viernes, 4 de junio de 2021

ESPECIAL DBSNL /// El camino del ciego (Antología) // Universos 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 / Parte I: Inugami

El camino del ciego (Antología) / Parte I: Inugami

“¿Darías tu vida a cambio?”



En el lejano Inushisei, siglos antes de la creación de Hildegarn, un misterioso ser encapuchado vaga por las calles del planeta, que goza de una civilización próspera de carácter clásico.


La raza de perros humanoides disfruta de una época de esplendor. Varios de ellos han sido considerados para el puesto de Kaioshin en varias ocasiones; muchos lo fueron en el pasado… pero en los últimos milenios, ese honor ha caído siempre en manos de los habitantes de Ira-aru, que ya han fundado una Academia destinada a preparar a los futuros candidatos a tal puesto de responsabilidad.


Los inushi no buscan gloria ni poder. Son una civilización con un carácter muy espiritual. Milenios atrás, adoraban a un Dios vengativo llamado Inugami, pero su templo fue enterrado en el corazón de una montaña para evitar su culto, pues con el tiempo llegó a ser considerado peligroso; una leyenda negra del planeta.


Un misterioso encapuchado abandona la ciudad y camina a través de una zona desértica, caminando durante horas, hasta que llega al pie de la montaña. El misterioso forastero examina el lugar y pronto identifica una gran roca con el kanji “Shin” grabada en ella.


El forastero utiliza la uña de su dedo índice para escribir una serie de jeroglíficos alrededor de la inscripción, y luego coloca la palma de su mano sobre el kanji principal.


Los jeroglíficos se iluminan y hacen brillar el kanji con luz blanca, que pronto se torna roja. La piedra se resquebraja y finalmente se fractura por completo, derrumbándose y revelando una entrada.


El encapuchado entra en la tenebrosa cripta.


Tras un largo camino entre túneles oscuros, el forastero llega al viejo templo sepultado y, sin dudarlo, se adentra en él.


El encapuchado llega a la sala principal, una zona amplia adornada por un altar en el que se encuentra una reliquia sagrada; una cabeza de inushi momificada, de gran tamaño.


El forastero pretende agarrar la cabeza del perro, pero ésta brilla intensamente con luz blanca y hace que el encapuchado se detenga.


Un cuerpo de luz brota de la cabeza Inushi. Un gigantesco perro se planta frente al extranjero.


- “¿Quién eres?” – pregunta la fantasmagórica aparición.

- “Alguien que busca respuestas.” – responde el forastero.

- “Si has sido capaz de llegar hasta mí, creo que no te falta conocimiento, brujo.” – dice el perro.

- “Quiero más.” – insiste el forastero. – “Quiero saberlo todo sobre los Dioses.”

- “Ese conocimiento no está permitido entre los mortales.” – responde el fantasma.

- “Lo necesito.” – dice el brujo. – “Necesito saber.”

- “¿Darías tu vida a cambio?” – pregunta el cánido.

- “Sí.” – responde el encapuchado. – “Cuéntamelo todo y luego toma mi vida.”


El perro se sorprende de que alguien sea capaz de aceptar ese trato.


- “Está bien.” – dice el perro, intrigado. – “Responderé tus preguntas.”

- “¿Cuántos Dioses hay?” – pregunta el forastero.

- “El hecho de que preguntes eso ya me dice que sabes más de lo que deberías…” – murmura el Dios. – “Cuatro Kaioshin protegen los distintos sectores del Universo.” – revela. – “Todos bajo el mando del Dai Kaioshin. Juntos se encargan de velar por la seguridad de los mortales.” – explica. – “Su contraparte es el Hakaishin, encargado de mantener el orden del universo eliminando las grandes amenazas y anomalías que aparecen. Mantiene el curso natural de la creación.”

- “Tú eras uno de esos Kaioshin…” – murmura el encapuchado. – “Inugami.”

- “Así es” – dice el antiguo Dios. – “Los sacerdotes de mi pueblo estaban entre los elegidos por los Dioses para optar al puesto de Kaioshin.”

- “¿Qué pasó para que te repudiaran?” – pregunta el forastero.

- “Una gran pandemia azotaba este planeta. Mi mundo.” – narra Inugami. – “Compartí mi luz con sus habitantes para protegerles. Actué de forma egoísta, salvando a mi gente y alterando el curso del Universo.”

- “Y fuiste castigado…” – murmura el brujo.

- “Fui repudiado por los Dioses.” – dice Inugami. – “Regresé a mi planeta, relevado de mi cargo. Fui recibido como un héroe, construyeron templos en mi honor y fui alabado durante milenios…”

- “Pero te olvidaron…” – dice el forastero.

- “Me culparon de que los Dioses dejaran de confiar en los inushi para ocupar los puestos sagrados.” – dice el Dios. – “Enterraron mi templo y mi pasado. Solo unos pocos recuerdan mi historia.”


El encapuchado murmura mientras parece meditar.


- “¿Complacido?” – pregunta Inugami.

- “¿Se puede matar a un Dios?” – pregunta el forastero.

- “Hmm…” – gruñe el can. – “¿Qué pregunta es esa?”

- “Una que entra en nuestro acuerdo.” – le recuerda el encapuchado.

- “Los Dioses son mortales.” – dice el inushi. – “Su puesto no les da inmunidad.”

- “Interesante…” – dice el encapuchado. – “Pero… ¿Qué hay por encima de ellos?”

- “¿Eh?” – se extraña Inugami. – “¿Por encima?”

- “Has dicho que los Kaioshin son elegidos.” – dice el brujo. – “¿Quién los elige? ¿Quién los puso allí?”

- “Alguien que sobrepasa cualquier poder comprensible para los mortales… y para los Dioses.” – revela el perro. – “La creación y la destrucción personificadas.”

- “¿Dónde le encuentro?” – pregunta el brujo.

- “Ja, ja, ja…” – ríe el cánido. – “Eso no es posible…”

- “Que forma tan hipócrita de decir que no lo sabes.” – dice el forastero con retintín.

- “¿Cómo dices?” – se ofende el viejo Dios.

- “Tu información me ha sido útil, pero insuficiente…” – murmura el encapuchado.

- “Cuida tus palabras, forastero…” – replica Inugami. – “Puedo tomar tu vida con rapidez o regocijarme en tu sufrimiento…”

- “Eso no ocurrirá.” – dice el extraño.


El perro muestra los dientes y luego se abalanza sobre el encapuchado.


Rápidamente, éste retrocede, evadiendo el mordisco del inushi.


El encapuchado se planta de nuevo. El perro gruñe.


- “¿Olvidaste nuestro trato?” – pregunta Inugami.

- “La palabra de un Dios no vale nada...” – responde el encapuchado. – “¿Por qué debería seguir atado a la mía?”


Inugami gruñe y enseña los dientes.


- “Morirás, forastero.” – sentencia el perro.

- “Algún día…” – responde el forastero. – “Pero no será aquí… no será hoy…”


La capucha que ocultaba el rostro del personaje ha caído; un hombre de piel azul y aspecto cabrío, con hocico, cuernos encorvados y barba blanca corta, con unas pocas arrugas en su rostro.


- “¿Quién eres tú, que osas retar a un Dios?” – pregunta Inugami.


El forastero no responde. Su mirada revela una determinación de la que el inushi se percata.


El perro ataca de nuevo y embiste a su enemigo, que salta hacia un lado, dejando que Inugami se estrelle contra la pared de la sala.


El brujo alza su mano y una columna de piedra brota del suelo bajo la barriga de Inugami, empujándole y estrellándole contra el techo.


De repente, un pulso de luz nace del perro y derrumba la columna de roca, liberándolo.


Inugami embiste de nuevo, pero el brujo se escurre entre las piernas del enemigo, evadiéndolo una vez más.


El perro da un coletazo al brujo, que se protege y sale repelido contra una pared, golpeándose contra ella.


Inugami se da la vuelta y gruñe de nuevo.


- “Hasta aquí ha llegado tu insolencia…” – refunfuña el perro. – “¡DESAPARECE CON MI LUZ!”


Un gran estallido de luz blanca proveniente del inushi inunda la sala.


- “Hmm…” – respira el perro.


Pero de repente, entre el resplandor impoluto, una mancha negra empieza a aumentar de tamaño.


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende el viejo Kaioshin. – “¡¿CÓMO ES POSIBLE?!”

- “Tu poder es solo una sombra de lo que fue…” – dice el brujo.


La oscuridad avanza por la sala.


El perro frunce el ceño, aterrado.


- “¿Q… quién…?” – tartamudea Inugami. – “¿Quién eres tú?”


La luz desaparece por completo. La oscuridad ahora envuelve a los dos personajes.


El brillo del cuerpo de Inugami cada vez es más tenue.


- “Soy quien doblegará la voluntad de los Dioses…” – responde el brujo.


El cuerpo del perro se desvanece completamente y la cabeza momificada cae al suelo.


El forastero se acerca a ella y la pisa, destrozándola.


- “Me llamo Moro.” – sentencia el brujo.


La ciudad siente un violento temblor y en el horizonte algunos pueden ver la montaña derrumbarse.

6 comentarios:

  1. ¡Espero que os guste! :D
    Esta saga Especial se basará en historias de Moro y no estarán necesariamente contadas de forma cronológica.

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    1. Aca se describe a Moro ya entrado en años, asique supongo que su aspecto es lo que marcara la cronologia de esta saga :D

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  2. Tremendisimo capitulo. Tanto hype no cabe en mi xD.

    Increible saber de donde viene la Luz de Inugami, pero esta es un poder que tienen todos los Inushis? E Inugami fue quien aprendio a utilizarla orignialmente?

    Me encanta ver mas de Moro y su busqueda de la verdad, ojala verlo con Raichi y lo que pasó en Kudan.

    Entonces, la raza de los inushis empezo a perecer luego de esto, o hubo otro evento que los hizo (casi) desaparecer?

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    1. ¡Me alegro mucho de que te guste!

      Los inushi lo tiene desde que él lo compartió. Los demás pueden aprender a usarla, pero no es nada fácil. Digamos que es su "Súper Saiyajín".

      Puede que sepamos más de los inushi en el futuro ;)

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