Cold Chronicles / Parte XII: Mano negra
“No tolero la insubordinación.”
La nave del Rey Cold se aproxima al Cuartel General de la Patrulla Galáctica; una estación espacial gigantesca compuesta por varios anillos rotatorios en torno a un largo eje central.
El vehículo imperial solicita permiso para aterrizar en un hangar y la Patrulla se lo concede. Varios agentes son enviados al lugar para recibir al Emperador.
Una hermosa patrullera de larga melena verde claro y ojos azules recibe a Cold y Sorbet.
- “Bienvenido, señor Cold” – saluda la muchacha. – “Soy la agente Ribrianne.”
- “¿Se ha olvidado del título de mi señor, agente Ribrianne?” – responde Sorbet, molesto y con cierto retintín.
- “La Patrulla Galáctica no reconoce su Imperio como legítimo” – responde la patrullera.
- “¡¿Cómo osas?!” – se enfurece el consejero.
- “Tranquilo, Sorbet” – interviene Cold. – “No hemos venido a luchar.”
En ese instante, la nave de Hit se aproxima al Cuartel y el centro de mando se lo comunica a Ribrianne.
- “Otra nave imperial solicita permiso para aterrizar.” – dice la agente. – “¿Está con ustedes?” – pregunta la agente.
- “Debe ser Hit.” – murmura Cold. – “Sí, está conmigo.” – responde.
Mientras tanto, el Capitán Ginyu, en el cuerpo de Kettol, ha aterrizado en el planeta Numa.
El soldado se adentra en el misterioso pantano, cuando una pequeña rana salta frente a él.
- “Qué asco…” – murmura antes de patearla.
De repente, el Capitán siente que alguien le está observando.
- “¡Muéstrate, cobarde!” – exclama Ginyu.
En ese instante, la oscuridad envuelve al Capitán y dos sombras se materializan frente a él. La primera, Ginyu la identifica como el Rey Cold, pero la segunda, un pequeño ser con cuernos, es un misterio para él.
De repente, a su espalda, otra figura se manifiesta. Un ser humanoide de pelo desaliñado, cuya aura estalla de color amarillo y le hace caer de espaldas al suelo. La luz proyectada por esa silueta hace que se desvanezcan las otras sombras.
- “No… ¡No existe un poder así!” – exclama el Capitán.
Finalmente, la oscuridad se desvanece y el brujo Salabim se presenta.
- “Bienvenido a mi hogar, Capitán Ginyu” – le saluda la pequeña criatura.
- “¿Quién diablos eres?” – pregunta el soldado, que se pone en pie de un salto.
- “Soy el que buscas” – sonríe el brujo.
En el Cuartel General de la Patrulla Galáctica, Hit se ha unido a Cold y Sorbet, y los tres se dirigen a la sala de mando, guiados por Ribrianne, para reunirse con el subcomandante de la Patrulla.
- “Así que tú eres el asesino…” – le dice Sorbet a Hit, mientras recorren los pasillos.
El asesino no responde e ignora al consejero.
- “No sé qué ha visto el Rey en ti…” – continúa Sorbet, que sigue sin lograr sacar una respuesta de Hit.
Finalmente, todos llegan a la sala principal, donde les espera el subcomandante, un personaje humanoide de avanzada edad, estatura media, delgado, piel anaranjada y bigote blanco, escoltado por dos chicas parecidas a Ribrianne, una de pelo morado, y la otra castaña.
- “Soy el subcomandante Zarbuto” – se presenta. – “¿A qué se debe vuestra visita?”
- “¿Cuál es vuestro problema con mis hombres?” – pregunta Cold, muy tajante. – “No esperaba que la Patrulla Galáctica se inmiscuyera en los asuntos del Imperio.”
- “Nuestra organización no reconoce vuestro imperio.” – responde Zarbuto.
- “Y yo no reconozco vuestra autoridad” – dice el demonio del frío.
Las tres chicas se miran de reojo, pues prevén problemas.
- “Nos han llegado informes sobre la destrucción del planeta Hera…” – continúa Zarbuto. – “¿Es cierto lo que se dice?”
- “Sí.” – responde Cold, con seguridad.
La sala se queda en silencio. Incluso Hit, que intenta disimular, se ha sorprendido ante tal información.
- “¿Y te atreves a venir a nuestro Cuartel?” – dice Zarbuto, apretando sus puños.
- “No tolero la insubordinación.” – dice Cold. – “Pero lo que ocurra en mi territorio, no debería incumbir a la Patrulla Galáctica.”
Zarbuto da una señal a las tres agentes, que enseguida se transforman y revelan su verdadera forma, con piel azul y estrafalarios trajes.
- “Quedáis arrestados” – dice el subcomandante.
Una docena de patrulleros irrumpen en la sala y apuntan con sus armas al Rey, a Hit y a Sorbet.
Cold echa un vistazo a su alrededor y esboza una aterradora sonrisa.
- “Tenéis que estar de broma…” – dice el Rey.
El demonio del frío alza su mano y lanza a Zarbuto contra el techo, incrustando su cabeza en el sitio y dejando su cuerpo inerte colgando.
Los agentes disparan sus armas, pero los rayos quedan suspendidos en el aire, gracias al poder mental de Cold, que enseguida retorna los disparos y acaba con todos los agentes. Solo las tres muchachas permanecen en pie.
- “Im… impresionante…” – titubea Sorbet, algo asustado ante el poder de su propio señor.
Las tres patrulleras dan un paso al frente, dispuestas a cumplir con su deber.
- “¡Rozie! ¡Kakunsa!” – exclama Ribrianne.
- “¡SÍ!” – responde ellas.
Cold sonríe.
- “Son tuyas, Hit” – dice el Rey.
- “Esto no forma parte de mi contrato” – responde el asesino.
- “Tranquilo, seré generoso” – sonríe el demonio. – “Quiero ver de qué eres capaz.”
El asesino se abalanza sobre Ribrianne, que intenta interceptarle con un puñetazo, pero Hit lo esquiva y propina un puñetazo a la agente en el pecho, sobre su corazón, provocándole un paro cardíaco.
La patrullera cae de rodillas y pierde el conocimiento.
- “¡Ribrianne!” – grita asustada su compañera, Kakunsa.
Rozie, furiosa, se abalanza sobre el asesino.
- “¡MALDITO SEAS!” – grita la patrullera.
Rozie intenta propinar un puñetazo a Hit con su mano izquierda, pero Hit esquiva el golpe, agarrando su antebrazo y partiéndole el codo golpeándoselo con la mano derecha, para después rematarla con un certero golpe con dos nudillos en la sien.
Kakunsa, asustada ante la muerte de sus amigas, intenta huir, pero Hit logra agarrarla del pie. El asesino tira de ella para acercársela y le propina un golpe descendente con el codo en la espada. El violento sonido de huesos rotos hace estremecer a Sorbet.
La patrullera cae al suelo. Dolorida e incapaz de mover sus piernas, Kakunsa intenta arrastrase, pero Hit se agacha sobre ella, y agarra su cabeza. Con brusco movimiento, el asesino parte el cuello de Kakunsa.
Cold aplaude lentamente.
- “Muy impresionante” – le felicita el demonio del frío. – “Tus honorarios son merecidos. No hay duda.”
El Rey se acerca al panel de mandos de la sala y echa un vistazo a la distribución de la Patrulla Galáctica en un mapa universal.
- “Estos tipos tienen un montado algo muy interesante…” – murmura Cold. – “Puede que merezca la pena conservarlo.”
- “¿Qué sugiere, Su Majestad?” – pregunta Sorbet.
- “De momento, tú tomarás el control de la Patrulla Galáctica.” – dice el Rey. – “Hit se quedará aquí contigo, para protegerte de quién se oponga al cambio.”
Sorbet no parece convencido.
- “Pero señor, ¿no cree que soy más útil a su lado?” – pregunta el consejero.
- “Ahora te necesito aquí.” – responde Cold.
- “Como desee, Su Majestad” – dice con una reverencia.
En el planeta del Hakaishin, Shiras estudia los poderes del anillo Toki.
Mientras tanto, Campahri, a través de su vara, ha observado lo ocurrido en Cuartel General de la Patrulla Galáctica, pero decide no decirle nada a su pupilo.
En Numa, Ginyu se ha calmado y ha seguido al brujo hasta su cueva, donde ambos se han sentado frente al fuelo. Siguiendo su misión, el Capitán pregunta a Salabim por el asesino a sueldo del Rey.
- “Él es una pieza importante de la historia.” – responde el brujo. – “Pero no una que deba preocuparnos. Está cumpliendo con su función.”
- “Vas a tener que darme más, viejo” – insiste Ginyu.
- “Creo que Sorbet no ha entendido los términos de nuestro trato…” – murmura Salabim. – “Él es una marioneta. Quiere poder y eso le hace manipulable. Cree está utilizándome… Ingenuo.”
- “¿Estás diciendo que nos habéis manipulado a mí y al Rey Cold?” – pregunta Ginyu, clavando su mirada en el brujo.
- “Yo fui quien advirtió a Sorbet sobre los peligros de los herajín” – sonríe Salabim. – “El Rey Cold nunca habría tomado esa decisión si no hubiéramos acelerado los acontecimientos.”
Ginyu se pone en pie, furioso.
- “¡¿Cómo te atreves!?” – exclama apuntando al brujo con su mano.
- “Esta historia solo puede tener un final” – dice Salabim. – “Y será el que debe ser.”
- “¿De qué estás hablando?” – pregunta Ginyu.
- “Los mortales sois solo piezas en un tablero de ajedrez que se escapa a vuestro entendimiento.” – dice el brujo. – “Esta partida se lleva jugando desde hace milenios, y cada movimiento nos aproxima al jaque-mate.”
Ginyu, muy confuso, baja su mano.
- “¿Qué pretendes?” – pregunta el Capitán. – “¡Y HABLA CLARO!” – grita, frustrado e impaciente.
Salabim suspira, manteniendo la calma.
- “Eres un hombre leal.” – dice Salabim. – “Lo que hiciste en Hera lo demuestra.”
- “Me debo al Imperio.” – reafirma el Capitán.
- “Pues coincidirás conmigo en que Sorbet ha estado confabulando en contra del Emperador, ¿no es así?”
- “Igual que tú.” – dice Ginyu, amenazante.
- “Pero yo no soy el consejero del Rey” – sonríe Salabim. – “No podría haber echo nada sin él.”
- “¿Qué quieres?” – pregunta Ginyu.
- “Elimina a Sorbet y trae al Rey Cold hasta mí, para que pueda guiarle directamente.” – dice el brujo. – “¡Convertiré el Imperio en una fuerza imparable!”
El brujo sonríe al ver que sus palabras hacen reflexionar a Ginyu.
- “Las cajas de música pronto estarán en nuestras manos.” – piensa el Kashvar.
¡Espero que os guste! :)
ResponderEliminarCapítulo espectacular como siempre. Me agrada mucho como implementas a los participantes del torneo del poder de dbs, ha sido satisfactorio ver a Hit matar a la pesada de Ribrianne
ResponderEliminarQue poder mas o menos tienen los patrulleros? Porque mira que hay que tener cojones para enfrentarse a un ser tan poderoso como Cold que ha arrasado a los herajín (una raza de por sí bastante fuerte)
¡Gracias!
EliminarIntento aprovechar personajes del torneo de DBS porque ya los conocéis un poco, así que me facilita las cosas. La mayoría no tienen mucha importancia, pero al menos no tengo que describirlos demasiado.
Sobre el poder de los patrulleros... Se han venido arriba XD Pero tampoco tenían muchas opciones. Una vez Cold ha llegado al Cuartel General, solo podían aceptar su ley o intentar detenerle de algún modo. La patrulla tiene armas interesantes (vimos a Helles encerrada en un aparato supresor de ki, por ejemplo, y sabemos que en el futuro mantendrán encerrado a Shiras), pero Cold no les ha dado ninguna oportunidad.
Mucha curiosidad por ver lo que le tienes preparado al capitán ginyu. Se huele un conflicto.
ResponderEliminarBroo acabo de revisar y ya no escribiste otro capitulo de el universo 6 :c ese fue el final?
ResponderEliminar¿De Fallen FighterZ? Cuando lo escribí lo hice pensando que ese podría ser el final, porque ya sabemos lo que ocurre. Cell gana y, finalmente, tras el torneo, el Universo se borra. Pero bastantes me habéis pedido un capítulo más, así que posiblemente lo escribiré cuando terminemos estos dos Especiales que tenemos en marcha.
Eliminar