El Saiyajín Dios / Parte II: Regreso a Vampa
“De nuevo en casa…”
Una nave de la Patrulla Galáctica viaja a Vampa, liderada por los agentes Obni y Ganos. Por petición del Comandante Kahseral, tres saiyajín, recomendados por Leek, viajan con ellos. El Comandante considera que pueden ayudar a la Patrulla, ya que conocen el extraño planeta mejor que nadie. Los elegidos han sido Broly, un chico joven llamado Tarble, y una tímida muchacha, Kale.
Mientras Obni pilota la nave, Ganos ha proporcionado uniformes de la Patrulla, a los tres saiyajín, pero no todos parecen contentos con el atuendo. Broly lleva las mayas moradas y las botas blancas, pero no se ha puesto la parte superior, y tampoco los guantes; en su lugar, lleva las manos y los antebrazos vendados. Kale se ha puesto las botas y los guantes, pero ha recortado los pantalones, dejándolos en un short, y las mangas de la camiseta. Tampoco se ha puesto la armadura. Tarble es el único que lleva el uniforme completo.
- “Os queda bien.” – les dice Ganos.
- “No está tan mal” – responde Tarble, golpeándose la armadura. – “Parece resistente.”
- “Parece… parece que vayamos disfrazados…” – murmura Kale, avergonzada.
- “Veo que lo has adaptado a tu estilo” – le dice el patrullero, viendo los retoques que ha hecho Kale. – “Te queda bien.”
La muchacha se sonroja.
- “¿Tú que opinas, Broly?” – le pregunta Kale.
Broly está sentado cerca de la ventana, mirando el espacio profundo, ignorando a sus compañeros.
- “Hombre de pocas palabras…” – dice Ganos.
- “Sí” – responde Tarble. – “Ha tenido una infancia difícil.” – suspira el saiyajín.
Ganos se acerca al oído de Tarble.
- “No quiero ofender a tus compañeros, pero… tú pareces el más normal del grupo…” – dice el patrullero. – “He oído lo que pasó en Vampa con Trunks y los demás… ¿Corremos peligro?”
- “No le hagáis enfadar” – sonríe Tarble. – “Broly es un tipo peculiar. Hay que saber entenderle. Por suerte para vosotros, le conozco muy bien. Le vendrá bien relacionarse un poco con gente nueva. Sobre Kale… se ofreció voluntaria al saber que Broly me acompañaría.”
Una alarma suena en la nave.
- “Ya hemos llegado” – anuncia Obni. – “Todo el mundo a sus puestos. Vamos a entrar en la atmósfera del planeta.”
En unos minutos, la nave ha aterrizado cerca del vehículo abandonado de los patrulleros desaparecidos. Los cinco personajes han bajado de la nave.
Obni y Ganos investigan la nave, buscando alguna pista sobre el paradero de sus compañeros. Cerca de allí, los tres saiyajín contemplan el paisaje del que hasta hace poco era su hogar.
- “De nuevo en casa…” – suspira Tarble.
Kale se acerca a Broly, que se encuentra en silencio, como es habitual.
- “¿Te gusta volver a Vampa?” – pregunta ella, tímidamente.
Broly ignora a su compañera.
Los patrulleros terminan de estudiar la nave y se acercan a los saiyajín.
- “No hemos visto nada relevante. No hay signos de lucha.” – dice Obni. – “Falta la batería de repuesto, tal y como esperábamos. Será mejor que nos adentremos en las cuevas.”
- “¿Alguno se ofrece a guiarnos?” – pregunta Ganos.
- “¡Seguidme!” – responde Tarble.
Mientras tanto, en el Cuartel General de la Patrulla Galáctica, el Comandante Kahseral ha solicitado la presencia del líder saiyajín, Leek, para informarle sobre los avances de la misión.
- “Acaban de comunicarme que nuestros hombres ya han llegado a Vampa.” – dice el Comandante.
- “Bien.” – responde el saiyajín.
- “Tengo que decirle, señor Leek, que me incomoda que Broly acompañe a mis hombres…” – dice Kahseral. – “Al fin y al cabo, fue el causante de la muerte de muchos de nuestros hombres.”
- “Broly solo está perdido” – responde Leek. – “Tiene que encontrar su camino.”
- “Pero es inestable” – dice Kahseral. – “Su presencia pone en peligro a mis hombres.”
- “Por eso le acompañan Tarble y Kale.” – dice el saiyajín.
- “¿Qué tienen de especial?” – pregunta el Comandante.
- “Posiblemente son las dos únicas personas que no le tienen miedo.” – sonríe Leek.
El pequeño grupo de personajes se adentra en las grutas de Vampa, siguiendo el camino marcado por Tarble, y finalmente llegan al laboratorio, que se encuentra abierto y en pleno funcionamiento.
- “Nunca lo había visto así…” – murmura el joven saiyajín, asombrado. – “¡Es alucinante!”
- “Debemos ir con cuidado…” – advierte Ganos.
Los cinco entran en el laboratorio y la puerta se cierra rápidamente a sus espaldas.
- “¡Nos han encerrado!” – exclama Obni, que desenfunda su arma.
- “Tranquilo” – le calma Tarble. – “Broly puede sacarnos de aquí, si es necesario.”
En ese instante, un holograma aparece frente a ellos.
- “Bienvenidos” – saluda el misterioso individuo.
- “¿Quién eres?” – pregunta Ganos. – “¿Dónde están nuestros compañeros?”
- “Soy el Doctor Raichi” – se presenta el personaje.
Cuatro robots aparecen de entre las sombras y rodean a los patrulleros.
- “Vuestros amigos están muertos” – anuncia el holograma. – “Pero tranquilos, porque pronto los acompañaréis.”
Tarbles echa un vistazo a los enemigos.
- “¿Quieres hacer los honores, Broly?” – pregunta el saiyajín
Broly da un paso al frente, provocando que el robot que tiene delante intente agarrarle con una de sus garras metálicas.
El saiyajín detiene la mano del robot, algo que sorprende a Raichi.
Broly pripina un rápido puñetazo en el pecho del robot, convirtiéndolo en chatarra instantáneamente.
Los otros tres enemigos se abalanzan sobre el saiyajín, pero éste, sin cambiar la expresión de indiferencia de su rostro, esquiva los ataques y se alza sobre ellos, decapitando a uno con una patada, partiendo al segundo por la mitad con el canto de su mano, y empujando al tercero con un empujón de ki emitido por su mano derecha, estrellando al enemigo contra la pared del laboratorio.
- “Increíble…” – murmura Ganos.
- “Broly es muy fuerte” – se sonroja Kale.
- “¡Bien hecho!” – celebra Tarble.
Raichi observa a los intrusos.
- “Sois saiyajín…” – murmura el doctor, que se fija en sus colas. – “Y tú…” – le dice a Broly. – “Eres ese chico…” – le reconoce. – “Eres el hijo de Páragus.”
Al oír el nombre de su padre, Broly clava su mirada en Raichi.