domingo, 30 de mayo de 2021

DBSNL // Capítulo 199: Mercado negro

DBSNL // Capítulo 199: Mercado negro

“El universo en peligro… y nosotros haciendo recados…”



Han pasado varios días desde la derrota desde que el demonio Jaakuna Kaze fue derrotado y la Dragon Ball de dos estrellas fue recuperada por nuestros amigos.


La nave de la Patrulla Galáctica, pilotada por Pino, se acerca a un nuevo destino.


- “Ya hemos llegado.” – anuncia el androide.


Gohan, Krilín, Ten Shin Han, Mai y Baicha se acercan a la cristalera. Un planeta brilla de color azul.


- “El planeta Jung.” – dice Pino, leyendo el monitor de la mesa de comandos.

- “Es precioso…” – dice Mai.


Pino teclea.


- “Es una mina de oro azul.” – explica el Número 16. – “De aquí se extrae la moneda más codiciada de todo el universo conocido: el Azulejo.”

- “Impresionante…” – dice Krilín.

- “Pero si es tan importante…” – cavila Gohan. – “Debería estar más vigi…”


Las alarmas de la nave empiezan a sonar.


- “Nos atacan.” – dice Pino. – “Cinco naves.”

- “¡¿Por qué nos disparan?!” – pregunta Krilín. – “¡Esta nave es de la patrulla galáctica, ¿no?!”


Pino maniobra rápidamente haciendo girar la nave sobre sí misma. Dos proyectiles enemigos pasan de largo.


Cinco naves enemigas parecidas a moscas persiguen a nuestros amigos en formación ofensiva, dibujando una “V”.


Muy lejos de allí, en un viejo platillo tek-tek, Trunks, Reitan y Shura surcan el espacio.


El mestizo y el ira-aru están sentados en dos sillones, en una sala circular central. El herajín pilota en la cabina.


- “Así que te lo pusieron difícil…” – sonríe Trunks.

- “Tienen mucho genio…” – responde Shura. – “Sobretodo la pequeña de pelo azul…”


Trunks sonríe.


- “Sí…” – dice el mestizo. – “Tiene el genio de mi padre…”

- “¿Eh?” – se sorprende el ira-aru.


Reitan, desde la cabina, refunfuña malhumorado.


- “El universo en peligro… y nosotros haciendo recados…” – protesta el herajín.

- “Ya es lo que hacíamos…” – responde Shura, que le ha oído.

- “Pero con un objetivo en la guerra.” – replica Reitan. – “No para costear una nave… ¡Odio a ese viejo enano!”

- “El precio no es tan alto…” – intenta calmarlo Trunks.– “Pero me fastidia haber tenido que dejar mi espada como fianza.”

- “El tiempo es oro en estos momentos.” – insiste el herajín. – “Esto hace que perdamos demasiado…”


El misterioso Lemin sale de una habitación contigua al salón central.


- “Si no tenéis dinero, no es problema del señor Shamo.” – dice el misterioso guerrero, cubierto con su capa negra y luciendo su característico sombrero de ala ancha. – “Conseguid el artefacto y la nave es vuestra.”

- “Y encima tenemos que aguantar a éste…” – sigue protestando Reitan.


En Jung, la nave de la Patrulla sigue intentando escabullirse de los enemigos.


- “¿Qué está pasando?” – pregunta Krilín. – “¿Es que no podemos defendernos?”

- “Esta nave no está hecha para un combate aéreo cercano…” – dice Pino.


El androide aprieta un botón. De la parte trasera del vehículo sale bengalas que confunden a los misiles enemigos.


- “No tenemos su maniobrabilidad.” – dice Pino.

- “¿Y qué vamos a hacer?” – pregunta Ten. – “¡A este paso nos van a derribar!”


Pino se pone en pie.


- “Gohan, toma los mandos.” – dice el robot.

- “¿Qué? ¿Yo?” – se sorprende el mestizo.


Las naves están pilotadas por extraterrestres de piel verde oliva, vestidos con armaduras granates y cascos del mismo color, con visera amarilla.


- “Se acabó…” – murmura uno, que tiene a nuestros amigos en el punto de mira.


De repente, la compuerta de la nave de la Patrulla se abre. Pino sale al exterior.


- “¿Eh?” – se extraña el enemigo. – “¡¿Qué hace ese?! ¡Si no lleva escafandra!” – se sorprende.


El Número 16 apunta con su puño al enemigo y lo dispara.


La extremidad del androide atraviesa el vehículo enemigo, inhabilitándolo.


- “¡¿QUÉ ACABA DE OCURRIR?!” – se asusta otro piloto.


Pino abandona la nave y con su ametralladora de antebrazo neutraliza otra nave.


Las tres naves restantes se reagrupan y se preparan para contraatacar; formación en “V”.


- “¡ACABEMOS CON ESE BASTARDO!” – exclama uno.


Los tres se aproximan a Pino y disparan con sus ametralladoras. Las balas rebotan en el androide.


- “Un poco más…” – sonríe Pino, que mira de reojo a sus compañeros, que se están alejando de él.


De repente, Pino emite un pulso electromagnético que sacude a sus adversarios, cuyas naves quedan a la deriva en el espacio.


- “Je…” – sonríe Pino.


En unos minutos, nuestros amigos recogen al androide, que ya ha recuperado su puño.


- “¡Ha sido alucinante!” – lo felicita Gohan.

- “Es una de las mejoras del Doctor Norimaki.” – dice Pino. – “El mérito es suyo.”

- “Bien…” – sonríe Krilín. – “Ya podemos bajar a recoger la Dragon Ball…”


Ten Shin Han mira una de las naves enemigas por la ventana.


- “¿Quiénes eran?” – pregunta el guerreo de tres ojos.

- “No lo sé…” – dice Pino. – “Posiblemente bandidos…”

- “Este lugar debería estar custodiado por la Patrulla Galáctica…” – dice Gohan.

- “Será mejor tener cuidado.” – añade Mai.


Krilín suspira desanimado.


- “Nunca puede ser fácil, ¿no?” – murmura el terrícola.


En la superficie del planeta, una gigantesca nave en forma de huevo está posada entre montañas de cristalino oro azul.


En un gran salón, un extraterrestre horondo de color verde y cara de besugo, vestido con pantalón beige con cinturón azul y chaqueta roja, con un pañuelo blanco plisado en el cuello y con una gabardina azul sobre los hombros, espera sentado en su trono. Un subordinado entra en la sala y le interrumpe.


- “Señor, hemos perdido el contacto con cinco hombres.” – anuncia el soldado, vestido con el mismo uniforme que los pilotos.

- “¿Qué ha pasado?” – se extraña el extraterrestre en el trono.

- “Una nave enemiga está entrando en la atmósfera.” – informa su hombre. – “Parece ser de la Patrulla Galáctica.”

- “La Patrulla…” – murmura el jefe. – “Aún quedan algunos, ¿eh?”

- “¿Cuáles son sus órdenes, señor?” – pregunta el soldado.


El líder sonríe.


- “Déjenlos aterrizar.” – dice el extraterrestre. – “Nos encargaremos de ellos aquí mismo.”


Un hombre grandullón de piel azulada y una pequeña cresta de cabello rojo recogido en rastas sobre su cabeza, vestido con pantalón blanco, cinturón y botas azules, y un chaleco rojo con detalles dorados, espera con los brazos cruzados al lado del líder.


- “¿Les dejará llegar hasta usted?” – pregunta el fortachón. 

- “No se atreverán a hacer nada…” – dice el líder. – “Y si la cosa se complica, estás tú, ¿no?” – sonríe.

- “Je, je…” – presume el grandullón.


En los calabozos de la nave, un gran número de patrulleros galácticos está esposado y encerrado, custodiado por soldados enemigos. 


En otro punto de la galaxia, Trunks y los demás han llegado a su destino. La nave ha entrado en la atmósfera del planeta y se dispone a aterrizar.


- “Kabocha…” – murmura Shura al ver el astro por la ventana.

- “He oído historias…” – dice Trunks.


El paisaje es desolador. Ciudades en ruinas cubiertas por polvo y arena.


- “Recoome, un miembro de las Fuerzas Espaciales Ginyu traicionó a su propia raza.” – dice Shura. – “El planeta fue arrasado y la familia Real exterminada.”

- “Es terrible…” – dice el mestizo. – “¿Por qué lo haría?”


Lemin interviene.


- “Los kabocha son fuertes pero testarudos.” – dice el misterioso guerrero.

- “Planeaban una revuelta… y Recoome informó a Freezer.” – dice el ira-aru.

- “Bastardo…” – se enfada Trunks, apretando su puño. – “Qué ser tan despreciable…”


La nave ha tomado tierra y Reitan abandona los mandos.


- “Démonos prisa.” – dice el herajín. – “Terminemos cuanto antes.”


Reitan abre la compuerta de la nave y sale al exterior.


- “¿Qué le pasa?” – se pregunta Trunks.


Lemin gruñe con desconfianza.


En un lugar remoto del planeta, una nave discoidea con cuatro extremidades ancladas al suelo reposa. Una “N” dorada sobre un fondo plateado luce en el tejado.


En un despacho, un lupino de pelaje verde y traje rojo elegante escucha sentado en un escritorio.


- “La oferta es interesante…” – dice el cánido.


Frente a él, un hombre de piel azul y cabello largo rojo recogido en rastas y coleta, vestido con un pantalón blanco, cinturón y botas azules, y chaleco rojo con detalles dorados. A su lado, una mujer de menor estatura, cabello con estilo similar, botas altas azules, pantalón corto blancos, camisa blanca y corsé rojo con los mismos detalles dorados.


- “El señor Heeter está dispuesto a negociar.” – dice el varón. – “Ahora que una de las mayores minas de oro azul está en su poder, seremos nosotros quienes dominaremos el poder económico del Universo. Juntos; los Heeter y los Nádor. Incluso el Imperio tendrá que pedirnos préstamos…” – expone con chulería. – “¿No disfrutaría de tener al Emperador suplicando ayuda?”

- “Si es cierto lo que dicen, y Freezer ha regresado, no es de los que piden nada…” – dice el lupino.

- “Señor Shosa, por favor…” – dice con retintín. – “No crea esos cuentos para asustar a los niños… Freezer está muerto. Liquir es mucho más benévolo con su pueblo. Suplicará.”

- “¿Y el herajín?” – pregunta Shosa. – “¿Qué esperas hacer con él? Él y Liquir pudieron con Cooler…”

- “No se preocupe por Reitan…” – dice el bandido. – “Nosotros nos encargaremos de él personalmente.”


Un soldado vestido con ropa elegante de corte similar a su líder.


- “Una nave tek-tek ha tomado tierra.” – dice el hombre. – “Tal y como usted nos había advertido.”


El bandido esboza una media sonrisa.


La mujer da un paso al frente y hace una reverencia a Shosa y a su acompañante.


- “Será un placer.” – sonríe ella.

viernes, 28 de mayo de 2021

FANART / IPOCRITO / WHAT IF...?

What if...?


Ipocrito se imagina a Gyuma (Old Man Gohan) pasando un día con Pan, Bra y Ub (DBSNL).

Dibujado por Ipocrito


miércoles, 26 de mayo de 2021

DBZ/S – SAGA BLACK REIMAGINED / Capítulo 10: El Rey Vegeta

DBZ/S – Saga Black Reimagined / Capítulo 10: El Rey Vegeta



En la Tierra, en la Atalaya de Kamisama, Dende cae al suelo de rodillas.


- “¡KAMISAMA!” – exclama Popo. – “¿Se encuentra usted bien?”

- “Es terrible…” – dice el namekiano. – “Algo horrible ha ocurrido en Namek…”


De repente, el ki de Vegeta llega hasta nuestros amigos.


- “¡ESE ES…!” – exclama Dende.

- “¡¡ES PAPÁ!!” – celebra Trunks.

- “¡¿QUÉ?! ¡¿VEGETA?!” – pregunta Bulma.


El namekiano mira al cielo.


- “Es un ki extraordinario…” – murmura Kamisama. – “¿Cuándo ha alcanzado Vegeta este nivel?”

- “¿Dónde está?” – pregunta Trunks.

- “Es… es mi hogar… el ki viene de Namek.” – revela Dende.


En un arrasado Namek, Vegeta, recién transformado, y Black se encuentran cara a cara.


- “El Rey Vegeta, ¿eh?” – fanfarronea el Dios. – “No me hagas reír…”


Vegeta sonríe con chulería.


En un parpadeo, Vegeta aparece frente a Black y le propina un puñetazo en el estómago.


- “¿EH?” – se sorprende el Dios al encajar el golpe.


El saiyajín continúa con un puñetazo en la barbilla del enemigo antes de que éste pueda reaccionar; luego otro en la nariz, y así se desata una tormenta de puñetazos que resuena en todo el desierto planeta.


En el Planeta Sagrado, todos celebran.


- “¡Así se hace, Vegeta!” – exclama Shin.


Vegeta apunta a Black a bocajarro.


- “Big Bang Attack” – sentencia el saiyajín.


Una gran explosión sacude Namek, disipando las oscuras nubes de tormenta que cubrían la zona.


En el futuro, en el puesto fronterizo, el Rey Enma está atareado; parece agobiado.


- “¿Qué ha pasado en la Tierra?” – se pregunta el juez. – “Hacía tiempo que no me daban tanto trabajo…”


Un funcionario se acerca al Rey.


- “Señor…” – dice el hombre tímidamente. – “Quieren hablar con usted…”

- “No es el momento.” – responde Enma sin mirarle. – “Tengo trabajo.”

- “Lo sé, señor… pero verá…” – insiste el funcionario.

- “¡Te he dicho que tengo…!” – protesta el juez.


El Rey Enma mira a su empleado y se da cuenta de que está acompañado; Shin, Kibito y Son Gohan han llegado al puesto fronterizo.


- “Un… un… un Kaioshin…” – queda impresionado el juez. 


El Rey Enma se pone en pie, tirando la silla en la que estaba sentado, y hace una reverencia golpeándose la cabeza contra la mesa de despacho.


- “¡¡Disculpe mis modales!!” – exclama Enma. – “¡Sea bienvenido al Puesto Fronterizo, Kaioshin del Este!”


Shin sonríe.


- “Puede estar tranquilo, Rey Enma.” – dice el Dios. – “Solo vengo a hacerle una pregunta.”


Enma se fija en Gohan.


- “¡Son Gohan!” – saluda emocionado. – “¿Cuándo has resucitado?” – se extraña al verlo sin aureola. – “No recuerdo firmar tu alta…” – dice mientras coge una gran carpeta titulada “Galaxia del Norte.”

- “No he resucitado…” – responde Gohan. – “No soy el mismo Gohan…”

- “¿Eh?” – se extraña Enma.


Shin tose para llamar la atención del juez.


- “¡OH! ¡Disculpe!” – hace otra reverencia Enma. – “¿Qué quería saber?”

- “¿Dónde se encuentra el Kaio del Norte en estos momentos?” – pregunta Shin. – “Hemos visitado su planeta, pero parece que se ha ausentado.”

- “¿El Kaio del Norte?” – repite Enma, rascándose la barbilla, pensativo. – “¡Ah! ¡Ya me acuerdo!” – exclama. – “Se está celebrando un torneo de Artes Marciales en el planeta del Gran Kaio… ¡y él tenía a varios participantes!”

- “¿Un torneo?” – dice Gohan.


En el planeta del Gran Kaio, en un precioso estadio de Artes Marciales, el público celebra el espectáculo. Sobre el ring, un guerrero de piel verde y cara de sapo, vestido con pantalón blanco y camiseta azul, se enfrenta a Mirai Gohan, transformado en Súper Saiyajín; los dos lucen un halo en sus cabezas.


Los dos guerreros chocan golpeando sus antebrazos. El público corea con más fuerza.


Tras el choque, el guerrero contrincante del mestizo se agacha mientras da una patada giratoria con la que pretende derribar a su adversario, pero Gohan da una voltereta hacia atrás, evadiendo el ataque.


- “¡Muy bien esquivado, Gohan!” – dice la voz de su padre. – “¡Así se hace!”


Son Goku observa el combate desde un lateral y anima a su hijo.


- “Son Gohan ha mejorado mucho.” – dice Piccolo, de pie a su lado.

- “Je, je” – presume Goku.


Krilín, Yamcha, Ten Shin Han y Chaoz los acompañan.


- “Es un guerrero extraordinario.” – dice Ten.

- “Nada tiene que ver con el niño asustadizo que se enfrentó a los saiyajín…” – sonríe Krilín con nostalgia.

- “Creo que ya tenemos finalista.” – suspira Yamcha.


Goku sonríe.


- “Paikuhan es un luchador formidable…” – dice el saiyajín. – “No lo subestiméis.”


El contrincante de Gohan le persigue sin cesar. Gohan logra distanciarse del enemigo y se dispone a preparar un Kamehameha, pero antes de que pueda concentrar la energía en sus manos ya vuelve a tener a Paikhuan encima, así que debe evadirlo de nuevo.


El adversario es extremadamente rápido y no deja descansar al mestizo.


- “¡Me he enfrentado a tu padre muchas veces!” – fanfarronea el guerrero. – “¡Conozco los puntos débiles de vuestras técnicas!”


Gohan, lejos de rendirse, deja de huir y detiene un puñetazo de Paikhuan con su brazo derecho.


- “Tsk” – murmura el contrincante.


Paikhuan insiste en sus ataques y desata una tormenta de patadas y puñetazos sobre Gohan, pero el mestizo detiene todos los golpes con un solo brazo.


- “¡¿EH?!” – se frustra el adversario. – “¡¿Cómo es posible?! ¡¿Cómo puede tener tanta destreza?!”


El mestizo esboza una media sonrisa burlona. 


Una luz azul ilumina el rostro de Paikuhan, sorprendiéndole.


Gohan ha preparado un Kamehameha en su mano izquierda mientras se defendía con la derecha.


- “Kamehame…” – murmura el mestizo.


Paikuhan se asusta. Goku y Piccolo sonríen orgullosos. Los otros guerreros Z se quedan asombrados.


- “¡¡HAAAAAAA!!” – dispara Gohan a bocajarro.


El ataque engulle al guerrero verde e ilumina todo el estadio.


Paikhuan sale repelido del terreno de combate y se estrella contra la pared, fuera del tatami. 


- “SON GOHAN, PARTICIPANTE DE LA GALAXIA DEL NORTE, ¡¡ES EL VENCEDOR!!” – anuncia el comentarista. 


El público estalla en júbilo y corea su nombre.


- “Je, je…” – ríe el mestizo.


Paikuhan, magullado, intenta ponerse en pie, y se topa con Gohan, que le ofrece la mano con una sonrisa. Los dos sonríen. Paikuhan acepta la ayuda. El público celebra de nuevo.


El Gran Kaio, un anciano de barba estrafalaria, sonríe complacido desde su trono. Sentados a su lado, los cuatro Kaios.


- “Tu galaxia no deja de impresionarme, Kaio del Norte…” – dice el Dios.

- “Gracias, Gran Kaio.” – responde Kaiosama. – “Son Goku y sus amigos son unos luchadores extraordinarios…”

- “Poco has tenido tú que ver en eso…” – refunfuña el Kaio del Sur.


De repente, Shin, Kibito y Son Gohan llegan al estadio. Aparecen frente a los Kaios.


Los cuatro Kaios cardinales parecen confusos al ver a esos extraños frente a ellos.


- “¡¡ESE ES…!!” – exclama el Gran Kaio.


El Dios se pone en pie y hace una reverencia.


- “Kaioshin del Este…” – saluda.


Los cuatro Kaios se quedan petrificados.


- “Ha dicho… ha dicho…” – tartamudea el Kaio del Oeste.

- “K… Kaioshin del Este…” – dice Kaiosama.


Los cuatro Kaios se arrodillan y se inclinan hacia delante para saludar al Dios.


- “Un Kaioshin…” – piensa el Kaio del Norte, impresionado. – “Jamás había estado frente a uno…”


El Gra Kaio baja de su trono.


- “¿En qué puedo ayudarle, Kaioshin?” – pregunta el Dios. – “¿Eh?” – murmura al ver al mestizo. – “Ya veo…”


Los Kaios alzan la mirada al escuchar a su superior.


- “¿Qué?” – se sorprende Kaiosama. – “¿Gohan?”


Goku y los demás observan desde el tatami, inquietos.


- “¿Qué ocurre?” – se pregunta Goku. – “¿Oyes algo, Piccolo?”

- “¿Ha… ha dicho…?” – tartamudea el namekiano.


Piccolo sale volando hacia el palco. Los demás lo siguen.


Shin y el Gran Kaio están hablando de lo sucedido, cuando Piccolo y compañía se acercan.


Son Gohan mira al cielo y ve a su viejo maestro.


- “Piccolo…” – murmura con lágrimas en los ojos.


Mirai Gohan se acerca volando al namekiano.


- “Piccolo, ¿qué ocurre?” – le pregunta.


Pero pronto se da cuenta. Los dos Gohan cruzan sus miradas y se quedan observándose en silencio.


En el presente, en Namek, un gran cráter ha trasformado la superficie del planeta y ha despejado sus cielos.


Vegeta observa el lugar del impacto con desdén.


Entre la polvareda alzada, Black se levanta con la parte superior de su gi rota.


- “Maldición…” – gruñe el Dios. – “¿De dónde has sacado tanto poder en tan poco tiempo…”


Vegeta desciende hasta colocarse sobre el Dios, que lo mira con odio.


El saiyajín le apunta de nuevo con su mano.


Black se asusta. Vegeta dispara.


- “Big Bang Attack” – sentencia de nuevo.


Una nueva explosión sacude Namek.


En otro futuro, Trunks y los Kaioshin han aparecido en el planeta de Kaiosama. No parece que haya nadie.


- “¿Dónde estamos?” – pregunta Trunks.

- “En el planeta del Kaio del Norte” – revela Shin.

- “El Kaio del Norte…” – repite Trunks.

- “No parece que haya nadie…” – dice Kibito.


Una voz sorprende a nuestros amigos. Proviene del interior de la casa.


- “¡BUFFF!” – resopla. – “¡Gracias por la comida, Kaiosama! ¡Creo que es usted el único que sabe cocinar en el Más Allá!”

- “Mira que eres glotón…” – replica otra. 


El rostro de Trunks se ilumina.


- “Son… ¡Son Goku!” – exclama el mestizo.


Las voces continúan.


- “No podía seguir entrenando sin comer algo…” – se justifica el saiyajín.

- “Sigues teniendo hambre a pesar de estar muerto…” – dice Kaiosama. – “Eres un caso a parte…”


Los dos personajes salen de la vivienda y se topan con los Kaioshin y Trunks.


- “¿Eh?” – se sorprende Goku. – “¿Quiénes...? ¡Trunks! ¿Quiénes son esos tipos? ¿Amigos tuyos?”


Kaiosama se acerca a los recién llegados y mira a Kibito.


- “Buenos días…” – dice el Kaio del Norte. – “¿Hace mucho que espera? Porque yo le veo cara de manzana…”


Kaiosama se da la vuelta y se ríe.


Una gota de sudor recorre la frente de todos los presentes, que sienten vergüenza ajena.


Kibito tose para llamar la atención de Kaiosama.


- “Veo que el sentido del humor no es su fuerte…” – protesta el Kaio del Norte. – “¿Qué desean?”

- “Un poco de seriedad…” – responde Kibito, malcarado. – “Está usted frente al Kaioshin del Este.”


Un escalofrío recorre la espalda de Kaiosama.


- “El… el Kaioshin… del Este…” – titubea el Dios.


Kaiosama hace una gran reverencia.


- “Discúlpeme, señor…” – suplica Kaiosama. – “Debí suponer que era alguien importante… Tiene usted la presencia de un Dios…”

- “Yo no…” – dice Kibito.

- “¿Eh?” – se extraña el Kaio, que mira al pequeño acompañante.

- “Hola” – saluda Shin, risueño.


Son Goku no termina de comprender lo que ocurre.


En el presente, se disipa la polvareda que ha alzado el segundo Big Bang Attack. 


Black se levanta de nuevo entre los escombros.


- “No lo entiendes…” – dice el Dios caído. – “No lo comprendes…” – añade, cada vez más frustrado y enfadado. – “¡¿ES QUE LA MENTE HUMANA NO ES CAPAZ DE ASIMILARLO?!” – grita. – “¡¡SOY UN DIOS!! ¡¡NO ESTÁS A MI NIVEL!!”


Vegeta desciende hasta colocarse frente al enemigo.


- “Hablas mucho…” – dice el saiyajín.


Con un “uppercup” levanta a Black del suelo y con una patada giratoria lo lanza a varios metros de distancia.


El enemigo se levanta magullado. Le sangra el labio.


Black se pone en pie una vez más.


- “Grrr…” – protesta el Dios.


Cuando levanta su mirada ve que Vegeta tiene los brazos extendidos hacia los lados.


- “¿Eh?” – se sorprende el Dios.


El saiyajín está acumulando una gran cantidad de energía a una velocidad de vértigo.


Pero de repente, frente a él tiene a Bulma, malherida.


- “V… Vegeta…” – dice la mujer. – “Por favor… por favor… mi amor…”


El saiyajín parece dudar, pero enseguida junta las manos frente a él, apuntando a su esposa.


- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende Bulma.


Vegeta frunce el ceño.


- “¿Crees que me detendré por eso?” – dice el saiyajín. – “¡¡QUE TE ATREVAS A USAR A BULMA SOLO ME ENFURECE MÁS!!”


El Dios da un paso atrás.


- “¡¡DESAPARECE!!” – exclama Vegeta. – “¡¡SÚPER FINAL FLASH!!” – dispara.


El ataque de Vegeta es proyectado hacia el enemigo a toda velocidad. Black no reacciona. La luz se cierne sobre él.


- “Je… jeje…” – ríe el enemigo. – “¡¡JAJAJAJAJA!!” – estalla en una carcajada.


El Final Flash de Vegeta alcanza al Hakaishin y lo engulle en su resplandor.