miércoles, 29 de abril de 2020

DBSNL // Capítulo 144: Un misterioso pasado

DBSNL // Capítulo 144: Un misterioso pasado
“Ha ocurrido algo terrible…”


Gohan y Pino han abandonado el Cuartel General de la Patrulla Galáctica en una nave prestada. 

El Número 16 pilota el vehículo a través del espacio en dirección al planeta Snack.

- “Nuestra primera misión” – sonríe Gohan. – “¿Estás animado, Pino?”
- “Es un placer ayudar” – responde el robot.

En la Tierra, Suno, Mai y Puar han puesto la mesa y han llamado a los chicos, que siguen jugando en el jardín.

Después de lavarse las manos, Yamcha y su hijo ya se han sentado a la mesa. Lapis, Ikose y Hatchan se disponen a hacer lo mismo, pero una fotografía en la estantería llama la atención del Número 8.

- “¡¿Conocéis al Coronel Green?!” – pregunta el robot, sorprendido, agarrando la foto para verla de cerca.
- “¿A quién?” – pregunta Lapis.
- “¡Me alegro mucho de verle!” – exclama emocionado el Número 8. – “Me temía lo peor…” – suspira aliviado.
- “¿De qué estás hablando, Hatchan?” – se extraña Suno.

Lapis se fija en la fotografía. Es la que tomaron el día en que Gohan y el Número 16 se marcharon al espacio con la Patrulla Galáctica. En ella aparecen Lapis, Mai, Pino, Lázuli, Krilín y Marron.

En la Kame House, Pan sigue entrenando con Goten.

- “¡Muy bien!” – felicita el muchacho a su sobrina. – “¡Casi lo tienes!”

Pan esboza una enorme sonrisa.

- “¡Es que soy genial!” – presume, haciendo el símbolo de la victoria.

En la Corporación Cápsula, Trunks se ha puesto a trabajar en su despacho, pues tiene ciertas responsabilidades ineludibles con la empresa.

Bra, harta de tener que contenerse durante su entrenamiento para no causar destrozos, ha decidido viajar a la Atalaya de Kamisama, donde se encuentra con Piccolo.

- “Hola, Piccolo” – saluda la muchacha.
- “Hola, Bra” – responde el namekiano. – “¿Qué haces aquí?”
- “Necesito un lugar donde poder entrenar de verdad.” – dice la mestiza. – “Jamás podré superar mis límites si siempre tengo que preocuparme por contenerme y no romper nada.”

Piccolo sonríe al ver el espíritu guerrero de Bra.

- “Supongo que has venido al lugar adecuado” – dice el namekiano. – “El palacio es bastante resistente.”
- “Pensaba entrenar en la Sala del Espíritu y el Tiempo” – dice Bra.
- “¡¿Qué?! – se sorprende Piccolo. – “¿Quieres entrar en la sala?”
- “Necesito hacerme más fuerte si quiero enfrentarme a ese Garlick” – dice la mestiza.

El namekiano se pone serio.

- “Tu actitud es la adecuada, pero entrar en la Sala tiene un alto precio” – dice Piccolo. – “Perder un año de tu vida, sobretodo a tu edad… y forzar el cuerpo de esa forma…”
- “Mi hermano y Goten entraron más jóvenes” – dice Bra. – “Y también Son Gohan.”
- “Pero la Tierra corría un peligro inminente…” – dice el namekiano.
- “¿Y ahora no?” – insiste Bra.

Piccolo suspira. La chica tiene un carácter difícil.

- “Escúchame, Bra.” – dice el namekiano. – “La Sala es un lugar complicado. Pasar tiempo ahí dentro es realmente duro. Gohan entró con su padre. Los chicos entraron juntos, y después acompañados por Bu y Satán.” – explica. – “Cuando Goku entró a tu edad y en solitario, únicamente fue capaz de aguantar unos meses.”

Bra parece pensárselo de nuevo.

- “Yo he pasado un año solo ahí dentro, y te aseguro que es mucho más duro de lo que parece.” – sentencia Piccolo.

La muchacha, algo enfurruñada, patea una minúscula piedra en el suelo.

- “Siento que estoy estancada…” – murmura Bra.

Piccolo parece entender a la joven.

- “A veces, para hacerte más fuerte necesitas contar con los demás.” – sugiere el namekiano. – “No todos tenemos el carácter despreocupado de la familia Son, pero el tiempo les ha dado la razón. Incluso tu padre llegó a entenderlo.” – sonríe.

Bra camina hacia el borde de la Atalaya y contempla la Tierra en silencio, recapacitando sobre las palabras del namekiano.

En la cabaña de Lapis y Mai, Hatchan les cuenta todo lo que sabe sobre el supuesto Coronel Green. 

- “Recuerdo al joven Coronel” – dice Hatchan. – “Buena gente. Era el único que me trataba bien.”
- “¿Estaba en la Muscle Tower?” – pregunta Suno.
- “No” – responde el Número 8. – “Le conocí antes de ser trasladado allí; en el laboratorio del Cuartel General.”
- “Pero de eso hace muchos años…” – murmura Yamcha. – “Es imposible que el Número 16 fuera creado antes que Hatchan… La tecnología, su numeración… No cuadra.”
- “¿Y si no era un androide?” – sugiera Mai.
- “El Número 16 es un robot completamente mecánico” – responde Lapis. – “No tiene base biológica, como sí tenemos Lázuli y yo.”
- “Puede que no la tenga, pero podría estar inspirado en alguien…” – dice Ikose.
- “¿Un Coronel de la Red Ribbon?” – murmura Yamcha.

Yamcha saca su teléfono móvil y marca un número.

- “¿A quién llamas?” – le pregunta Suno.
- “A Bulma.” – responde Yamcha. – “Ella y su padre son los que más saben sobre Gero y la Red Ribbon.”

En la Corporación, Brief coge el teléfono.

- “¡Hola, Yamcha!” – saluda el doctor. – “¿Qué ocurre?” – pregunta. – “¿El Doctor Gero? ¿Coronel Green?” – cabila Brief. – “No conozco a nadie llamado así… ¿El Número 16, dices?” – se sorprende. – “Voy a tener que buscar en mis viejos archivos…”

La esposa de Brief, que se encuentra en la cocina preparándose un té, escucha a su marido hablando por teléfono y siente curiosidad.

- “¿Quién es, cariño?” – pregunta la mujer.
- “Es Yamcha” – dice Brief. – “Me pregunta si conozco a un tal "Coronel Green" de la vieja Red Ribbon.”
- “¿Coronel Green? ¿No será Capitán?” – reacciona su esposa, ruborizada. – “¿Mister Junio?”
- “¿Qué?” – pregunta Brief, confuso.

Brief cuelga el teléfono y ayuda a su esposa a buscar en el almacén, donde ella guarda una caja perfectamente ordenada y etiquetada como "Panty’s".

Entre viejos vinilos y libros aparece un polvoriento calendario erótico de la Red Ribbon.

- “¡Aquí está!” – sonríe la esposa del Doctor Brief.

Al pasar las páginas, fotos de varios miembros del viejo ejército aparecen con poca ropa. El General Blue viste solo unos slips, mirando sensualmente a cámara mientras huele una rosa roja. El Coronel Silver, descamisado y con su pañuelo rojo al cuello, finge boxear con la cámara.

- “Mira que comprar el calendario de la competencia…” – refunfuña Brief.

Su esposa fuerza una tos – "*cof*, *cof*" –  señalando un viejo calendario colgado en la pared del almacén, en el que aparece la Coronel Violet en ropa interior, posando sobre su avión.

- “Bueno…” – se sonroja Brief. – “Mejor centrémonos en ayudar a Yamcha…”

Finalmente, al llegar al mes de junio, Brief se queda de piedra.

- “Increíble…” – se sorprende Brief. – “¡Es él!”

Un individuo idéntico al Número 16, pero más joven, posa semidesnudo en el bosque, rodeado de animales salvajes. Su cabello es más largo, cortado a media melena, pero alborotado. No luce pendientes.


- “Ese muchacho me resultaba familiar…” – dice la esposa de Brief. – “Pero no le había reconocido con ese estrafalario peinado que lleva ahora… y con tanta ropa.”
En el lejano planeta sin nombre, Trunks y Cheelai han encontrado una cabaña de madera en mitad del valle.

- “Voy a entrar para echar un vistazo.” – dice Trunks.
- “Bien” – responde Cheelai. – “Yo veré qué encuentro por aquí.”

Trunks entra en la cabaña. El interior es muy austero. Muebles de madera que parecen de fabricación casera rodean una chimenea central.

En el exterior, Cheelai escrudiña los alrededores del lugar. En la parte trasera, hay un pequeño campo arado.

- “Alguien vive aquí…” – murmura Cheelai.

Trunks busca en las habitaciones. Hay dos dormitorios, uno de ellos con dos camas pequeñas.

- “Parece que no hay nadie en casa…” – suspira Trunks.

En ese instante, el saiyajín siente una presencia detrás de él.

En el jardín, la patrullera se da cuenta de que, tapada en grandes telas verdes, se encuentra una nave espacial esférica de color negro y blanco.

- “Esta debe ser la señal que seguía Trunks…” – murmura Cheelai. – “Será mejor que le avise de que…”

De repente, la pared de la cabaña estalla y Trunks sale propulsado a través de ella, chocando contra el suelo y dando varias vueltas de campana.

Cheelai agarra su pistola.

- “¡NO!” – exclama Trunks. – “¡QUIETA!”

La patrullera se detiene.

Trunks esboza una sonrisa, a pesar de estar magullado.

- “Hola, Hit” – saluda el mestizo.

Cheelai se da cuenta de que el individuo con el que su compañero habla se encuentra detrás de ella y de que le ha quitado el arma.

La muchacha se aparta del asesino, asustada.

Hit esboza una media sonrisa al reconocer al saiyajín.

- “¿Qué hacéis aquí, Trunks?” – responde el asesino.
- “Ha ocurrido algo terrible…” – dice el mestizo. – “Necesito tu ayuda.”

En el sótano de la casa, ocultos bajo el suelo de madera, la esposa de Hit y sus dos hijos, un adolescente varón y una pequeña niña, salen de su escondrijo al ver que las visitas no son una amenaza.

- “Siento mucho haberos atacado” – se disculpa Hit, que le devuelve la pistola a Cheelai. – “¿Podemos ofreceros algo de beber?”

domingo, 26 de abril de 2020

ESPECIAL DBSNL /// Cold Chronicles // Universos 3, 5, 6 y 7 / Parte XX: Desenlace

Cold Chronicels / Parte XX: Desenlace
“Me habéis engañado…”


La batalla final estalla en el pequeño y remoto planeta. 

Cold apunta con sus dedos a Shiras y le lanza una ráfaga de rayos mortales que el patrullero repele haciendo girar su vara.

Los dos Hit se abalanzan sobre el enemigo, pero Shiras, sin dejar de hacer girar su vara con una mano para protegerse de los ataques de Cold, dispara un ataque de ki contra ellos. 

Los Hit se separan y saltan por los aires mientras crean una pantalla de humo que envuelve a Shiras.

El patrullero intenta disipar la humareda haciendo girar su vara, pero pronto es sorprendido por Cold, que aparece de entre las tinieblas transformado en su forma más rocambolesca y agarra a Shiras por los hombros, empujándole fuera del humo.

Cold propina un cabezazo a Shiras y éste se inclina hacia atrás para poder contraatacar con una doble patada en el abdomen del demonio del frío, librándose de él y lanzándolo por los aires.

Shiras se pone en pie rápidamente y se encuentra entre los dos asesinos.

- “Sólo uno puede sorprenderme…” – piensa Shiras, fijándose en el Anillo Toki del Hit del futuro. – “¡Solo tengo que centrarme en ese!”

El Hit sin anillo se abalanza sobre Shiras por la espalda, pero el patrullero, sin mirar atrás, le propina un golpe con el dorso de su puño.

Shiras ataca al Hit con anillo. El asesino cierra su puño, pero antes de poder activar el poder del antiguo artefacto recibe un golpe con la vara de Shiras en el abdomen, doblegándose del dolor.

Shiras mira de reojo al Hit sin anillo, que está demasiado lejos para intervenir.

- “¡ERES MÍO!” – celebra Shiras, alzando su vara.

La vara de Shiras desciende sobre el arrodillado Hit, pero de repente, un golpe en la espalda del patrullero le hace perder fuerza en las manos y su vara se cae al suelo.

- “¿Cómo…?” – titubea Shiras. – “¿Cómo es posible…?”

El Hit sin anillo ha aparecido detrás de Shiras y le ha propinado un certero golpe en la columna.

- “He aprendido a hacer ciertos trucos sin anillo” – sonríe el asesino.
- “Me habéis engañado…” – se da cuenta Shiras. – “Os habéis cambiado el anillo…”

El Hit joven, que se encontraba arrodillado, se levanta propinando un puñetazo en la barbilla de Shiras, derribándole de espaldas al suelo.

Cold desciende y se coloca al lado de los dos Hit.

Incrédulo, Shiras se queda inmóvil en el suelo durante un instante.

Mojito, que ha estado observando todo el combate, sigue atento a la escena.

Shiras intenta reaccionar, pero su cuerpo no responde.

- “No puedes moverte” – le dice Hit. – “Se acabó. No volverás a pelear.”

Una media sonrisa se dibuja en el rostro del patrullero.

- “Es pronto pare celebrar.” – murmura mientras su anillo brilla y su cuerpo se desvanece.

De repente, un nuevo Shiras golpea al Emperador por la espalda, lanzándole lejos de los asesinos.

Los dos Hit se dan la vuelta, pero el nuevo Shiras les propina una tormenta de puñetazos que los derriba fácilmente.

- “¿Era un clon temporal?” – se sorprende el viejo Hit. – “¿Cuándo?”
- “El humo no solo os da cobertura a vosotros.” – sonríe el patrullero. – “Eres un guerrero hábil que ha estado preparando su venganza durante años. Suponía que tenías un plan mejor que atacarme de frente.”

De repente, una explosión llama la atención de los presentes. Cold se ha transformado y ha regresado a su forma original. 

El Emperador ataca a Shiras y le sorprende con un terrible puñetazo en el rostro que lo lanza contra una montaña cercana.

Cold está sufriendo su exceso de poder. En su rostro se refleja el dolor que siente. Su aura es inestable y algunos rayos de energía son emitidos involuntariamente y chasquean los alrededores, causando algunas explosiones.

Shiras no tarda en ponerse en pie.

- “Insolente…” – refunfuña antes se lanzar un sanguinolento escupitajo al suelo.

Los Hit, malheridos, se ponen en pie.

- “No puedo aguantar esta transformación mucho tiempo” – les advierte el demonio del frío. – “¡Pensad algún modo de detenerle!”

Cold se abalanza sobre el Shiras y los dos se enzarzan en un violento intercambio de puñetazos.

Los Hit observan el combate. El joven asesino tiene una idea.

- “Shiras parece más lento que antes…” – dice Hit.
- “Crear un clon le habrá drenado mucha energía” – dice el viejo. – “Hacer algo así tiene un coste alto.”
- “Eso significa que no puede hacerlo otra vez.” – advierte el joven.
- “Tenemos que acabar con él de una vez por todas.” – dice el viejo asesino.
- “Tengo una idea.” – dice el joven.

Cold insiste en sus golpes, pero no son consistentes. Algunos tienen una fuerza y velocidad dignos de sus mejores días, pero otros son torpes y débiles. Su control del ki es deficiente a causa del esfuerzo realizado tiempo atrás para detener al planeta M2.

Shiras percibe las flaquezas del Emperador y enseguida reacciona en consecuencia, ganando terreno rápidamente.

- “¡Esperaba más del proclamado Emperador Cold!” – se burla el patrullero antes de propinarle un acrobático puntapié en la barbilla mientras da una voltereta hacia atrás, seguida de una doble patada en el pecho del demonio, que lo lanza contra el suelo.

Dos Hit se abalanzan sobre Shiras por la espalda, pero éste se percata de su presencia y los intercepta fácilmente, agarrándolos por el cuello a ambos.

- “Se acabó el juego” – dice el patrullero.

Pero Shiras no tarda en darse cuenta de que los dos asesinos llevan un anillo Toki.

- “¡¿QUÉ?!” – se alarma el patrullero.

Uno de los Hit desaparece. Era un clon.

El joven Hit sorprende a Shiras por la espalda, rodeándole el cuello con su brazo.

Shiras suelta al viejo Hit para intentar liberarse del agarre del joven, que no cede.

- “¡MALDITOS SEÁIS!” – exclama el patrullero.

Shiras y Hit se precipitan contra el suelo, pero el asesino sigue insistiendo en su agarre. 

El viejo Hit ha utilizado toda la energía que le quedaba en ese doble, y también cae al suelo sin fuerzas.

El Emperador Cold aprovecha la situación para preparar un poderoso ataque. Su aura se vuelve circular, pese a tener destellos de inestabilidad. El demonio del frío se coloca de perfil y apunta con su dedo índice a Shiras y Hit.

Shiras se da cuenta de lo que está ocurriendo y se desespera, pero Hit sigue luchando para mantener inmovilizado al patrullero. 

El viejo Hit intenta ponerse en pie para ayudar al joven, pero sus piernas le fallan y cae al suelo de rodillas.

El joven Hit mira a su futuro un instante y sonríe.

- “¡Cuida de ellos!” – le pide a su futuro. – “Ahora son tu familia.”

Cold no puede contener más su poder y dispara.

- “¡¡CASTIGADOR IMPERIAL!!” – exclama el Emperador.

Un poderoso rayo de energía avanza hacia Shiras y Hit mientras arrasa con todo lo que encuentra a su paso, creando un gigantesco surco en el suelo.

- “¡¡NO!!” – exclama Hit. – “¡¡NOOO!!”

El ataque engulle a los dos luchadores. Uno acepta su destino con terror y el otro con calma y una sonrisa en su rostro.

El ataque sigue su curso y se adentra en el espacio profundo. 

El planeta se queda en silencio. Todo ha terminado.

viernes, 24 de abril de 2020

ESPECIAL DBSNL /// Cold Chronicles // Universos 3, 5, 6 y 7 / Parte XIX: Double team

Cold Chronicles / Parte XIX: Double team
“Esta vez, todo saldrá bien.”


Hit ha entrenado durante años para vengarse y ahora comprende los poderes del anillo Toki que robó. El asesino pretende utilizar el misterioso artefacto para viajar al pasado y proteger a su familia de la ira de Shiras.

Hit se ha preparado para pelear. Situando en el centro de las ruinas del que fue su hogar, el asesino dedica una reverencia a las simbólicas tumbas de su familia.

- “Os protegeré o me uniré a vosotros.” – dice Hit. – “Sea como sea, pronto estaremos juntos.”

El asesino se coloca el anillo y cierra su puño con fuerza. El artefacto brilla intensamente y un potente zumbido sacude a Hit. 

Tras unos instantes, el ruido cesa y el asesino abre los ojos. Se encuentra en el sótano de su casa, ahora intacta.

- “¿Ha funcionado?” – se pregunta Hit.

El asesino identifica su propia voz proveniente del exterior de la casa.

- “Ve con tu madre” – dice la voz. – “Ya sabes lo que hacer.”

Unos pasos hacen crujir la madera del suelo de la cabaña, sobre la cabeza de Hit. La trampilla se abre y revela a su esposa y sus dos hijos, que entran rápidamente en el sótano.

Una lágrima recorre el rostro de Hit, que se queda en silencio admirando a su familia.

- “¿Hit?” – se sorprende su esposa al verlo. – “¿Cómo has…?”

El asesino se acerca a su mujer y acaricia su rostro.

- “Strai…” – murmura Hit.
- “¿Qué ocurre?” – se pregunta ella.

Hit se agacha y abraza a sus hijos.

- “Punch, Kik…” – sonríe el asesino. – “Os he echado de menos…”

Strai nota algo extraño en el comportamiento de su marido.

- “Tú… no eres Hit…” – murmura la mujer.
- “Lo soy. Lo fui. Pero no soy el que conoces. No soy el Hit de este momento.” – responde el asesino.
- “¿Qué significa eso?” – pregunta Strai.
- “Ahora no importa.” – dice Hit. – “Esta vez, todo saldrá bien.”
- “¿Esta vez?” – repite su mujer.

En el exterior, Hit ha salido a recibir a Shiras para mantenerlo lejos de su casa.

- “¿Quién eres?” – pregunta Hit, que enseguida se percata del símbolo de la Patrulla Galáctica en el pecho del misterioso personaje. – “Este planeta está muy lejos de vuestra jurisdicción.”

De repente, un golpe invisible en la nariz de Hit lo lanza por los aires, pero el asesino da una ágil voltereta y cae de pie, en guardia.

El asesino se limpia un hilo de sangre que brota de su nariz.

- “Tú eres quien elimino a las Fuerzas Especiales…” – se da cuenta el asesino.

Shiras agarra con fuerza su bastón.

- “Tú y el Emperador me habéis arrebatado la Patrulla Galáctica.” – dice Shiras.
- “Para mí solo era un contrato.” – dice el asesino.

Hit puede percibir un pequeño movimiento en el pie derecho de Shiras y rápidamente responde alzando una nube de humo negro con un soplido. 

Entre el humo aparece Shiras, intentando propinarle un golpe con su vara, pero Hit se agacha para esquivarlo y retrocede. 

Hit es perseguido por su enemigo, que intenta propinarle un golpe descendente con su vara, pero Hit logra evitarlo en el último instante. El golpe impacta contra el suelo y crea un gigantesco cráter.

Hit recupera las distancias, sorprendido por el poder devastador de su enemigo.

Shiras parece calmarse. El legendario patrullero respira profundamente para mantener la compostura.

- “Eres hábil.” – dice Shiras.

De repente, Hit recibe un puñetazo invisible en el abdomen que le obliga a caer de rodillas.

- “Pero yo hace tiempo que sobrepasé las capacidades de los mortales.” – dice Shiras, que ha aparecido enfrente de Hit.

Shiras hace girar su vara y propina un golpe a Hit bajo la barbilla que lo lanza por los aires.

El asesino cae al suelo, dolorido y sorprendido una vez más por el poder devastador de su adversario.

En ese instante, Shiras mira de reojo la cabaña de Hit.

- “Voy a darte una lección.” – dice el antiguo patrullero.

Antes de que el legendario patrullero se mueva, éste se da cuenta de algo extraño. Un personaje surge de la cabaña.

- “¿Qué?” – se extraña Shiras. – “¿Qué truco es este?”

Un nuevo Hit camina hacia él.

Hit y Shiras parecen igualmente confusos al ver al nuevo individuo.

- “¿Quién es?” – se pregunta el joven Hit.
- “Soy tú, pero vengo del futuro” – responde el viejo.

Shiras, que se encuentra ahora entre los dos asesinos, enseguida se percata del anillo en la mano del segundo.

- “Eso es un…” – murmura el patrullero.
- “Es el tuyo” – dice Hit, que le muestra el artefacto en su dedo.
- “¿Cómo es posible?” – gruñe Shiras.
- “En el futuro has sido derrotado.” – dice Hit.

Shiras parece frustrado ante esa revelación, pero una sonrisa no tarda en dibujarse en su rostro.

- “Si he perdido, ¿porqué has venido?” – pregunta el patrullero.

Hit aprieta sus puños con fuerza, y eso hace que Shiras entienda lo ocurrido.

- “Ya veo…” – sonríe el patrullero. – “Es personal, ¿verdad?”

El otro Hit asiste perplejo a la situación.

- “¿De qué estáis hablando?” – se pregunta el asesino. – “¿El futuro?”

Nuestro Hit responde a su versión pasada.

- “Shiras, un día como hoy, mató a mi familia.” – dice Hit. – “Y ahora iba a matar a la tuya. La nuestra.”

Shiras sonríe.

- “¿A cuántas familias has matado tú?” – dice el patrullero. – “¿A cuantos niños has dejado huérfanos?”

Hit no responde. 

De repente, un nuevo personaje entra en escena, materializándose al lado de Shiras. Es un ángel. 

- “No te entrometas, Mojito” – dice Shiras.
- “No deberías estar aquí, Shiras.” – dice Mojito. – “Y tú tampoco…” – le dice a Hit.

Hit se sorprende al ver a un ángel que no reconoce.

- “¿Quién eres tú?” – le pregunta el asesino, algo confuso.
- “Tú puedes reconocer mi nueva apariencia, porque has conocido a mis hermanos.” – explica Mojito. – “Ya ves que no soy Campahri… pero para todos los seres de este universo siempre he tenido esta forma. Nunca he sido otro y nunca lo seré.”

Shiras parece molesto.

- “Este asesino ha usado el anillo Toki para cambiar el curso de la historia.” – dice Shiras. – “Eso va en contra de las normas establecidas. Debo actuar.”
- “¿Ahora vas a acogerte a las reglas?” – le pregunta Mojito.
- “Mantente al margen.” – exclama Shiras. – “Beerus duerme. Yo me encargaré de esto.”

Mojito mira atentamente a los dos Hit. El ángel sonríe, agacha la cabeza y da un paso atrás.

- “Está bien.” – responde el ser celestial. – “Resolved vuestros asuntos.”

El joven Hit, al escuchar la conversación entiende que su versión futura dice la verdad, así que se pone en guardia, dispuesto a pelear.

Los dos Hit y Shiras se encuentran cara a cara. La venganza los ha llevado a todos hasta aquí.

Shiras hace un leve movimiento, pero antes de poder atacar se encuentra con el viejo Hit detrás de él, que le propina una patada. El legendario patrullero se defiende con su vara. 

En un instante, los dos guerreros son envueltos por una densa niebla negra creada por el joven asesino. 

Dentro de la nube de humo pueden oírse un centenar de golpes continuos.

En el sótano de la cabaña, las paredes tiemblan con cada impacto. Strai intenta proteger a sus hijos abrazándolos.

De repente, Shiras sale repelido de la humareda. Los dos Hit le persiguen.

El patrullero golpea el suelo con su vara y eso provoca que los dos asesinos reciban una tormenta de puñetazos y patadas invisibles que los lanzan por los aires. 

El viejo Hit agarra el brazo del joven y lo lanza contra Shiras. 

El patrullero lo intercepta con un golpe de vara del que Hit logra protegerse, pero sale repelido contra el suelo.

Shiras se prepara para enfrentarse al viejo Hit, pero éste ha desaparecido. 

Hit aparece detrás de él, dispuesto a propinarle un preciso golpe en la nuca, pero Shiras se revuelve y le propina una patada en el costado, lanzándole contra el otro Hit.

Los dos asesinos, magullados, se preparan para seguir peleando. 

Shiras sonríe. Parece tranquilo.

- “No podéis vencerme.” – dice el patrullero. – “Mi poder es muy superior al vuestro. No sé cómo lograste detenerme en tu tiempo, pero no vas a hacerlo ahora.”

De repente, una corriente de aire sacude el lugar. La explosión de energía ha ocurrido detrás del patrullero. 

Mojito sonríe satisfecho. Parece estar divirtiéndose.

Shiras se da la vuelta y se da cuenta de que un nuevo contrincante se ha unido a ellos.

- “Creo que me has estado buscando, patrullero” – sonríe Cold, en su forma de toro bípedo. – “Aquí me tienes.”