Los dos grandes Súper Saiyajín / Parte V: Soba
“Ya ha empezado…”
Han pasado unos 50 días. Son Goku sigue practicando el Shunkanido. Ahora el saiyajín juega al gato el ratón persiguiendo a Hatsuka por toda la ciudad. El yadrat desaparece cada vez que Goku aparece a su lado.
Finalmente, Hatsuka le espera en casa de Guragu, bajo un árbol.
- “Parece que empiezas a cogerle el tranquillo…” – sonríe el ayudante del Venerable.
- “Eso parece, sí…” – dice Goku, contento. – “Pero las grandes distancias aún me cuestan… y más si tengo que hacerlo tan rápido…”
- “Vas por buen camino.” – insiste Hatsuka.
El pequeño Shima corre hacia nuestro amigo.
- “¡Goku!” – exclama el pequeño.
- “¡Hola, Shima!” – saluda Goku, que acaricia la cabeza del niño. – “¿Qué tal todo?”
- “Bien” – sonríe Shima.
Guragu se acerca.
- “No molestes al extranjero…” – le dice a su hijo. – “Está entrenando…”
- “No pasa nada.” – sonríe Goku. – “Yo también tengo un hijo, ¿sabe?”
De repente, una terrible sensación embarga a los tres adultos, que miran al horizonte horrorizados.
- “¿Qué…? ¿Qué es eso?” – tartamudea Guragu.
El pequeño Shima no entiende lo que ocurre y se agarra a los pantalones de su padre.
- “¿Qué ocurre, papá?” – pregunta el niño.
Hatsuka, nervioso, extiende la mano hacia Goku.
- “¡VÁMONOS!” – le apresura el yadrat.
- “¡Sí!” – asiente Goku, agarrando al ayudante del Venerable.
Los dos desaparecen.
En la torre que preside la ciudad, Pybara ha salido al balcón.
- “Ya ha empezado…” – frunce el ceño el Venerable. – “Se han liberado.”
Bajo la ciudad, una gran puerta de piedra se ha abierto. Un yadrat con peculiar aspecto sale de entre las sombras; es delgado, alto y musculado, su piel es más oscura que la de los demás de su clase. Tras él, una horda de yadrat deformes con aspecto demoníaco salen galopando a cuatro patas, algunos incluso corren por las paredes y el techo.
Pybara camina hacia su silla y toma asiento con un suspiro.
De repente, una sombra aparece ante él.
Mientras tanto, en la Tierra, Vegeta entrena solo en las montañas rocosas. El paisaje estalla a su alrededor cuando él hace emanar su ki.
- “No es suficiente…” – gruñe el saiyajín, frustrado. – “¿Por qué…? ¡¿Por qué yo no puedo?!”
Lejos de allí, Gohan y Piccolo entrenan en un páramo conocido por los dos. El namekiano viste su ropa habitual, pero sin capa. El chico viste el mono azul que usó Namek, sin la armadura.
Un dinosaurio con la cola cortada camina tranquilamente por la zona cuando, al ver a Gohan, huye aterrado.
El chico embiste a Piccolo, que retrocede mientras detiene los ataques de Gohan.
De repente, los dos perciben el ki de Vegeta y miran hacia el norte.
- “Vegeta…” – dice Gohan, mientras intenta cobrar el aliento.
- “No acepta que tu padre le haya superado…” – sonríe Piccolo.
- “¡OH!” – se asusta el mestizo.
- “¿Qué ocurre?” – pregunta el namekiano, confuso.
Gohan corre hacia su ropa de vestir, que se encuentra plegada cerca de donde pelean. Busca en el bolsillo de sus pantalones y encuentra un reloj.
- “¡Debería estar estudiando!” – exclama el chico. – “Mi madre me va a matar…”
Una gota de sudor recorre la frente de Piccolo.
- “Tan fuerte y tan humano…” – murmura el namekiano. – “Es hijo de su padre…” – sonríe.
En Yadrat, Hatsuka y Goku han aparecido en la ciudad. Hay yadrat corriendo por todas partes, huyendo del mal que pueden sentir.
- “¿Qué está pasando?” – se pregunta Hatsuka, asustado.
- “¿Por qué no estamos con Pybara?” – pregunta Goku.
- “No… no pude encontrar su ki…” – confiesa el yadrat.
Son Goku entiende lo que eso puede significar y se preocupa.
Una presencia sorprende a nuestros amigos, que se dan la vuelta.
- “¿Ahora aceptamos a extranjeros en Yadrat?” – dice una voz.
Goku y Hatsuka se encuentran cara a cara con Soba.
- “Es… es él…” – titubea Hatsuka.
- “No hay duda… es el ki que sentí…” – piensa Goku.
Soba sonríe de forma prepotente.
- “¡¿Qué le has hecho a Pybara-sama?!” – le increpa Goku.
- “Eso ya lo sabes…” – dice Soba.
- “Maldito seas…” – gruñe Goku. – “No te lo perdonaré…”
De repente, una docena de yadrat malditos rodean a nuestros amigos.
- “Destripad al extranjero.” – ordena Soba. – “Yo me encargo de la mascota del Venerable…”
Son Goku se coloca frente a Hatsuka para protegerlo.
- “¡VETE!” – le dice a su amigo.
El yadrat obedece y usa el Shunkanido.
Cuatro enemigos se abalanzan sobre Son Goku, que hábilmente repele y noquea a cada uno de ellos de un solo golpe.
Antes de que el saiyajín pueda centrarse de nuevo en el enemigo, otra horda de enemigos se abalanza sobre él.
El saiyajín repele a los monstruos de la misma forma, pero esta vez son tantos que algunos logran alcanzarle. Uno le agarra el brazo y se lo muerde.
- “¡AAH!” – grita Goku antes de agarrar la cabeza del enemigo con su otra mano y lanzarlo lejos.
Otro se engancha a su espalda y le muerde el cuello. Otro le clava las zarpas en el muslo.
- “Grrr…” – gruñe el saiyajín.
Los ojos de Goku brilla de color verde un instante, pero la presión le supera.
- “¡¡KAIOKEN!!” – exclama Goku, envolviendo su cuerpo con el aura rojiza y violenta de la técnica de Kaiosama.
Todos los enemigos salen despedidos en todas direcciones y caen al suelo inconscientes.
Son Goku regresa a la normalidad y busca a Soba.
- “¿Eh?” – se sorprende el saiyajín. – “¿Dónde está…?”
Muy lejos de allí, en casa de Guragu, el Hatsuka se encuentra en el suelo del salón, ensangrentado, alejándose del enemigo a gatas.
Soba camina hacia él.
- “¿Así pelea el nuevo Venerable?” – se mofa el enemigo. – “Aunque bueno… al menos tú lo has intentado… El otro ha muerto sin luchar… como una rata…”
Guragu se acerca por la espalda de Soba en silencio y le intenta propinar un puñetazo.
Soba se da la vuelta y detiene el golpe, agarrándole el puño.
- “Mala idea…” – dice el enemigo.
Soba parte el brazo de Guragu y lo empuja, tirándole al suelo.
- “¡Papá!” – exclama el joven Shima, que se escondía tras un armario.
El yadrat oscuro esboza una media sonrisa al ver al niño y le apunta con su mano.
- “No…” – suplica Hatsuka. – “No lo hagas…”
Soba dispara, pero alguien aparece frente a él con el Shunkanido y recibe el impacto; es su padre. Guragu ha abrazado al chico y el ataque le ha calcinado la espalda.
- “Hijo…” – llora el padre. – “Corre…” – le dice con su último aliento antes de desplomarse contra el suelo.
- “¡PAPÁ!” – grita el niño, desesperado. – “¡¡PAPÁ!! ¡DESPIERA!” – sacude su cuerpo, desesperado.
Soba ignora al niño y se centra de nuevo en Hatsuka.
- “Eres… un monstruo…” – dice el malherido yadrat.
- “Eso es solo cuestión de perspectiva…” – responde Soba, alzando su mano en forma de garra, listo para propinarle el golpe de gracia.
En ese instante, alguien le detiene agarrándole el antebrazo; es Son Goku.
- “¿EH?” – se sorprende Soba.
- “No permitiré que hagas daño a nadie más.” – dice Goku.
Soba sonríe de nuevo.
- “Creo que llegas tarde…” – dice el enemigo, mirando de reojo al pequeño Shima.
Son Goku se queda aterrado al ver al pequeño llorando sobre el cadáver de Guragu.
Soba aprovecha la distracción para propinar un puñetazo en el pecho al saiyajín, que sale despedido y atraviesa el muro de la casa hasta chocar contra un árbol y caer de rodillas al suelo.
Soba sale de la casa por el agujero formado en el muro.
- “Jamás te atrevas a tocarme de nuevo…” – dice el yadrat.
Son Goku se frota el pecho en el lugar en el que ha sido golpeado.
- “Sin duda es fuerte…” – dice el saiyajín. – “Ha derrotado a Pybara-sama y a Hatsuka… y ha matado a Guragu…” – gruñe.
El saiyajín se pone en pie.
- “Te haré pagar lo que has hecho…” – dice Goku, muy serio.
- “No me hagas reír…” – lo desprecia Soba.
De repente, el suelo empieza a temblar.
- “¿Eh?” – se sorprende el yadrat.
- “¡¡KAIOKEN!!” – exclama Goku, imbuyendo su cuerpo en el aura flamígera de la técnica del Kaio del Norte.
- “¡¿Qué?!” – se asusta Soba al sentir el ki de su adversario.
Como una llamarada roja, Goku embiste a Soba y le propina una patada, lanzándolo por los aires.
Describiendo el recorrido parabólico típico de su técnica, Son Goku vuela hasta la espalda del enemigo y lo intercepta, propinándole un golpe con ambas manos en forma de martillo y lanzándolo así al lago.
Son Goku aterriza y recupera su estado base.
Lentamente, Soba asciende a la superficie y se eleva lentamente sobre el lago.
- “Eso no me lo esperaba…” – dice Soba. – “Lo admito…” – sonríe.
Son Goku se queda perplejo ante el poder de su adversario
- “Impresionante…” – frunce el ceño el saiyajín. – “Jamás pensé que pudiera existir un tipo tan fuerte como Freezer…”
Ésta historia de Yadrat me encanta y no me pierdo ninguna historia tuya, Batosai... Aunque espero comprender el cómo logra controlar la transformación de SSJ, aunque quisiera saber si existe la posibilidad aquí de que cogiera la enfermedad del corazón por los mordiscos de los demonios...
ResponderEliminar¡Muchas gracias! :D Me alegro.
EliminarLa enfermedad del corazón tiene un origen desconocido, al menos por ahora. Comenté en los Especiales de Kamakiri que no descarto que esté relacionada con el virus a partir del cuál se crea el que usa el doctor. Pero de momento no puedo confirmar nada.