DBZ - Saga Bu Rewrite / Capítulo 6: La astucia de Dabra
En el sótano de la nave, Babidí medita su próximo movimiento.
- “¿A qué guerrero enviamos al segundo nivel?” – pregunta Dabra.
- “¡Que salga Yakon!” – responde el brujo.
- “¡¿Yakon?!” – se sorprende el demonio. – “¿Va a utilizar a Yakon en el segundo nivel?”
- “Puede que esos terrícolas sean más fuertes de lo que pensábamos…” – dice Babidí. – “Ten en cuenta que Pui-pui ha sido derrotado sin poder siquiera defenderse…”
- “Tiene razón…” – recapacita Dabra. – “Pero si Yakon los mata tan pronto, yo no podré divertirme con ellos…”
- “Nuestro objetivo es despertar a Bu… No lo olvides.” – responde en brujo.
- “Sí, ¡perdóneme, señor!” – se disculpa el demonio, que se ha dejado llevar por sus ansias de violencia.
En el nivel dos, nuestros amigos esperan la llevada de su adversario.
- “No viene nadie…” – murmura Gohan. – “¡Sal de una vez!”
- “¿Por qué no hundimos el suelo y pasamos al siguiente nivel?” – sugiere Vegeta.
- “¡Os he dicho que no!” – exclama Shin. – “¡Eso podría despertar a Majin Bu!”
- “Por lo que estoy viendo, Bu no debe ser gran cosa…” – responde Vegeta. – “…como Dabra.”
- “¡¿Eh?! ¡¿Dabra?!” – se sorprende el Kaioshin.
- “No creo que ese Dabra sea para tanto.” – insiste el saiyajín. – “Si tenemos cuidado con su escupitajo, creo que podríamos ganarle.”
- “¿De verdad creéis eso?” – pregunta Shin, que mira a Gohan y Piccolo.
- “Es posible…” – responde el mestizo.
- “Hace siete años nos enfrentamos a un adversario llamado Cell, y Son Gohan lo derrotó.” – explica el namekiano. – “Dabra aún no ha demostrado su verdadera fuerza, pero no creo que sea más fuerte que Cell.”
Shin se queda asombrado.
- “¿De verdad este joven es tan fuerte?” – se pregunta mientras observa a Gohan, cuyo carácter despreocupado confunde al Dios.
En ese instante, la puerta de la sala se abre y de ella surge el próximo gladiador de Babidí; una enorme criatura verde y monstruosa, de ojos saltones y enorme boca.
- “¿A quién me como primero?” – pregunta el extraterrestre.
- “Mira que eres feo…” – le dice Vegeta, dando un paso al frente. – “Yo seré tu contrincante.”
Shin se preocupa al ver el nuevo enemigo.
- “¡Ese es Yakon!” – exclama el Dios. – “¡Ten cuidado, Vegeta!”
La bestia embiste al saiyajín, que esquiva el puñetazo enemigo, pero se sorprende al sentir que ha recibido un arañazo en el pecho. El corte es poco profundo, pero ha herido su orgullo.
Vegeta mira a su adversario y se da cuenta de que dos grandes garras afiladas como cuchillas han surgido de la cara posterior de los antebrazos del monstruo.
- “Maldita sea…” – gruñe el saiyajín.
Babidí, que observa la pelea a través de su bola de cristal, celebra la victoria.
- “¡Eso es!” – exclama el brujo. – “¡Hazles mucho daño!”
Piccolo y Gohan se sorprenden al ver la velocidad del gladiador.
- “Para ser tan grande es muy rápido…” – dice el namekiano.
- “¡Deberíamos pelear juntos!” – exclama Shin.
La voz de Babidí retumba en la sala.
- “¡Muy bien, Yakon! ¡Así se hace!” – dice el brujo. – “¡Te voy a trasladar al Planeta Oscuro para que puedas acabar pronto con ellos!”
Dabra se sorprende al escuchar a Babidí.
- “El planeta de noche perpetua… ¿Cree que es necesario?” – pregunta el demonio. – “Creo que Yakon puede con ellos de todas formas…”
- “Es posible, pero si la nave sufre daños, Bu podría despertar antes de tiempo…” – responde el brujo.
- “Muy inteligente…” – dice Dabra.
Babidí extiende sus manos hacia la bola de cristal.
- “¡PAPARAPPA!” – exclama, transportando a nuestros amigos y a Yakon al Planeta Oscuro.
Vegeta, Gohan, Piccolo y Shin se encuentran repentinamente sumidos en una oscuridad absoluta.
- “¡No veo nada!” – exclama el mestizo.
La voz de Yakon se oye entre las sombras.
- “Yo sí puedo veros…” – sonríe el monstruo.
Vegeta se cruza de brazos.
- “Vaya estupidez…” – murmura el saiyajín.
De repente, el aura dorada de Súper Saiyajín lo envuelve e ilumina el lugar.
- “¡¿QUÉ?!” – se sorprende Yakon, que ha quedado al descubierto.
- “Ahora yo también puedo verte” – se burla Vegeta.
Babidí se sorprende al ver la transformación del saiyajín.
- “¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?!” – exclama el brujo. – “¡¿QUÉ ESTÁ HACIENDO?!”
- “Solo brilla un poco…” – dice Dabra.
El brujo saca un medidor como el que usó Yamu en Satán City y apunta a su bola de cristal.
- “¡¡3000 KIRIS!!” – exclama Babidí, asustado. – “¡¿CÓMO PUEDE UN TERRÍCOLA DESPRENDER TANTA ENERGÍA?!”
- “No debería existir un humano de tales características…” – murmura Dabra.
- “¿Crees que el medidor está estropeado?” – se pregunta el brujo. – “Si de verdad tiene 3000 kiris, Yakon no podrá con él… ¡Solo tiene 800!”
En el nivel dos, Yakon sonríe, desconcertando a Vegeta.
El monstruo abre su gigantesca boca e inhala con todas sus fuerzas, creando una corriente de aire que aspira la luz que emana Vegeta y deja al saiyajín en su estado base. Yakon engulle la energía de Vegeta.
- “¡¿QUÉ?!” – se sorprenden nuestros amigos.
El saiyajín ha quedado atónito.
- “¡Volvemos a estar a oscuras!” – exclama Gohan.
- “Ese monstruo ha absorbido la energía de Vegeta…” – dice Piccolo.
- “¡¡Claro!!” – exclama Shin. – “¡Yakon se alimenta de energía lumínica! ¡La luz que desprende Vegeta le ha servido de alimento!”
El monstruo eructa, satisfecho con su aperitivo.
- “Muy sabrosa…” – sonríe Yakon.
Vegeta se pone en guardia.
- “Maldición…” – refunfuña el saiyajín.
Gohan se acerca al saiyajín.
- “¡Luchemos juntos, Vegeta!” – sugiere Gohan.
- “¡NI SE TE OCURRA INTERVENIR!” – protesta Vegeta, furioso. – “¡No necesito tu ayuda para nada!”
El monstruo prepara de nuevo sus garras.
- “Veo que no tienes intención de transformarte de nuevo…” – dice Yakon. – “Así que ya puedo matarte.”
Yakon se abalanza sobre Vegeta, y éste retrocede esquivando los zarpazos del monstruo.
- “Puedo sentir tus movimientos…” – dice el saiyajín. – “Pero no creas que se me han acabado los recursos.” – sonríe.
Vegeta repele a Yakon con una patada.
El saiyajín alza la mano derecha y una pequeña esfera de energía blanca se genera en su palma.
- “¡HYAAA!” – exclama el saiyajín al lanzar su técnica hacia el cielo.
Yakon contempla confuso la luz ascendente.
Cuando la esfera a tomado suficiente altura estalla y se convierte en una luna llena que baña con su luz toda la zona de combate.
- “¡Es la técnica que usó en la Tierra!” – exclama Gohan.
- “Una luna artificial…” – sonríe Piccolo.
Vegeta se cruza de brazos con una sonrisa chulesca.
- “No es que necesite verte para derrotarte…” – dice el saiyajín. – “Pero quería que tú y tu amo supierais lo mucho que nos habéis infravalorado.”
Yakon no parece tener miedo.
- “¡Solo me has proporcionado un nuevo almuerzo!” – celebra el monstruo.
Yakon abre su boca y empieza a aspirar la luz que emite la esfera, pero de repente recibe una patada en el abdomen. Vegeta se ha lanzado contra él a toda velocidad.
El monstruo se arrodilla dolorido y mira a Vegeta, pero el saiyajín coloca la mano derecha a escasos centímetros de su rostro y prepara una esfera de energía.
Yakon, asustado, mira al saiyajín.
- “Cómete esto” – sentencia Vegeta, forzando su mano dentro de la boca del monstruo. – “¡BIG BANG ATTACK!”
La esfera de energía de Vegeta se introduce en las fauces del monstruo y estalla en su estómago, haciendo explotar al monstruo en pedazos.
La compuerta que da paso al siguiente nivel se abre enseguida.
- “Ya van dos” – dice Piccolo, que es el primero en saltar al agujero.
- “¡Pronto llegaremos al último nivel!” – celebra Gohan.
- “Esto es más aburrido de lo que esperaba…” – suspira Vegeta.
Shin se queda boquiabierto una vez más.
- “Son aterradores…” – piensa el Dios.
Babidí, que lo ha visto todo, empieza a estar realmente preocupado.
- “Yakon… Yakon ha muerto…” – titubea el brujo. – “Ese tipo lo ha matado de un solo ataque…”
- “El muy imbécil no ha podido resistirse a la luz de esa esfera” – dice Dabra. – “Si no hubiera perdido la concentración, podría haber ganado.”
- “No… No es eso…” – dice Babidí. – “Esos tipos no son normales…”
- “No se preocupe” – le tranquiliza el demonio. – “Yo estoy aquí para protegerle.”
Dabra sonríe.
- “Yo mismo iré al nivel tres.” – anuncia el diablo. – “Bu pronto tendrá la energía que necesita.”
- “Dabra… Si te ganan…” – duda Babidí. – “¿Has calculado bien tus posibilidades?”
- “¿Posibilidades? Ju, ju, ju” – ríe el demonio. – “Soy el Rey de los Demonios. No existe ningún mortal en el mundo capaz de derrotarme.”
En el nivel tres, nuestros amigos esperan.
- “Me toca a mí” – dice Gohan, que hace unos estiramientos para calentar.
- “No deberías tener problema.” – dice Piccolo.
De repente, la compuerta se abre y revela al mismísimo Dabra.
- “¡¿DABRA?!” – se asusta el Kaioshin.
El demonio parece seguro de sí mismo.
- “Quiero felicitaros.” – anuncia Dabra. – “Habéis alcanzado el nivel tres… Pero ahora os toca enfrentaros a mí.”
- “Vaya… ¿Babidí ya saca a su número uno? Parece que el brujo se ha puesto nervioso…” – se burla Vegeta.
Gohan da un paso al frente.
- “Vamos allá…” – sonríe el saiyajín.
- “¿Eh?” – se sorprende Dabra. – “¿No vais a atacarme todos juntos?”
- “Con el chico vas a tener suficiente” – sonríe Piccolo.
Dabra frunce el ceño y rechina los dientes.
- “Osáis subestimarme…” – gruñe el diablo.
Mientras tanto, en la Torre de Karín, Trunks dejó de sentir el rastro de sus amigos cuando entraron en la nave.
- “¿Qué debe estar pasando?” – se preocupa el chico.
Videl se prepara para marcharse.
- “Creo que debería volver a casa.” – dice la muchacha. – “Mi padre debe estar muy preocupado. ¡Muchas gracias por vuestra hospitalidad!”
- “Por nosotros no te preocupes.” – dice Karín. – “Puedes quedarte todo el tiempo que necesites.”
- “No tenemos muchas visitas” – añade Yajirobe.
- “Os lo agradezco” – sonríe ella. – “Pero mi padre va a armar un gran revuelo en Satán City si cree que me ha pasado algo malo.”
En la Mansión Satán, la policía investiga la zona y toma muestras de tejido y sangre. Decenas de helicópteros sobrevuelan la ciudad y un centenar de coches patrulla recorre las calles.
- “¡Quiero saber lo que le ha ocurrido a mi hijita!” – exclama Satán. – “¡Entrad en cada casa si hace falta!”
- “Sí, señor” – responde un agente.
- “¡Y averiguad quién demonios es ese Gran Saiyaman!” – exclama el Campeón.
Mientras tanto, Babidí ha enviado a nuestros amigos a un planeta desértico, rocoso, con pequeños lagos de agua oscura y el cielo rojo como la sangre.
Gohan, transformado en Súper Saiyajín, pelea contra Dabra. Los dos se enzarzan en un intercambio de golpes. El combate parece parejo, pero ninguno de los dos está dando el máximo.
Gohan logra repeler a Dabra con una patada en su abdomen, pero el diablo pronto reacciona y contraataca escupiendo una llamarada por su boca.
El mestizo esquiva el ataque y se abalanza sobre Dabra, dispuesto a propinarle un puñetazo, pero éste resulta ser solo una ilusión.
- “¡ESTOY AQUÍ!” – se burla Dabra desde la distancia, a la vez que invoca una gran bola de fuego que lanza contra el chico.
Dabra alcanza a Gohan y su ataque estalla, repeliendo al mestizo y lanzándolo a un lago.
Gohan no tarda en salir de nuevo a la superficie, con su gi verde roto. El chico se arranca la ropa, quedando solo con el conjunto negro interior.
Mientras tanto, Vegeta, Piccolo y Shin observan el combate desde tierra firme.
- “Esa magia es peligrosa…” – dice Piccolo.
- “¿Deberíamos ayudarle?” – pregunta Shin.
- “No me hagáis reír…” – protesta Vegeta. – “El chico está perdiendo el tiempo…”
- “Hace mucho que no tiene una pelea de este nivel.” – le excusa el namekiano. – “Déjale calentar.”
Vegeta exhala molesto.
- “Su actitud me irrita casi tanto como la de su padre…” – refunfuña el saiyajín.
Dabra se abalanza sobre Gohan y al aproximarse le sorprende con un escupitajo.
El mestizo lo detiene con su mano enfundada en el guante de Gran Saiyaman, que enseguida empieza a convertirse en piedra.
El chico se saca la prenda rápidamente, y la lanza contra al suelo. El guante se rompe como un jarrón.
Dabra invoca una espada en su mano derecha y la levanta sobe su cabeza, sujeta con las dos manos, dispuesto a partir a Gohan en dos.
El saiyajín detiene el espadazo entre sus manos, y tras un breve forcejeo, el mestizo rompe la espada por la mitad.
El diablo, sorprendido, retrocede para recuperar distancias. Los dos fragmentos de la espada caen al lago que sobrevuelan.
- “Admito que me habéis sorprendido…” – dice Dabra. – “Sois mucho más fuertes de lo que esperaba… Sobretodo tú… Pero no estás a mi nivel.”
El diablo aprieta sus puños y una terrible aura roja lo envuelve.
El poder de Dabra sorprende a todos los presentes.
- “Estaba ocultando su verdadera fuerza...” – murmura Piccolo.
- “¡Os dije que teníamos que acabar con él juntos!” – les recrimina Shin.
Vegeta parece molesto, pero se limita a observar.
Babidí observa el combate a través de su bola de cristal.
- “¡Déjate de juegos, Dabra!” – protesta el brujo. – “¡Hazle más daño! ¡Tenemos que resucitar a Bu!”
A pesar del poder mostrado por el diablo, una media sonrisa se dibuja en el rostro del mestizo.
- “Tienes razón.” – dice Gohan. – “No estoy a tu nivel.”
El mestizo aprieta sus puños. Dabra retrocede instintivamente al sentir una fuerte corriente de aire empujándole.
- “¡HAAAAAAAA!” – grita Gohan a pleno pulmón.
El poder del mestizo provoca que el agua bajo él se desplace, crenado grandes olas que rompen contra la costa cerca de nuestros amigos. Las nubes sobre él son empujadas hacia el horizonte.
Su cabello se ha erizado aún más, rayos de energía chasquean a su alrededor; se ha transformado en Súper Saiyajín 2.
- “¿Y si luchamos en serio de una vez?” – fanfarronea Gohan.
Dabra frunce el ceño, furioso al ver que Gohan ha estado conteniéndose.
- “Disfrutaré matándote, muchacho” – le amenaza el demonio.
Piccolo sonríe orgulloso. Shin está asombrado ante el poder de Gohan. Vegeta parece frustrado.
Dabra y Gohan se abalanza el un contra el otro y se enzarzan en un nuevo intercambio de golpes. Los dos logran conectar algunos puñetazos y patadas. Es un combate parejo, pues Dabra suple sus carencias con astucia.
El demonio usa ilusiones para confundir a Gohan, rodeándole con copias que le atacan a la vez, haciendo que el mestizo yerre en sus ataques e intentando sorprenderle por la espalda.
Vegeta se impacienta.
- “¿Qué está haciendo…?” – refunfuña el saiyajín. – “Ya debería haber ganado este combate…”
- “¿Tú podrías hacerlo mejor?” – replica Piccolo.
- “¡No merece el poder que tiene!” – protesta Vegeta. – “¡Un poder como ese no debería desperdiciarse en alguien como él!”
- “Cálmate, Vegeta” – le advierte el namekiano.
- “¡El idiota de Kakarotto y tú lo habéis consentido!” – grita Vegeta.
Dabra oye la discusión y una sonrisa se dibuja en su rostro.
- “¡Señor Babidí!” – avisa al brujo por telepatía. – “¡Devuélvanos a la nave! ¡He descubierto algo importante!”
- “¿Eh?” – se extraña Babidí, un poco desconfiado.
- “¡Podremos resucitar al Monstruo Bu!” – insiste Dabra.
- “Espero que tengas razón…” – responde el brujo.
Babidí recita su conjuro y los devuelve a la nave.
- “¡PAPARAPPÁ!” – exclama.
Nuestros amigos reaparecen en el nivel tres, sin aviso previo, algo que les desorienta; momento que Dabra aprovecha para escapar.
- “¡¿A dónde vas?!” – exclama Gohan. – “¡¿Huyes?!”
- “Tranquilos…” – sonríe Dabra, mientras la puerta lateral de la sala se cierra a su paso. – “He encontrado a un guerrero que peleará en mi lugar.”
- “¡¿Qué?! ¡¿Cómo dices?!” – replica el mestizo.
La puerta se cierra, dejando a nuestros amigos solos en la sala.
El demonio regresa junto a su Amo.
- “Explícate, Dabra…” – exige Babidí. – “Espero que sea un descubrimiento realmente interesante…”
- “Uno de ellos tiene el corazón oscuro” – revela Dabra. – “Estoy seguro de que usted podrá doblegarlo.”
- “¡Eso es estupendo!” – celebra el brujo. – “¡Si pelean entre ellos, podremos obtener una gran cantidad de energía! ¡Por fin resucitará Majin Bu!”
Gohan parece confuso con las palabras de despedida de su adversario. El muchacho ha vuelto a su estado base.
- “¡¿Qué ha querido decir?!” – pregunta el mestizo a sus compañeros.
- “¿Ha encontrado a un nuevo guerrero?” – repite Piccolo.
- “¡¿No será…?!” – se asusta Shin, que sospecha con temor el significado de tales palabras.
Babidí se acerca a su bola de cristal y fija su atención en Vegeta.
- “¡ES VERDAD!” – celebra el brujo. – “¡Su corazón es oscuro! Rabia, envida, frustración… ¡Él no está aquí por el bien del universo! ¡Es perfecto!”
El brujo se concentra para ejercer su hechicería a través de la bola de cristal.
En el tercer nivel, Vegeta siente como Babidí penetra en su mente de repente y se sujeta la cabeza con ambas manos, sufriendo una terrible jaqueca.
- “¡¡AAAAAAAGH!!” – grita desesperado, transformándose en Súper Saiyajín.
- “¡Justo lo que temía!” – exclama Shin. – “¡Vegeta! ¡Babidí intenta aprovecharse de ti! ¡Intenta no pensar en nada! ¡No dejes que se alimente de tus emociones!”
- “¡CÁLLATE!” – grita Vegeta. – “¡ME TALADRAS EL CEREBRO!”
En el sótano de la nave, Babidí sonríe.
- “¡Muy bien! ¡Muy bien! ¡Ya es nuestro! ¡Ji, ji, ji!” – celebra satisfecho. – “¡Y ahora vamos a extraerle todo su poder! ¡Hasta la última gota!”
Gohan da un paso hacia Vegeta, intentando calmarlo.
- “Vegeta…” – dice el mestizo. – “¡No te dejes manipular!”
Vegeta estalla en una explosión de energía.
- “¡¡YAAAAAAAAAH!!! – grita a pleno pulmón.
Piccolo, Gohan y Shin son empujados por una fuerte corriente de aire.
Vegeta ha cambiado. Su musculatura ha aumentado y las venas de su cuerpo se marcan de forma exagerada. Su aura es violenta, con múltiples rayos de energía chasqueando continuamente a su alrededor. Sus ojos están rodeados por ojeras oscuras. En la frente, la “M” negra de Babidí.
- “Je, je, je…” – ríe Vegeta con una terrorífica sonrisa dibujada en su rostro.