domingo, 25 de diciembre de 2022

DBSNL // Capítulo 278: Hombre en la sombra

DBSNL // Capítulo 278: Hombre en la sombra

“Esto me da mala espina…”



En el planeta Toi, los cuatro miembros de la Time Patrol se adentran en la nave estrellada.


- “No hay nadie…” – murmura Tapion.

- “Habrán muerto en el accidente.” – dice Turles.

- “Aun así, no hay cadáveres.” – reflexiona Meerus.

- “Esto es extraño.” – dice Reitan. – “No bajéis la guardia.”


Los cuatro llegan a una gran bodega central rodeada por los balcones de una docena de pisos. El lugar está vacío.


- “¿Tampoco hay carga?” – se pregunta Tapion.

- “Esto me da mala espina…” – frunce el ceño Reitan.


En ese instante, unos extraños gruñidos y una multitud de pasos retumban desde cada pasillo que rodea la bodega.


Mientras tanto, en Ktal, Broly y Kale patrullan la calle principal, paseando tranquilamente.


- “Un día deberíamos venir por aquí a pasarlo bien.” – sonríe ella.


El saiyajín la ignora. Su atención sigue puesta en los alrededores desde que ha sentido ese pico de ki en la zona.


- “¿Me estás escuchando?” – insiste ella.

- “¿Eh?” – reacciona él. – “Sí…”

- “¿Qué he dicho?” – pregunta ella, mirándolo inquisitiva.

- “Pues… bueno…” – dice Broly, nervioso.


Pero de repente, algo se acerca. Un disparo.


Broly empuja a Kale, que sale disparada hacia un escaparate que atraviesa.


Un certero rayo de ki deja un agujero perfecto en el pavimento.


Broly se envuelve en su aura verde, pero sin llegar a transformarse, y sale volando hacia el origen del disparo.


En un instante llega a una azotea vacía.


El saiyajín mira a su alrededor.


- “Ha desaparecido de nuevo…” – piensa Broly, que busca con la mirada en cada azotea a su alrededor.


De nuevo, otro disparo. Broly reacciona tan rápido como puede, pero el ataque le roza la mejilla.


- “Tsk…” – protesta el saiyajín, dándose la vuelta.


Broly atraviesa una ventana, entrando en un ático vacío y a oscuras.


- “¿Dónde se ha metido?” – se pregunta, cada vez más furioso.


Al final del pasillo, un punto rojo llama su atención.


Antes de que Broly pueda reaccionar, recibe un disparo verde en el abdomen que estalla con el impacto y hace explotar gran parte del edificio.


Broly, humeante, sale disparado a varios metros de distancia y se precipita sobre la transitada calle, donde cunde el pánico.


Aturdido, el saiyajín se levanta mientras sacude la cabeza. Frente a él, bajo el edificio en llamas desde el que llueven cascotes, un individuo le espera de pie, vestido con un atuendo de doble botón sin mangas de color verde grisáceo encima de una camiseta corta de color verde oscuro, pantalones del mismo color, un cinturón, guantes, botas de cuero, con una bufanda que le cubre el rostro, revelando solo su ojo derecho, cuya pupila brilla de color rojo; Granola.


En Gelbo, Punch y Gohan siguen discutiendo en mitad del mercado cuando una neblina oscura gana terreno entre los pies de la gente, sin que nadie se dé cuenta.


Toppo es el primero en sentir que algo no va bien.


De repente, entre la multitud, un individuo vestido de negro camina hacia ellos.


Toppo instintivamente adelanta a Punch y Gohan y se sitúa entre ellos y el extraño.


Punch y Gohan, tras ver a su instructor reaccionar de esa forma, se percatan de la presencia del individuo.


Punch lo mira detenidamente y lo reconoce; es el fantasma que lo noqueó hace siete años.


- “7-3…” – murmura el patrullero.


Mientras tanto, en la prisión de la Patrulla Galáctica, Shisami ya se ha marchado con Avo y Cado. Jaco y Cheelai regresan al puesto de mando.


- “Tengo que revisar los papeles de un prisionero.” – dice Jaco. – “¿Nos vemos en unos minutos en el centro de mando?”

- “De acuerdo.” – dice Cheelai.


Jaco camina por los pasillos de las instalaciones, adentrándose en el ala de alta seguridad, hasta detenerse frente a una celda de metacrilato en la que hay una mujer despeinada de cabello rojo y piel azulada; Okure. Ella está maniatada con los brazos en cruz, con un collar supresor de ki.


- “Siete años…” – suspira Jaco mientras entra en la celda.


Ella lo ignora, agotada.


En la nave Imperial, Shisami está en su camarote, cuando un soldado le trae a Avo y a Cado, aún esposados.


Shisami, que les da la espalda y mira al espacio por el ojo de buey, hace un gesto con la mano y ordena así que los liberen. El soldado abandona la sala.


Avo y Cado se masajean las muñecas, doloridas por los grilletes.


- “Señor Shisami…” – hace una reverencia Avo.

- “Gracias por rescatarnos…” – dice Cado, mostrando sus respetos de igual forma.

- “Lo de Unda fue una emboscada…” – continúa Avo.

- “Si no hubiera sido por ese Jiren…” – se excusa Cado.


Pero Shisami sigue mirando a la nada. Avo y Cado se miran entre ellos, extrañados y nerviosos.


En Toi, la Time Patrol se ven rodeada por un centenar de enemigos muertos con aspecto de ave, que se abalanzan sobre ellos.


Tapion y Reitan usan sus espadas para cortarlos por la mitad o desmembrarlos, pero las partes cercenadas siguen avanzando hacia ellos. Meerus usa su pistola con un resultado parecido. 


Turles los repele a golpes, pero no tarde en verse superado por la gran cantidad de enemigos, que empiezan a amontonarse sobre él.


- “Tsk…” – protesta el saiyajín.


Los demás intentan ayudar a Turles, pero pronto sufren la misma suerte. Los enemigos empiezan a acumularse y a amontonarse.


- “Muertos vivientes…” – protesta Meerus. – “Esto me resulta familiar…”


Entre el montón de enemigos, Meerus puede ver una silueta en uno de los balcones, moviendo sus dedos como si manejara marionetas.


- “Es él…” – murmura el patrullero. – “¡En el balcón siete!” – exclama.


Reitan logra ver al misterioso hombre a través de un pequeño hueco entre la cantidad de enemigos que tiene subidos encima.


- “¡Ya lo veo!” – exclama el herajín.


Con un estallido de ki, Reitan se transforma y repele a todos los cadáveres que se estrellan contra las paredes de la nave y contra los balcones.


Meerus frunce el ceño al identificar al enemigo.


- “Kamakiri…” – dice el patrullero.


El herajín, espada en mano, sale volando hacia el enemigo.


Pero el titiritero extiende sus manos y detiene a Reitan en el aire.


- “¡¿EH?!” – se sorprende el herajín, incapaz de moverse.


Con un movimiento de sus dedos, el enemigo hace que Reitan suele su espada, que cae al suelo y queda clavada.


Turles, Tapion y Meerus miran sorprendidos a Reitan, que lentamente desciende hasta el suelo.


- “Reitan, ¿qué ocurre?” – pregunta Meerus.

- “No lo entiendo…” – dice Reitan, dándose la vuelta.


Reitan agarra su arma.


- “Cuidado…” – dice el herajín. – “Alejaos de mí…”

- “¿Qué?” – se extraña Tapion.

- “¡OS VOY A ATACAR!” – exclama Reitan.


De repente, Reitan se lanza sobre el grupo.


Tapion intercepta el espadazo del herajín con su propia espada, pero ésta sale repelida hasta clavarse en una pared.


Turles y Meerus se abalanzan sobre Reitan e intentan agarrarlo, consiguiendo desarmarlo, pero el herajín es demasiado poderoso y logra sacárselos de encima fácilmente.


- “¡Lo siento!” – exclama Reitan. – “¡No puedo controlarme!”


Turles frunce el ceño, frustrado.


- “Maldita sea…” – gruñe el saiyajín. – “¡Al fin un combate interesante!” – sonríe repentinamente.

- “¡¿EH?!” – se preocupa Reitan.


El saiyajín aprieta sus puños y su musculatura se tensa. Su cabello se eriza, sus pupilas brillan de color verde.


- “¡¡YAAAAAAAAH!!” – grita Turles, transformándose en Súper Saiyajín.


El saiyajín carga contra su compañero. Turles propina un puñetazo al herajín, que lo detiene con su antebrazo.


- “¡¡JAJA!!” – exclama Turles.

- “¡SIGO SIENDO YO!” – exclama Reitan, preocupado ante el entusiasmo de Turles.


Los dos se enzarzan en un violento intercambio de golpes.


Meerus, aturdido, mira a Kamakiri desde la distancia.


- “¿Desde cuándo puede manipular a alguien vivo?” – se pregunta.


En Ktal, Broly y Granola se encuentran cara a cara cuando Kale, transformada en Súper Saiyajín, cae sobre el cereliano, que tiene que retroceder para esquivarla.


- “¡ES MÍO!” – exclama ella, que vuela tras él.


Granola detiene su retroceso repentinamente y prepara su mano derecha extendida como si fuera una espada.


- “¡ESPERA, KALE!” – exclama Broly.


Granola intercepta el avance de la saiyajín golpeándola con los dedos de la mano en la boca del estómago de forma certera. 


Kale pierde su transformación al instante y se desmaya sobre el hombro de Granola.


- “¡¡KALE!!” – grita Broly, preocupado.

- “Escoria saiyajín…” – murmura Granola.


El cereliano, centrado en Broly, lanza a Kale hacia un lado.


Broly aprieta sus puños. Su ki se eleva. Su aura verde se reaviva. Su cabello se tiñe del mismo color.


- “¡¡GRAAAAAAAAAH!!” – grita el saiyajín, transformándose.


Los edificios se resquebrajan a su alrededor. Los cristales de las ventanas estallan y llueven sobre las aceras. El pavimento se rompe y sale vapor de las tuberías subterráneas.


- “Un poder destructivo descomunal…” – murmura Granola. – “Como era de esperar de un saiyajín… No importa si se disfrazan de patrulleros… Su naturaleza sigue siendo la misma.”


Broly ataca, pero Granola, gracias a su ojo rojo, puede anticiparse su enemigo y esquiva el puñetazo para contraatacar con un upper-cup… pero Broly ni se inmuta.


- “¿Eh?” – se sorprende Granola.

- “¡¡YAAAAH!!” – grita Broly.


El saiyajín propina un codazo al cereliano estampándolo contra el suelo y luego intenta pisarlo, pero éste rueda y se levanta de un golpe, recuperando la distancia.


- “Qué resistencia…” – dice Granola, impresionado, mientras su ojo busca un punto débil.


Broly embiste.


En Gelbo, Toppo ordena a los jóvenes que retrocedan. La gente mira confusa al patrullero.


- “¡Atrás!” – dice Toppo. – “No intervengáis."

- “¡Es él!” – exclama Punch. – “¡Es el tipo que nos atacó en Unda hace siete años!”

- “¿Eh?” – se sorprende Toppo, que observa detenidamente a su contrincante.


El 7-3 echa un vistazo a su alrededor, ignorando a los tres patrulleros.


- “Así que es él…” – piensa Toppo. – “¿Qué hace aquí?”


La mirada de los dos se cruza y Toppo se da cuenta de algo.


- “¡Entonces puede…!” – piensa el patrullero, apretando los puños.


En ese instante, 7-3 aparece frente a él y le propina una patada en el abdomen, lanzándolo a través del mercado, rompiendo varios puestos por el camino.


- “¡SEÑOR TOPPO!” – se asusta Gohan.


Cunde el pánico entre la gente.


Punch mira con rabia a 7-3.


- “¡MALDITO!” – embiste contra él.


Punch se abalanza contra el enemigo y le propina un puñetazo, pero este lo detiene sin inmutarse.


En un parpadeo, 7-3 contraataca, pero sorprendentemente, Punch detiene el puñetazo.


- “¡El salto temporal!” – alucina Gohan, con ojos como platos.


Toppo, aturdido, mira el intercambio de golpes.


- “Así que lo has estado entrenando, ¿eh, chico?” – sonríe el viejo.


Punch y 7-3 intercambian varios golpes invisibles para los ojos de Gohan. Punch sufre con cada ataque, pero 7-3 solo está usando una mano.


- “Tsk…” – sufre Punch.


De repente, Punch parece notar algo en los ojos artificiales del enemigo.


- “¡APÁRTATE, MUCHACHO!” – exclama Toppo.


Punch sale de su trance y se agacha. Toppo se apoya en sus largos brazos y se impulsa hacia delante para propinar una doble patada al enemigo, que se cubre con ambos brazos y retrocede unos pocos metros.


Toppo le apunta con el brazo extendido y empieza a disparar a discreción contra 7-3.


Explosiones se suceden una tras otra, llenando la calle de humo y polvo.


En un parpadeo, 7-3 aparece detrás de Toppo.


- “¡¿EH?!” – se da cuenta el patrullero.


Toppo se revuelve con la intención de golpear al enemigo con el canto de la mano, pero éste lo detiene y contraataca propinándole un certero con el nudillo golpe cerca del hombro para luego rematarlo con una fuerte patada en el estómago que lo lanza a varios metros de distancia.


Punch y Gohan se ponen en guardia, creyéndose los siguientes.


Toppo se pone en pie. Su brazo no responde tras el golpe.


- “Maldición…” – gruñe el patrullero. – “Su técnica es impecable…”


El 7-3 busca a su alrededor una vez más, y luego da la espalda a los chicos y se aleja. El humo negro pronto reaparece bajo sus pies.


Punch aprieta sus puños con rabia.


- “No puede ser… ¡NO PUEDE SER!” – exclama mientras carga contar 7-3.

- “¡NO, PUNCH!” – exclama Gohan, que intenta seguirlo.


Pero 7-3 se desvanece ante sus ojos.


Punch parece frustrado, mirando a su alrededor.


- “¿Dónde se ha metido?” – refunfuña el joven patrullero.


Toppo respira aliviado, pero confuso.


- “¿Y se marcha sin más?” – se pregunta el patrullero. – “¿A qué ha venido?”


En la prisión de la Patrulla Galáctica, Jaco camina alrededor de Okure, en su celda.


- “Siete años aquí encerrada.” – dice Jaco. – “Mientras Reitan juega a los patrulleros con sus amigos.”


Ella levanta la mirada.


- “Ni siquiera ha venido a verte.” – continúa Jaco. – “Os traicionó.”

- “Cuando… cuando salga de aquí…” – gruñe ella.

- “No vas a salir de aquí.” – dice Jaco. – “No sin mi ayuda.”


Jaco saca una jeringuilla de su cinturón.


- “Shamo me ha hablado bien de ti. Quiere que te dé otra oportunidad.” – dice Jaco. – “A pesar de que fracasaras en tu misión de Unda.”

- “Tú…” – gruñe ella.

- “Trabaja para mí una vez más.” – dice Jaco. – “Y te daré el poder para vengarte.”


Cheelai llega al puesto de mando y se topa con Jaco saliendo del baño, atándose el cinturón.


- “¿Qué haces aquí?” – se sorprende ella.

- “Tuve un apretón…” – se excusa él. – “Cuando quieras vamos a por Avo y Cado. Al Imperio no les gusta esperar…”

- “¿Eh?” – dice ella, confusa.


De repente, la base retumba y suenan las alarmas. 


- “¡¿Qué ha pasado?!” – pregunta Jaco.

- “¡Una fuga!” – alerta un patrullero.


Una nueva explosión hace retumbar las instalaciones.


- “Maldita sea…” – gruñe Cheelai.


Una docena de patrulleros acuden al lugar de la explosión y se topan con gran parte del complejo en llamas. Entre el fuego se adivina una silueta de gran estatura y musculatura hiperdesarrollada, de aspecto salvaje, piel verde claro y melena roja.


A través de las cámaras de seguridad, Cheelai y Jaco ven a sus hombres siendo masacrados por la transformación de Okure.


- “¿Qué significa esto?” – se pregunta Jaco. – “¿Cómo ha pasado?”

- “Voy a tener que llamar a los refuerzos…” – dice Cheelai.


Okure tiene a un patrullero agarrado de una pierna y lo estampa contra el suelo repetidas veces, de forma brutal.


Pero de repente, alguien aterriza detrás de ella; Jiren ha llegado.


En Toi, Reitan y Turles siguen enzarzados en un terrible duelo. Intercambian violentos golpes que retumban por toda la nave.


Meerus y Tapion intentan avanzar hacia Kamakiri, pero son continuamente retenidos por los cadáveres enemigos. Meerus usa su arma en modo espada de luz para desmembrarlos y abrirse paso, pero siempre hay más.


Turles retrocede y se limpia la sangre del labio.


- “Parece que me he vuelto bastante fuerte…” – sonríe Turles.

- “Por suerte me mueve de forma torpe…” – protesta Reitan. – “Pero estás haciendo un buen trabajo.”

- “Voy a noquearte.” – dice Turles, reavivando su aura.


De repente, las puntas de los dedos de Kamakiri brillan con luz morada.


Los ojos de Reitan se ponen en blanco.


- “¿Eh?” – se sorprende Turles.


Reitan ataca de repente.


Turles esquiva el golpe e intenta retroceder, pero se da cuenta de que hilos de ki están enganchados en su pierna.


Reitan tira de ellos con fuerza y lanza a Turles contra la pared de la nave, abriendo un agujero y saliendo disparado al exterior.


En el aire, Turles recupera la estabilidad.


- “¿Ahora puede usar las técnicas de Reitan?” – frunce el ceño. – “Esto será más difícil…”


Reitan sale volando hacia Turles, pero de repente es interceptado por una espada que cae sobre su nuca con la empuñadura por delante, lanzándolo contra el suelo.


Turles busca a su alrededor y ve a Mirai Trunks, de pie sobre una columna de basalto, que reclama su espada.


- “¿Qué está pasando aquí?” – se pregunta el mestizo.

domingo, 18 de diciembre de 2022

DBSNL // Capítulo 277: Novatos

DBSNL // Capítulo 277: Novatos

“Un patrullero debe ser disciplinado.”



Han pasado siete años desde la destrucción del último laboratorio de la Red Ribbon y el retorno de Raichi.


En el reconstruido Centro de Mando de la Patrulla Galáctica, Mirai Trunks se despide de Cheelai antes de una misión.


- “¿Ya te vas?” – dice la brench.

- “Una llamada de socorro de un planeta remoto… Ya sabes.” – dice Trunks.

- “Pensé que lo acompañarías.” – dice ella, un poco decepcionada. – “Es la primera práctica de campo de Gohan. ¿No estás preocupado? Es tan pequeño…”

- “Tienen la mejor niñera posible.” – le guiña un ojo Trunks.


En el planeta Gelbo, Gohan, vestido con el uniforme de la Patrulla Galáctica, camina decidido, como si de un desfile militar se tratara, por un mercado litt.


- “Relájate, chico…” – dice Punch, sintiendo un poco de vergüenza ajena.

- “Un patrullero debe ser disciplinado.” – replica Gohan.

- “¡No me recites el manual!” – replica Punch.

- “¡Deberías sabértelo!” – protesta Gohan.

- “¡Soy tu superior!” – lo riñe Punch. – “¿A que sí?” – interpela a un tercero.


La gente, con tanto alboroto, ha formado un corrillo alrededor de ellos. El viejo Toppo agacha la cabeza, avergonzado, fingiendo que no los conoce.


Mientras tanto, en el planeta-ciudad Ktal, Ganos y Obni patrullan la calle, entre rascacielos. Luces en la calle. Bares y discotecas abiertos. La gente está de fiesta.


- “¿No se cansan?” – pregunta Obni, un poco de mal humor.

- “A la gente le gusta divertirse.” – responde Ganos. – “Un poco de paciencia, que ya llega el cambio de turno.” – añade.

- “Ya estamos aquí.” – responde una voz femenina.


Broly y Kale han llegado para relevarlos.


- “Me alegro de veros.” – saluda Obni, con media sonrisa.

- “¿Una noche tranquila?” – pregunta Kale.

- “Tres detenidos por tráfico de estupefacientes.” – dice Ganos. – “Y dos tipos por agresión.”

- “Tranquila para ser Ktal.” – dice Obni.


En ese instante, Broly frunce el ceño y levanta la cabeza. Kale se da cuenta.


- “¿Qué sucede?” – pregunta Kale.

- “He sentido un ki extrañamente poderoso…” – dice Broly.

- “Aquí hay gente de todas partes…” – mira Kale los tejados. – “Algunas razas son extraordinariamente fuertes…”

- “Hmm…” – dice Broly.


A diez manzanas de distancia, sobre un tejado, un humanoide encapuchado los observa con un ojo rojo.


- “Saiyajín…” – refunfuña el misterioso personaje.


Obni y Ganos se despiden, dejando a Kale y a Broly haciendo guardia.


En el planeta Toi, un lugar desértico formado por columnas hexagonales de basalto, Tapion, Turles, Reitan y Meerus investigan una gran nave accidentada de última generación.


- “Sin duda, la señal de socorro la mandaron ellos.” – dice Meerus.

- “Todo parece demasiado tranquilo…” – murmura Tapion.

- “¿Y por qué nos mandan a nosotros?” – pregunta Turles.

- “Rumores.” – dice Reitan. – “Según la información que ha conseguido Trunks, los Austor están cerca de lograr un salto tecnológico importante… y peligroso.”

- “Investiguemos.” – dice Meerus.


El patrullero de pelo blanco es quien crea un agujero en el casco de la nave con su arma. Los cuatro entran.


Mientras tanto, en una cárcel de la Patrulla Galáctica, Jaco y Cheelai realizan el traslado de dos prisioneros a una cárcel imperial., Avo y Cado. Los dos soldados están esposados y caminan delante de los patrulleros por un largo pasillo.


- “El señor Freezer ha tardado mucho…” – dice Avo.

- “Sabía que nos sacaría de aquí.” – sonríe Cado.

- “La diplomacia reina en el universo.” – suspira Cheelai. – “Para lo bueno y para lo malo.”

- “No me gusta…” – refunfuña Jaco.

- “¡El señor Freezer siempre consigue lo que se propone!” – fanfarronea Cado.

- “¡No tardaremos en ser libres de nuevo!” – añade Avo.

- “Eso depende…” – dice Cheelai. – “¿Creéis que Freezer sabe que fuisteis vosotros los que revelasteis el contenido del maletín robado?” 


Avo y Cado empiezan a tener dudas. Los dos tragan saliva.


Al final del corredor, una compuerta se abre, revelando a Shisami, que espera a sus hombres.


- “Sh… Shisami…” – se asusta Avo.

domingo, 11 de diciembre de 2022

DBSNL // Epílogo: Negocios sucios

DBSNL // Epílogo: Negocios sucios

“La codicia es su debilidad, Gran Gurumes…”



En los barrios pobres del planeta Unda, en el sector Dormideus, de noche, un pequeño ser encapuchado, cubierto por una túnica negra, se acerca a la entrada de un local. A su alrededor, gente que parece borracha pasa caminando. Alguno está en el sentado en el suelo medio dormido. 


Una rendija se abre en la puerta, revelando unos ojos inquisitivos.


- “Este es un club privado.” – dice el portero, que tiene que mirar hacia abajo para poder ver al recién llegado.

- “Dígale al señor Gurumes que vengo a buscar un paquete.” – dice el pequeño con voz estridente.


El portero cierra la rendija y tras unos segundos abre la puerta.


- “Adelante.” – invita al encapuchado.


El pequeño ser entra en el local y, escoltado por un portero de piel morena, gran envergadura, musculado y rastas moradas, baja unas escaleras, llegando así a un salón de fiestas oscuro con luces de neón y con música tan alta que hace retumbar el local. Gente de distintas razas bailando desinhibida.


Juntos cruzan la pista de baile. Entre la gente se divisa en el fondo de la sala a un orondo personaje sentado en un sofá, rodeado de bellas mujeres. Es un ser feo y casi deforme, de piel morada y orejas puntiagudas, con un ojo más grande que el otro.


El portero se acerca al anfitrión y le anuncia la llegada del invitado.


- “¡Al fin llegas!” – dice Gurumes, con voz ronca, levantando la mano y haciendo que se detenga la música. – “¿Has cumplido?”


La gente observa la escena.


El encapuchado revela su rostro; es el contrabandista Shamo.


- “¡Gran Gurumes!” – hace una reverencia. – “Ya sabe que no falto a mi palabra.”

- “Estupendo…” – dice el orondo anfitrión, dando un trago vino y derramándose por encima una parte. – “¿Y el pago?”

- “Aquí lo tiene.” – dice Shamo, que abre su capa para revelar un maletín.


El contrabandista coloca el maletín sobre una mesita frente a Gurumes y lo abre. Está repleto de azulejos, lo que provoca el murmullo de la gente, impresionada ante tal cantidad de dinero.


- “¡Jajaja!” – ríe Gurumes. – “¡Perfecto!”

- “¿Y la mercancía?” – pregunta Shamo.

- “Verás, Shamo…” – dice el anfitrión. – “Resulta que el Imperio también está interesado en lo que poseo…”


Dos personajes rechonchos idénticos entre sí se ponen en pie, uno de piel roja y otro de piel azul, y se quitan sus abrigos, revelando armaduras imperiales.


- “Lo siento, viejo amigo.” – dice Gurumes. – “Pero ellos pagan mejor.”


Shamo frunce el ceño, molesto ante la traición.


- “¿Le han dado un extra por capturarme a mí?” – pregunta el traficante.

- “¡Por supuesto! ¡Jaja!” – ríe el anfitrión.


El soldado azul camina hacia Shamo y se dispone a agarrarlo, pero en ese instante recibe un golpe que lo lanza contra la pared, incrustándolo en ella de cabeza.


- “¡¿Qué?!” – se sorprende Gurumes.


Alguien ha aparecido de entre la multitud y ha intervenido, bajo una capa marrón y una bufanda que le cubre la cabeza, se intuye una silueta de mujer.


El soldado rojo se pone en guardia.


Gurumes se da cuenta de que la mujer lleva un maletín en la mano.


- “¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!” – se alarma el anfitrión. – “¡ME HAN ROBADO!”


Shamo recoge el maletín de azulejos.


- “La codicia es su debilidad, Gran Gurumes…” – dice Shamo, decepcionado.


Gurumes lo mira desquiciado.


- “¡¡MATADLOS!!” – grita el orondo personaje.


La mujer agarra a Shamo de la capucha, dejando atrás los azulejos y, saltando entre enemigos a los que va pateando, logra llegar a las escaleras y después salir del local.


Ella corre por las calles nocturnas de Unda, esquivando gente alterada, con Shamo bajo el brazo y el maletín robado en la otra mano, perseguida por decenas de hombres de Gurumes.


De repente, una luz amarilla ilumina la noche. Ella se da la vuelta y ve una gran esfera de energía aproximándose rápidamente.


Ella lanza el maletín y a Shamo hacia un lado y recibe el impacto del ataque, que la empuja hasta un edificio al final de la calle y estalla por los aires.


Un gigante de piel morada y gran papada adelanta con paso firme a los hombres de Gurumes.


- “¿Crees que el Imperio ha mandado a cualquiera?” – presume con voz profunda. – “¡Soy AvoCado! ¡Dos en uno en brigada anticontrabando!”


Shamo, asustado, abraza el maletín robado.


- “S… sabía que no era tan buena como Lemin…” – titubea el traficante.


Avocado se agacha sobre Shamo.


- “Estás detenido.” – dice el monstruoso soldado.


Pero de repente, un estallido de ki verde nace de los escombros de la explosión. La mujer sale como una centella y propina un puñetazo en la cara de Avocado, tumbándolo sobre una manzana de edificios.


Shamo se queda asombrado.


- “¡Nunca dudé de ti!” – exclama el contrabandista.

- “¡Aléjate!” – le apresura ella.


Shamo asiente y empieza su carrera.


Sobre un tejado cercano, Jaco y Cheelai observan la escena acompañados por un joven patrullero; Punch.


- “No esperaba que esto se complicara tanto…” – murmura Jaco.

- “Shamo se ha buscado una guardaespaldas poderosa…” – dice Cheelai. 

- “Y el Imperio ha mandado a AvoCado.” – dice Jaco. – “Esto es serio.”

- “Mi primer combate…” – golpea los puños Punch.

- “¡Ni en broma!” – le regaña Cheelai.

- “¿Eh?” – se deprime Punch. – “¡Pero ya estoy preparado!”


Cheelai aprieta un botón de su cinturón.


- “He solicitado refuerzos.” – dice ella.

- “Tú te quedarás aquí.” – dice Jaco.

- “Qué mal día para llevarlo a su primera experiencia de campo…” – refunfuña Cheelai. – “Strai me va a matar…”


El gigante se levanta.


- “Así que esas tenemos, ¿eh?” – dice antes de escupir al suelo.


El grandullón prepara un puñetazo, pero una voz le detiene.


- “¿Qué hace el Imperio en este sector?” – pregunta el recién llegado.


AvoCado mira a su izquierda y se encuentra con Jaco suspendido en el aire de brazos cruzados, a poca distancia de su cara.


- “Patrulleros…” – gruñe AvoCado.


La protectora de Shamo se sorprende al ver a Jaco.


- “Nunca van solos…” – refunfuña.

- “Exacto.” – dice Cheelai, que le apunta con el arma por la espalda. – “Por favor, no te muevas.”

- “No tengo tiempo para jugar, amiga.” – dice la enmascarada. – “Lo siento.”


La mujer se revuelve y desarma a Cheelai, que retrocede de un salto.


AvoCado intenta cazar a Jaco, pero éste usa los propulsores de sus botas para revolotear a su alrededor.


Punch observa la escena desde el tejado.


- “Me dijeron que no interviniera…” – rechina sus dientes, nervioso.


Pero en ese instante ve al final de la calle a Shamo corriendo con su maletín.


El pequeño contrabandista ve interrumpida su huida cuando Punch aterriza frente a él.


- “¿Eh?” – se sorprende Shamo. – “La Patrulla Galáctica…” – dice al ver el uniforme.

- “Está detenido.” – dice Punch.

- “Apártate, niñato…” – refunfuña Shamo, frustrado.

- “Deme el maletín.” – dice Punch.


Un resplandor rojo en el cielo. Shamo alza la mirada. Como si de un meteorito se tratara, algo cae a escasas manzanas de ellos, donde tenía lugar el combate.


- “Han llegado los refuerzos.” – sonríe Punch.


Nervioso, Shamo saca un pequeño comunicador de su capa.


- “Lo siento, muchacho…” – dice al apretar dos botones del teclado numérico.


Una extraña niebla aparece detrás de Punch. Una silueta humanoide se intuye en ella.


El chico se da la vuelta, pero no parece tener miedo. 


Punch aprieta el puño. El tiempo se detiene y él salta sobre el enemigo, puño en alto.


Pero de repente, Punch recibe un puñetazo en el estómago. El tiempo recupera su flujo habitual. El chico cae al suelo, dolorido.


Shamo, con el maletín, se adentra en la neblina.


- “¡Vámonos!” – dice el contrabandista.


Poco a poco, Punch pierde el conocimiento, mientras ve a sus enemigos desvanecerse.


Mientras tanto, AvoCado está inconsciente en mitad de la calle frente a la figura impertérrita de un patrullero uniformado de piel gris.


La chica mira al imponente guerrero, sabiéndose la siguiente.


- “Maldita sea…” – protesta impotente.


De repente, su musculatura aumenta bajo los ropajes que la cubren. Su poder se incremente rápidamente.


- “¿Una transformación?” – se pregunta Cheelai al verlo.


Ella embiste con todo, pero Jiren extiende su mano y con un empujón de ki la frena y luego la repele hasta estrellarla contra un edificio que se derrumba sobre ella.


La mujer no tarda en salir de los escombros. Su disfraz se ha roto y revela su piel verde y su cabello rojo.


- “¡¿Una herajín?!” – se sorprende Cheelai al verla.


Malherida, aviva su aura de nuevo.


- “¡Te mataré!” – exclama, furiosa.


Pero Jiren se encuentra ya a su lado y la noquea con un golpe certero en la nuca.


Cheelai y Jaco suspiran. Todo ha terminado.


- “¿Puedes hacer las detenciones?” – dice la brench. – “Voy a ver a Punch.”

- “Claro.” – Jaco levanta el pulgar.


La patrullera regresa a la azotea, pero no está Punch.


Ella lo busca en los alrededores y finalmente lo ve tendido en mitad de la calle.


- “¡PUNCH!” – exclama ella, que corre a socorrerlo.


Punch se despierta, aturdido.


- “Te dije que te quedaras en la azotea.” – le riñe Cheelai, preocupada por él.

- “Se han escapado…” – dice Punch.

- “No, tenemos a AvoCado y a la mujer.” – dice Cheelai. – “Shamo, por sí solo, no puede andar muy lejos. Lo encontraremos.”

- “No…” – dice Punch.


Horas más tarde, en Puesto de Mando de la Patrulla Galáctica, Lemon presta declaración a Punch en una sala de interrogatorios. Mientras tanto, Okure y AvoCado son interrogados por separado.


- “Punch… Era tu primera misión… Puede que la tensión te superara…” – dice Lemon.

- “Tengo claro lo que pasó.” – insiste Punch. – “Shamo pidió refuerzos y alguien lo recogió. Intenté detenerlo, pero mi burló mi salto temporal…”

- “Eres joven e inexperto.” – dice Lemon. – “En los informes consta que aún no dominas esa técnica…”

- “¡Lo burló!” – reitera Punch.

- “Está bien…” – suspira Lemon. – “Repasemos otra vez los hechos.”


Al otro lado del cristal, Trunks y Cheelai observan la conversación.


- “Se ha armado un gran revuelo por ser solo Shamo…” – dice Trunks. – “El tipo se las trae, pero para involucrar al Imperio…”


Un mensaje alerta a Cheelai que mira el ordenador de muñeca.


- “Parece que ya sabemos lo que contenía el maletín…” – dice Cheelai, mientras lee el documento.


Punch continúa.


- “Shamo pidió refuerzos.” – dice Punch.

- “¿Cómo lo hizo?” – pregunta Lemon.

- “Tecleó en un dispositivo.” – dice él.

- “¿Pudiste ver qué tecleó?” – pregunta Lemon.

- “Dos cifras.” – dice Punch. – “7-3”


Cheelai sigue leyendo el informe hasta que allá la respuesta.


- “¿De qué se trata?” – pregunta Trunks.

- “No te lo vas a creer…” – dice ella, sorprendida.


En el laboratorio de Raichi, Shido abre el maletín, revelando el trozo de cola de Freezer que le fue cercenada en Namek.


- “Excelente.” – sonríe el diablo.