miércoles, 31 de enero de 2018

OLD MAN GOHAN // Capítulo 7: Camino

OMG // Capítulo 7: Camino


Son Gohan es avasallado por 17 y 18, que golpean al saiyajín como si disputaran un partido de tenis. 

El mestizo casi ha perdido la consciencia, su visión es borrosa y difícilmente puede abrir un ojo. Su cuerpo magullado y ensangrentado ya no ofrece resistencia ante los golpes propinados por los androides.

Como salida de la nada, una luz cálida y azul brilla a lo lejos.

- “¿Papá?” – murmura Gohan.

Un Kamehameha golpea de lleno a los androides y causa una gran explosión.

Roshi, vistiendo con su Gi negro, aparece frente a Gohan y comprueba su pulso carotídeo.

- “Aún está vivo...” – murmura Roshi. – “Creo que hemos llegado a tiempo”.

Lunch, con su melena rubia, corre hacia Gohan y activa una cápsula con la que se genera una motocicleta.

- “¡Llévatelo de aquí!” – dice el Duende Tortuga.

Mientras tanto, otro anciano con un Gi verde y amarillo desciende lentamente a su lado.

Lunch carga a Gohan sobre su moto y tras dar la vuelta con un fuerte derrape, se aleja a toda velocidad sin mirar atrás.

El anciano Mutenroshi se quita la parte superior de su Gi y la lanza a un lado mientras los androides salen de entre la polvareda, caminando hacia él con su típica calma inquietante.

- "¿Preparado?" - le dice Roshi a su acompañante.
- "Nunca pensé que moriría a tu lado, viejo amigo" - responde el Duende Grulla, preparándose para lanzar el Kiko-ho.
- “Krilín, Yamcha, Ten Shin Han, Chaoz... Son Goku” – murmura Mutenroshi, mientras una lágrima resbala por su rostro. – “Sentimos no haberos podido preparar para algo así”.

Roshi aumenta su musculatura al máximo y se dispone a realizar su mejor Kamehameha.

- “¡Venid a por nosotros, criaturas del diablo! ¡Aún quedan guerreros con vida en la Tierra!” – grita Roshi.

De repente, una pedrada de Videl en la cabeza de Gohan le saca de su trance y casi le hace caer del árbol.

El Sol ha salido y Videl y su teniente ya están listos para partir, cada uno cargando una mochila llena de suministros y un rifle de asalto.

- “¡Nos vamos!” – le grita Videl.

Son Gohan se apea tranquilamente y se acerca a ellos ofreciéndoles la mano.

- “Suerte” – dice Gohan.

Videl le desprecia el gesto y se da la vuelta. 

- “Es tarde” – dice mientras se aleja. – “¡Vámonos, Shapner!”
- “Sí, Sargento” – responde el teniente, que la sigue.

Son Gohan observa en silencio a ambos soldados marcharse.

- “Idiotas” – piensa Gohan, molesto, mientras regresa a su cueva.

Videl y Shapner emprenden su camino hacia Orange City, descendiendo el Monte Frypan hacia el Este.

El teniente sigue desconfiando del extraño vagabundo.

- “No sabemos si ese Gohan está de nuestro lado. Podría ser un enemigo.” – dice Shapner.
- “Nos salvó de esa cosa” – responde la Sargento.
- “Pero esa criatura le reconoció” – insiste el teniente.
- “Estoy segura de que luchó contra los androides” – le replica Videl. – “Mi padre siempre habla de unos guerreros que se enfrentaron a esas cosas cuando aparecieron en la Isla del Sur. ¡Puede que fuese uno de ellos!”
- “¡De eso ya hace mucho tiempo, Videl!” – le responde Shapner, harto del tono fantasioso de la Sargento. – “¡Asúmelo! ¡Estamos solos en esto!”.

Videl se detiene y fija su mirada desafiante en el teniente.

- “¡Soy tu sargento! ¡No vuelvas a hablarme en ese tono!” – le responde de forma asertiva.

Shapner no se queda atrás y le responde de la misma manera.

- “¡Ya no hay pelotón! ¿Es que no lo ves?” – insiste el teniente. – “¡Se acabó! Los androides ya eran demasiado, ¿pero ahora también tenemos que preocuparnos por esa cosa?”
- “¡Nos ocuparemos de lo que haga falta!” – responde Videl. – “¡Dos androides, tres o veintitrés! ¡Somos la única esperanza de la humanidad!”

Una voz interrumpe a la pareja de soldados.

- “Hablas como mi padre” – dice la voz del vagabundo.

Videl y Shapner se dan la vuelta y ven a Son Gohan, vestido con su Gi naranja cubierto por una capa marrón a modo de túnica.

- “¡Son Gohan!” – exclama Videl sorprendida.

Shapner mira a la Sargento con desconfianza al detectar alegría en su tono.

- “Os acompañaré hasta Orange City. Esa cosa puede seguir ahí fuera y ya tengo suficiente desgracia a mis espaldas.” – dice Gohan mientras pasa entre los soldados y sigue hacia delante.

Videl se apresura a seguirle y Shapner hace lo mismo, pero con clara desgana.

Caminan durante días casi en silencio, descansando por la noche, cuando encuentra un lugar apropiado.

La tensión entre Shapner y Videl va en aumento, pues sus posturas están cada vez más distanciadas. Shapner desconfía del vagabundo y teme que sea un enemigo, en cambio Videl ve en él una pequeña chispa de esperanza.

Tras varios días intentando mantener una conversación con Gohan más allá de unas escasas palabras, Videl se atreve a preguntarle directamente sobre su pasado.

- “He oído historias de unos guerreros que se enfrentaron a los androides.” – le dice Videl.

Gohan no responde.

- “Dicen que se movían como ellos; que eran capaces de volar y hacer cosas extraordinarias. Aunque mi padre cree que eran trucos.” – insiste la Sargento.

Gohan sigue caminando, indiferente a las palabras de Videl.

- “Lo que Shapner me ha contado de tu enfrentamiento con esa cosa me ha recordado a esas leyendas. A las historias del Guerrero Dorado.” – insiste.
- “¿El Guerrero Dorado?” – pregunta Gohan.
- “Sí. El guerrero que se enfrentó a los androides en múltiples ocasiones, acudiendo al auxilio de las ciudades que estaban siendo atacadas. Dicen que su cuerpo emitía una brillante y cálida luz dorada” – explica Videl. – “Eras tú, ¿verdad?”

Son Gohan se siente afligido ante la admiración y esperanza que denotan las palabras de Videl.

- “¿Conocías a alguno de esos guerreros?” – le pregunta la Sargento, intentando obtener alguna respuesta del vagabundo.

Shapner pasa entre Gohan y Videl, apartándoles con malos modales para ponerse a la cabeza mientras desprecia tales historias.

- “No son más que cuentos para niños” – dice el teniente.

Son Gohan mira a Shapner algo molesto.

- “Discúlpale” – dice Videl. – “Su familia vivía en una pequeña isla del archipiélago Sur. Fue uno de los primeros lugares que atacaron los androides. Sólo él sobrevivió.”

Gohan y los soldados han dejado atrás los bosques que rodean el Monte Frypan y se adentran en un árido desierto en el que no parece haber ningún rastro de vida.

Unas enormes rocas de forma tubular son la única sombra que encuentran de vez en cuando para protegerse de un implacable Sol castigador.

- “Se nos ha acabado el agua” – dice Shapner. – “No sobreviviremos mucho tiempo si no encontramos algo para beber.”

Son Gohan se siente impotente ante esa situación, pues sabe que si intenta volar y buscar un lugar cercano con agua, podría alertar a la criatura.

De repente, a lo lejos, Son Gohan visualiza dos siluetas que le dejan petrificado. 

- “No puede ser...” – murmura Gohan.

Videl se percata de la reacción de Gohan y busca en el horizonte lo que ha visto, confirmando las peores sospechas del mestizo.

- “¡Esos son...!” – exclama Videl aterrorizada.
- “¡Los androides!” – confirma Shapner mientras da un paso atrás.

domingo, 28 de enero de 2018

DBSNL // Capítulo 26: Un poder superior

DBSNL // Capítulo 26: Un poder superior
“Tu ángel va a tener que buscarte un sustituto”


Beerus, por suerte para todos, ha detenido la mano de Freezer, que iba a ejecutar su técnica “Hakai” contra la Tierra.

- “No puedes estar aquí” – le dice Beerus a Freezer. – “No se permite tu presencia en esta línea temporal”.

A Freezer no le salen las palabras, sólo mira con terror a Beerus, que extiende su mano para ponerla a escasos centímetros de la cara del tirano.

Todos observan con estupefacción la escena. Whis también ha aparecido entre nuestros amigos sin decir nada.

- “Tu ángel va a tener que buscarte un sustituto” – dice Beerus muy serio.

Pero una voz hace que el mismísimo Dios de la destrucción Beerus se estremezca.

- “¡Deteneos!” – dice la voz en un tono inocente pero asertivo.

Todos miran hacia el lugar de procedencia, donde ven a un personaje extraño con apariencia de niño, acompañado de otro ángel.

- “¡Señor Zeno!” – se sorprende Beerus, soltando la mano de Freezer y arrodillándose.
- “¿Zeno?” – se sorprende también el demonio del frío.

Mojito y Whis se colocan a los lados de sus respectivos Dioses.

- “Señor Zeno, Daishinkan, es un placer recibirles.” – dice Whis haciendo una reverencia.

Piccolo también se arrodilla.

- “¿Quién es, Piccolo?” – pregunta Goku inocentemente.
- “Cállate y muestra respeto.” – le susurra a Goku. – “Él es el Dios del Todo”.
- “¿El Dios del Todo?” – se sorprende Gohan al escuchar a su maestro.

Zeno se adelanta al Sumo Sacerdote y se acerca hasta donde están Beerus y Freezer.

- “Te has saltado todas las normas. No mereces el puesto como Dios de la destrucción” – le dice Zeno con su voz infantil al tirano.
- “Señor Zeno, yo…” – intenta excusarse Freezer.
- “Desaparece” – dice Zeno, que sólo mirándole hace que Freezer deje de existir, y su anillo Toki cae al suelo.

Todos se quedan enmudecidos ante el poder del Dios del Todo. Es realmente terrorífico ver como, simplemente con su mirada, Zeno ha eliminado al enemigo inmortal que tantos problemas les ha dado.

Zeno se da la vuelta y regresa al lado del Daishinkan.

- “He permitido la existencia de múltiples líneas temporales durante demasiado tiempo” – dice Zeno. – “Voy a eliminarlas todas excepto la original”.

El pánico se apodera de todos los presentes.

- “¡Señor Zeno!” – interviene Mirai Trunks, por sorpresa de Beerus. – “Mi línea temporal está sumida en el caos. Deje que ésta sea la que siga adelante”.
- “La Tierra es lo que está devastado en tu tiempo” -  le interrumpe el Sacerdote. – “Es sólo un planeta irrelevante dentro del vasto universo... Además, tu línea temporal no es la original”.
- “El futuro del que vino Cell...” – murmura Gohan.
- “Tampoco” – le responde tajante el Sacerdote. – “Hay siete líneas temporales ancladas en momentos distintos”.
- “¿Siete?” – se sorprenden todos.
- “Y tú, de algún modo u otro, eres responsable de varias de ellas” – le dice a Trunks.
- “Tu existencia es molesta.” – interrumpe Zeno. – “Voy a eliminarte.”

Vegeta se prepara para luchar al escuchar que amenazan a su hijo.

- “¡Esperad un momento!” – dice Goku mientras vuela hacia Zeno.

El Sacerdote le corta rápidamente el paso a Goku.

Mientras tanto, el resto de Kaioshin aparecen en la Tierra y se arrodillan frente a Zeno.

- “Señor Zeno, es un honor...” – dice Shin.
- “¡Señor Zeno!” – le interrumpe Zamas levantándose. – “Estos mortales se saltan las normas sin ningún miramiento y los Dioses, hasta ahora, se lo han permitido...” – explica el Kaioshin del Norte.
- “Zamas...” – murmura entre dientes Shin.
- “Silencio” – le corta Zeno. – “¿Qué quieres, Son Goku?” – dice dirigiéndose a Goku, ignorando al Kaioshin.
- “¡Vaya! ¿Me conoce?” – se sorprende Goku.
- “El señor Zeno lo sabe todo” – le responde el Supremo Sacerdote. – “Además, no eres alguien que pase desapercibido...” – añade con una sonrisa.
- “Ya veo… jeje”- dice Goku. – “Lo que quería decirle, es que creo que sería injusto eliminar a las distintas líneas temporales sin darles una oportunidad para salvarse.”
- “¿A dónde quieres llegar, Son Goku?” – piensa Beerus, que observa la escena.
- “Aquí, en la Tierra, celebramos torneos de artes marciales para decidir quién es el más fuerte.” – continúa Goku. – “¿No le parece una buena idea hacer algo similar?”
- “La línea temporal que más merece existir no tiene porqué ser la más fuerte, Son Goku” – le replica el Sacerdote. – “Puede ser la más pacífica o la más sabia. O incluso la que mejor equilibrio tiene entre todas sus cualidades”.
- “¿Y esos torneos son divertidos?” – interrumpe Zeno al Daishinkan.
- “¡Claro que sí! ¡Todos los participantes luchan para ganar! ¡Y todos tienen estilos de lucha diferentes!” – intenta convencerle Goku.
- “Mmmm...” – reflexiona Zeno. – “Pensaré sobre el tema”.
- “¡Será divertido!” – le anima Goku.
- “El señor Zeno tendrá en cuenta tu propuesta, Son Goku” – dice el Sumo Sacerdote.  – “Os informaremos de su decisión.”

Todos suspiran, pues saben lo cerca que han estado del fin de sus días.

- “Mojito, ya sabes lo que hay que hacer” – le dice el Sacerdote al ángel.
- “Por supuesto, Daishinkan” – responde el ángel haciendo una reverencia.
- “Nos vamos” – termina Zeno.

Son Goku parece ilusionado con la posibilidad de que se realice tal torneo.

- “¡Hasta pronto!” – se despide Goku alegremente mientras Zeno y el Sumo Sacerdote desaparecen.

miércoles, 24 de enero de 2018

OLD MAN GOHAN // Capítulo 6: Penitencia

OMG // Capítulo 6: Penitencia


Son Gohan inca la rodilla, su respiración es rápida, algo ahogada. Hacía tiempo que no tenía que luchar en serio y transformarse en Súper Saiyajín. Ha agotado sus fuerzas.

Videl se acerca a él algo temerosa.

- “¿Qué era esa cosa?” – pregunta la Sargento.
- “No lo sé” – responde Son Gohan.
- “¿Y tú?” - añade Videl. - “¿Eres el Guerrero Dorado?”

Son Gohan no responde. Shapner mira a Gohan con recelo. Ha escuchado su conversación con la criatura. El insecto parecía conocer a Gohan y parte de su pasado, y también a los androides.

Gohan se levanta y se aleja caminando. 

- “¿A dónde crees que vas?” – le pregunta Videl.
- “A mi casa” – responde el mestizo. – “Y vosotros deberíais hacer lo mismo”.
- “¿A casa?” – pregunta Videl enfadada. – “¿Crees que nos iremos a casa después de descubrir que existe esa cosa? ¡Tenemos que avisar al Ejército Real y prepararnos para enfrentarnos a...!”.
- “¡No sois nada frente a esa criatura o los androides!” – la interrumpe Gohan, harto de escuchar a los humanos hablar de los androides cómo si fueran una amenaza a la que pueden plantar cara. – “¡La única razón por la que la humanidad no ha sido erradicada es porque les divierte mataros lentamente! ¡Vuestro ejército es ridículo!”

Videl se queda callada ante la rabia de Gohan. Los ojos de la Sargento brillan vidriosos, inundándose de lágrimas de impotencia.

Sin decir nada, ella se da la vuelta y se va a ayudar a Shapner.
- “Vamos.” – le dice a su compañero. – “Nos queda un largo camino hasta la base”.

Gohan enseguida se arrepiente de haber gritado a Videl de esa forma. Pese a saber que sus palabras son ciertas, la Sargento y el teniente acaban de perder a todo su pelotón. No era el momento para señalarles la incompetencia de su ejército. Al fin y al cabo, el Ejército Real lo hace lo mejor que puede.

- “Venid conmigo” – les dice Gohan. – “Esa criatura aún puede seguir por los aledaños. Tengo algunas provisiones en la cueva. Podéis comer, curar vuestras heridas, descansar y salir mañana a primera hora.”
- “Nos las apañaremos solos” – responde Videl, aún dolida por sus gritos.
- “Haz lo que quieras” – responde Gohan antes de empiezar a caminar de vuelta al monte Frypan.

El insecto sigue oculto entre los árboles, observando a Gohan alejarse y cómo Videl, ayudando a Shapner, empieza a seguir a Gohan.

- “Tu energía vital es muy apetitosa, Son Gohan. Podría darme el empujón que necesito para enfrentarme a los androides” – piensa la criatura. – “Pero tendré que esperar. Pronto volveremos a vernos”.

Gohan y sus dos acompañantes ya recorren el camino de vuelta a la cueva de Gohan. El saiyajín lleva la delantera, y a esos metros, Videl y Shapner intentan seguir su marcha, cuando el teniente le hace una señal a la Sargento para que vaya más despacio.

- “¿Qué ocurre?” – pregunta Videl. 
- “Ese Son Gohan... oculta algo” – le susurra Shapner. – “Esa cosa le conocía”.
- “¿Pero de qué estás hablando?” – se sorprende Videl.
- “Esa cosa le ha llamado por su nombre. No podemos fiarnos de él” – insiste el teniente.

Videl no responde, pero mira a Gohan con recelo. 

Después de horas caminando en silencio consiguen llegar a la cueva. Shapner se dirige hacia el río para lavarse, mientras Videl se dispone a suturarse la laceración en su cabeza con aguja e hilo que le ha proporcionado Gohan, tras desinfectarse la herida con alcohol.

Gohan observa a la Sargento, que pese al dolor sigue adelante.

- “Dejaste el walkie-talkie en mi puerta...” – le dice Gohan. – “¿Por qué?”
- “Sabía que escondías algo” – le responde Videl mientras se da una puntada de sutura. – “Tuve la sensación de que podrías ser útil a la Resistencia, aunque no esperaba que fueras capaz de moverte como un androide”.
- “No soy capaz de moverme como ellos” – responde Gohan con resignación. – “Te lo aseguro”.
- “Sin duda no te mueves como un humano” – le insiste Videl.

Gohan agacha la cabeza, ya que no se siente con fuerzas para dar explicaciones.

- “Shapner dice que esa criatura te conocía” – le dice Videl, mientras examina su reacción.
- “Tiene razón. Parecía conocerme.” – responde el mestizo. – “Pero yo no la había visto nunca.”
- “¿Y cómo puede ser eso?” – pregunta la Sargento.
- “No lo sé.” – responde Gohan.

Videl termina de suturarse la herida.

- “Mañana saldremos hacia la base principal, en las afueras de Orange City” – dice Videl.
- “¿Orange City?” – repite Gohan con algo de tristeza.
- “Así es, al norte del Monte Paoz” – responde Videl.

Gohan se da la vuelta y se aleja.

- “Yo no voy a acompañaros” – responde tajante el sayiajín. – “Coged las provisiones que necesitéis y largaos de aquí a primera hora”.

Videl se percata del impacto que han causado sus palabras en el vagabundo y se apresura a perseguirle.

- “¡Espera!” – dice mientras le adelante y se interpone en su camino. – “¿Cuál es tu problema? ¿Por qué no me cuentas que te pasa?” – dice algo enfadada por la actitud de Gohan.
- “No me importa tu cruzada contra los androides. Ya no es mi guerra” – responde Gohan algo irritado mientras aparta a la Sargento.
- “¿Ya no?” – le pregunta Videl, percatándose de que lo fue en algún momento.

Son Gohan evita la pregunta y mira a Videl a los ojos con expresión seria.

- “Ya te lo he dicho. No podéis detener a los androides. La humanidad está sentenciada” – responde Gohan. – “No vale la pena luchar”.

Videl mira al trotamundos a los ojos un instante.

- “¿Qué te pasó, Son Gohan?” – le pregunta con voz tierna al ver algo más allá de la fría fachada de vagabundo solitario.

Son Gohan le aparta la mirada y se aleja sin responder.

- “¡Siempre vale la pena luchar!” – le grita Videl.

La noche cae en el Monte Frypan. Shapner y Videl se han acomodado en la cueva de Gohan, mientras éste intenta poner en orden sus pensamientos posado en la copa de un árbol, sentado en una rama y apoyado en el tronco, mientras da un sorbo a su petaca.

Son Gohan, con aspecto desaliñado, se encuentra bebiendo en la casa abandonada de su abuelo, en el Monte Paoz, mientras se lamenta por las muertes de Trunks y Bulma.

- “No pude hacerlo” – llora desconsolado. – “Lo siento, papá. Soy un cobarde”.

En ese instante, la radio anuncia la llegada de los androides a Orange City. La alarma de la ciudad apenas se oye en el horizonte.

Son Gohan, furioso, no duda en transformarse en Súper Saiyajín y dirigirse a toda velocidad a su encuentro.

Los androides están destruyendo la ciudad mientras ríen y se mofan de sus víctimas.

Gohan aparece de la nada y golpea al número 17, lanzándole contra un edificio.

- “¿Otra vez tú?” – se sorprende la número 18. – “Creíamos que habías muerto”.
- “¡Voy a acabar con vosotros!” – grita Gohan mientras concentra su ki y ataca a la 18.

La androide le esquiva con suma facilidad.

- “¿Dónde está tu compañero?” – le pregunta ella. – “¿Le has dejado en casa?” 

El número 17 aparece entre ella y Gohan y golpea a éste, haciéndole chocar contra un camión, que explota en mil pedazos.

Son Gohan aparece de entre las llamas, aún más furioso.

- “¿Acaso tu amigo está muerto?” – se burla 17.

La expresión de Gohan aclara que 17 está en lo cierto.

- “¡Parece que tienes razón, 17!” – dice la número 18. – “Creo que nos pasamos un poco con el chico.”
- “Ese niñato era un debilucho.” – responde 17. – “Igual que el resto de tus amigos”.

Gohan aprieta con rabia los puños.

- “¡No habléis así de mis amigos!” – grita furioso. – “¡Vais a pagar por la muerte de Trunks!”

Una fuerte corriente de aire provocada por el ki de Gohan sorprende a los androides, que antes de poder reaccionar se encuentran al mestizo a escasos centímetros de ellos.

Son Gohan golpea a 17 arrojándole lejos. La 18 intenta atacarle, pero Gohan la esquiva y la repele con un ataque de ki en su abdomen que la lanza por los aires.

El número 17 consigue detenerse en el aire, pero Gohan ya se encuentra de nuevo frente a él y vuelve a golpearle. 

La 18 detiene a su hermano antes de que impacte contra un edificio.

- “¿De dónde ha sacado tanta fuerza?” – se pregunta 17.
- “No lo sé” – responde 18. – “¿Pero acaso no es más divertido?”

17 sonríe.

- “Sin duda” – responde el androide.

Gohan vuelve a atacarles, pero esta vez 17 le esquiva y le da un rodillazo en el abdomen, deteniendo a Gohan en el acto.

El mestizo cae arrodillado, estupefacto ante el poder del androide.

- “Por un instante creíste que tenías una oportunidad, ¿verdad?” – le dice 17.
- “¿Creías que hasta ahora habíamos luchado en serio?” – añade 18.
- “Mírate. Tienes muy mal aspecto y apestas a alcohol.” – insiste 17.

La 18 le da una patada y le lanza contra un edificio, que se derrumba sobre Gohan.

- “¿Qué hacemos con él, 18?” – pregunta 17.
- “Si le matamos se acabará nuestra diversión” – responde 18. – “Pero eso no significa que no podamos jugar un poco...”