DBSNL // Capítulo 235: Ayuda inesperada
“¿Quién eres tú…?”
Trunks se levanta entre escombros, aún conservando el Súper Saiyajín 3
- “¿Es que nunca es suficiente?” – se pregunta el mestizo. – “¡¿Por qué nunca soy lo suficientemente fuerte?!” – exclama mientras reaviva su aura. – “¡HYAAAAA!” – clama al cielo, exprimiendo hasta la última gota de ki.
El mestizo sale volando hacia el enemigo.
Shiras le espera en guardia, con su mano izquierda hacia delante, con la palma hacia arriba, invitando al saiyajín, y con el brazo derecho en su espalda, ocultando su vara.
- “A nuestro lado eres solo un aficionado.” – murmura el ángel.
Haciendo girar su bastón, Shiras intercepta a Trunks, propinándole un golpe en la barbilla. El mestizo pierde su arma.
Acto seguido, con la punta de la vara le golpea el pecho del mestizo, haciéndole perder su transformación y remitiéndolo al punto del que vino.
No muy lejos de allí, Onisen y Reitan han escuchado a Shido.
- “¿Qué opinas?” – pregunta el demonio.
- “Ni lo sueñes…” – protesta Reitan.
- “No te hablo a ti, herajín.” – dice Shido con desprecio. – “Tu opinión es irrelevante. Hablo al otro lado de la pantalla…” – sonríe.
Reitan frunce el ceño.
- “No me importa lo que diga Raichi.” – dice el herjaín. – “No permitiré que te lleves la Dragon Ball.”
En el planeta-laboratorio del tsufur, el doctor parece pensativo.
Shido insiste.
- “Raichi…” – murmura el demonio. – “Tengo una teoría…” – dice. – “Es casi un presentimiento… y los odio…” – se frustra un instante. – “Son irracionales…”
- “¿De qué hablas?” – protesta Reitan.
- “Quiero probarlo.” – le dice al tsufur. – “Quiero compartir mis respuestas para poder acceder a más preguntas.” – extiende su mano hacia Onisen. – “Acepta mi propuesta… Raichi.”
Reitan tiene un mal presentimiento y mira de reojo a Onisen, pero enseguida recibe un golpe del androide que lo lanza a través de la ciudad. La esfera de siete estrellas queda tirada en el suelo.
Trunks no pretende rendirse y se levanta. Sangra por la boca y se queja del golpe en el pecho.
- “Hit… Whis…” – piensa el mestizo. – “Gohan… Jaco… Toppo… Mamá… ¿Habéis muerto en vano?”
Trunks reclama su arma, que acude rauda a su llamada… pero al pasar junto a Shiras, éste se da la vuelta rápidamente y la batea, partiendo la espada en varios pedazos
- “Ah… ah…” – respira el mestizo con dificultad.
Lágrimas recorren su rostro.
Shiras apunta con su mano izquierda a Trunks y materializa una esfera de ki verde.
El mestizo, pese a estar a kilómetros de distancia y tener la vista borrosa, puede ver un pequeño destello esmeralda en lontananza.
Shiras dispara. El rayo de ki se aproxima al mestizo rápidamente.
Trunks cierra los ojos con fuerza, decepcionado consigo mismo, asumiendo su nuevo fracaso.
De repente, algo se ha interpuesto entre él y la muerte. El ataque ha chocado contra una cúpula invisible que lo protege.
- “¿Eh?” – se sorprende el mestizo, que abre los ojos.
Una voz le habla.
- “Trunks… Tan inútil como siempre…” – dice el recién llegado.
El mestizo se da la vuelta y se sorprende al ver a un viejo enemigo.
- “¡¿CELL?!” – exclama Trunks.
Shiras cesa su ataque. Cell desvanece la barrera.
- “Ese tipo…” – murmura Shiras. – “Estaba en Popol… El androide que se proclama perfecto…”
Cell camina hasta adelantar a Trunks
- “¿Qué haces aquí?” – le pregunta el mestizo.
- “He sentido varias energías interesantes en este lugar…” – responde Cell. – “No voy a mentirte, me interesaba más otro combate…” – fanfarronea. – “Pero luego he sentido su presencia…” – frunce el ceño, poniéndose serio.
- “¿Lo conoces?” – se sorprende Trunks.
- “Nadie me hace sentir inferior…” – gruñe Cell. – “Nadie me humilla y se sale con la suya…”
El ki de Cell aumenta de forma descontrolada. Su cuerpo brilla. Trunks se ve obligado a cubrirse el rostro y casi sale volando por el poder que emana del insecto.
Cell se ha transformado. Trunks observa con asombro la nueva forma del androide.
La mirada de Cell denota una determinación nunca vista antes en el insecto.
En Makyo, el ataque de Piccolo cae sobre la superficie del planeta y sobre Gohan. Un cráter empieza a formarse a medida que la esfera de ki se incrusta en el frío páramo de roca granate.
- “¡¡SON GOHAN!!” – sufre Krilín.
El ataque sigue avanzando. Las montañas de los alrededores se derrumban. Un terremoto sacude Makyo. El suelo se resquebraja.
Mai abraza a Baicha. Shula y Hinoyagi miran con horror lo sucedido.
- “Moriremos todos…” – murmura el ira-aru, aterrado.
Pero de repente, un rugido ensordecedor estremece a todos los presentes.
El ataque de Daimaoh empieza a retroceder
- “¡¿Qué demonios…?!” – se sorprende Krilín.
- “Gohan… está…” – dice Pino.
El cuerpo de Gohan aumenta de tamaño, su hocico crece, sus manos cada vez abarcan más del ataque de Piccolo.
- “¡¡Se está transformando en mono gigante!!” – exclama Mai, que recuerda al pequeño Son Goku destrozando el castillo de Pilaf. – “¡¿Por qué?!”
- “Está perdiendo el control…” – murmura Krilín.
El simio gigante de pelaje dorado abre sus fauces y dispara una esfera de ki rojo que se incrusta en el ataque de Piccolo y empuja la esfera de ki hacia el cielo, donde se pierde.
El namekiano observa a Gohan con curiosidad cuando una nueva jaqueca sacude su mente. Imágenes de Gohan convertido en ozaru durante su entrenamiento esperando a la llegada de los saiyajín. Gohan durmiendo en la intemperie sobre una montaña elevada. Un par de manzanas.
- “Ese no soy yo…” – gruñe Piccolo. – “Yo soy el Rey de los Demonios… ¡SOY PICCOLO DAIMAOH!”
Gohan clava su mirada en él y dispara con su boca.
Piccolo se eleva por encima del ataque para evadirlo y pone rumbo hacia el mestizo.
- “¡¡JAJAJA!!” – ríe de forma macabra.
El namekiano empieza a crecer a medida que cae sobre Gohan, haciéndose así gigante antes de darle un puñetazo en la cara al ozaru.
Dibujado por Beldum |
El simio cae de espaldas al suelo.
Krilín sufre por sus amigos.
- “Hay que cortarle la cola…” – dice el terrícola.
- “Si haces eso, Piccolo lo matará.” – dice Pino.
- “Maldita sea…” – gruñe Krilín. – “¿Es que solo podemos mirar mientras nuestros amigos se matan?”
En el castillo, Baicha se libera del abrazo de Mai.
- “¡¡BAICHA!!” – exclama ella.
Pero el pequeño humano, con lágrimas en los ojos, corre hacia los dos titanes.
Piccolo se sienta sobre el ozaru y le propina un puñetazo tras otro en la cara. Gohan intenta dispararle con sus fauces, pero cada golpe se lo impide.
Baicha se acerca al rostro de Gohan.
- “¡¡GOHAN!!” – exclama el niño. – “¡¡BASTA!! ¡GOHAN!”
Finalmente, Gohan logra agarrar los brazos de Piccolo y retener al namekiano lo suficiente para cargar una esfera de ki, pero en el último instante, Daimaoh se libera y nuevo puñetazo hace que el ozaru gire su rostro hacia un lado antes de disparar.
Una gigantesca bola de energía roja se aproxima a Baicha.
- “¡¡NOO!!” – llora Mai.
- “¡¡BAICHA!!” – exclama Krilín, que intenta correr hacia él.
Una gran explosión sacude el lugar.
Todos se quedan helados antes de ser empujados por la violenta onda expansiva.
Piccolo y Gohan siguen peleando, ajenos a lo ocurrido.
De repente, Ub aparece junto a Mai con Baicha en brazos, con su uniforma de Papayaman, pero sin casco.
- “Ha estado demasiado cerca…” – suspira el chico de Isla Papaya.
- “¡¿Ub?!” – se sorprende la mujer.
Pan y Bra aterrizan junto Krilín. Pan viste el uniforme de Piccolo con collarín blanco, Bra viste su mono negro con camiseta rosa.
- “Chicas… ¡Estáis vivas!” – se emociona el terrícola. – “Pero… ¿Qué hacéis aquí?”
- “Es una larga historia…” – dice Bra.
- “Estábamos en la Tierra cuando sentimos las energías de Piccolo y papá…” – dice Pan. – “Ub usó el Shunkanido.”
- “¡¿Ub también está aquí?!” – se preocupa Krilín, que cuyo último recuerdo del chico era poseído por Janemba.
- “Ha vuelto a la normalidad… pero ahora es completamente humano.” – dice Pan.
El rugido del ozaru interrumpe la conversación. Pan se queda de piedra al ver a su padre transformado en simio.
- “¡¿Qué…?! ¡¿Qué significa esto?!” – se pregunta ella, aterrada. – “¿Papá?”
En el Makai, Dabra se levanta de entre los escombros y mira a su agresor. Alguien ha intervenido en su duelo con Vegeta.
Frente al saiyajín, un diablo armado con un martillo desafía al Rey de los Demonios.
- “¿Quién eres tú…?” – pregunta Vegeta, que se arranca la lanza del muslo.
- “Eso no importa. Conozco a Gohan.” – responde él.
- “¡¿Gohan?!” – se sorprende el saiyajín.
Dabra camina hacia ellos.
- “Sesshoseki…” – sonríe el diablo. – “Desertor…”
Sesshoseki carga el martillo sobre su hombro derecho.
- “Tu amigo se encuentra en esa dirección.” – le dice a Vegeta, señalando la cueva. – “No hay tiempo que perder.”
- “¡¿EH?!” – dice Vegeta, confuso.
Sesshoseki deja caer su maza al suelo y una prisión de roca encierra a Dabra.
- “¡Largo!” – insiste el diablo.
Vegeta aprieta los dientes. No soporta tener que abandonar el combate, pero entiende lo que hay en juego.
El saiyajín sale volando hacia el interior de la oscura gruta.
Dabra eleva su poder y rompe su prisión.
Sesshoseki se pone en guardia. Una gota de sudor recorre su frente.
- “¿Osas enfrentarte a tu Rey?” – dice Dabra.
- “Para llamarme desertor, creo que tú fuiste el que aceptó ser el criado de un brujo con tal de salir de aquí…” – responde Sesshoseki con cierto retintín.
Dabra frunce el ceño, ofendido. Sesshoseki agarra con fuerza su martillo.
Cerca del castillo del Makai, Goten y Trunks se encuentran cara a cara con los gemelos demoníacos. Los dos mestizos se han quedado sin fuerzas y parecen a merced de sus enemigos.
Goten se pone en pie y se coloca junto a su amigo.
- “Pelearemos hasta el final…” – dice el hijo de Goku.
- “Iba a proponerte lo mismo…” – sonríe Trunks.
Los dos elevan su ki, pero ni siquiera logran transformarse.
- “Qué bonito…” – finge emocionarse la diablesa.
El hermano da un paso al frente y golpea los puños entre sí.
- “Deja que yo me encargue…” – dice él.
Ella suspira.
- “Está bien… Son todo tuyos.” – dice la mujer.
El hombre prepara sus garras.
- “Voy a destriparlos.” – se relame.
¿El demonio le está diciendo donde se encuentra goku o de quien habla al decir"tu amigo"? No entiendo
ResponderEliminarCorrecto :)
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