” – llora ella. – “¡Piensa en mamá! Tienes que reaccionar… Te necesito… Tenemos que salvar al abuelo y resucitar a mamá y a los demás… Por favor, papá…”
La muchacha abraza el hocico del simio, que arruga la nariz.
La mirada de Gohan parece cambiar. Recuerdos de su mujer y su hija inundan su mente. Videl en el instituto Orange Star, descubriendo su identidad de Gran Saiyaman, entrenando en el Monte Paoz, esperando para la ronda clasificatoria del Torneo Mundial de Artes Marciales, recibiéndole tras la derrota de Majin Bu, embarazada; Pan en sus brazos por primera vez, presentándola a Satán, entrenando con Goku, participando en su primer torneo, los tres en un parque de atracciones...
El mono deja de forcejear con el agarre de la serpiente y se relaja. El reptil de roca se desmorona. La figura de Asa-Gao, ahora con una sonrisa en su rostro, se deshace en mil pedazos.
El mono empieza a disminuir de tamaño lentamente.
En el Makai, Vegeta corre por la oscura cueva.
- “¿Dónde estoy?” – se pregunta el saiyajín. – “¿He pasado ya por aquí? ¡No veo nada!”
En el exterior, Dabra y Sesshoseki pelean. La espada del Rey se cruza con el martillo del desertor.
- “Morirás como un cobarde…” – dice el Rey de los Demonios.
- “Ese miserable… mató a mi amada Asa-Gao…” – dice el demonio. – “¡Sería un cobarde si siguiera a sus órdenes!”
- “¿De qué estás hablando?” – dice Dabra.
- “Moro…” – dice Sesshoseki. – “Lo recuerdo… ¡Lo recuerdo todo!”
- “¡¿EH?!” – se sorprende Dabra, desconcertado. – “Eso no es posible…”
Sesshoseki da un cabezazo a Dabra y lo hace retroceder. El diablo se prepara para atizar al enemigo con su martillo, pero Dabra invoca una daga y se la lanza, obligándolo a protegerse.
Dabra dispara una bola de fuego que engulle a Sesshoseki antes de estallar.
Sesshoseki retrocede, con su cuerpo humeante.
En el castillo del Makai, Goten y Trunks pelean con el diablo mientras su hermana observa.
El demonio propina un puñetazo a Goten que, pese a casi perder el conocimiento, se agarra al brazo del enemigo.
Trunks aprovecha para darle un puñetazo al demonio, pero el mestizo casi no tiene fuerzas y apunto está de caerse sobre él.
El demonio lo aparta y luego lo empuja con una patada en el abdomen. Después agarra del pelo a Goten y tira de él para que lo suelte; acto seguido le propina un puñetazo en la cara.
Los dos mestizos, en el suelo, no dudan en levantarse de nuevo
- “¿Necesitas ayuda, hermanito?” – se burla la diablesa.
- “Son muy pesados…” – protesta él.
De repente, alguien cae del cielo. El suelo estalla bajo los pies de los demonios, formando un cráter y obligándolos a retroceder.
Un nuevo personaje se interpone entre los dos mestizos y los gemelos diabólicos. Un ser demoníaco de piel celeste, ojos rojos y cabello morado, vestido con elegantes ropajes y armado con un bastón.
Goten y Trunks se miran entre ellos, confusos.
Los gemelos fruncen el ceño.
- “¿Quién eres tú?” – pregunta ella.
El elegante recién llegado se presenta.
- “¿Es que no os enseñan nada a los jóvenes?” – niega el diablo. – “Me llamo Kerubero. Antigua mano derecha del Rey Abraca. Antiguo Guardián de la puerta de Makyo. Antiguo servidor del clan de las brujas. Actualmente… demonio libre.” – sonríe.
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