OMG // Capítulo 15: Preparativos
Son Gohan, Videl y Shapner preparan su equipaje.
- “¿Estáis seguros de esto?” – les pregunta Gohan.
- “¡Por supuesto!” – responde Videl. – “¿O acaso no te gusta nuestra compañía?” – pregunta con una sonrisa pícara.
- “Bueno... esto...” – dice Gohan incómodo y nervioso.
- “Has estado demasiado tiempo solo” – se burla Shapner.
La puerta de la sala se abre y entra el General Brown acompañado por dos soldados.
- “¡Atención!” – exclama el General, poniendo firme a Videl y Shapner. – “Estos dos soldados se han ofrecido voluntarios para acompañaros en la misión.” – dice mientras ambos soldados dan un paso al frente. – “Son el soldado Ikose y la analista de datos Erasa.”
- “Encantado” – dice Son Gohan, sin saber cómo reaccionar ante tanto protocolo militar.
- “Y ahora, si nos disculpáis, me gustaría hablar con Son Gohan” – añade Satán.
Son Gohan acompaña al General fuera de la sala.
- “¿Qué ocurre, señor?” – pregunta Gohan.
- “No me gustas...” – le dice Satán.
Gohan no sabe que decir.
- “... pero parece que tanto mi hija como el teniente Shapner te tienen cierto aprecio” – continúa el General.
- “Hemos pasado por algunas situaciones complicadas juntos durante el viaje...” – responde Gohan.
- “Tengo algo que pedirte” – le interrumpe Satán. – “Pero te lo pido como padre”.
- “Lo que sea” – responde Gohan.
- “Cuida de Videl” – le dice Satán. – “Encárgate de que esté a salvo”.
- “Haré lo que pueda.” – responde Gohan. – “Pero Videl sabe cuidarse sola. Posiblemente sea ella quien cuide de mí”.
- “Eso es lo que me preocupa.” – suspira Satán. – “Parece que la gente que te rodea no acaba bien. No quiero que a mi hija le ocurra lo mismo.” – añade en tono severo.
- “Tranquilo.” – responde Gohan. – “Cuidaré de ella”.
Mientras tanto, en la sala donde se encuentra el resto del grupo, Videl y Shapner dan la bienvenida a su amiga Erasa y al joven soldado Ikose.
- “Me alegro de que te unas a nosotros, Erasa” – dice Videl.
- “¿Estás segura de que quieres acompañarnos?” – le pregunta Shapner. – “No estás muy acostumbrada al trabajo de campo...”
- “Sin mí no llegaríais muy lejos” – responde Erasa. – “Además, soy la única que sabe utilizar estos nuevos aparatejos.” – dice mientras enseña una extraña muñequera con una pantalla.
- “¡Veo que la tecnología de la Red Ribbon empieza a dar sus frutos!” – exclama Shapner.
- “¿Y qué hay de ti?” – le dice Videl al soldado Ikose.
- “¡Soldado Ikose a su servicio!” – se presenta el chico poniéndose firme.
- “Ikose...” – murmura Videl. – “Me resultas familiar”.
- “Mi hermano sirvió en el Pelotón Bravo, Sargento.” – responde Ikose.
- “Idasa...” – murmura Shapner mientras agacha la cabeza.
- “He oído lo de la criatura, señor; ese tal Cell” – explica el joven soldado. – “Si esa cosa mató a mi hermano, quiero venganza”.
- “Tu hermano era un gran soldado” – le dice Shapner.
- “Lo sé, señor” – responde Ikose.
- “Si te ciegas con la venganza, cometerás errores” – le dice Videl. – “Y eso puede costarnos la vida...”
- “Bienvenido al grupo” – la interrumpe Shapner, ofreciéndole la mano a Ikose.
Ikose estrecha la mano del teniente, contento por poder formar parte del equipo, mientras Videl mira a Shapner con desaprobación.
- “Equípate bien.” – añade el teniente. – “Saldremos en unas horas”.
- “Gracias, teniente Blue” – responde el soldado.
- “Puedes llamarme Shapner” – responde éste.
El soldado se aleja para prepararse.
- “¿Qué se supone que haces?” – le dice la Sargento, enfadada, a Shapner.
- “El chico quiere venganza” – responde el teniente. – “Vi a esa cosa matar a su hermano... y sigo teniendo pesadillas. Merece tener su vendetta”.
- “Sabes lo peligroso que puede ser un soldado inexperto cegado por...” – dice Videl.
- “Lo sé.” – la interrumpe el teniente. – “Yo mismo me uní a la resistencia por ese motivo. Y por eso sé que nada va a detenerle hasta que consiga su objetivo”.
Son Gohan vuelve a entrar en la sala. El soldado Ikose se pone firme al verle.
- “No tienes que hacer eso conmigo...” – dice Gohan, incomodo ante el protocolo.
- “Así que tú eres el Guerrero Dorado...” – dice Erasa acercándose a Gohan e inspeccionándole de cerca. – “No esperaba que fueras tan mono” – dice guiñándole un ojo, coqueteando.
- “Compórtate, Erasa” – dice Videl avergonzada por el comportamiento de su amiga.
- “¡Oh! ¿Es que me estoy metiendo en medio de algo?” – continúa Erasa tonteando.
- “¿En medio de...?” – dice Gohan.
- “¿...algo?” – termina Videl.
- “¡No, no!” – exclaman ambos a la vez.
- “Nos espera un viaje entretenido...” – dice Shapner sintiendo vergüenza ajena, mientras una gota de sudor recorre su frente.
Cae la noche y los soldados se disponen a descansar unas horas antes de partir.
Shapner y Gohan se tumban en unas literas. Gohan en la de arriba y el teniente en la de abajo, mientras éste le habla al mestizo sobre la única vez que vio a los androides.
- “Aparecieron por primera vez en mi ciudad.” – dice Shapner. – “No sabíamos lo que estaba ocurriendo. Se escuchaban explosiones por todas partes. Mis padres creían que habíamos entrado en guerra.”
Gohan mira fijamente al techo en silencio, mientras recuerda ese mismo momento que, aunque Shapner no lo supiera, él compartió.
Un joven Gohan se encuentra en su casa, en el Monte Paoz, estudiando para su próximo examen. De repente, escucha un estruendo de platos rotos en el salón.
- “¿Mamá?” – dice Gohan. – “¿Ocurre algo?”
Al no tener respuesta, Gohan se levanta de su escritorio y se dirige al salón, donde ve a su madre de pie, sin palabras, con una bandeja y platos rotos en el suelo y mirando fijamente al televisor.
Las noticias muestran una vista aérea de la pequeña isla del Sur. La ciudad está en llamas y decenas de explosiones siguen aconteciendo, mientras centenares de personas corren despavoridas por las calles.
El helicóptero de KBC Noticias escruta las calles buscando una causa para tanto caos y parece localizar a dos jóvenes en mitad de la calle, que parecen ajenos a todo el barullo. La cámara se centra en ellos, son un joven moreno y una chica rubia.
De repente, la chica parece percatarse de la presencia del helicóptero y alza su mano hacia él y sólo un fuerte destello puede verse antes de que se corte la imagen.
Son Gohan sale corriendo de su casa mientras su madre le persigue.
- “¡Son Gohan, espera!” – exclama Chichi. – “¡No vayas sólo!”
Gohan vuela con premura hacia la isla, y en mitad del camino se encuentra a Krilín, que se dirige al mismo lugar.
- “¿Tú también has visto las noticias?” – le pregunta Krilín.
- “¡Sí!” – responde Gohan.
- “No sé quiénes serán esos tipos extraños” – dice Krilín. – “Pero no detecto ningún tipo de ki... Será mejor que tengamos cuidado”.
Los androides se divierten a sus anchas destruyéndolo todo a su paso cuando Gohan y Krilín llegan a la ciudad. Ambos descienden en mitad de la calle, frente a los androides.
- “¡¿Quiénes sois?!” – les pregunta Gohan.
- “Te lo dije, 18” – dice el androide 17. – “Sabía que si causábamos un estropicio aparecerían”.
- “Tenías razón” – le responde la 18. – “Pero, ¿dónde está Son Goku?”
Gohan y Krilín se sorprenden las escuchar a la joven.
- “¿Conocéis a Son Goku?”- dice Krilín.
- “¿Buscáis a mi padre?” – pregunta Gohan.
- “Así que tú eres el hijo de Goku...” – dice 17. – “Son Gohan, ¿verdad?”
- “Y tú debes de ser Krilín” – añade la 18.
Nuestros amigos se ponen en guardia.
- “¡¿Por qué nos conocéis?!” – exclama Krilín.
- “Tenemos todos los datos posibles sobre vosotros” – responde 17.
- “¿Dónde está Son Goku?” – insiste 18. – “Aunque odie seguir la programación del Doctor Gero, para eso fuimos creados”.
- “¿El Doctor Gero?” – se pregunta Gohan.
- “¿Creados? ¿Pero qué está pasando?” – piensa Krilín.
Krilín se percata de un detalle en la camiseta del Número 17.
- “Ese logotipo...” – se sorprende Krilín. – “¡¿Red Ribbon?!”
- “¿Qué ocurre, Krilín?” – le pregunta Gohan.
- “El Ejército de la Cinta Roja era una organización malvada que quería gobernar el mundo y buscaba las Dragon Balls.” – responde éste. – “Pero Goku acabó con ellos hace muchísimo tiempo”.
- “No con todos” – le interrumpe 17.
- “Mi padre murió de una enfermedad del corazón” – dice Gohan.
- “¿En serio?” – se sorprende 17, algo decepcionado. – “Vaya, es una verdadera lástima.”
- “¿Qué se supone que debemos hacer ahora?” – pregunta 18.
- “Supongo que tendremos que buscarnos otro propósito” – responde 17. – “¿Qué te parece si empezamos por eliminar a estos dos?”